Capítulo 6 🗝️: Nos odiara.
Nota: ¡Advierto! Este capítulo puede que sea extenso creería que sería uno de los más largos que va a llegar a tener está segunda entrega, primero porque hay cosas que debo explicar y segundo el capítulo lo amerita.
Ahora sí a listen un vasito con agua para asimilar lo que se viene, buena lectura chicos. 🤍
-Dani.
Kavya Evans.
Acomodó el blazer de mi traje, continúo caminando quiero que todo salga de maravilla nada puede salir mal mi asistente camina a mi lado derecho, cada paso que doy suena gracias a mis tacones mientras avanzó uno que otro oficial me dedica el debido saludo por respeto, sonrió a mis adentros al ver la notificación sobre que pronto aterrizará el jet privado de mi familia.
Esto Ian no lo sabe y si se llega a dar cuenta, probablemente me va a odiar el resto de mi vida por haber ocultado algo tan grande, le envió un mensaje a Víctor para que esté pendiente en Nueva York sobre la llegada de la aeronave dónde se encontrará Rose.
Llegó a la pista de aterrizaje y por la seguridad de Harvey, Rose y la mía, se encuentran más de veinte hombres de la CIE uniformados, aumentó la velocidad de mis pasos al ver a mi esposo hablando con su secretario privado hace algunos minutos hablé con Chase para saber cómo se encontraban las mellizas y todo está orden.
El día está soleado, me detengo cuando estoy al lado derecho del máximo jerarca de la CIE.
—Ian nos va a odiar por esto. —murmura al notar mi presencia.
—Probablemente, pero si en algún momento llega a conocer los motivos. —trato de ser optimista. —Nos perdonará, porque sabemos muy bien que los miembros de nuestra familia se llegan a enterar sobre la existencia de las niñas...
—No seremos los únicos que harían cualquier cosa por ellas. —complementa él.
Dejamos de hablar al escuchar un jet en acercarse a la base, los oficiales se alinean mostrándonos respeto, levanto mi mirada hacia el cielo y arrugó las cejas al confirmar, después coloco una de mis manos cerca de mis ojos tratando de ver con claridad el objetivo.
El avión privado se está acercando aún más a la pista de aterrizaje, el saco que traigo se mueve con el aire y luego aterriza el jet donde a un costado de este, el apellido Evans resalta por el color dorado, termina de acomodarse el transporte aéreo.
Luego se deslizan unos pequeños peldaños y se abren las puertas blancas, dando paso a la mujer digna de admirar, me toma por sorpresa que Rose retomó el color de cabello natural, sus ojos están cubiertos por unas gafas de diseñador. La mayor de las hermanas Williams, ya no es una adolescente ahora es una mujer, donde los años le han sentado de maravilla.
Termina de bajar los escalones y cada paso que da detona lo que ahora la representa: poder, seguridad, elegancia y firmeza.
Los agentes le regalan el saludo correspondiente cuando ella pasa cerca de ellos, solo asiente cómo gesto de agradecimiento cuando está a tan solo unos centímetros de distancia de nosotros se deshace de las gafas oscuras, mostrando el verde en sus ojos que fue creado para hipnotizar, pada de caminar y hace el correspondiente saludo.
—Es un placer estar de regreso, vicepresidente y ministra Evans. —menciona y bajo su mano, una sonrisa torcida se dibujó en su rostro.
—Bienvenida a casa. —le contesta Harvey.
—Bueno dejando a un lado la formalidad. —intervengo. —formas parte de nuestra familia y ven aquí a darme un abrazo.
Ella sonríe de nuevo, la poca distancia que teníamos ella la desaparece al acercarse aún más a mi posición, la rodeó dándole un abrazo cálido porque a Rose siempre la he llegado a querer como si fuera mi propia hija, a veces creo que a Harvey le sucede lo mismo con ella, en una que otra ocasión me menciona lo orgulloso que está de ella, por todo lo que ha logrado por sí sola y continúan alcanzando, sin rendirse, además fue capaz de educar, proteger y brindar amor a dos niñas sola.
Nos separamos y seguimos a Harvey, porque hay varios elementos que debemos entregarle a ella adicional, porque la aeronave se encuentra lista ella sabe manejarla, observó el reloj de plata que se encuentra en mi muñeca, dentro de unos minutos llegará alguien que acompañará a Rose en la aeronave, porque se necesita dos personas para poder hacerlo, el piloto y copiloto.
Rose guarda sus gafas en el bolso de mano que lleva en las manos, mientras le seguimos el paso a Harvey, hablamos poco porque los agentes que han estado observando a Rose cada vez que damos un paso se quedan sorprendidos porque ella estaba desaparecida o muerta, nadie tenía o sabía sobre su paradero, esa fue una de las condiciones que ella propuso.
Ingresamos al elevador después las puertas se cierran, en dónde sigue el silencio sepulcral, no es incómodo solo que se sabe que no podemos dialogar hasta estar en un sitio que nadie nos esté observando constantemente.
Las compuertas vuelven a abrirse ante nosotros, llegamos a la última planta de uno de los pisos administrativos porque es donde se establece el máximo jerarca de la Central de investigaciones especiales, ahora sí estamos caminando hacia la oficina de mi esposo, cuando estamos al frente de ella, Harvey abre la puerta, es grande pero no a comparación de la de Nueva York o Londres, él se ubica en el asiento que hay detrás de su escritorio en cambio nosotras lo hacemos con los dos que tiene al frente del mismo.
Harvey saca un maletín algo grande, ya que se encuentran varios elementos importantes que la chica de ojos verdosos debe tener y se lo entrega a Rose.
—Rose. —menciona Harvey seriamente. —aquí están varios documentos importantes, primero recuerda que continuas en las empresas familiares sigues siendo una de las inversionistas mayoritarias en cada una de ellas.
—Entonces estarás bajo la mira de la bolsa de valores. —complemento. —colocando en riesgo la dinastía de nuestra familia, además la tuya.
Ella no está sorprendida porque me imagino que es algo que ella veía venir.
—Lo que significa que debo posponer el divorcio de mi matrimonio. —concluye ella y ambos asentimos.
—Exactamente, porque sería un escándalo y quiero entregar mi puesto de vicepresidente con todo estable en mi familia. —agrega Harvey Evans.
—Pero ¿Cómo quieren que finja que mi matrimonio es perfecto? —contesta ella. —, y aún más cuando toda la Central de Investigaciones especiales tienen conocimiento que mi supuesto esposo, está saliendo con una de las nuevas agentes.
—¿Cómo lo sabías? —le preguntó, por qué nosotros nunca se lo llegamos a mencionar.
—Digamos que su sobrino y yo, estábamos jugando al gato y al ratón. —responde divertida. —Mientras trataba de hallar mi paradero, yo estaba pendiente de sus movimientos, así como de las empresas que comparto con él.
Comparto una mirada con mi esposo y ella empieza a revisar todo lo que se encuentra en el maletín que le entregó Harvey.
—Regresando al tema de conversación. —hablo porque el vicepresidente, se quedó sin palabras. —en ese maletín se encuentran las llaves de cada uno de tus bienes en Nueva York, también tu placa, arma y la casa del bosque ya está amoblada para la llegada de las niñas como la tuya...
—Si no les molesta. —me interrumpe. —Quiero ver primero a mi familia, después estaré en la academia para saber sobre el lugar donde estudiarán mis hijas, también me daré a conocer en las empresas familiares para que tengan conocimiento sobre mi regreso.
—No, no, no nos molesta en absoluto. —El sarcasmo de Harvey es notorio, se levanta de su asiento. —nosotros debemos partir hacia Londres y por cierto hay algo que debes usar siempre que se encuentra en uno de los bolsillos pequeños...
Ella vuelve a revisar, con las cejas fruncidas por el comentario de Harvey hasta que encuentra, una cajita de terciopelo azul la abre y sus gestos se relajan, al ver que son tres anillos que fueron muy significativos en la relación que tuvo con Ian, el anillo de promesa que es dorado con una mariposa verdosa en el centro, el de compromiso también es de oro con un importante diamante de color azul y la argolla de matrimonio.
Al ver sus gestos me gustaría saber qué está pasando en este preciso momento por su cabeza, probablemente está teniendo un choque de emociones porque al fin de cuentas la relación de Ian y Rose es una de las pocas relaciones que he llegado a conocer donde es bonita y sana.
—No los usaré. —determina ella.
—Debes usarlos. —le contesta Harvey en el mismo tono que ella lo hizo, me levanto del asiento.
—No, no los usaré porque fueron tan significativos que no estaría de acuerdo. —explica su motivo. — utilizarlos sabiendo que ahora ambos, nos estamos haciendo daño mutuamente.
No quiero decirlo en voz alta, pero tiene razón, ella tiene razón.
—De acuerdo, no te obligare que los utilices siempre, solo hazlo en momentos algo... importantes ¿Entendido?
Ella asiente, no nos marchamos todavía esperando que llegue una persona que probablemente Rose se doblegará, porque ahora ella creó una pared de hierro, dónde demuestra que es fría, pero cuando está con sus hijas es la misma de antes, al parecer esa Rose solo aparece con sus seres queridos la actual es otra cara de la moneda, una que debía convertirse sin importar los daños colaterales que podía traer.
—Perdón la tardanza. —al escuchar esa voz, una sonrisa genuina se dibuja en mi rostro, me giro para comprobar y Rose se levanta de su silla, con lágrimas en sus ojos. — pero el tráfico está horrible.
Es Sophie Myers Campbell actual sargento de la sede de Nueva York, cuando Rose trabaja en la CIE ella era su mano derecha, la confidente, cumplía con varios papeles, además tienen lazos personales ya que es la esposa de su mejor amigo sin contar que es tía de las mellizas, así como Rose es tía del niño que tuvo Sophie con su esposo.
—¿Sophie? —pregunta Rose, sin poder creerlo.
—¿Rose? —le responde Campbell y como me lo esperaba, Rose corre hacia ella la abraza como nunca y Sophie llora desconsoladamente en los brazos de mi hija, ambas hacían un muy buen equipo trabajando juntas.
—De acuerdo las dejaremos solas, para que se coloquen al día. —dice Harvey en un movimiento de negación con su cabeza. —es bueno tenerla de regreso agente.
Me levanto de mi asiento y abandonó la oficina junto a mi esposo, dándoles privacidad porque me imagino que hay muchas cosas que se deben contar, Harvey camina a mi lado derecho e inconscientemente entrelazó mi mano con la suya, él no se molesta para nada incluso comienza a hacer pequeñas caricias y mi sonrisa se intensifica.
Rose Evans
Nos asesoramos que estemos completamente solas las dos, limpió mis lágrimas con ambas manos ella hace lo mismo y vuelvo a abrazarla a esta mujer la adoro un montón, ahora ella es la que pedí espacio.
—¿Por qué nos dejaste? —me pregunta con cierta decepción en su voz.
—¿Te soy honesta? —respondo con otra pregunta y ella asiente, nos sentamos en uno de los muebles que tiene Harvey en su oficina.
—Soy madre soltera de dos hermosas niñas. —digo con orgullo y Sophie sonríe de una manera indescriptible.
—¿Dos niñas? —menciona sin poder creerlo.
Asiento.
—Son hermosas Soph, esas niñas son mi mundo entero. —explicó. —Son muy inteligentes, curiosas, me quedo sin palabras al describirlas...
—¿Ian es su padre?
—Sí, pero por favor pido discreción en cuanto a ello.
—¿Por qué se los ocultaste?
—Por protegerlas Sophie, ese es el motivo no quería tener la misma experiencia que llegue a tener con... —hago una pausa. —Noah.
Siempre me dolerá su pérdida, siempre estará presente, es algo que nunca se lo llegaría a desear a una mujer porque, aunque traté de superar, a veces me preguntó cómo sería mi vida, si también lo tuviese a él, ¿Tendría una buena relación con las mellizas? ¿Se hubiera parecido a Ian o a mí?
—Comprendo, solo espero que Ian te llegue a perdonar. —menciona amablemente. —¿Quién se parece a quién? — cambia de tema. —¿Son gemelas? O ¿Mellizas?
—Son mellizas. —respondo con una sonrisa en el rostro. —Grace tiene uno que otro rasgo de Ian, pero en personalidad me recuerda mucho cuando yo era pequeña, es tierna, quiere mucho a los animales, pero le molesta las mentiras, adicional tiene el color de mis ojos.
Sophie presta atención a mis palabras.
—En cambio Hazel, es todo lo puesto a Grace es como si fuera la versión femenina de Ian. —suelta una risa, al escuchar mis palabras. —Es callada pero muy observadora, le encantan las fresas y para ser honesta tiene el carácter de su padre en su todo esplendor.
—Quiero conocerlas. —hace una pausa. —además quiero que conozcas a Mathew, es un niño maravilloso, cariñoso e inteligente, lo amo con todo mi corazón.
Nos quedamos cierto tiempo hablando sobre nuestros hijos, luego vamos hacia uno de los vestidores de mujeres para prepararnos a pilotar la aeronave porque me llegó la notificación de que las pertenencias de las niñas ya se encuentran en la casa del bosque, así que debo estar en Nueva York lo antes posible al igual que asesorarme de mi familia.
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Víctor Robinson
¿Por qué Rose no está en Nueva York?, Camino hacia la torre de control de la base de la agencia evitó toparme con mi mejor amigo porque no quiero dar explicaciones de absolutamente nada, tampoco encuentro a mi esposa en dónde me iba a ayudar estar pendiente de la madre de mis sobrinas.
Las puertas de la torre de control se abren gracias a los sensores de movimientos, y...
—¡Teniente Robinson! —alguien grita a mis espaldas mi nombre, me volteo.
Y es uno de los oficiales que está encargado de proteger las instalaciones.
—Su hijo solicita estar con usted. —menciona y Asher estaba caminando con él, tomándolo de la mano.
Entonces me rodillo porque al verme se emociona, salta y me abraza con fuerza revisó la hora en el reloj que traigo en la muñeca, ya era hora de recogerlo en la academia, pero hoy le tocaba a Lea.
—¿Cómo estás campeón? —le pregunto y se despega de mí.
—Bien papá. -me contesta. —¿Puedo estar contigo hoy?
Ubico mis manos sobre sus muslos para cargarlo y asiento, después miró al oficial para que pueda dejarme a solas con él, así que lo hace y con mi hijo en mis brazos, aumentó la velocidad de mis pasos ya que debo estar en el último piso de la torre.
—Hoy la tía Rose regresará acá a Nueva York. —le explico a Asher y se emociona.
—¿Ella también me recogerá de la academia? —me pregunta.
—Claro que sí, además conocerás en persona a Hazel y Grace.
—¿Estarán con nosotros? —vuelve a cuestionar. — ¿En la academia?
—No se campeón, lo probable es que sí.
Cuando estamos dentro del ascensor lo bajo de mis brazos y me tomó de la mano, le quitó su mochila y con mi otra mano libre la llevó para que descanse de ella, Asher puede estar en la agencia y aún más porque está estudiando en la ACIE, sin mencionar que es hijo de dos agentes de la CIE.
Entonces pueda estar siempre y cuando, Lea o yo estamos con él por su seguridad. Las compuertas del elevador se abren y salimos de él, nos encontramos en el último piso varias computadoras de última tecnología, pantallas están a nuestro alrededor con distintos agentes, es una de las zonas de la base donde su tecnología es bastante avanzada, sin contar el ojo de Alcón.
—Mi teniente la aeronave 7809 está en zona restringida. —menciona una sargento al verme. —se le reportó a mi mayor Evans.
Maldigo a mis adentros ubicó a Asher en uno de los asientos que hay libres, a un costado dejó la mochila.
—No, puedes tocar absolutamente nada, ¿De acuerdo Asher? —digo y él asiente, saca de su mochila dos autos de juguetes que tiene y juega con ellas sobre sus piernas.
Camino hacia la pantalla donde se encuentra el rastreo de la aeronave que está pilotando Rose y Sophie.
—¡Cancelen el reporte hacia el mayor Evans...! —ordeno.
—¡¿Alguien me puede explicar por qué hay una aeronave pilotando sin mi autorización?! — grita Ian mientras ingresa a la sala de control y detrás de él está Adele.
—La autorizó el vicepresidente Evans. —le contradigo a Ian y como me lo esperaba, este me está fulminando con la mirada.
—Torre de control, aquí escorpión, solicitó permiso para aterrizar. —La voz de Rose se escucha por toda la sala y mi mejor amigo se enoja aún más.
Por no poder creer lo que acaba de suceder, porque ese es su sobrenombre y solo una persona más tiene derecho de utilizarlo, esa persona es su esposa y aunque le esté impactando la idea es algo que tiene que asimilar a las malas.
Adele se acerca a uno de los micrófonos que se comunican con las aeronaves.
—Agente identifíquese. —ordene Adele Davis por el intercomunicador.
Ian camina hacia donde está Davis y tanto tiempo siendo su mejor amigo, puedo afirmar que de una u otra manera lo que está pasando le está afectando, aunque traté de ocultarlo.
—Capta la orden. —dice firmemente por el micrófono Ian.
—Mi nombre es Rose Evans Williams, —responde. —sargento mayor de la Central de Investigaciones especiales y como miembro de la CIE, deben conceder el permiso correspondiente para mi aterrizaje.
La sala queda en un silencio abrupto y otra persona que se sorprende aún más por escuchar el nombre completo es Adele, porque sin importar la relación amorosa que tenga con mi mejor amigo, ella quería luchar por el cargo de teniente, pero con el regreso de Rose el cargo no será tan fácil de obtenerlo como ella creía.
—Permiso concedido, sargento Evans. —contesta Ian.
El silencio continúa, escucho las puertas de la sala abrirse y es Lea, Andrew corre hacia donde está su madre ella lo saluda.
—Cariño vamos hacia mi oficina ¿Te parece? —habla mi esposa con mi hijo.
Y los dos abandonan el lugar, tomó la decisión de hacer lo mismo que ellos, pero una mano me tomó del brazo.
—Me debes una explicación. —habla el hombre de ojos azules claros en mi espalda y asiento.
Me zafó de su agarré, ahora camino hacia la pista de aterrizaje dónde estará Rose dentro de unos minutos porque lo mejor será que ella, no se quede más tiempo aquí en la central hasta que pueda hablar con Ian y haga lo que tenía pensando hacer visitar a su familia, además conocer la academia donde estarán estudiando las mellizas.
Maratón de tres capítulos 1/3
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