Blande.

—Sueltame amor. —menciona Camillè sutilmente.

Incrementó mi agarré, porque la irá no censa, podré ser un sociopata o lo que sea pero no perdonó lo que mis ojos están presenciando en este preciso momento.

—No te escucho Camillè...

—Blande, hablemos...—tose.

La suelto de inmediato, ella cae al suelo sosteniendo su cuello, los escoltas se acercan a nosotros para saber cómo se encuentra ella. Por el sonido del seguro de las armas, se lo quitaron y hay varios apuntando hacia mi dirección.

—¿Porque tanto por unas niñas? —me reclama Camillè, como sí tratará de entender.

Mi mirada recae sobre las niñas y en realidad, no es solo por ellas, también por esa mujer de ojos verdosos que llega a mi mente. Aún más como me seducio en el casino en Colombia, es un momento que nunca olvidaré.

Adicional le dí mi palabra que ellas estarían bajo mi jurisdicción, así nadie les haría algo. Una punzada siento cuando la niña que tiene los ojos de su madre, se topa con los míos.

Podrá llevar una dinastía en sus hombros pero también tendrán una maldición, es algo inevitable que no pueda suceder, todo por pertenecer a una familia fundadora y cargar con un apellido.

Lo último que averigüe es que están buscando a Samantha Blythe, siento como me colocan las esposas y eso hace que me saque por completo de mis pensamientos. Lucho por ello, evitando que las tenga porque sé que rete a Camillè hace unos segundos pero lo volvería a hacer todo porque esas niñas se encuentren bien.

—¿Podemos hacer un trato?—propongo.

Mis palabras captan la atención de Camillè.

—¿Cuál?

—Yo a cambio las niñas.

—¿Cómo? —una sonrisa torcida, se dibuja en su rostro.

—No toques a las niñas. —determino. —Todo lo que querías hacer con ellas, hazlo conmigo Camillè, ese es mi trato, debes alimentarlas y no tenerlas encerradas en esa jaula.

—¿Estás seguro Blande?

Se acerca a dónde me encuentro, tomándome de la mandíbula para que la miré directamente a los ojos, ese brillo de maldad que tiene estos mismos es escalofriante.

—Porque es una condena muy alta Blande.

—Estoy dispuesto a intercambiarla y yo mismo pagarla. —acepto.

Solo espero y aspiro que Rose allá sido astuta como lo suele ser, adicional encuentren pronto a las niñas. También logren sacar de aquí a Diane.

Los guardas se acercan a dónde está Diane, la sueltan ella se agacha tosiendo sangre ¿Que le hicieron? La madre de Ian me mira con los ojos llorosos, mientras niega con la cabeza, trago grueso nunca llegué a ver a una mujer tan empoderada, en ese estado como tan frágil...

Otros guardas abren la jaula de las niñas, la señora Evans sale corriendo sin importar el peso de las cadenas que tiene en el tobillo, corre hacia las niñas como si fuera lo más anhelado que tiene en su vida.

Al llegar donde ellas, las mellizas se lanzan a su abuela paterna rodiandola con abrazos comienzan a llorar desconsoladamente cierro los ojos, al escuchar los llantos.

Cada lágrima se siente como si te estuviera traspasando el cuerpo.

—Quiero a mi mamá. —le súplica una a su abuela. —quiero a mi mami conmigo, quiero a mí papi Didi...

—Por favor sácame de aquí y empezaré a pagar la contienda.

—¿Te duele Blande? —me pregunta divertida Camillè.

—Quién iba a creer que detrás de esa corazada queda un toque de humanidad. —hace una pausa y aplaude. —Comencemos con la diversión.

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Ian Evans.

Una de las grandes ventajas, es que cada uno de nosotros tenemos ciertas habilidades en dónde ahora, es el momento correcto para hacer uso de estás. Pero para mí, en este momento la razón me está fallando al imaginarme distintos escenarios que podrían estar viviendo mis hijas.

Llevar tanto tiempo en la CIE, no es mí buen aliado, porque sé que es lo que pueden estar viviendo. Un calvario que nunca deseé que ellas vivieran, adicional me pesa todo, me pesa al respirar, al caminar, el cansancio se está haciendo presente.

Solo hay algo que me sostiene y son ellas, las tres mujeres de mi vida. A una la tengo a unos cuantos metros de distancia está al frente de la chimenea tomando una taza de chocolate mientras observa el fuego de las llamas, está concentrada en ello. Ella me enseñó el significado de amor de pareja, en cambio mis dos princesas guerreras el significado de amor incondicional, ese amor tan puro y genuino que nunca te fallará.

Se que está haciendo lo que más pueda para poder también estar estable, porque para ninguno de los dos es fácil lo que estamos viviendo. Justo cuando estábamos teniendo una vida normal, una vida los cuatro pasa esto, tenía que pasar esto, también quedará pendiente saber sí Rose se encuentra en embarazo.

Aunque mi intuición me dice que sí lo está, porque hay algo en ella que cambió, no sé que es pero la noto diferente, ese algo no es tan mal como creería. Me acerco a ella, depósito un beso en su frente luego subo las escaleras de madera con una tablet que me prestaron.

Necesito hacer algo, antes que me bloqueé el acceso a la CIE, también a las cuentas bancarias. La temperatura está algo baja, puede que sea porque es de madrugada, llegó a una habitación pequeña, los dueños nos permitieron pasar hoy la noche tenía un poco de dinero en el uniforme y se los dí en agradecimiento, Ryan también dió cierto parte al igual que Víctor.

Así que quedaron con un monto de dinero considerable, salgo al pequeño balcón que tiene este mismo cuarto. Ingreso desde aquí al iPad que tengo en mi casa, dónde se encuentra todo tipo de información importante de Rose, las mellizas y mía.

Lo primero que verificó es sobre mi testamento, por sí me llega a suceder algo, luego ingreso a la cuenta bancaria que tengo con una identificación falsa en caso de emergencias, allí tengo suficiente dinero y de sobra para hacer uso, debemos viajar a Londres.

Es la única ciudad donde cuento con el apoyo rotundo, me desvío a lo que iba a hacer e ingreso a la galería donde hay un álbum que realizó Rose donde hay muchas fotografías y videos de las niñas, desde que nacieron.

Hay una que capta mi atención, porque se titula "Mis primeras palabras".

Reproduzco el vídeo, la cámara está sobre una mesa y de fondo puedo notar que están en nuestra isla privada ¿Todo ese tiempo estubieron allá? Y yo no lo había notado.

Hazel está dando sus pasos pequeños, con una gran sonrisa, mientras trata de acercarse a mi preciosa, Grace observa a su hermana hacerlo, así que trata hacer lo mismo. Ambas están muy pero muy pequeñas con esa mirada inocente, esos ojos azules y verdosos claros, no los tiene tan oscuros como ahora que se parecen con exactitud a los ojos de su madre.

—Di Mamá. —menciona Rose animando a Hazel y ella balbucea.

— M-a-m-á. —ahora se los repetí a ambas.

Una sonrisa se forma en mi rostro, al escuchar la carcajada que suelta Grace. Luego comienza a gaguear sin parar, mi sonrisa se amplia aún más.

—a-b-a—trata de decirlo mi hija menor.

—a-ba-ba-ba. —ahora es Hazel y está vez suelta una carcajada.

Ambas tratan de caminar hacia Rose con rapidez, pero se tropiezan. Rose se acerca a levantarlas, ellas vuelven a reírse y mi esposa se une a sus risas. Sin darme cuenta, varias lágrimas se deslizan por mis mejillas.

—Pa-pá. —dice Grace.

Y mi corazón se acelera por lo que acaba de escuchar, ocasionando estragos en mi sistema. Observó la cara de sorprendida de Rose, por lo que escuchó.

—¿Cómo hermosa?

—Pa-pa-pa

—No, no dí M-a-m-á

—Pa-pa-pa. —Rose abre los ojos aún más al escuchar que también lo dijo Hazel.

Detengo el video, cuando escucho los pasos de alguien provenientes detrás de mí, entonces me giro. Paso mi mano, por mi cara, para no dejar rastro que estuve llorando. Cuánto anhelo hubiese podido estar en ese momento, tan especial como papá.

—¿Todo en orden?—es Rose.

—Si, si estaba revisando algo.

—Una vez a las niñas les compré un dije con las iniciales de sus nombres. —me explica y asiento para que continúe hablando. —Por intuición antes de entregárselo, hice que colocaron rastreadores.

—¿Esa técnica no es mía?—le pregunto arqueando una ceja.

—Bueno ese no es el punto. —se ríe un poquito. —el punto es que, podemos encontrarlas pero necesitamos planificar muy bien el rescate, debemos encontrarlas Ian, no me perdonaría sí les llegase a suceder algo...

Niego con la cabeza, dejo la tablet sobre la cama, eso nunca sucederá.

—Rose, jamás permitiría tal cosa. —sentencio. —Las encontraremos ¿De acuerdo?

—De acuerdo.

Continuará...

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Nota: Que capítulo tan desastroso 🥺, yo nunca me imaginé que escribiría algo así. 🥲, como lo mencioné por Ig pronto regresaré pero quiero hacerles maratón, hacerles de todo un poquito o por lo menos regarles el final de libro de agradecimiento por todo lo que me han apoyado un año más fomo escritora. ❤️

Besos, Dani. 🤍