Capítulo 4 🗝️: Mi realidad
Solo te enamoras una vez, el resto de la vida pasas buscando a alguien con quién sentir lo mismo.
- Canserbero.
Rose Williams.
De acuerdo Hazel y Grace ya tienen la nacionalidad norteamericana, solucioné el problema que había en el buffet, Harvey hace unos minutos me acaba de confirmar que mi regreso a la CIE fue aceptado por todos los del consejo, ahora antes de ir a la veterinaria necesito parar a salón de belleza.
Sigo conduciendo por las calles de Londres, al detenerme en un semáforo me colocó unos guantes blancos, me observó en uno de los espejos retrovisores y hora de decirle adiós al cabello rojizo. El semáforo ahora está en verde, entonces es mi señal para avanzar iré al lugar donde iba para el retoque de color porque mi cabello suele crecer algo rápido, entonces no podía permitir que se notará el color castaño oscuro natural.
Estacionó mi vehículo frente al salón, luego tomó mi bolso y unos anteojos oscuros me los coloco, sacó las llaves del auto y me bajo de él, cerrando la puerta de copiloto a mis espaldas. Camino una parte de la cera y unos segundos después estoy ingresando al salón de belleza, el color blanco con rosa en las paredes da un toque de elegancia, sin mencionar los muebles blancos con bordes dorados, demostrando que queda en uno de los mejores sectores de la ciudad.
Aprovechó que Chase continúa con las mellizas, no le negué pasar el día con ellas porque al fin acabó hace parte de su familia y ellas necesitan recuperar el tiempo perdido con su tío.
—Muy buenas tardes, mi Isabella. —me saluda mi peluquero de confianza, su nombre es Karlo.
Se acerca y me da un beso en la mejilla, después hago lo mismo con él.
—Buena tarde corazón. —le devuelvo el saludo.
—Mi bella Isabella, ¿A qué se debe tu presencia? —me pregunta y ambos caminamos hacia una de las sillas vacías.
—Quiero regresar a mi color natural.
—Así se habla hermosa, —me anima y después indica que me siente, lo hago acomodando mi bolso sobre mi regazo. —quiero sorprenderme cómo te verás con el castaño oscuro.
Me río por su comentario y dejo que el haga su magia en mi cabello, mientras tanto le dejó un mensaje de texto a una persona que con el pasar del tiempo se ha convertido en alguien muy especial e importante en mi vida.
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No quiero abrir los ojos todavía, Karlo continúa cepillando el cabello mi móvil vibra en el bolso, así que lo reviso y sonrió como una tonta al ver la notificación.
Jackson: Te veré en unos minutos, corazón. 👀
Yo: Te estaré esperando.
Me siento aún más nerviosa y Karlo para, así que debe ser porque ya terminó, guardó el móvil de nuevo en la bolsa, la gira la silla y.... regresé yo, cuánto extrañaba tener mi cabello natural, cómo realmente soy yo.
Está es... «Rose Williams.», no puedo creerlo me acostumbré tanto al rojizo que se me había olvidado cómo me veía con el castaño oscuro.
—Si antes eres linda... —me detalla Karlo. —ahora eres una hermosura.
—Y eso que falta un toque. —digo en tono de coquetería.
Sacó de mi bolso la cajita donde guardo los lentes de contacto y me dirijo al baño del lugar, cuando llegó me miró con detenimiento en el espejo abro la caja y comenzó a deshacerme de los lentes de contacto. Al no tenerlos, parpadeo en varias ocasiones para que mis ojos se acostumbren, los abro y ahí están los ojos verdes claros.
Vuelvo a dónde estaba y Karlo abre la boca sorprendido por lo que está viendo.
—Espero que el hombre con el que estás saliendo aproveche todo ese manjar. —me halaga.
Me acerco a la silla donde deje el bolso, saco mi billetera y le entregó la tarjeta de crédito, pero no me la recibe.
—No, no, no hermosa hoy la casa invita. —Lo abrazo.
—Gracias por todo, —digo. —Probablemente no regresé en un buen tiempo...
—Tranquila solo recuerda que este es tu hogar. —es lo último que menciona.
Recojo mis pertenencias personales, vuelvo a colocar las gafas oscuras y cuando salgo de la tienda un vehículo Tesla está aparcado detrás del mío, lo conozco perfectamente y después del asiento de piloto un hombre con traje se baja, su cabello es oscuro, su piel es morena clara, ojos oscuros y me sonríe al verme, me acerco a él.
Y no sé, si me reconoce, pero...
—¿Tu eres mi novia? —me preguntó impactado.
Agachó la cabeza un instante al sentir el calor en mis mejillas.
—Si, soy tu novia. —digo y él me tomó de la cintura.
La sonrisa pícara no se ha borrado de su rostro, acomodó mis manos en su cuello y uno mis labios con los suyos, me paga aún más a él. Jackson es uno de los socios mayoritarios de mi buffet, es cuatro años mayor que yo, nació en España, pero toda su vida ha vivido en Londres.
Nos detenemos y después deposita un beso corto en mi frente, es atractivo es algo que no puedo negar y hemos tenido una muy buena relación en la firma, eso hizo que con el tiempo empezáramos a salir hasta ahora hemos sabido diferenciar cómo debemos comportarnos en el buffet y después cuando estamos en un ámbito nada relacionado con lo que vivimos día a día.
—Estas hermosa. —dice.
Y vuelvo a sonrojarme.
—Gracias.
—¿Iremos a un restaurante? —me pregunta y asiento.
—Esta mañana quería recoger a las niñas. —me explica mientras caminamos hacia mi auto. —, pero me dijeron que ya había alguien que lo había hecho ¿Fuiste tú?
Le quitó el seguro al vehículo y Jackson me abre la puerta de piloto.
—No, no fui yo. —Dejó el bolso en la silla de copiloto. —Jack dentro de unos días me iré a vivir a Nueva York.
Mis palabras lo toman por sorpresa.
—Apenas estamos empezando una vida juntos y planeas ¿Dejarme? —menciona sarcásticamente.
—No, claro que no te dejaré. —digo y me ubico en la silla de piloto, él continúa sosteniendo la puerta.
—Si quieres ahora en el restaurante te explicaré todo con detenimiento. —vuelvo a hablar.
—De acuerdo hermosa. —contesta y cierra la puerta.
Me coloco el cinturón de seguridad y el Tesla pasa al costado derecho del mío, entonces enciendo el vehículo, corro la palanca hacia atrás y arranca para seguir el auto de Jackson.
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Cuando llegamos al restaurante pedimos nuestros platillos, mientras comíamos cada bocado iba explicando a Jackson porque me iré a Nueva York, ya que el ambiente entre ambos se había colocado tenso y era algo incómodo, además no escapé el pequeño detalle que mi nombre verdadero es Rose, no Isabella él se queda sorprendido por todo lo que le llegué a hablar.
También hablé sobre Ian ya que es el papá de las niñas, Chase tiene razón en donde había dicho que ellas pronto merecen conocer a su padre verdadero, Jackson ya las conoce y tiene una muy buena relación con ellas, me acuerdo el primer día que lo llevé a la casa para presentarlo y pensaban que era su papá, les expliqué y hubo cierta decepción.
—¿Y llegarías a pelear la custodia de ellas? —me pregunta Jackson. —¿Contra tu esposo?
Tomó un sorbo de vino, antes de contestar sus preguntas.
—No, no sería capaz de hacer tal cosa. —digo honestamente.
Jackson hace lo mismo que realicé hace un momento, con su copa de vino.
—¿Hay sentimientos de por medio en esa negación? —vuelve a cuestionar.
«¿Los habrá?» Creo que no, no —me afirmó a mí misma. —no, no los hay.
—No, no. —aseguró.
El ambiente ya no está tenso, eso es un avance porque no quería quedar en malos términos con él, sabiendo que es algo que no se merece y causaría cierto sentimiento negativo en mí.
—¿Entonces podemos pasar un último momento los cuatro juntos?
Asiento ante su comentario y él pide la cuenta, pero eso significa que tocará ir a recoger las niñas a la central o a la mansión Evans, no me gustaría recogerlas en la segunda opción. Le envió un mensaje de texto a Chase preguntando en dónde está con las niñas, mientras Jackson pide la cuenta al mesero.
Llega la notificación de Chase dónde indica que está con ellas en la Central, entre Jackson y yo pagamos la cuenta de la comida, después regresamos a dónde se encuentran nuestros vehículos, ahora es él quién me sigue, porque no sabe la ubicación exacta de la base tampoco la conoce, ha estado viviendo aquí en Londres durante tanto tiempo que no sabía que había una en esta ciudad.
En sí queda a la salida de la ciudad, en medio de un bosque donde permite que esté escondido, sigo conduciendo y los árboles pasan a mi alrededor donde el silencio de la naturaleza me tranquiliza, extrañaba aquella sensación. Recuerdo que mi placa no la tengo aquí en el bolso, si no en el apartamento.
Deberé mencionar mi nombre completo para que me dejen pasar sin problema alguno, además le escribo a Chase de nuevo para que avise a los agentes de turnos que estaré llegando dentro de algunos minutos, suena la notificación de mi móvil. Conectó el dispositivo móvil con el auto, en dónde gracias a la pantalla tecnológica que hay en el centro podré revisar todo lo que haya en el celular.
Chase: De acuerdo.
Observó por los espejos retrovisores si Jackson continúa siguiéndome, pensaba que me iba a dejar al saber mi pasado o que por lo menos me dejaría ir con facilidad, pero escuchaba con atención todo lo que he vivido, sin pensar que ya tiene conocimiento sobre que todo esté tiempo ha estado saliendo con una mujer casada con hijas de intermedio, pero le di igual al enterarse que mi exesposo también está haciendo lo mismo.
Espero que cuando esté en Nueva York firme el divorcio, en dónde anhelo que aquella acción no vaya a traer consecuencias luego. Porque si él pudo rehacer su vida ¿Porque yo no? Lo mejor, será que estemos en buenos términos por las niñas, pero después es imposible que nuestra relación como novios o esposos vuelva regresar a la normalidad como si nada.
La enorme entrada de la central aparece en dónde es custodiada por cuatro agentes de la CIE, mermó mi velocidad y bajo el espejo de la puerta de piloto, uno rodea el vehículo y se ubica frente a mí puerta.
—Buena tarde. —digo amablemente.
—Buena tarde, ¿En qué puedo ayudarle? — responde.
—Soy Rose Williams. Rose Williams Jones— determinó. — por favor me podría dejar ingresar con un conocido.
—Mencione su nombre completo. —contesta y la radio que tiene a un costado de su uniforme, se escucha la voz del máximo jerarca de aquí de Londres, eso hace que la tome.
—Mi nombre completo es... —suspiro, porque sé a qué se refiere. —Rose Evans Williams, sargento de la Central de Investigaciones Especiales en la base de Nueva York.
—Bienvenida de nuevo mi sargento Evans. —me sonríe.
—Gracias, que tengan un buen turno. —es lo último que mencionó y realiza el debido saludo.
Después las enormes puertas se abren dejándome ingresar, arranco y Jackson continúa siguiéndome. Mientras conduzco rectifico sí aquí la estructura es igual a la que normalmente estaba acostumbrada, con la diferencia que el estacionamiento queda en la superficie busco un lugar disponible y hay dos, Jack toma uno entonces escojo el otro.
Recojo mi bolso guardó en él las gafas oscuras, luego quitó las llaves del auto de su lugar, me bajo del vehículo cerrando la puerta a mis espaldas, Jackson hace lo mismo, me acerco a dónde está él y acomodó mi cabello.
—¿Me acompañaras? O ¿Me esperaras aquí? —le pregunto.
—Te acompaño, castaña. —dice, me toma de la cintura y deposita un beso en mi mejilla.
Caminamos hacia el ascensor, presionó uno de los botones para que se abran la puerta y sucede ingresamos a él empieza a descendientes, le indico a Chase que por favor este en la primera planta con las niñas, porque sé qué él estaría en los últimos pisos de las edificaciones, no quiero que todavía uno que otro agente sepa de mi regreso porque solo sabe los cargos superiores.
Las puertas se abren y salimos del elevador, llevo mi móvil en una de las manos mientras en la otra el bolso, cuando llegue a casa me daré una ducha para relajarme será después que las niñas están dormidas porque me duelen los dedos de los pies, por los tacones ya que me tallan de pronto me los quito cuando esté conduciendo me los quito y descanso unos minutos.
Recorremos la primera planta donde estamos y con unas señas le digo a Jackson que esperemos aquí, Chase me avisa que ya viene en ascensor con ellas, le sonrió a mi novio y después me responde con la misma acción, su móvil comienza a sonar entonces lo saca del blazer con un gesto me dice que necesita responder y asiento.
Muevo mis pies, al mismo tiempo observó los dos ascensores para saber en cuál saldrá mi familiar con las niñas.
—¿Rose? — brincó, mi corazón se acelera, por la voz conocida que acaba de escuchar a mis espaldas.
Me giro para confirmar y es «Ryan Evans», esos ojos claros me observan sorprendido, ya no es el adolescente que conocí hace algunos años atrás la edad está siendo evidente, dónde tiene una pequeña barba su cabello está organizado continúa viéndose guapo, trae su uniforme de entrenamiento se acerca aún más dónde estoy corto la distancia y lo abrazo, sin poder creerlo.
Extraña al pícaro de los hermanos Evans, nos separamos y él tiene los ojos llorosos al igual que yo, se limpia hago lo mismo.
—Te extrañaba coqueto. —lo molestó, para dejar el semintalismo a un lado.
—Y yo a ti coqueta. —habla en el mismo tono. —¿Me viniste a visitar?
Abro la boca para responder, pero de repente...
—¡Mami! —dicen las mellizas detrás de mí, le vuelvo a dar la espalda al hermano de Ian, dejo mis pertenencias en el suelo y me arrodilló para recibir a mis dos arcoíris con los brazos abiertos.
Corren y me sostengo bien al recibir su impacto las abrazo, el perfume de bebé llega a mí olfato me abrazan con fuerza y me separó de ellas con delicadeza, al no poder creer que me hayan reconocido.
—¿Mami? —me pregunta Ryan.
Reviso a las niñas, todo está en orden.
—Mami estás hermosa. —habla Grace y me detalla de abajo hacia arriba.
—Mi hermana tiene razón, estás muy hermosa Mami. —apoya Hazel.
—Gracias a ambas. —les digo.
Chase se acerca a nosotros, dejó de darle la espalda a Ryan, me levanto y ellas se concentran en observar con detenimiento.
—Ros ¿Cuántos años tienen ambas? —vuelve a preguntar Ryan al observar a Hazel y Grace.
Me quedo en silencio y solo le sonrió, dándole una señal porque sé que no es idiota.
—Rose, no me digas que son de mi hermano. —dice sin poder asimilarlo. —¿Son de Ian? — su voz cambia.
A molestia.
—Ryan no es el momento indicado... —digo porque ellas están presentes, se tensa al escuchar mis palabras.
—Por lo menos les dirás ¿Quién soy? —su voz es una mezcla de irá con tranquilidad, porque me está mirando directamente.
Observó a Chase que en este preciso momento está cargando a Hazel, me arrodilló y hago lo mismo con Grace, Haz abraza a su tío.
—Ros recuerda lo que hablamos. —habla el ministro.
Entonces me acerco a Ryan con Grace en mis brazos.
—Hermosa. —digo y colocó un mechón del cabello de mi hija detrás de su oreja. —él, es hermano de papá.
Chase también se acerca con Hazel, el rostro de Ryan se relaja al instante que Grace coloca una de sus manos a un costado de su pómulo y él le sonríe.
—Hola. —menciona amablemente mi hija. —Soy Grace.
—Hola linda, me llamo Ryan. —le responde.
Tardamos en abandonar la base porque Ryan quiso compartir tiempo con ambas en dónde al interactuar con ellas confirmó sus sospechas, cada persona que me conozca o sabe cómo es Ian, se dará cuenta que son nuestras hijas. Lo único que le pedí a Ryan es que me diera tiempo para decírselo a su hermano mayor.
Quedó decepcionado al enterarse que su hermano perdió cuatro años de ellas, porque conozco la historia de Ryan e Ian y sé que si en algún momento, ellos llegasen a ser padres no cometerían los mismos errores que hicieron sus padres con ambos. Por otro lado, se colocó feliz al enterarse que estaré de regreso a la CIE, cuando pueda nos visitará a Nueva York.
Además, le dije que si gustaba viajar con las mellizas el día que ellas irán a Nueva York, pero no puede porque sus responsabilidades en la base han aumentado, pero encontraré a alguien que viaje con ellas, Chase tampoco ese tema después lo solucionaré.
El plan que teníamos Jackson y yo para las mellizas se cumplió, primero nos dirigimos al apartamento para cambiarme, colocarme algo cómodo unos vaqueros, una blusa holgada y Converse. También a las niñas les coloco ropa cómoda ya que tenían su uniforme del jardín de niños, nos divertimos en uno de los parques de diversiones en dónde ambas aprendieron muchas cosas y es como si hubiesen conocido algo nuevo, ese algo que amaron y repetirían una y otra vez.
Ver la felicidad en sus rostros fue tan... indescriptible, hasta el punto de que era contagioso y hubo fotografías que quedarán guardadas, una vez alguien me mostró el mundo, en cada uno de sus matices y yo quiero hacerlo con ellas, tomaré muchas fotografías para cuándo crezcan sepan todas las aventuras que tuvieron desde que nacieron.
Continuará...
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