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Capítulo 37 🗝️: Maniobra

Rose.

En los próximos tres días se enfocarán en las pruebas aéreas, algo que me emociona porque en algunas cosas es mi fuerte. Me terminó de colocar mi uniforme de entrenamiento, acomodó mi cabello en un moño evitando que cualquier hebra de cabello se notaría, Hazel y Grace se encuentran con sus abuelos y bisabuelos, porque los demás miembros de la familia también estarán partícipes.

Me dirijo hacia la parte superior del barco naval, estamos en uno, Lea, Vic, Sophie, Adele, Richard, Megan. Cada miembro de la central de Nueva York nos encontramos en el tanque naval, Ian está en la sala de comando dando las indicaciones correspondientes junto a nuestro teniente coronel, ambos son quiénes tienen voz de mando en nuestra entidad.

En el transcurso del camino me encuentro con Lea y Adele, ambas tienen el mismo uniforme.

—Rose, lo siento.—murmura Adele.

—¿Disculpa?—no comprendo a qué se refiere.

El ambiente se torna incómodo, lo confirmo por la manera en que camina Lea teniendo una postura rígida.

—Puede que está situación no sea cómoda entre Ian y tú. —explica la chica de ojos oscuros. —Me alegra saber que ambos hayan regresado, pero no haré nada para interponerme en su relación...

¿Esas palabras son con doble intención? O ¿Realmente son sinceras?

—Me gustaría que ambas tuviéramos una muy buena relación. —propone. —¿Por nuestros hijos no?

Me detengo y justo cuando comenzará una de las pruebas toca el tema, ¿Porque no lo hizo en otro momento? Tanto Lea como ella también se detienen.

—No es una mala idea—opino, aunque ni yo misma me creo lo que estoy diciendo. —Pero, no pretendas que la relación entre ambas vaya a mejorar de la noche a la mañana, necesito tiempo.

—De acuerdo. —sonríe.

Mi mejor amiga aclara su garganta, regresamos a caminar nuevamente a nuestra ruta. Nos ubicamos en la rampa, misma que empieza a descender poco a poco se va posando sobre nosotras la luz del sol, me coloco la gorra tratando persuadir aquella iluminación. Al estar en la pista de aterrizaje del barco, uno que otro oficial está concentrado, en las aeronaves y otros caminan de un lado hacia otro realizando sus labores.

Se nos une Sophie, me entrega el casco para poder pilotar.

—La sargento Davis no podrá pilotar junto a usted. —me informa Sophie. —Por su condición.

—¿Quién lo ordenó?—se mete a la conversación Adele.

—El vicepresidente Evans. —le explica Sophie a Adele. —Está en el reglamento interno de trabajo de la CIE, ya que se encuentra en las semanas de gestación de alto riesgo.

A pesar de que no tenemos una muy buena relación, ambas sabemos perfectamente distinguir lo laboral de lo personal. Íbamos a pilotear la aeronave juntas, pero por el bienestar de Adele sí es buena idea que no lo haga.

—¿Entonces quién lo hará?

Alex Pearson llega.

—Yo lo haré. —dice él mismo.

—Te irá muy bien con él. —comenta Lea. —Es algo que te puedo asegurar.

Los cuatro nos acercamos hacia la aeronave que ya se encuentra lista, escucho la voz familiar cosa que no hace que me distraiga. Alex es el primero en comenzar a subir los pequeños escalones, para poder ingresar a la cabina que tiene nuestro equipo aéreo.

—¿Estás lista?—me pregunta Ian.

—Si, mi mayor. —aseguró.

Me toma de la muñeca para hacer que lo mire, con un pequeño gesto me zafó de su agarre.

—¿Te acuerdas de la maniobra que te enseñé?—me pregunta Evans.

Cuando él y Chase me estaban enseñando a pilotear las aeronaves, habían maniobras que usualmente Ian utiliza a su favor y siempre gana. Él es muy bueno en cuanto a ello, una de esas maniobras es algo arriesgada pero efectivamente la llama la ruleta porque es pilotar de cabeza sobre el oponente para tu salud es peligroso, debes acelerar la velocidad por un instante después mermar e incrementará al mismo tiempo.

Ayuda que tú contrincante no pueda llegar a atacarte o estar en su campo de visión. Luego programas el misil que salga de la aeronave generando un contraataque.

—Hazla, si es necesario. —me aconseja.

—De acuerdo. 

Él se marcha y antes de hacerlo le realizó el saludo correspondiente, por tan solo unos cuantos minutos lo miró directamente a los ojos, donde con tan solo una mirada, porque puede que nos separamos unos cuantos años y aunque hemos convivido profesionalmente dejando las cosas en claro, con el pasar de los días está renaciendo eso...eso que había entre los, siempre habrá esa confianza, química porque nos conocemos muy bien y somos los dos contra el mundo, somos ese desconocida y la estudiante de leyes.

Me dirijo hacia los pequeños escalones para ubicarme en la parte de piloto. Alex Pearson será mi copiloto, todo saldrá bien y estoy más que segura de ello. Porque no debo equivocarme.

Me acomodo el cinturón de seguridad luego me coloco el casco, mi compañero activa la opción para que se baje la parte superior de nuestra cabina. Tomo el control de aeronave la enciendo y avanzó algo en la pista del bunker, siento cuando nos ubican en una de las ruedas traseras el impulsor. Aprieto el volante la velocidad que nos genera este es impresionante, no suelto aquel elemento me estabilizó en el aire.

—Démosle una paliza a los británicos. —comenta Alex por el intercomunicador de la nave.

—Será un placer. 

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Oscuro.

Algo que me atrapa de los héroes es como tienen esa facilidad de tener empatía y no ser egoístas, sin importar lo que pueda suceder. Tomó otra calada de la colilla y observo el tablero de ajedrez, después mi vista se posa a las cartas de póker que tome de San Andrés. Cada uno tiene que caer, ya la familia Evans Williams tuvo una sutil advertencia y si los dos agentes son inteligentes sabrán que no todo es juego, porque su trabajo nunca lo es.

Pero quién iba a creer que una muy buena depuración por parte de ellos iba a tener consecuencias, cuando Rose fue secuestrada junto a uno de sus escoltas en la explosión de la CIE. Ella estaba rodeada por víboras que harían cualquier cosa por tocar ese cabello castaño oscuro, por destruir cada parte de ese angelical e indestructible rostro. Como se sabe ella fue muy astuta y por lo visto continúa siéndolo.

Me levanto de mi asiento y me acerco al balcón de la suite teniendo una vista perfecta de Miami, en especial del océano donde se encuentran los buques armados de la Central de Investigaciones Especiales. Es impresionante como todo el sector está protegido por diferentes francotiradores y también en la zona aérea pasa uno que otro helicóptero. Hay una razón de que esté sucediendo eso. 

Todas las familias fundadoras están en un solo lugar, por las diferentes características físicas de estas puedes reconocer quien pertenece a alguna. He llegado a estudiar sobre cada uno, porque la batalla pasada la ganaron pero la que se aproxima será tan devastadora que se extinguirán cada miembro de las familias y no vivirán para contarlo.

Evans.

Blythe.

Taylor.

Ferguson.

Bristol.

Cada una de las fichas del ajedrez caerá. No hay peor enemigo que quien conoce los movimientos de sus oponentes, hasta los que tienen debajo de la manga y habilidad que utilizare a mi favor.

Nota: Actualizo mañana. :)

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