Capítulo 3 🗝️: Impacto
Ian Evans
La CIE durante estos cuatro años ha mejorado para bien de la organización, además al crecer tanto a nivel internacional hizo que se tomarán decisiones un poquito extremas ya que su jurisdicción es aplicable en el noventa por ciento de países que hay en el mundo.
Cada uno de los cargos continuaron siendo los mismos, las dos sedes más poderosas son la de Londres y Nueva York dónde estoy a cargo, pero coincidencialmente en ambas están al mando por miembros de mi familia.
Además, su crecimiento fue otro motivo por el cual se fundó la academia, la mayoría de los agentes de la CIE están estudiando en ella por su extraordinario sistema educativo creo que es uno de los mejores que puede existir y no es por elogiarlo, pero abre muchas puertas en todos los ámbitos académicos y profesionales.
Por otro lado, el retiro de mi tío como máximo jerarca de la central, se aproxima y no me lanzare para disputar por el puesto porque hay otros planes para mi vida, así como estar al mundo de las fuerzas militares de la agencia y si no tuviera esa opción tanto estaría dispuesto en asumir un lugar tan importante.
Profesionalmente necesitaría crecer en cuanto a conocimiento, me ubico en uno de los asientos de la sala de juntas. Está reunión se realiza cada quince días para colocarnos al día con lo que sucede, en los distintos países donde estamos al mando.
Fue una decisión que se tomó hace cuatro años atrás porque el consejo noto que Harvey, estaba teniendo un excesivo trabajo con cada una de sus labores como vicepresidente, pero ahora los altos mandos que hay en todas las sedes deben ayudarlo de una u otra manera porque el trabajo no debe ser retrasado y más aún cuando esperan resultados intachables.
Mis dos mejores amigos ingresan a la sala se ubican a mi derecha «Lea Thomas y Víctor Robinson», después esperamos a quiénes son los que faltan para dar inicio, porque hoy se hablaré de los agentes que solicitaron su ascenso para el presente año, todavía el mío no lo he hecho quiero continuar por ahora como Mayor de la central, el título de "teniente coronel", me encuentro bastante lejos para ser digno de este, aunque varios de mis allegados quiere que me postulé.
No sé, si es por el simple hecho de que soy un poquito exigente conmigo mismo.
—Buenos días. —empieza a hablar Harvey. —, gracias por su presencia, cómo ya saben dos momentos importantes se aproximan para nuestra agencia.
—Las olimpiadas y la ceremonia de ascenso. —interviene la ministra de Grecia, «Kavya Evans Russell.», esposa de Harvey.
Ellos dos son quiénes explican con detallé todo lo que sucederá en estos seis meses, luego cada ministro de los distintos países que hay presentes muestra la lista de agentes que se postularon para sus siguientes rangos. Prestó atención a los nombres que se mencionan, después en la Tablet que hay al presente de mí colocó mi firma en varias ocasiones dando el aval de que estoy de acuerdo.
Y un instante la sala se queda en silencio porque Adele también ingresa a la reunión, cómo lo hice hace algunos minutos atrás y le entrega una documentación a Kavya, trato no prestar atención a lo que están hablando, pero mi novia se queda a escuchar la reunión porque lo solicita la mujer de cabello rojizo.
En las distintas pantallas digitales que nos rodean muestran, toda la experiencia que tiene cada uno de los agentes nombrados anteriormente quiénes se postularon.
—Quiero hacer una intervención. —habla Chase Evans «mi tío.», desde la vídeo conferencia.
—Adelante. —contestó la ministra de Washington.
—Varios de los agentes que se llegarán a informar en algunos minutos atrás. —explica Chase. — son reubicados, quiero hacer la excepción de una persona más.
Continúo observando la pantalla del dispositivo tecnológico que hay frente de mí.
—¿De quién estamos hablando? —esta vez el ministro de Nueva Jersey es quién cuestiona.
Chase no contesta.
—Hace algunos años atrás, una mujer ingresó a la Central de Investigaciones Especiales. —Harvey resuelve la pregunta del ministro. — convirtiéndose la primera en su familia en hacerlo, además ejerciendo otra carrera mientras era agente.
—Esto acaba de colocarse interesante, que empiecen los juegos artificiales...—murmura Víctor con cierta felicidad y hace que levanté la vista, confirmando mis sospechas.
«No, no.» por la descripción de Harvey, se perfectamente de quién se está hablando.
—Ella durante dos años se ganó el respeto de muchos en la CIE. —agrega Kavya. —, convirtiéndose un ejemplo a seguir, es hija de uno de los importantes magnates de Nueva York, actualmente es una de las abogadas más cotizadas y respetadas en la ciudad de Londres.
—Damas y caballeros. —vuelve a hablar Chase. — Rose Evans Williams.
En las diferentes pantallas que nos rodean fotografías de Rose, comienzan a mostrarse al igual que su certificado de estudio de la facultad de Leyes y otros estudios, como maestrías, doctorados, el expediente, su historial en la agencia, así como varios videos de las diferentes misiones que llegó a tener y en uno que otro aparezco, porque antes nos defendíamos mutuamente, no permitamos que nos lastimaran trabajando en equipo y demostrando que juntos éramos invencibles.
No solo en la agencia se veía reflejado aquella cualidad, también en los negocios, siento la mirada de alguien sobre mí, busco quien es y la expresión de sorprendida de Adele es algo que me toma desprevenido.
—Es su esposa Mayor Evans ¿Si no me equivoco? —las palabras de la ministra de Washington, hace que me saque de mis pensamientos.
Pero no quitó la mirada sobre Davis y ella agacha la cabeza por la pregunta de la ministra.
— Sí, es mi esposa. — admito.
—Entonces debería estar orgulloso de ella.
Ahora en el iPad aparece la autorización para su reintegro de la agencia, distintas firmas de cada una de las personas presentes aparecen, solo falta la mía.
—Será un honor tenerla de vuelta, su trabajo y lealtad en esta agencia es...—se queda sin palabras el ministro de New Jersey. —sin mencionar que fue entrenada por su familia, si no me equivoco señor Evans.
El mira a Harvey y este asiente.
La sala se queda en silencio al volver a tener la vista sobre el iPad me doy cuenta el motivo y todo es porque soy el único que falta en aceptar, el reintegro de quién continúa siendo mi esposa la idea no para en rodar por mi cabeza, debo dejar a un lado el impacto que me generó la noticia y permitir que la razón sea quién domine en esta decisión, porque sin importar que ella es un muy buen elemento para la Central de Investigaciones Especiales.
Muevosobre la mesa el lápiz táctil la mirada de todos sobre mí, no ayuda a la horade tomar una decisión así que sin más que pensar, trazo sobre el iPad mi firmaempezando con I siendo sofisticada y terminó con S.
Se concluye la reunión poco a poco las personas abandonan la sala de juntas, solo falta Lea y Víctor sin mencionar al vicepresidente y su esposa.
—Necesito hablar con el señor Evans. —la frialdad en mi voz hace que automáticamente, nos dejen solos.
Y tengo muchas preguntas respecto, cómo demonios la encontró.
—¿Para qué me necesitas? —dice en el mismo tono de voz que maneje hace unos minutos atrás, apaga su computadora.
—¿Cómo la encontraste?
—¿A quién? —me contesta.
—¿A ella?
—¿Quién?
—¡A Rose! — me saca de mis casillas.
—Soy el máximo jerarca, si tú tienes tus propios contactos. —El egocentrismo en su voz es evidente. — Ahora imagínate yo.
—¡¿Pero cómo?!
—Es información clasificada.
Me levanto de la silla, después rodeó la mesa tratando de estar cerca de él porque sé que sus comentarios los hace para molestarme.
—Tengo derecho a saberlo.
—No, no lo tienes. —determina. — desde que hiciste tu vida desde cero, dejaste de tener ese derecho sobre Rose.
De una u otra manera tiene razón, aunque no lo aceptaré, porque eso hará que su ego aumente, pero me quedo absorto en mis pensamientos recordando que en varias ocasiones llegué a estar en Londres y en ningún momento me tope con ella.
—Solo espero que todo siga a la normalidad cuando ella llegué. —menciona con firmeza. — seguirás con Adele, porque, así como empezaste una relación con alguien ella también lo hizo, entonces ambos se deben comportar como adultos porque ya no son unos malditos adolescentes.
Abandona la sala, hago lo mismo, pero está vez iré a un lugar donde me gusta despejar mi mente, primero pasó por mi oficina para recoger mi arma de dotación al igual que la placa, luego me dirijo hacia el elevador, ingreso en el mismo después seleccionó uno de los pisos subterráneos.
Dónde se encuentran los polígonos y distintos lugares para entrenar, me adentro a uno que está totalmente vacío, me acerco a una de las paredes que contiene el mismo y enciendo los reflectores, por último, tomó un francotirador me coloco los audífonos y empiezo atinar en cada uno de los objetivos, permitiendo que la duda, irá genéticamente todas las emociones que estoy sintiendo en este momento se desagravian en las acciones que estoy haciendo en este preciso instante.
Sacando las habilidades que adquirí con el tiempo en la agencia porqué esto es algo que nadie me podrá quitar, absolutamente nadie y tampoco permitiría que fuese a suceder, se acaban las municiones me acerco a la pared y tomó otra arma de a larga distancia, le quitó el seguro y vuelvo a repetir los mismos movimientos de hace unos cuantos minutos atrás.
No comprendo porque tuvo que aparecer de nuevo cuando mi vida iba de maravilla, es algo que no entiendo. Cuando se acaban los proyectiles, en vez de coger un arma de fuego elijo una de cortopunzantes, navajas. Me deshago de los audífonos y me dirijo hacia el lugar donde se hace uso de los elementos que acabo de escoger, observó el flanco de colores rojos y blancos, lanzó cada una de las navajas en el mismo atinando en el lugar correspondiente.
Las dos últimas caen al suelo ya que escucho pasos, acercándose detrás de mí, me giro para poder darme cuenta de quién se trata y mi pastor alemán «Max.», ya tiene ocho años estando conmigo trae su chaleco negro con el logo de la central en un costado que indica, su lugar en la agencia. Me agachó para acariciar sus orejas y detrás de él, mi novia llegó.
— Casi no logro traerlo. —dice Adele. —, en definitiva, no le agrado a Max.
—Es solo cuestión de tiempo. —le contestó con tranquilidad, mientras continúo acariciándolo. —Max es algo sobreprotector conmigo.
Dejó de mirar al pastor alemán y la observó a ella, trae su atuendo deportivo, unos leggins y un crop top que hace que se muestre su perfecta cintura, el cabello lo tiene recogido en una coleta alta y esos ojos oscuros no dejan de mirarme.
—Quería saber si te apetece ¿Que entrenemos juntos? —me pregunta.
Se a lo que se refiere, salir a correr o caminar alrededor de la base no es mala idea es algo que ambos comenzamos a practicar, para tener un ámbito deportivo. Aunque antes lo tenía, pero no tan estipulado, me levanto y ella se acerca lentamente a dónde estoy, cortando la distancia que hay entre ambos, comienza a subir mi camisa y detengo su mano con la mía porque no quiero que me tiente.
La miró directamente a los ojos y brillan con esa cierta coquetería, dejo mi mano sobre su cadera atrayéndola más a mí, ella sube aún más mi camisa pasa sobre mi cabeza está cae al suelo e inclinó mi cabeza para unir sus labios con los míos, inicia siendo un beso corto hasta que ella aumenta la velocidad hago lo mismo, mis manos dejan de estar en sus caderas para pasar por trasero suelta un pequeño gemido entre nuestros labios.
Y bajo ambas manos a sus muslos, ella toma pulsó rodeando sus piernas en mi cintura y la sigo atrapándola. La dejó sobre una de las mesas que hay en el polígono sin despegar mis labios de los suyos, ella con agilidad busco la manera de desabrochar mi cinturón por cuestión de aire, nos separamos.
Pegó su frente con la mía.
—Esto no se quedará de esta manera agente. —dice mientras me mira. — Primero entrenaremos y después...
—¿Nos desquitamos? —complementó por ella.
Ella se ríe y asiente.
—De acuerdo. —me acomodó el cinturón. — pero primero necesito cambiarme.
«—Te amo Hottie, siempre lo haré...— toma mi rostro en sus manos y vuelve a besarme.»
Muevo mi cabeza para deshacerme del recuerdo.
—¿Todo en orden? —pregunta Adele al notar que estuve absorto en mis pensamientos y me entrega mi camisa.
—Si.
Me coloco mi camisa, después los dos caminamos hacia el ascensor Max lo hace, pero a un costado de mí no quiere estar cerca de Adele, no he comprendido porque no le agrada ella, es una muy buena persona con Rose no era de esa manera ni mucho menos con sus hermanas, con Kenya si llego a tratarla de esa manera. Pero Adele es una buena mujer, se preocupa por mí por su familia técnicamente es perfecta claramente tiene defectos todos los seres humanos los tenemos pero que el pastor alemán no le agrade eso es extraño.
Ingresamos al ascensor, ella presiona la tecla de la tercera planta, cuando llegamos a mi oficina no me tarda nada en arreglarme me ducho para refrescarme después me coloco ropa deportiva dejo una que otra de mis pertenencias personales guardadas en los gabinetes de mi escritorio no quiero llevar ningún elemento, Max irá con nosotros mañana tengo la cena con los Williams debo hablar sobre ello con Adele ya que también está invitada por si me desea acompañarme.
Salimos de la central y Max continúa a mi lado, comenzamos a recorrer una parte de las afueras de la Central ya que el lugar es muy pero muy grande, Adele trajo sus audífonos inalámbricos me entrega uno de ellos para escuchar música mientras trotamos, menos mal el clima de aquí no es tan soleado, es sobre y de vez en cuando es que soleado, pero hoy está ¿Neutral? Cada uno está concentrado en el ejercicio, sin mencionar ni una sola palabra.

Nota: HOLAAAA regresan las actualizaciones, siiii llegó el momento más deseado de muchos como dijo Víctor: que empiecen los juegos artificiales. <33333333333
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