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Capítulo 21 🗝️: Ellas pagaran

Rose

Me siento en la silla que está frente a él había entre ambos una distancia prudente porque no me puedo acercar a él. Blande en sus muñecas como pies tiene cadenas, que están sostenidas desde el subsuelo, así no podrá moverse. En estás semanas su barba ha crecido aún más de lo que recordaba. Cruzo mis brazos frente a mi pecho y está atento a cada uno de mis movimientos, cómo si tratara de descifrar algo.

—Mi pequeña diablilla, tu nombre es tan importante en tu rama judicial. —menciona orgulloso y no pierde ese tono de voz maliciosa. —Y en nuestro mundo oscuro todos quieren atraparte y hacerte lo que Jhon te hizo una vez, hasta cosas peores, debo admitir. Eres más hermosa de lo que solía describir.

No demuestro que sus últimas palabras me generan cierto escalofrío, porque gracias a Jhon mi hijo está muerto y eso es algo que nunca se lo perdonaré.

—¿Cómo te llamo?—vuelve a hablar.— ¿Ashley? ¿Señorita Carlise? ¿Rose? ¿Señorita Williams? ¿Sargento Williams? —hace una pausa y abre sus ojos como si estuviera sorprendido. — o la mejor de todas ¿Señora Evans? ¿No?

Aclaro mi garganta.

—Blande dejémonos de rodeos, no tengo todo el tiempo del mundo. — sentenció.

Él se colocó tenso al escuchar mis palabras y se acomodó en su silla.

—Disculpe si le estoy quitando algo de su apreciado tiempo.

Ruedo los ojos.

—Pero necesitaba verte diablilla.

—¿Alguna razón para ello?—le respondo con una pregunta.

—Además de verte necesitaba hacerte una pequeña advertencia, ya es decisión tuya si quieres oírla o no.

Me levanto del asiento, aquí estoy perdiendo mi tiempo y no estoy para estar jugando a las adivinanzas o caer en su maldito juego, cómo es lo que él quiere. He notado eso desde que estoy hablando con él, camino hacia la puerta.

—¿Tienes hijas no?—menciona a mis espaldas y eso hace que me detenga, me giro para enfrentarlo.

Me dirijo hacia donde él y lo tomó del cuello de la camiseta para que me mire directamente, él no me está mintiendo.

—¿Cómo lo sabes imbécil?—le reclamo.

—Cálmate y te contaré todo.

Observó el espejo negro donde está Lea, mi mejor amiga tenía razón debo jugar su juego, aunque no me agrade la idea. Regreso a mi silla sentándome nuevamente.

—Hace algunos años atrás, una persona que menos esperabas te traicionó. —explica él. — Una de tus mejores amigas de infancia, Charlotte Wilson, entregandote ¿No?.

Asiento para que continúe.

—Uno de los temores que tenemos a la hora de tener hijos, es que ellos tengan que pagar nuestros errores más adelante. — cambia de tema y este es el que realmente me importa, porque se por donde quiere ir. — Ahora tienes dos hijas, dos niñas que hasta ahora han comprobado que quieren seguir los pasos de su madre ¿Te imaginas cómo serán en unos cuantos años?

No opino, solo escucho.

—Por ahora nadie sabe quién es su padre. — asegura. — Sin embargo tú tiempo en la CIE ha sido intachable, Rose Evans. En el bajo mundo le temen a lo que se puedan convertir esas dos pequeñas e inofensivas niñas, diablilla ten cuidado.

—¿A qué debo tener cuidado?—necesito más respuestas.

—Tus hijas son el próximo blanco. —me advierte. — Y está vez no será una mejor amiga que te traicionara, será una de las personas que menos te esperabas. Todo estallará cuando se comprueben cuáles son los orígenes de Hazel y Grace.

—¿Y porque sus orígenes?—pregunto. — Si son mis hijas, ¿Que más quieren saber?

—Se rumorea que ellas forman parte de un linaje, por generaciones que ha estado en la CIE.— se detiene al ver mis expresiones, eso significa que saben mucho más de ellas. —En la CIE solo existen cinco familias que han estado por generaciones, las cuales son muy influyentes.

El cuarto se queda en un absorto silencio.

—Los Blythe, Los Taylor. —va mencionado cada uno de ellos. — Los Ferguson, Los Bristol y creo que debes saber muy bien, el último porque hasta portas ese apellido.

—Los Evans. — concluyó.

—Exacto diablilla. —dice orgulloso.— Y quieren acabar poco a poco con las generaciones que están vigentes, ya te dije todo lo necesario, no puedo mencionar más porque me matarán si lo hago. Te recomiendo que indagues por tus propios quienes o quién quiere atacar a las niñas, lo attapes antes que lo hagan con ellas.

Eso significa que las afectadas no solo serían las niñas sino también Samantha, al igual una de las principales jerarcas que antes comandaba esta sede Aurora Taylor, con ella no llegue a tener una muy buena relación, pero si alguien cercano será el próximo en atacar no puedo confiar en absolutamente nadie. Me levanto de la asiento y no le menciona nada a Blance, corro la silla para acomodarlo en su lugar.

—Por cierto mi higher roller.—no me detengo al haber escuchado sus palabras.— No me arrepiento de haber perdido la cordura, porque eso significa que no hubiera tenido la oportunidad de probar tus labios y si pudiera volvería a cometer aquellas tentaciones, para que aparecieras en mi vida.

Ahora sí lo dejo en la sala, cerrando a mis espaldas la puerta y sus palabras no dejan de repetirse varias veces en mi cabeza. Tratando de hallar algunas de las preguntas que se formaban mientras hablaba con él o cómo haré para proteger a las niñas, en tanto encuentro a quién quiere hacerles daño. No puedo ocultarlas de nuevo, porque no quiero que vivan la experiencia de que deben estar mudándose a cada nada, ellas necesitan algo estable.

Lea me entrega mi bolso y dentro de él rebuscó mi móvil, solo hay alguien con quién confiaría ciegamente. Metería las manos al fuego para confirmar que nunca me llegaría a traicionar, Thomas me dice que debe hacer algo con Blande después me alcanzará en la base, recorro el mismo recorrido que hice al estar aquí adentro para poder salir de la prisión.

Escucho como Jayden ordena que no se separen de mí, probablemente escuchó mi conversación con Blande, llegamos hacia el estacionamiento. Hay algo que sí tiene razón Blande, debo actuar rápidamente antes que ellos sean los primeros en atacar y no permitiré que le coloquen un dedo encima a mis hijas, será bajo mi cadáver y ni estando muerta.

Colocó el móvil en mi oreja cuando empieza a marcar el número institucional del ministro.

—Buen día, Aquí Liza Rowing, secretaria del ministro Evans.—me contesta. —¿Con quién tengo el gusto de hablar?

—Buen día Liza con la Sargento Rose Evans. —digo. — por favor me podrías comunicar con el Ministro Chase Evans.

—Sí, mi sargento en un momento lo tendrá en la línea.

Desbloqueo mi auto, ingreso a él, conecto el móvil con el vehículo para poder hablar con Chase mientras conduzco cierro la puerta y dejo mi bolso encima del asiento de copiloto, me coloco el cinturón de seguridad, enciendo el auto. Subo todas las ventanas del Audi, para que nadie pueda escuchar algo.

— Me extrañabas ¿Señora Evans?—me coquetea Chase. — Pensé que íbamos a esperar a la luna de miel...

—No puedes vivir sin mí, Señor Evans. —le habló de la misma manera.

—No podemos vivir sin el uno del otro. —asegura.— ¿Me necesitas cariño?

—Chase me enteré de algo nada agradable y en serio necesito tu ayuda, no se lo puedes mencionar a absolutamente nadie.

—Rose ya me asustaste. —su tono de voz se vuelve serio. — ¿Qué está pasando?

—Lo que está pasando es que mis hijas están amenazadas.

—¡¿Cómo?!

—Todo porque no quieren que las generaciones futuras de nuestra familia continúen. —le explico. —Y hasta ahora ellas son las que están iniciando la próxima generación de la Familia Evans, solo por el simple hecho de que son mis hijas y están averiguando quién es su padre.

—¿Y lo saben?

Miro la carretera, luego muevo la palanca de cambio hacia atrás.

—No y no deben saberlo porque será el detonante perfecto.

—Rose debes decirle a Ian.

—No, no se lo diré, no quiero ver a mis hijas muertas. — refutó. — Y ellas no son las únicas que corren peligro también Samantha.

—¿Ya hablaste con ella?

—Iba a hacerlo después que hablara contigo.

—Chase necesito que me ayudes a encontrar quién está detrás de todo esto. —le pido. — No las ocultare porque ellas ya están estableciendo una vida, incrementare la seguridad para ellas haré todo lo que esté a mi alcance para que no les hagan daño, pero hay que hallar el responsable de todo esto.

—Lo encontraré. —me asegura. —Te doy mi palabra, nadie tocará a mis sobrinas. Tú concéntrate en que ellas estén a salvó yo haré lo demás, no se lo mencionaré a nadie, sin mencionar que Samantha hace parte de nuestra familia desde que empezó a salir con Ryan, sin importar la rivalidad que tenga su familia con la nuestra, pero tampoco permitiré que le hagan daño a ella, Ryan no merece vivir otro maldito infierno.

—Gracias, en serio gracias.

—No me lo agradezcas linda. —dice. — recuerda que la familia es primero.

Es uno de los más importantes lemas de los Evans, finalizó la llamada con él. Posteriormente me las ingenio para contestar el mensaje del Albacea, mientras conduzco para que esté en mi oficina dentro de unos minutos, incremento mi velocidad porque no quiero llegar retrasada. En cada lugar que las niñas lleguen a estar deben haber escoltas, yo misma me cerciorarse que sean buenos para su trabajo, todo debe ser perfecto ni un solo error permitiré.

Cuando estén a salvó, hablaré con Ian sobre que ellas son sus hijas, activo una de las direccionales del Audi porque ya estamos cerca de la base.

🗝️

Camino en la tercera planta de uno de los edificios de la base, en busca de mi oficina. Mientras lo hago contestó algunos mensajes porque solicité a mi contadora privada , que realizará una pequeña evaluación del estado de mis inversiones, luego de recoger a las niñas iré a comprar un auto, lo necesito urgente para que ellas estén cómodas al igual que yo. Me encantan los vehículos descapotables pero no puedo llevarlas a ellas, porque solo tienen dos asientos además son bastantes pequeñas para que hagan uso de ellos.

Lo más probable es que más adelante los autos también los conducirán ellas, es una de las tantas cosas que estuve de acuerdo con Ian a la hora de tener hijos, sacó mi identificación y la pasó por el escáner de la puerta de mi oficina. Este se enciende de color verde dando la autorización de que pueda entrar, lo hago. Dejó la puerta ajustada porque según lo que me comentó el Albacea ya estaba cerca de la base, colocó encima de mi escritorio el bolso y luego tomó el control remoto para abrir las persianas.

Estás se empiezan a abrir dándome la vista perfecta que tiene esta oficina, me acomodo en el asiento que está detrás de mi escritorio y enciendo el iPad, no me gusta tener dinero en efectivo creo que lo gastó más rápido, ingreso a la aplicación del banco porque Agnes necesita un dinero y se lo transfiero a su cuenta, pronto se acabarán esas pequeñas vacaciones que tuvo. Desde que ví Ian como compartía con las mellizas he tenido el pensamiento frecuente de reconciliarme con mis padres, saber sus motivos porque actuaron de esa manera.

Pero siempre hay algo que me detiene y por eso no lo he hecho. Cuatro golpes no tan sonoros desde la puerta, hace que detenga lo que estaba haciendo.

—Adelante. —digo en voz alta.

Me levanté del asiento y acomodó mi cabello detrás de mis hombros, un hombre algo mayor alrededor de cincuenta años entró a mi oficina, estiró mi mano en modo de saludo la estrecha.

—Es un placer conocerla señora Evans. —dice.

—El placer es mío señor Hadaway. —le contesto.

Se acomoda en la silla que tengo al frente.

—Perdón si la llego a incomodar. —habla. — Pero algo de que si estoy seguro, es que los señores Evans tienen un muy buen gusto con las mujeres.

—Usted era la única que faltaba por conocer. —agrega. —por ahora a menos que el señor Gael y Ryan consigan a alguien más adelante.

—Eso lo veremos en un futuro señor Hadaway.

Adele Davis.

No puedo creer que Ian me haya dejado por Rose, es una de las cosas que más temía desde su llegada pero, aunque quiere tener cierto enojo por lo que él hizo. Siento que sus razones fueron muy honestas, al necesitar tiempo para sí mismo, de vez en cuando es bueno darnos ese tiempo para ti mismo, al fin y al cabo él solo está fingiendo su matrimonio con Rose.

Porque deben tener una muy buena imagen y aún más porque Harvey pronto entregará su puesto como el máximo jerarca de la CIE, entonces todo debe estar en orden. Algo que me cueste admitir pero debo hacerlo es que Ian, en ningún momento me utilizó para olvidar a Rose, sus sentimientos eran sinceros, cada instante que llegué a vivir con él fue especial.

Él sabe muy bien valorar a una mujer, cuidarla, protegerla. En definitiva es un hombre escrito por una mujer, muy poco se ven de aquellos hombres y entiendo porque Rose se casó con él. ¿Quién no lo haría? Y no me refiero a otras razones, por las cuales las mujeres suelen buscarlo a él. Y aquí es cuando tienes ese extraño sentimiento de no saber que hacer, porque el error no fue de ninguno de los dos, no hay ningún culpable, quedamos en buenos términos ¿No? Me siento herida y al mismo tiempo no, porque di todo de mí.

Hoy estaré en la ACIE si algunos agentes desean ayudar a los profesores lo pueden hacer, hoy conoceré a los de cuarto año. Se que el hijo de Lea y Victor se encuentra allí, al igual que la hija de Megan y Richard, también Sophie. Pero está semana ingresaron algunos estudiantes nuevos, entonces es el momento indicado para compartir con ellos porque la próxima tendrán unas actividades lúdicas.

No sigo caminando me detengo frente al salón de los de cuarto año, ingresó a este mismo. Organizó mi uniforme teniendo una buena presentación personal.

—Oficiales denle la bienvenida a la sargento Davis. —menciona la docente.

—Bienvenida sargento Davis. —contestan todos al mismo tiempo.

Cada uno está en su asiento correspondiente con el uniforme negro de entrenamiento, con una muy buena presentación personal. Se levantan de sus sillas ya que lo solicita la maestra, llegan en sus manos un cuaderno y colores. Puedo contar que son alrededor de unos veinticinco estudiantes.

En fila comienzan a salir del salón de clases, en un costado de su uniforme se encuentra su primer apellido. Gracias a ello logró identificar al hijo de Víctor y Lea, su cabello es rubio como el de su madre. Ahora hay dos niñas que captan mi atención por completo al ver el apellido Williams, en sus uniformes, una de ellas me observa de mala manera mientras sostiene la mano de la niña de ojos verdosos será ¿Su hermana?

—¿Quiénes son ellas?—le pregunta a la maestra.

—Son las hijas de la sargento Rose Evans. —me aclara.

¿No serán hijas de Ian?

—Al parecer no le agrado a una de ellas.—digo.

—Hazel es algo tímida pero muy astuta,—explica la maestra. — aprende todo con agilidad, tranquila con el tiempo le agradaras.

—¿Y la otra como se llama?

—Su nombre es Grace.

Es lo último que menciona la maestra ella se aleja de mí, para estar pendiente de los estudiantes. Digo que luego los alcanzaré porque debo hacer algo que probablemente Rose me pueda odiar y hay una probabilidad que Ian lo llegue a hacer más adelante aunque luego me lo agradecerá, me acerco a los asientos donde se encuentran los maletines de las niñas.

Busco en ellos alguna pertenencia que pueda tener su muestra de ADN de cada una, ¡Bingo! Tanto Hazel cómo Grace tienen un cepillo de dientes, arrancó una hoja de algún libro de la biblioteca del salón para envolverlos y no mancharlos con mis huellas dactilares. Ambos elementos personales los guardo en uno de mis bolsillos de mi uniforme, ahora falta conseguir algún elemento que tenga muestras de ADN de Ian.

Eso es lo más fácil diría, saco mi móvil de los bolsillos y marcó el número de mi mejor amigo Alex Pearson, al instante contesta mi llamada.

—Hola princesa. —me saluda. —¿Necesitas algo?

—Hola Ale necesito hacer una prueba de ADN. —hablo alegré. 

🗝️

Nota de autora: Holiiii Para quiénes me preguntaban más o menos como me imagino a Adele, aquí les dejo una idea, se sabe que Ian no tiene malos gustos. ME ENCANTA actualizar de seguido, bienvenidos a los nuevos lectores. <3

Con amor,

Dani.

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