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Capítulo 17 🗝️: Impaciente

Rose

Luego de haber estado en la playa cada uno se dirige con su pareja a su respectiva habitación, asignada en el hotel. En mi caso, Víctor mientras uno de mis superiores se encuentra en la sala de la habitación en una videoconferencia con Chase, me ducho para deshacerme de uno que otro rastro de la arena, terminó y vuelvo a colocarme otro bikini encima de este un vestido blanco en la parte de la cintura se pega formando la figura que tengo en la misma.

Desenredando mi cabello con un cepillo de peinar, me coloco unas sandalias y dejo que mi cabello este suelto, me dirijo hacia el balcón que tiene el cuarto en el camino tomó una cámara fotográfica profesional, porque pronto nuestro objetivo estará en la zona que estuvimos hacía algunos minutos atrás, me siento en una de las sillas que hay en el sitio, enciendo el dispositivo acercó el visor del mismo a uno de mis ojos.

Una sonrisa maléfica se dibuja en mi rostro, al ver que efectivamente acaba de llegar, aprovechó para tomar unas cuantas fotografías, escucho a Víctor acercarse a mis espaldas.

—¡Bingo!— dice solo para nosotros, al darse cuenta que llegó.

Baja la cámara y la dejó encima de mi regazo.

—¿Encontraste algo nuevo? —le pregunto.

—Si, nuestro queridísimo amigo está aquí en San Andrés con otra identificación. — explica. — porque sabe que está en la mira, incluso tenemos a la armada colombiana de nuestro lado, por si llegamos a necesitar algo.

Es bueno tener el respaldo de alguna fuerza armada o policíaca, aunque tenemos un cargo superior a nivel internacional ellos son nuestro respaldo y en los tratados deben cumplir con ayudarnos, por si llegamos a necesitarlos.

—Hoy habrá una fiesta en uno de los clubes de la ciudad. — agregó, esa información la encontré mientras estaba con Ian en el Jeep. — Y será de bienvenida para nuestro actor.

Actor, es nuestro código clave.

—Cariño, entonces debemos colarnos. — concluye y asiento.

— Les avisaré a los demás.

—Yo trataré de comunicarme a mi casa, para saber cómo están los niños.

Se que están en buenas manos pero creo que me hubiese encantado ver, cómo es Ryan con ellos, algo que sería realmente gracioso. Me levanto de la silla y me acerco a la cama donde sobre ella, se encuentra mi maletín con mis pertenencias personales, busco en el mi móvil. Me muerdo el labio inferior por la impaciencia, ya que no lo estoy hallando, entonces escojo la iniciativa de sacar cada elemento del maletín.

¡Uff! Siento un alivio al encontrarlo, lo desbloqueo y halló la aplicación de contactos para marcar por Facetime a Ryan, colocó el móvil en un lugar donde quede estable, me ubico frente de él, no me contesta. Vuelvo a insistir, lo llamaré hasta que me conteste y si no lo haré con Samantha, al cuarto llamado si sucede.

—Hola mi coqueta. —me responde Ryan en un tono seductor.

Sostiene su celular y está sin camisa ¡¿Qué diablos?!

—Ryan espero que no estés utilizando mi casa de motel. —le advierto, se amplía su sonrisa pícara.

—Claro que no, hay niños presentes. —niega de inmediato. — Además debo contenerme, quiero ir despacio con Blythe.

—Mas te vale.

Con Ryan puedes esperar de todo un poco, por eso debes tener la mente algo abierta con él. Es como ese hermano que es la oveja negra de la familia, aunque las veces que el me hablaba sobre Ian mencionaba que mi esposo, si que era una oveja negra en la adolescencia, era el famosísimo dolor de cabeza para sus padres. Ryan camina con el celular en la mano y por lo que puedo observar está en el patio trasero de la casa.

—¡Niños! — grita y su móvil tambalea.

Porque todos le hacen caso y se acercan a él corriendo, muerdo uno de los dedos de mi mano derecha para contener la carcajada que quiero soltar.

—¿Cómo es cuidar a cuatro niños?—le pregunto molestando.

—Es agotador...—me responde. — pero de una u otra manera te sientas completo, cómo si tuvieras una felicidad infinita.

Sus últimas palabras suenan algo apagadas se el motivo, desgraciadamente a él le arrebataron la oportunidad de ser padre, luego por el reflejo del sol no sé si es Mellissa o Hazel que le arrebatan el móvil y suelto la carcajada.

—¡Mami!— habla entusiasmada mi hija mayor.

—¿Cómo estás cariño? —cuestiono, con una sonrisa de oreja a oreja.

—Muy bien mami.

—¡Tía Rose! — se une a la conversación Andrew.

—Hola corazón.

—¿Qué tal el tío Ryan y Samantha? —vuelvo a preguntar. —¿Y la academia?

—Todo muy bien. —me asegura Haz. —La tía Sam nos está preparando hamburguesas ¡Mami!

— Sí tía Rose.

Luego el Ryan les explica que no vuelvan a hacer eso, si la próxima quieren tomar el móvil le pueden pedir permiso y ambos contestan con un "bueno señor". Solo escucho para no desautorizar a Ryan y porque él tiene razón. Vuelve a aparecer uno de los hermanos Evans a ti mis ojos, ingresa a la pequeña cocina que hay en el patio para poder verme bien.

—¿Entonces todo en orden?—esta vez no me preocupó por los niños, necesito saber que no haya nada acechandolos.

—Todo en orden. — Sus palabras me generan cierta tranquilidad. — La seguridad está triplicada, en las noches me turno con Sam para pasar revista por toda la casa y los escoltas están pendientes a los alrededores, en el bosque, la entrada, cada zona.

—Gracias.

— Por cierto te luce el rubio. —me halaga.

Luego se acerca Sam cargando a Grace porque se quedó dormida, la novia o el casi algo de Ryan me saluda. Por último me despido de cada uno de ellos, porque regresaremos mañana en horas de la noche, entonces cuando lleguemos lo más probable es que estarán durmiendo . Victor me pregunta cómo se encuentra Andrew y le digo que bien, espero que él se cambié porque Ian indicó que debemos volver a la playa.

En un bolso algo pequeño guardo lo que se necesita, bronceador, bloqueador. Mi identificación de Ashley Carlisle, además me coloco la argolla de plata representativo que estoy casada, pero me genera cierto cosquilleo en el dedo dónde se encuentra, porque no es a la que estaba acostumbrada llevar, antes era una que nunca me llegué a sentir incómoda portarla.

Alejo aquel pensamiento nostálgico y Robinson está listo, ambos salimos del cuarto y nos dirigimos hacia el ascensor. En dónde me ofrece su mano, para caminar con las manos entrelazadas, debemos parecernos que somos muy felices como pareja, me coloco las gafas oscuras y camino tomada de la mano de mi supuesto esposo.

🗝️

Llegamos al lobby del hotel y solo tenemos que caminar dos cuadras para llegar al sitio de esta mañana, no es mucho así que lo hacemos. Y para no estar todo el tiempo en silencio hablamos de cualquier tema, nos enfocamos en cuanto a gustos de películas, nos reímos al comentar escenas graciosas de películas de comedia. Por otro lado, recuerdo toda la información que leímos respecto sobre nuestro senador, su nombre es Blade Daniels uno de los más importantes senadores de nuestro país, pero esa imagen intachable solo es una cortina de húmedo.

Porque es un pedófilo y abusador, algo que nunca nos ha agradado en la CIE, no toleramos ese tipo de acciones y mucho menos con menores de edad. No me quito las gafas oscuras porque el día está bastante soleado, llegamos a una de las zonas VIP de la playa, en dónde hay carpas blancas, atención de primera y muebles cómodos para estar. Sin embargo, el grupo de amigos prefirió una carpa para todos, porque hay que economizar. Cuando nos acercamos a nuestra carpa Ian tiene un libro en sus manos, está leyendo y sus ojos están cubiertos por las gafas oscuras de aviador.

Richard le está aplicando bronceador a Adele, Megan está leyendo una revista a veces le lanza miradas fulminantes a Davis, está celosa. Pero sabe disimularlo un poquito, Lea está al lado de Ian dibujando algo en el iPad que tiene en sus piernas, cada una de las chicas está con su vestido de baño de dos piezas.

—Por fin llegan. — se exaspera Thomas.

—Necesitamos llegar a cabo el plan. —menciona Megan cerrando la revista.

—De acuerdo. —contestó.

Y me acerco a Megan para arrebatarle la revista, tratando que cambie su mal humor. Por mi acción ella cruza sus brazos frente a su pecho.

—Hey cambia esa cara. —le murmuro.

—No entiendo cómo haces para no estar celosa, porque Lea está con Ian. —me responde irritada. —En cambio a esa sanguijuela estoy que la trituro. —señala a Adele con disimulo para que nadie escuché nuestra conversación.

—No, soy celosa y me recuerdo que estamos. —mencionó con serenidad y recuesto mi cabeza en su hombro. — además me recuerdo que estamos en cubierto, princesa.

Se ríe por mi comentario.

—¿Tú no eres celosa? —me pregunta sarcásticamente en medio de risas. — Cariño, no lo demostraras con acciones pero he notado como fulminas a la señorita perfecta con tan solo mirarla.

—Es porque es tan ¡Agh! —digo con asco. — Tiene unos comportamientos tan inmaduros, todo lo que hace es para llamar la atención y me recalca con acciones que Ian es suyo, cuando en realidad no me rebajare como ella para pelear por un hombre, algo que tengo claro es que una mujer cuando sabe que rol tiene en la sociedad, no se rebaja a otras que busca complacer a quiénes la rodean.

Ella abre sus ojos drásticamente.

—Palabras sabías. —se levanta de la silla y deja a un lado la revista. — Es hora de cumplir con nuestro deber.

Me da un pequeño empujón, se quita el sombrero y acomoda su cabello castaño. Lea también se levanta de su sitio, luego le sigue Adele y bueno, ellas llamarán la atención como están, entonces debo deshacerme del vestido, me quito primero las gafas oscuras. Aprovecho que el atuendo es suelto y lo pasó, sobre mi cabeza siento la mirada de alguien sobre mí, sonrió para mi misma.

Quedó en el bikini y acomodó mi cabello, Ian cerró el libro que tenía en sus manos y lo colocó a un costado de su asiento. Mis pertenencias personales las dejo en unas de las mesitas y después sigo a las chicas, quedó en el medio de Megan y Lea. Debemos pasar cerca de Robert.

Para captar su absoluta atención hay que buscar la manera de ser invitados a esa fiesta. Caminamos como si nada, Megan coloca un tema de conversación para actuar a lo natural y funciona, caminamos como si nada, poco a poco nos vamos acercando a la caseta. Las cuatro nos llevamos unas cuantas miradas, uno de los escoltas de seguridad de Black se acerca a nosotras sonriéndonos.

—Señoritas no tienen ninguna autorización para caminar por aquí. — nos advierte y nos sonríe con malicia.

—Pensé que la playa era pública. —le coquetea, Lea.

—Hay ciertas restricciones. —nos deja en claro.

—Oh qué molestia estamos causando. —me uno a la conversación. —, pero necesitaré hablar con su jefe para saber si eso es cierto. —le sonrió.

Y él traga grueso.

—¿Que podríamos hacer nosotras?—le pregunta Megan, se acerca a él con lentitud y coloca una de sus manos en el hombro.

Él aparta con delicadeza la mano de mi mejor amiga, al escuchar algo por el auricular visible que tiene en su oído derecho.

—El señor Taylor necesita hablar con ustedes. — menciona con dificultad el guardaespaldas.

Él nos guía a la caseta y seguimos sus pasos, mi corazón comienza a latir con rapidez al mirar a diferentes lados y saber que tiene más de veinte escoltas resguardando, debo mencionarles a los chicos cuando nos volvamos a encontrar, no paró de sonreír, se hacen a un lado cinco escoltas que él tenía al frente.

Baja un periódico que tenía al frente de él y oculto mi asombro, había estudiando el expediente de Robert Black, había una fotografía de él, sabía que tenía un atractivo indescriptible. Como suelen ser la mayoría de hombres de nuestro país, nunca me imaginé que en persona fuera aún más cautivador. No está nada mal, pero eso no le quita los incontables delitos que ha cometido.

Su cabello es castaño bastante claro tornándose rubio, ojos azules y una pequeña barba alrededor de sus mejillas, generando un aspecto masculino y demandante. Nos sonríe a las cuatro.

—Buen día. —habla Adele rompiendo en silencio abrumador, porque al parecer no era la única que estaba detallando su físico.

—Buen día corazón. —le responde con una sonrisa pícara.

Es como si fuera un maldito actor de Hollywood en persona, se levanta del mueble para acercarse a nosotras, las cuatro estamos en la boca del lobo.

—Buen día. —digo con coquetería.

Se acerca aún más a las cuatro, pero ahora lo tengo a unos cuantos centímetros de distancia, contengo la compostura, coloca su mano en mi mejilla, no bajó la mirada, la sostengo, me mira de abajo hacia arriba.

—No pensaba encontrarme a cuatro hermosas norteamericanas, en San Andrés. —dice y continúa mirándome fijamente.—¿Cómo es tu nombre amor?

—Ashley. Ashley Carlisle.

—¿Casada?—vuelve a preguntar al ver los anillos que tengo en mi dedo y asiento, toma mi mano y deposita un beso corto sobre mis nudillos, su mirada denota devoción y malicia, siendo una combinación peligrosa.

—Que lastima...—sonríe de medio lado, mantengo la compostura para no caer en su seducción. —Un placer conocerla, señorita Carlisle.

Vuelvo a su mueble y estira ambos brazos en el cabecero del mismo, ahora no solamente me está mirando a mí, también a mis compañeras pero lo hace como si fuera un depredador.

—¿Sus nombres? Preciosas —las cuestiona.

—Melissa Daniels. —le responde Lea.

—Alice Jacobs. —dice Megan y seguida de ella lo hace Adele. — Danielle Adams.

—Hoy habrá una fiesta. —explica Blade. — y quiero invitarlas, anhelo que acepten.

Un mesero me acerca un vaso de vidrio con alguna bebida alcohólica en el, bebe un sorbo.

—Por lo visto están casadas, pero ojalá eso no sea impedimento para que vayan, claro está. — vuelve a coquetear.

—No para nada. —responde Lea y se acerca a él, uno de los guardas la detiene pero Blade ordena que la deje, Thomas camina seductoramente y se sienta en sus piernas.

Y el senador cae ante el encanto de mi mejor amiga, ubica una de sus manos en su cintura para atraerla más a él.

—Nuestros esposos, nos dejan tener ciertas libertades. —deja en claro Lea y él sonríe con cierta malicia ante su comentario.

—Me alegra saber ello. —no le quita la mirada encima a ella.

Él trata de besarla pero ella lo detiene mencionando que poco a poco, debe ganársela Blade acepta el reto. Luego de conversar con él durante unos cuantos minutos, nos despedimos de nuestro actor. Para dirigirnos hacia nuestra caseta, porque las invitaciones serán enviadas a nuestras habitaciones, bueno lo hará gracias a qué le mencionamos nuestros nombres.

Lo importante es que obtuvimos nuestro objetivo, al instante que llegamos los chicos no están a excepción de Richard, está en uno de los asientos tiene los brazos cruzados frente a su pecho y mueve su pie con cierta impaciencia.

—¿En conclusión?—murmura.

—Nos invitaron. —menciona Megan. — Pero ustedes no.

Las últimas palabras de Megan hace que él se levantó de una sola.

—Ni en broma irán solas. —dice con cierta molestia en su voz.

—Sabemos cuidarnos solas. —Apoyo a Megan. —y el plan sucederá más rápido de lo que esperábamos.

—Esperemos que llegue Ian para saber qué opina. —me contesta y todavía sigue molesto.

—¿Yo qué? — habla Ian a mis espaldas.

—Solo ellas están invitadas a la fiesta de bienvenida, sobre nuestro actor. —Richard lo coloca al día de lo que estaba sucediendo. — Y debe ir solas.

Mi esposo con un movimiento de negación con la cabeza, no acepta aquellas palabras.

—No permitiré tal cosa. —Evans apoya a Richard.

—Ni yo. —se une Victor.

Ruedo los ojos y cruzo mis brazos, frente a mi pecho, espero que alguna de las chicas diga algo pero al contrario es todo lo opuesto me suplican con la mirada que hablé, levantó una ceja y no lo haré.

—Por favor, sabemos hacer nuestro trabajo. — Lea pierde la paciencia. — No somos ningunas principiantes, en esto.

—No estamos en kinder. —masculló. — Cada una sabe lo que hace.

—¿Cuántos escoltas tienen?— pregunta Ian cambiando de tema.

—Veinte aproximadamente. —le respondo con molestia.

Me fulmina con la mirada y hago lo mismo, aquí nadie pierde podrá ser mi superior pero no permitiré que cuestioné mis habilidades y fui entrenada por su propia familia, aún más debe conocer a la perfección como trabaja.

—Irán solas. — concluye. —Y sin refuerzos.

Victor quiere refutar pero él levanta la mano, para que no lo haga.

—Estarán en la boca del lobo—su sarcasmo es notorio.— quiero saber que tan buenas son, haciendo su trabajo.

—Trato hecho Mi mayor. —digo enojada.

Y tomo mis cosas para dirigirme hacia el cuarto del hotel, Lea trata de alcanzarme pero camino tan rápido que ignoro todo lo que sucede a mi alrededor. Debo prepararme para esta noche y quiero darle una cucharada de su propia medicina, no me venga con ese aire de competitividad debería confiar a las personas que tiene a su cargo y eso será algo que le demostraré. 

🗝️


Nota de autora: ¡HOLAAA! Bueno por primera vez en el tiempo que llevo como "intento de escritora", uno de los villanos que he llegado a escribir. Captó mi atención por completo, cosa que no logro Jhon.

Blade sé alcanzó aquel cometido, anhelo estructurar muy bien su papel en la historia. 💗

Con amor,

Dani.

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