Capítulo II: El Comienzo del Caos (Parte I)
Capítulo II: El Comienzo del Caos (Parte I)
Una vista panorámica se había desarrollado a lo largo y ancho de Royal Woods, una Ciudad que parecía estar sumergida en el "sueño" de la calma y seguridad, sin embargo, algo muy oscuro y siniestro se había producido en las afueras, en una casona antigua que parecía "abandonada" pero en el sentido literal de la palabra. Por su parte, los policías y fuerzas del orden habían regresado a la Central para sacar sus conclusiones de lo ocurrido en dicho inmueble y que produjo que varios de sus agentes quedaran internados en el Hospital Central de la Ciudad.
- Bueno.- Les anunció Jack Morrison a los presentes en la Oficina de los S.T.A.R.S, quien estuvo en contacto con el hospital y éstos le dieron la noticia de cómo se encontraban aquellos que habían caído víctimas de un extraño "mal" y de los cuerpos destrozados a lo largo de la Mansión.-
- ¿Cómo se encuentran?.- Preguntó Jesse al albino.
- Muy mal.- Anunció Morrison y la mandíbula del vaquero y los demás casi tocan el piso.
- ¿Cómo?...Pero...Mercy dijo que los había analizado y estaban bien, ¿qué pasó?.- Inquirió Lena con preocupación, llevando a que Morrison negara con la cabeza.
- Presentan un cuadro febril demasiado alto, ocho de ellos han sido llevados a terapia intensiva por problemas respiratorios, tres presentan una fuerte picazón en la piel, como si se tratara de una pulga y dos más tienen un color muy pálido en su piel. Pero lo que más me llama la atención es que, según las propias palabras del médico que los está atendiendo junto a los otros, es que desarrollan un fuerte apetito, tienen hambre cada dos por tres.- Contó Jack y eso llevó a que los ojos del Bosnio se agrandaran como platos y diera un paso al frente.
- Comandante Jack Morrison, ¿qué se supone que debemos hacer?.- Quiso saber Alexander, ya que esto podía tratarse de la antesala a un desastre muy peor.
- Por ahora, lo que podemos hacer es esperar, además de que todavía no tenemos los resultados de los análisis forenses, así que lo enviarán para esta tarde, Alexander.- Respondió el albino, pero el joven tenía muchas dudas al respecto.
Estuvieron discutiendo del tema hasta que entró uno de los policías, corriendo y con la frente toda perlada por haber subido las escaleras hasta el cuarto piso del edificio.
- Perdón que lo interrumpa, Comandante Morrison, pero tiene que ver esto.- Pidió el agente y encendió la televisión que tenían allí colgada en un soporte.
El agente sintonizó el canal de noticias, en el cual aparecía Katherine Mulligan en una zona del Centro de la Ciudad, viéndose a varios coches de la Policía que tenían cercado el lugar y éstos apuntaban con sus armas a una "persona", pero ésta se movía con dificultad, parecía que se hubiera caído de algún sitio alto, como un edificio y sus huesos estuvieran quebrados, pero lo más aterrador era el muy avanzado estado que tenía su rostro, en el sentido de descomposición y lo que llamó la atención era que portaba un uniforme científico de "Umbrella Corporation".
- "¡Soy Katherine Mulligan reportando desde el Centro de la Ciudad de Royal Woods, en la Avenida Jefferson y General Ullyses S. Grant, nadie sabe lo que está ocurriendo, todo parecía tranquilo hasta que se produjo este misterioso ataque que ha dejado a tres personas muertas y un agente de la Policía herido, el cual ha sido trasladado al Hospital de esta zona. Sin embargo, no tenemos datos precisos sobre lo ocurrido".- Habló aquella reportera, mientras que se oían las primeras detonaciones de los policías, ya que la orden de detenerse no sirvió y provocó que éstos abrieran fuego para inmovilizarlo.- "¡DIOS, LA POLICÍA ESTÁ ABRIENDO FUEGO, PERO EL SUJETO SIGUE CAMINANDO...OH DIOS MÍO!".- Gritó horrorizada cuando el rival cayó al piso por el impacto de una bala contra su cabeza, llevando a que su sangre se derramara por el pavimento junto a la materia gris.
- "¡No pueden pasar, atrás, atrás, por favor!".- Pidió el Sargento Rhodes, mientras que uno de los policías y otros dos más sacaban a Katherine y su equipo del lugar.
- "¡¿Qué está pasando?!".- Pidió ella, pero no le iban a dar una respuesta.
De golpe, más disparos comenzaron a oírse, pero éstos venían de unos cien metros desde la posición actual, llamando la atención de los presentes y en donde un policía era llevado a una ambulancia con una herida en su brazo. Parecía ser una especie de "polvorín", cuya mecha había sido encendida por la chispa del caos. Lena se cubrió la boca del asombro, mientras que Jesse se dirigía hacia Morrison.
- Ya me lo temía.- Sostuvo Jack y de ahí escuchó que, en su computadora, llegaba el mail con los resultados de las autopsias forenses por los cuerpos hallados en aquella Mansión de las afueras de Royal Woods.
Caminó, mientras que los demás estaban concentrados en lo que estaba pasando, siendo un "Efecto Dominó", del cual la Policía iba a quedar repleta de llamadas y ajetreada por lo que estaba ocurriendo, en un intento por detener un brote de caos y disturbios por las calles. Se acercó hacia el escritorio que tenía en su propia Oficina, cuya puerta tenía escrito "Comandante Jack Morrison" en letras negras y comenzó a leer el informe que se había enviado para él.
"Estimado Comandante Jack Morrison:
Los resultados finales de los análisis forenses hechos a los cuerpos que encontraron usted y sus fuerzas en la Mansión, efectivamente pertenecían a miembros científicos de la "Corporación Umbrella". Sin embargo, los mismos echan luz de algo mucho más aterrador: Al parecer, éstos fueron atacados y algunos presentaban heridas en sus uñas al intentar defenderse de sus atacantes, pero fueron en vano. De los cuerpos que encontraron en la Mansión, éstos presentaban laceraciones hechas con las propias manos, un mecanismo que les ha permitido extraer los órganos a sus víctimas, mientras que otros optaron por pelear, matando a varios de éstos y suicidarse. Pero la causa de cómo se produjo todo esto, sigue siendo un misterio.
Le enviaremos más información en cuanto lleguemos más al fondo del asunto.
Un saludo cordial, Jefe del Departamento Forense, John Stuart Johannes".
Al leer aquella información, el albino casi llegó a la conclusión de que ese informe fue hecho por algún loco, un demente o alguien que quería jugarle una broma, pero al ver que esos papeles tenían impreso el símbolo del Departamento Forense de Royal Woods, llegó a la conclusión de que no era así, por lo que debió leerlo nuevamente y ver que esto no era una broma, por lo que guardó aquellos papeles en una carpeta y procedió con dirigirse hacia sus fuerzas, sin embargo, al llegar a ellos, pronto empezaron a escucharse corridas por todo el edificio.
- ¿Qué está ocurriendo?.- Preguntó la Doctora Ziegler y se encontraron que el caos había estallado.
Por la radio, la televisión e Internet estaban pasando noticias desconcertantes, de que se había producido un "misterioso atentado" en el Hospital de Royal Woods, en el cual la Policía había sido desplegada.
- "¡CENTRAL, AQUÍ DELTA 4-1, NECESITAMOS APOYO EN EL HOSPITAL...POR TODAS PARTES...MALDITA SEA, AQUÍ VIENEN, ABRAN FUEGO! ¡REPITO, NECESITAMOS APOYO!".- Escucharon la voz de uno de los agentes, mientras que los disparos ocuparon el lugar de las voces.
- ¿Qué mierda?.- Murmuró Alexander por lo bajo.
¿Qué acababan de oír?. Provenía del hospital pero parecía ser una llamada de emergencia, por lo que Morrison ordenó de enviar dos Unidades de "S.T.A.R.S" a aquel lugar para resguardarlo y el Jefe de la Policía se movilizaba para que se restableciera el orden, además de que estaban reportándose los primeros saqueos e incendios por la Ciudad. El sonido del teléfono y su campanilla lo sacaron de sus pensamientos al Bosnio, quien tomó su celular y vio que se trataba del número de su novia.
- Leni, Mi Amor, ¿qué pasa?.- Preguntó el peli blanco-plateado a la chica.
En el Centro Comercial, el pánico había llegado y se expandió como una "peste", la histeria dominó a la gente y ésta empezó a robar todo lo que había a su paso, a pelearse los unos con los otros, mientras que algo avanzaba, a paso lento y torpe, hacia aquel establecimiento. La rubia permanecía apostada contra el mostrador que ella atendía, en la tienda de ropa, mientras que unas manchas de sangre se extendían por todas partes junto a unos cristales de los escaparates destruidos. Ella alzó la mirada y buscó que el camino estuviera liberado, pero sus ojos fueron testigos, al igual que ella, del horror que se desplazaba por el lugar: Arrastrando los pies, como si estuvieran llevando cadenas o grilletes, la chica se horrorizó al ver como unos misteriosos sujetos atacaban a una persona, ésta se defendía pero lo tiraban contra el piso y comenzaban a...era imposible de describirlo para la chica más tierna y dulce del Mundo, quien y a pesar de despistada, contempló como lo devoraban vivo, desgarrando su cuello y una fuente de sangre empapaba el suelo y la pared cerca, escuchando el sonido de sus dientes que masticaban la carne, dejándola asqueada.
- Alex...por favor, ven conmigo, te lo suplico, tengo miedo, hay...hay...hay...no sé cómo decirlo, pero...parecen Zombies.- Le relató Leni, intentando no llamar la atención y eso puso a su novio asombrado.
- "Leni, escúchame, pase lo que pase, no te muevas de ahí. Voy para allá inmediatamente".- Le pidió el joven y ella asintió.- "Escóndete en algún lugar seguro, yo voy para allá, resiste".- Fue la orden que le encargó, llevando a que colgaran y ésta se refugiara en el depósito donde guardaban las próximas líneas de moda, cerrando la puerta con llave y esperando a que su novio llegara para salvarla.
El muchacho guardó su celular y fue por su arma reglamentaria.
- Alexander, ¿adónde vas?.- Preguntó Morrison.
- Lo siento, Comandante, es Leni, hay disturbios en el "Centro Comercial", me dijo que vio algo como "Zombies" moviéndose por e lugar.- Le relató el Bosnio, por lo que el peli blanco lo debió dejar ir.
- Está bien, ve por ella, luego ven aquí.- Fue la orden que le encargó éste y el joven asintió, partiendo hacia ese edificio.
La situación sobre Royal Woods había empezado a intensificarse igual que una tormenta, desde el primer muerto en las calles, el caos se había apoderando de la Ciudad, poco a poco, provocando que la histeria, el caos, la angustia y el terror invadiera. Los civiles huían despavoridos, la Policía intentaba mantener el orden pero éstos se iban quedando cada vez más exhaustos, el control sobre dicho lugar daba lugar a saqueos, enfrentamientos, cientos de accidentes de tránsito, muertos y tiroteos. Las Unidades enviadas al Hospital describían lo mismo que Leni había dicho y esos mismos monstruos avanzaban hacia la Escuela Secundaria de Royal Woods, en donde Lincoln Loud y sus hermanas permanecían allí cuando cundió el caos.
El principio, aquel albino creyó que se trataba de una broma de mal gusto, pero al ver como uno de sus compañeros se lanzaba sobre él, Clyde se interpuso, defendiendo a su amigo y partiéndole la cabeza a ese monstruo con un palo que había por allí.
- ¡Clyde, vámonos, déjalo!.- Pidió el albino, pero su mejor amigo se negó.
- ¡No, amigo, vete, busca a tus hermanas y vayan a casa, yo estaré bien, te daré tiempo!.- Respondió el joven y fue a la carga contra otro Zombie.- ¡No pierdas el tiempo, vete!. Confía en mí, estaré bien.- Prometió el peli negro y su amigo asintió con la cabeza.
- No mueras, ¿sí?.- Fue el pedido que le hizo.
- Je, tranquilo, nos volveremos a ver y celebraremos en la pizzería donde trabajaba Lori.- Le prometió Clyde y ambos tuvieron un fuerte abrazo de hermanos antes de que Lincoln se fuera del lugar.
El interior de la Escuela Secundaria era un verdadero Infierno, los gritos y llantos de los que eran atacados por aquellas criaturas llamadas "Zombies" eran desesperantes, parecía no tener fin. Por cada lugar que pasaba, Lincoln veía a sus compañeros y maestros ser devorados, su sangre teñía el piso, las ventanas y los pupitres de los salones, los cristales volaban como metralla al ser destruidas las ventanas por la fuerza de esos horrendos monstruos. La puerta del baño de Caballeros cayó estrepitosamente, encontrándose con Chandler, el cual intentaba sacarse de encima a un amigo suyo, el cual se había convertido en Zombie. Lincoln no pudo hacer nada para ayudarlo, ya que el rival le cercenó la garganta y un torrente de sangre se movió se escurrió por el piso, asqueando al albino hasta que unos gritos familiares llamaron su atención, justo cuando otro Zombie iba a por él desde el baño, mientras que un poderoso bate de baseball le partía el cráneo, haciendo volar su sangre al rostro del chico, encontrándose con Lynn a su lado.
- Linky...Ufff...Ufff, ¿estás bien?.- Preguntó la deportista a su hermano.
- Sí, sí, estoy bien.- Respondió el chico.
- Dios, ¿qué pasó? ¿qué fue lo que ha ocurrido?.- Quiso saber la deportista, mientras que mataba al segundo muerto viviente en el baño de Caballeros.
- No tengo la menor idea, pero menos mal que te encontré. Vayamos a por las demás y Clyde para irnos de aquí.- Ideó el chico aquel plan.
- Buena idea, nos iremos para casa o para la de tu amigo.- Le apoyó la castaña deportista y ésta le entregó otro bate que tenía consigo.- ¿Sabes usarlo?.- Preguntó ella pero su hermano estaba dudoso.
- No...No podría hacerlo, esto no es como en los video-juegos.- Se negó el albino con realizar un acto de tanta "brutalidad" contra aquellos seres.
- Si no lo haces, ellos te matarán: Es matar o morir, Linky.- Dijo Lynn y el joven no tuvo más opción.
- De acuerdo, ahora vayamos a por Lola, Lana y Lisa, luego nos iremos a por Luna y Luan.- Añadió el albino y ese plan no era para nada malo.
Mientras que el caos seguía aumentando y Lincoln junto a Lynn iban a buscar a sus hermanas menores, Luna se encontraba en la casa de su amigo Sully, tras haber terminado las clases, la castaña se dedicaba a tocar la guitarra junto a su banda, a pesar de que Sam estaba saliendo con aquel chico castaño, prefirió olvidarse todo lo que había sucedido con el día en el que mandó dicha carta al casillero de su amiga y prefirió seguir con aquel viejo camino antes de que fuera demasiado tarde.
Se encontraban practicando con sus instrumentos, cuando un misterioso sonido empezó a azotar la puerta del garaje, llevando a que se detuvieran.
- ¿Qué pasa?.-Preguntó Sully y se encaminó hacia la puerta.
- Ugh, de seguro es el idiota de mi hermano, Simon, ¿cuándo entenderá que estoy ocupada?.- Bufó Sam por aquella interrupción.
Pero cuando su novio iba a abrir la puerta con el control remoto, ésta se quedó trabada al producirse un corto-circuito, el cual fue producto de un coche entre un auto y el poste de energía eléctrica que había en esa cuadra, dejando a la casa del chico castaño sin suministro, provocando que la misma quedara a mitad abierta, pero, para su sorpresa, unas manos pálidas se aferraron a su pierna, tirándolo contra el piso y asomando su cabeza, un Zombie estaba por atacarlo cuando el castaño le pateó la cara, tirándole varios dientes y de ahí agarraba una barreta y se la partía en la misma, acabando con su vida, llevando a que se levantara.
- ¡¿Qué mierda ha sido eso?!.- Preguntó Sam, quien fue abrazada por su novio.
- No lo sé, pero ¡la puta madre, era un Zombie!.- Exclamó Sully, horrorizado, mientras que la casa comenzaba a ser atacada por más de esos monstruos, debido a que la alarma del coche estrellado comenzó a sonar y atraer a una horda un tanto numerosa.
Tomaron lo que pudieron para defenderse: Martillos, palos, picas, lo que sea que estuviera a la orden y así proteger el lugar. Sin embargo, mientras que diezmaban las filas del frente de aquel garaje, los Zombies avanzaron hacia la puerta principal, tirando la misma y adentrándose en el domicilio, justo cuando Tabby abría la puerta y ésta mataba al primer infectado de un golpe en la sien derecha.
- ¡Luna!.- Le llamó Sully a su amiga.- ¡Vete, sal de aquí y busca ayuda, de prisa!.- Pidió el novio de Sam a ésta.
- ¡¿Qué?! ¡Los van a matar!.- Se negó la chica con irse.
- ¡Date prisa, no seas terca, de lo contrario, estas escorias te cortarán el paso, nosotros estaremos bien, tú vete de aquí!.- Le encargó el castaño a ella y tuvo que obedecer.
- ¡Descuiden, traeré a la Policía a este lugar!.- Prometió la castaña y rodó hacia afuera del garaje, llevando consigo su guitarra y defendiéndose de aquellos Zombies, matando a varios de ellos y cruzando la calle hacia la vereda de enfrente para conseguir la ayuda necesaria.
En la Universidad de Royal Woods, Lori y Bobby estaban cerrando las puertas de su dormitorio, mientras que el caos había estallado a más no poder desde que los primeros infectados ingresaron al complejo y empezaron a provocar una masacre tremenda. El peli negro mexicano tomó un mata-fuegos y lo empleó como arma, mientras que su novia tenía una garrocha del Equipo de Atletas del lugar, bloqueando aquella entrada e impidiendo que cualquiera pudiera ingresar.
- Cielos Santo, ¿de dónde han salido esas cosas?.- Preguntó el mexicano, mientras que abría una ventana que daba a la calle, por suerte se encontraban en el primer piso y no tendrían problema para saltar.
- Ni idea, pero será mejor irnos de aquí. Vayamos a tu casa.- Propuso Lori, ya que la Familia Casagrande estaría en aquel sitio.
- Sí, además, vamos, no pienso dejarlos aquí.- Le apoyó su novio y saltaron hacia afuera.- Oye, espera, ¿no deberíamos ir por el nuevo?.- Preguntó por el recién llegado.
- ¿La fusión de villano de anime y Brad Pitt en 1992?. Nah, para nada, ¿tú quieres adentrarte por los pasillos y ser la cena?.- Sostuvo la rubia y pronto, los Zombies empezaron a estrellarse contra la puerta del dormitorio.- Ya debe estar muerto, vámonos.- Pidió ella y no hubo más remedio que retirarse.
No hubo otra opción más que esa. Tenían que huir de aquel lugar y eso tuvieron que hacer, dejando solo al extranjero para caer víctima de los muertos vivientes. Salieron de la Universidad de Royal Woods, encontrándose con un panorama desolador: Había vehículos en llamas, otros volcados y a punto de explotar, alguno que otro se había estampado contra los postes y éstos se inclinaron o se quebraron, dejando sus cables regados por el suelo, la gente huía desesperadamente y los Zombies marchaban como un Ejército devastador. El fuego comenzaba a hacerse presente en Royal Woods, muchos edificios, hogares y negocios ardían, los Servicios de Emergencia como Bomberos, Policías y Médicos no daban abasto. El Alcalde Frost, ante la situación en la que se hallaban inmersos, debió pedir auxilio al Ejército y a la Guardia Nacional, la cual llegaría en 24 horas a la Ciudad para intentar devolver el orden. A su vez, Lori y Bobby huyeron por un callejón lejos de las calles atestadas de infectados y demás peligros, poniendo rumbo al domicilio de su novio.
- Deberíamos ir por un auto.- Pidió el mexicano pero no era posible encontrarlo, ya que tardarían en encenderlo o estaría dañado, por lo que debieron ir con sumo cuidado por las calles secundarias y así arribar a su objetivo.
El sonido de los gritos y la desesperación vivida en el complejo de departamentos que había en la Universidad, llevaron a que Dimitri se despertara de golpe, pensando que estaba llegando tarde a su primer día de clases, por lo que el joven se levantó, fue a lavarse y tras ello, agarró su camisa blanca con el logo de la "Universidad de Royal Woods" junto a unos jeans azules y zapatillas negras, saliendo de allí con rumbo a su clase y sin haber comido nada, pero, para su sorpresa, el joven se encontró con un cuadro bastante aterrador al momento de dejar su habitación, ya que vio sangre por todas partes, indicios de que hubo algún enfrentamiento contra alguna fuerza, ya que las puertas de los baños de Damas y Caballeros junto a la de los otros dormitorios estaban destruidas y sus interiores arrasados tal y como fuera el paso de un tornado.
- "Mierda, menuda fiesta habrán tenido aquí".- Pensó el castaño y fue a apresurarse para llegar hasta su clase, sin embargo, mientras más se internaba, más rastros de destrucción había en su camino, dejándolo sin palabras.- Ok, si esto es una broma, más les vale salir.- Pidió Dimitri, pero nadie respondió. De golpe, atrás suyo, escuchó una respiración jadeante y que resultó ser de lo que, anteriormente, iban a ser sus compañeros de clase, los cuales presentaban horribles heridas en su cuerpo y que avanzaban torpemente, yendo hacia él.
El ruso-japonés casi trastabilló hacia atrás con los restos de un marco que fue destruido y procedió con escapar, cerrando aquellas puertas del pasillo con lo que encontró, pero no duraría mucho aquella barricada, por lo que comenzó a ir a su dormitorio, tomar sus cosas y de ahí escapar. Lo hizo en pocos segundos, mientras que los Zombies se estrellaban contra la puerta y, para su suerte, encontró un hacha contra incendios, tomándola y llevándose sus pertenencias fuera consigo.
Inició el escape, saliendo por una de las salidas de emergencia, sin embargo, un par de Zombies aparecieron. El muchacho alzó el hacha y procedió con trazar un arco descendente, el cual le cercenó el brazo a uno de los rivales, pero éste siguió avanzando. Otro se le cayó encima, tirándolo contra el piso y arañando su camisa de la Universidad, por lo que el joven debió enterrarle el hacha en la cabeza, matándolo al instante. Se puso de pie, debía limpiar el camino y mató a otro, luego fue por el del brazo cercenado y el último que quedó allí era el Decano que le había dado aquel tour unas horas antes, por lo que, con gran lamentación, debió matarlo junto al resto de Zombies que quedaban, las personas que iban a ser sus compañeros de clase. Una vez que el camino quedó despejado, tomó sus pertenencias y salió a las calles, escapando de aquel calvario.
Desde la azotea de un edificio cercano, una peli largo azabache, figura atractiva, piel violeta y que lucía un bello vestido rojo como la sangre, lentes oscuros y un abrigo largo que cubría todo su cuerpo junto a unos zapatos negros, observaba la situación y desde su comunicador hablaba con los responsables de todo.
- Estoy en posición.- Anunció la joven con acento francés.- Toda la Ciudad se ha ido al carajo.- Informó ésta.
- "Muy bien, Agente Widowmaker, prosiga con la misión".- Le encargaron sus Jefes y ésta asintió con la cabeza, lanzando su cable y columpiándose por los edificios, lista para continuar con su camino en la devastada ciudad.
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