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¿Safe? parte 1

Leon volvió a caer contra el frio y sucio suelo, sujetando la herida en su abdomen en un vano intento de detener la hemorragia. Estaba solo, todo su equipo ya había muerto y no habían refuerzos, no había nada que lo salvara. Escucho nuevamente los guturales ruidos de ellos acercándose, no le quedaba mucho y no tenía ya mas balas, no podía levantarse; no tenia como salvarse. Levanto la mirada y los vio venir, tan solo en unos segundos estaría acabado, cerro sus ojos y recordó a sus hijos, a su esposa, a la familia que había construido. El resonante y gutural sonido provocado por los zombies se acercaban y el debía rendirse.

Despertó de súbito ante la pesadilla y miro a su alrededor, Leon no estaba, no, se había ido hace casi cinco horas y ella estaba ahí, en la base federal, en la misma habitación que sus hijos, cuidándolos a ellos, esperándolo a él. Se sentó en la cama y observo la que estaba junto a la de ella. Scott y Amy dormían tranquilos, el primero abrazaba a su hermana pequeña y recordó que la niña había estado llorando una hora antes por la ausencia de su padre y como Scott estuvo intentando ayudar a su madre a calmarla. Les sonrió para luego ponerse de pie, lo cubrió bien con la manta y salió de la habitación. El señor Anderson les había permitido un cuarto en uno de los pisos de equipamiento, por lo cual veía a muchos equipos ir de un lado a otro. Junto la puerta tras ella y miro a ambos lados del pasillo, camino hacia el lado derecho y fue en dirección al centro de control. Observo a todos ir de un lado a otro y que Hunnigan tomaba sus cosas para el cambio de turno.

—Hunnigan— La morena volteo a ver a Ada, quien se acerco con rapidez hasta donde ella se encontraba. —¿Podrías ver a los niños?, debo hacer algo.

—Claro— asintió la morena, pero antes de que Ada pudiera agradecer la mujer la interrumpió. —¿Sucede algo?, ¿algún problema?.

—No— negó intentando sonar tranquila. —Solo necesito tomar algo de aire.

La morena volvió a inspeccionarla con la mirada y luego asintió para caminar por el mismo recorrido por el cual la espía había llegado. Ada la observo alejarse hasta que la perdió de vista y continuo su camino. Cuando había llegado había notado que había un piso que tenía un balcón lo suficientemente alto como para ver gran parte de la ciudad, por lo cual tomo el ascensor y subió con tranquilidad. Nadie le cuestiono nada cuando cruzo un largo pasillo lleno de oficinas, no porque quien estuviera adentro tenia autorización a todo, sino porque les intimidaba la mirada que la ex-espía llevaba. Estaba preocupada pero también tenía ganas de acabar con quien fuera el responsable de todo aquello. Por fin toda su vida tenia equilibrio, tras tantos años y sufrimientos, por fin tenía una familia con Leon y una vida que se podía llamar normal, ¿Para qué?, ¿Para que viniera otra persona a destruir todo lo que había logrado?. Abrió el ventanal que daba hacia el balcón y la cerro tras salir. La noche había caído hace un par de horas y el frio calaba en sus huesos, pero sin que llegase a necesitar de algún abrigo. Camino hasta el barandal y apoyo ahí sus antebrazos cargando su peso sobre estos. La ciudad parecía un campo de batalla con toda la destrucción que había, y eso que era solo el comienzo.

Se sintió impotente al no poder estar apoyando a Leon en donde fuera que estuviera, y aquello la preocupaba aun más. No había tenido noticias de él desde que había salido y comenzaba a preocuparse. Antes, quizás, habría tomado su equipo y no habría dudado en buscarlo incesantemente, pero ahora no podía, tenia prioridades y eran sus hijos, los hijos de ambos. No era que no le importara el agente, todo lo contrario, se comenzaba a desesperar al no saber nada de él, pero había una gran diferencia entre el estadounidense y los pequeños de ambos, los niños no habían pasado por aquello, Leon ya tenía peleas ganadas y enemigos vencidos. Observo atenta la ciudad que era iluminada por las luces que habían resistido y los puntos de fuego. Veía una que otra camioneta cruzar las calles y escuchaba los disparos a lo lejos.

Tras estar ahí por un rato más volvió al interior. Camino de regreso hasta el cuarto en donde se encontraban sus hijos, Hunnigan la esperaba sentada sobre la cama en donde ella antes había estado acostada. La morena se puso de pie cuando la asiática entro y con algo de preocupación la miro.

—¿No despertaron? — pregunto intentando evadir la mirada de la amiga de su esposo.

—No— respondió, camino hacia la puerta para salir, pero se detuvo antes de hacerlo. La Wong solo espero a que ella hablara, aun de pie junto a la cama que compartían sus hijos. —¿Sucede algo malo?.

—No— no tardo en contestar la ex-espía, negando como siempre lo que la perturbaba en su interior.

—¿Segura? — insistió preguntando. Leon le había pedido que estuviera atenta a la pelinegra.

—Sí, gracias por cuidarlos— dijo terminando el tema. Hunnigan comprendió el mensaje y asintió solamente antes de retirarse del cuarto. Cuando Ingrid cerró la puerta la ex-espía camino hacia la el lado derecho de la cama y se acuclillo frente a esta, mirando con atención a sus hijos. Arreglo el cabello negro de la pequeña y el rubio del niño antes de ponerse de pie, inclinarse para darles un beso sobre sus cabezas antes de recostarse a dormir. No supo cuanto tiempo paso, pero en el sueño pareció eterno el tiempo, todo estaba como antes y eran más recuerdos que fantasías. Su sueño se vio interrumpido por el sonido del celular que llevaba comenzó a sonar sobre la cómoda y sin dudarlo se sentó para contestarlo.

—Ada— la voz de Leon al otro lado la tranquilizo.

—Leon, ¿estás bien? ¿Donde estas? — pregunto rápidamente. Leon se sorprendió un poco pero luego comprendió que lo más seguro es que pasara toda la noche preocupada por no haber logrado llamar antes. Se sentó con la espalda contra la pared y suspiro.

—Tranquila mujer, estoy bien— dijo escuchando un suspiro de alivio del otro lado. —Estoy en un edificio acerca del juzgado.

—¿Por qué no me habías llamado? — pregunto con seriedad. Jake, que estaba en la misma habitación que él se sorprendió al verlo sonreír. Él sonreía porque la conocía, porque sabía que aquel tono no era más que para cubrir su real preocupación.

—Lo siento, tuvimos algunos problemas y recién pudimos descansar— respondió mirando a Sherry que entro en la habitación. —No hay heridos ni nada parecido.

—Más te vale que tu no lo estés— Leon sonrió al notar que eso si había sido una amenaza. Ada escucho un ruido junto a ella y volteo a ver a los pequeño. Scott estaba despierta y la miraba atento con sus hermosos orbes jades.

—¿Es papá? — pregunto en voz baja para no despertar a su pequeña hermana, pero ella ya estaba con los ojos entreabiertos y había escuchado a su hermano mayor. Ada asintió y vio formarse en el rostro del pequeño una sonrisa.

—Leon, quieren hablar contigo— Solo eso logro escuchar antes de que un silencio se hiciera presente hasta de pronto escuchar la suave y dulce voz de su hijo mayor.

—Papá— Leon sonrió al escucharlo, apoyo su cabeza contra la pared y suspiro.

—Hola Scott— saludo con una voz más tranquila al saber que el pequeño estaba bien. —¿Como estas?

—Bien papá, ¿Dónde estás tú? ¿Como estas? — pregunto preocupado. Leon suspiro una vez mas y miro a su alrededor.

—Estoy ayudando a gente, Scott— respondió intentando no preocupar a su hijo. —Pronto volveré con ustedes.

—Te extrañamos— murmuro con una tristeza que casi le partió el corazón al rubio. —Amy también quiere que regreses.

—Regresaré, lo hare pronto— le hablo con angustia al escuchar aquello. —Lo prometo.

—Bien, por ahora yo cuidare de mamá y de Amy— dijo decidido. Leon sonrió, Scott era digno hijo de ambos, tenía la valentía de él y la decisión de ella.

—Sé que lo harás pequeño.

—Amy quiere hablar contigo— tras esto volvió a escuchar un silencio para luego oír del otro lado de la línea los balbuceos de la pequeña. Aun no aprendía muchas palabras por lo cual solo pocas se lograban entender.

—Hola Amy— la niña intento hablar aun más al oír la voz de su padre al otro lado de la línea y Leon volvió a sonreír. —Hey princesa, se una niña buena con mami y tu hermano, pronto iré a verte, ¿sí? — La niña pareció tener más animo aún. Tras que ella cesara el volvió a sonreír.—Nos vemos Amy, te amo princesa.

Tras esto el teléfono regreso a Scott, quien hablo un poco más y luego se despidió.

—Volveré pronto, lo prometo— le hablo con un tono tranquilo —Te amo hijo.

—Adiós papi— Tras esto Ada fue quien tomo el teléfono, se puso de pie y salió de la habitación, haciéndole un gesto a Scott para que cuidara de Amy.

—Leon, ¿estás seguro que está todo bien? — pregunto insistente, no quería que él le mintiera con algo así.

—Si Ada— respondió con seguridad Leon.

—Bien, confiaré en ti— dijo Ada tras suspirar, cerro sus ojos y se apoyo contra la pared junto a la puerta. —Cuídate.

—Lo hare mujer, cuídense, los veré pronto, Te amo, adiós— La llamada se corto de pronto y Ada tuvo que conformarse con quedar con las palabras en la boca.

Leon miro la pantalla del teléfono al escuchar el pito en el auricular y noto que decía "Área fuera de servicio". Volvió a suspirar y se puso de pie. Jake y Sherry lo miraban atentos y solo se pusieron de pie cuando él les indico con un movimiento con la cabeza que se movieran.

—¿A dónde iremos ahora?— pregunto la rubia caminando junto a su ex-tutor. El Kennedy pareció pensarlo porque, mientras bajaban las escaleras, se detuvo por un momento.

—Buscaremos a los responsables, si Neo-Umbrella sabía que Svetlana estaba aquí, siendo un caso de la BSAA, significa que tienen alguna base cerca— dijo terminando de bajar el piso y dirigiéndose hacia la salida para encontrar algún auto.

Ada suspiro nuevamente cansada pero más preocupada que nada. Lo más seguro es que los responsables fueran tras ellos, lo sabia debido a que sus nombres estaban en documentos relacionados a Svetlana y a que Simmons también había hecho mención de ella, claramente era Neo-Umbrella, claramente eran graves problemas.

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