Raptores
Título: Raptores
Categoría: Ciencia Ficción
Estado: Concluída
Autor:
Crear un libro que explore el origen de la vida, desde los dinosaurios hasta la actualidad, es una ambiciosa aventura que conecta ciencia, historia, y a veces, mitología. Esta temática ha ganado fuerza por la fascinación y misterio que despiertan las eras prehistóricas, un periodo que aún guarda tantos secretos. Desde la extinción de los dinosaurios hasta la evolución de las especies modernas, el pasado de la Tierra se convierte en un terreno fértil para la imaginación, motivo por el que la ciencia y la fantasía se encuentran.
Ha permitido construir relatos donde la clonación y la ingeniería genética permiten traer a la vida a criaturas extintas, una idea popularizada por obras como Jurassic Park. No solo cuestiona los límites de la ciencia, sino también los dilemas éticos y las consecuencias de manipular la naturaleza. Además, también juega con los límites de lo que la paleontología podría descubrir algún día, desde civilizaciones perdidas, formas de vida prehistóricas con habilidades sorprendentes, o incluso la evolución de seres reptilianos que podrían haber sobrevivido y desarrollado inteligencias avanzadas.
La figura de los "xenomorfos" como seres alienígenas explorados en otras obras, aporta otro componente en esta mezcla de ciencia y ficción. Estos seres ficticios, a menudo con rasgos que evocan a reptiles o dinosaurios, capturan miedos y fascinan a lectores y espectadores. Por lo que, explorar la idea de seres que nos precedieron o, en algún sentido, evolucionaron paralelamente a nosotros, podría combinar hallazgos científicos y teorías con relatos de criaturas ancestrales y seres de otros mundos.
Por esto, les presento a Jonathan Rodríguez, autor de la novela Raptores. Con tan solo 19 años y originario de El Salvador, Jonathan comenzó a escribir en 2020, durante la pandemia. Lo que comenzó como un pasatiempo pronto se convirtió en una pasión, dedicándose a perfeccionar su estilo narrativo y encontrando inspiración en grandes historias de ciencia ficción.
Jonathan, como autor, espera que Raptores alcance un público amplio y sea disfrutado por lectores de todas partes. Su meta es dar a conocer su obra, aunque aún no ha tenido la oportunidad de publicarla formalmente. De hecho, sueña con que su historia llegue a la pantalla, ¡y ya está trabajando en ello!
Como lector, disfruta de la ciencia ficción y también se siente atraído por el romance. Es fan de clásicos como Jurassic Park, Alien, y Jumanji, además de los animes como Dragon Ball. Actualmente, se dedica a sus estudios, pero sigue muy inspirado por las novelas de Michael Crichton y películas como Carnosaurio de Roger Corman. Raptores es su homenaje a esas influencias, con la esperanza de emocionar a sus lectores, tanto como esas obras lo inspiraron a él.
La historia Raptores narra los hechos y la investigación de una especie, aparentemente desconocida, que parece plantear los orígenes de la vida y de la evolución, bajo el criterio de varios científicos, en su epicentro: La Patagonia de Chile.
Lo primero que destaca en esta obra es su narración en tercera persona, en pasado, con un enfoque multifocal que ofrece una visión panorámica de todo lo que ocurre. Esta técnica, poco común pero bien utilizada por algunos autores contemporáneos, permite mostrar diferentes perspectivas en la historia y aporta una dimensión interesante a la narración.
Interesantemente, podríamos clasificar esta obra dentro de la ciencia ficción dura. Su inicio es filosófico y retórico, en un estilo de ensayo que reflexiona sobre el origen de la vida y cuestiona tanto desde la ciencia como desde la mitología. Además, explora temas paleontológicos que abordan teorías y respuestas en torno al origen y evolución de la vida misma. Como escritor de ciencia ficción, debo decir que el enfoque capturó mi atención. La obra utiliza la información científica con precisión y la integra de manera enriquecedora, lo que sin duda invita al lector a aprender. La ciencia ficción ha sido siempre una fuente de inspiración para avances científicos reales, y en este sentido, el autor emplea ese recurso con habilidad para respaldar su trama. ¡Te felicito!
El estilo narrativo también muestra la versatilidad del autor: se despliega en diálogos directos e indirectos, con uso de hipérboles, analogías, símiles, así como de textos descriptivos, explicativos y argumentativos, lo que añade variedad y profundidad a su narración. Por otra parte, la longitud de cada capítulo permite clasificarla como una novela ligera, lo cual me parece acertado dada la complejidad de los temas tratados, haciéndola más accesible para quienes no están familiarizados con estos tópicos.
Finalmente, es destacable cómo la problemática central se presenta ya en los tres primeros capítulos, y cómo la historia enriquece culturalmente a través de los escenarios en Argentina y Chile, incluyendo expresiones populares que aportan autenticidad regional y permiten al lector acercarse a estas culturas. Es un buen punto para quienes disfrutan aprender sobre otros lugares y ampliar su lenguaje.
Hablando sobre los aspectos gramaticales y ortográficos en general, si bien no impide que el texto se pueda leer, si hay varios fallos que desplegaré a continuación:
1) Signos de puntuación.
La coma se usa para dividir ideas o elementos dentro de una misma oración. Ayuda a pausar brevemente para que el lector respire y entienda mejor el mensaje. Úsala para separar elementos en una lista: Fui al mercado y compré frutas, verduras, pan y leche; añadir información extra o aclaratoria: El perro, que estaba en el parque, comenzó a ladrar; dividir ideas largas en una misma oración: Ella quería salir de vacaciones, pero tenía demasiado trabajo pendiente.
El punto y seguido se usa para finalizar una idea completa, pero relacionada con la que sigue. Aporta una pausa más larga que la coma, permitiendo al lector asimilar cada frase antes de pasar a la siguiente. Úsalo cuando quieres expresar una nueva idea sobre el mismo tema: El clima estaba frío. Decidimos quedarnos en casa.
El punto y aparte es un descanso mayor, que marca el fin de un párrafo. Se usa cuando se cambia de idea o se inicia un tema nuevo. Esto da estructura al texto y ayuda al lector a organizar mentalmente las ideas. Ejemplo: Llovió todo el día. Fue un día gris. Al día siguiente, el sol brilló y el cielo estaba despejado.
Pd: Es en el uso del punto, tanto el "seguido" como el "aparte", donde observé más fallo en tu narrativa. Mi consejo es que leas tu texto en voz alta y observes dónde haces pausas naturales. Usa la coma para pausas cortas, el punto y seguido para terminar ideas que se relacionan, y el punto y aparte para cambios de tema o ideas nuevas. Otra herramienta que ayuda un montón, es usar el "Word" del móvil, colocarlo que la voz de inteligencia artificial te lo lea y verás que encontrar las erratas por signos de puntuación, lo verás mucho más fácil. Este último consejo, es cien por ciento efectivo.
2) Redundancias. Tus capítulos son cortos, prácticos, y eso es muy bueno. Pero pueden funcionar mucho mejor si eliminaras todo aquello que redundas, ya sean palabras que se repiten o, incluso, las mismas ideas (oraciones completas).
Por aclarar, las redundancias ocurren cuando se expresan varias veces conceptos o ideas que ya están claras. Por ejemplo, en lugar de decir "subir para arriba" o "bajar para abajo," simplemente usa "subir" o "bajar." Elimina información obvia, si ya se entiende el mensaje, no es necesario recalcarlo. Por ejemplo, en vez de decir "el mes de abril del año 2024," con "abril de 2024" es suficiente. Los lectores no necesitan la repetición del contexto que ya se ha dado.
Usa sinónimos cuando corresponda para evitar sonar repetitivo, utiliza sinónimos en lugar de repetir la misma palabra o expresión, enriqueciendo el vocabulario. Evita adjetivos o adverbios extras que no aportan al significado. Por ejemplo, en "nieve blanca" la palabra "blanca" puede omitirse, ya que la nieve siempre se entiende como de ese color. Sé claro y directo, por ejemplo, en lugar de decir "debido a la razón de que no estaba," usa "porque no estaba."
3) Párrafos mal construidos.
Este tercer punto, también es muy recurrente en todos tus textos. Para construir párrafos sólidos y completos, es fundamental que cada uno desarrolle y cierre claramente una idea.
Comienza con una idea clara, es decir, cada párrafo debe centrarse en una idea principal, presentada en la primera o segunda oración. Esto da una dirección clara al lector y evita confusión. Desarrolla la idea central con detalles específicos; usa datos, ejemplos o explicaciones para expandir la idea central del párrafo. Evita incluir ideas que no estén relacionadas, ya que pueden dispersar el foco. Evita las divagaciones, con el fin de mantener enfocado en el tema del párrafo. Si encuentras que estás agregando ideas nuevas o no relacionadas, probablemente necesites iniciar un nuevo párrafo para ellas.
Concluye la idea antes de pasar al siguiente párrafo; termínalos con una oración que reafirme o resuma la idea principal. Esto ayuda al lector a comprender que el tema se ha abordado en su totalidad antes de continuar al siguiente punto. Usa conectores y transiciones cuando corresponda para ayudar a guiar al lector y a conectar ideas dentro del párrafo. Palabras como "por lo tanto," "sin embargo," o "de esta manera" ayudan a cerrar una idea y a hacer la transición a la siguiente.
En fin, cada párrafo debe ser capaz de sostenerse de forma independiente, permitiendo que el lector obtenga una idea clara sin saltos de lógica o temas sin cerrar.
Pasemos ahora al estilo, es decir, la estructura y el "cómo" cuentas la historia.
En este aspecto, quiero destacar dos elementos que me encantaron: 1) El manejo del misterio. La forma en que introduces a las criaturas, sobre las cuales solo hay teorías hasta el capítulo 5, crea una excelente atmósfera de descubrimiento. ¿Qué son estas criaturas que aterrorizan a Chile? ¿De dónde vienen? ¿Matan por necesidad, porque somos parte de su cadena alimenticia, o lo hacen por mero placer, disfrutando únicamente del acto de matar? Estas preguntas generan en el lector una intriga constante, lo cual es un gran acierto. 2) Los diálogos directos son profundos, y haces uso de estos para mostrar en vez de contar, con incisos que aportan más que mera información. ¡Bien hecho!
¿Qué encuentro como debilidad en el estilo literario? Bueno, varias cosillas:
1) Las oraciones transicionales. Estas son frases o enunciados que ayudan a guiar al lector de una idea, tiempo, escena o acción a otra dentro de un texto. Actúan como puentes, proporcionando continuidad y suavizando los cambios de tiempo, ambiente, acción o perspectiva. Esto las hace esenciales, sobre todo en narrativas complejas, porque evitan que el lector se sienta desorientado o pierda el hilo de la historia. Tu temática es compleja por muchas razones que hablaremos más adelante, de modo que, si fallas en este aspecto, perderás al lector por no entender o sentirse desorientado.
¿Por qué son importantes?
Primero, por claridad en el cambio de escena o de ambiente. Cuando una narrativa pasa de una escena a otra sin aviso, el lector puede confundirse sobre el espacio o contexto. Las oraciones transicionales aclaran cuándo y dónde sucede cada cambio, dándole una estructura lógica a la historia. Segundo, fluidez. Permiten que los saltos temporales (hacia adelante o hacia atrás) y los cambios en el ritmo de la acción se sientan naturales. Por ejemplo, en un salto temporal, una oración como "Dos años después..." orienta al lector y evita que el cambio resulte abrupto. Tercero, dan conexión emocional y conceptual. Cuando se usa una transición adecuada, el lector puede captar mejor las relaciones entre escenas, personajes o temas. Le da un sentido de continuidad emocional, aumentando la inmersión en el texto.
¿Qué ocurre si no se utilizan?
Crea saltos bruscos que pueden romper el ritmo de lectura. Esto puede hacer que el lector se sienta desconectado, tenga que retroceder para entender el cambio o, en el peor de los casos, pierda interés. Incluso, la narrativa se vuelve fragmentada y pierde coherencia, dejando las ideas incompletas o los cambios confusos.
Ahora, hay diferencias con los conectores comunes. Los conectores (como "además," "sin embargo," "por otro lado") son palabras o frases cortas que enlazan ideas dentro de una oración o entre oraciones consecutivas. Su función es más específica y limitada, ya que unen ideas o cláusulas que están directamente relacionadas. (Cabe destacar que no debemos abusar de ellos, tampoco). Pero, las oraciones transicionales, en cambio, son enunciados completos que contextualizan o explican cambios más amplios en el tiempo, espacio, o acción de la narrativa. No solo unen ideas; preparan al lector para un cambio significativo, lo cual es clave para la cohesión en historias largas o con múltiples capas.
Ejemplo:
Sin oración transicional:
Estaba en el bosque, atrapado en la penumbra. Después, me encontraba en la ciudad, rodeado de personas.
Con oración transicional:
Después de pasar una noche de inquietud en el bosque, fue al día siguiente que, finalmente, regresé a la ciudad, con una multitud que llenaba las calles.
2) La información directa o la contextualización de personajes de forma directa. Esto es una técnica narrativa donde se le da al lector una introducción rápida y detallada sobre quién es el personaje, lo que hace, y algunos aspectos clave de su personalidad o historia. Este enfoque ofrece al lector información explícita y detallada sobre los personajes de manera rápida, lo cual puede ser útil para aclarar contexto o facilitar la comprensión inmediata de la historia.
Por supuesto, permite que el lector entienda al personaje sin rodeos, introduciendo sus características principales de una vez, lo que ahorra tiempo y proporciona una base clara sobre quién es el personaje en un momento dado. Además, puede ser muy útil para introducir personajes secundarios (lo recomendable) o proporcionar contexto que no requiere un desarrollo extenso en la historia.
Por ejemplo:
"María era una joven detective apasionada por su trabajo, que siempre buscaba la verdad sin importar el costo."
Es una forma de mostrar dicha técnica, de la cual, tu obra está repleta por cada personaje que muestra, o en su mayoría.
Sin embargo, uno de los problemas con esta técnica es que puede volverse repetitiva y monótona si se usa en exceso. Si cada personaje se introduce con una lista de atributos o datos, el lector puede sentir que está leyendo un "perfil" en lugar de descubrir a los personajes de manera orgánica. Esto hace que la narrativa se vuelva mecánica y predecible, además de romper la inmersión, porque el lector siente que está recibiendo información en lugar de vivir la experiencia. En especial, con personajes primarios y secundarios, los cuales se requiere, a veces, mostrar más y contar menos. Hay muchas formas de mostrar el contexto de los personajes o de dar información indirectamente, sin tener que interrumpir la trama.
Por ejemplo, cuando el lector llega a conocerlos a través de sus acciones, diálogos, gestos y reacciones, lo que se conoce como "mostrar" en lugar de "contar." Permite que el lector interprete y descubra quién es el personaje a través de detalles y situaciones, lo cual enriquece la narrativa.
Por ejemplo, en lugar de decir directamente que un personaje es "arrogante y orgulloso", se puede mostrar este rasgo a través de su actitud, diálogos, y manera de tratar a los demás, deduciendo las características del personaje, haciendo que el proceso sea más activo y atractivo.
¿Cómo aprovechar la técnica sin caer en lo monótono?
Úsala estratégicamente. Introduce a los personajes con breves pinceladas de contexto y luego deja que sus acciones hablen por ellos. Intercálala con otras técnicas. Por ejemplo, puedes ofrecer un dato directo al lector y, después, construir sobre esa base a través de los diálogos o acciones. Además, esto te permite mantener el misterio, porque no revelas toda la información del personaje en un solo párrafo, sino que dosificas los detalles para que el lector quiera saber más y se mantenga interesado.
De hecho, para concluir este punto, esto no solo ocurre con los personajes, sino con los datos históricos y científicos dentro de la narración, que, si bien son interesantes, a veces, se presenta de forma tan abrupta que corta el hilo de lo que se está leyendo. No obstante, hubo momentos donde presentaste dicha información en los dialogas, lo cual funcionó mucho mejor.
En conclusión, mi recomendación sobre "la información directa" es "insertarlos" en el contexto de los pensamientos de los personajes, en diálogos naturales, o en descripciones de los entornos, de forma que parezcan parte del mundo y no una pausa explicativa. Así, en lugar de presentar la información de golpe, se convierte en una capa adicional de la narrativa que enriquece la trama y evita romper el hilo de la lectura.
3) Las descripciones. Aquí hablaremos de dos aspectos de estos: las físicas que presentan un personaje y las de la ambientación.
Las físicas. Este es consejo que apunta a una de las trampas más comunes en la narrativa: la descripción física directa y excesiva. Muchas veces, los autores sienten la necesidad de describir a cada personaje físicamente desde el principio, lo cual, si no se hace con cuidado, puede volverse repetitivo y monótono. Esto puede desviar la atención de lo que realmente importa en la escena o del desarrollo de la trama. Además, no siempre es necesario presentar una descripción física completa, especialmente si el personaje no desempeña un papel relevante en la historia o si la descripción no aporta a la acción o al tono del relato.
No solo interrumpe el flujo natural de la historia, sino que, a menudo suenan como "listas", y eso puede hacer que la narrativa se vuelva rígida. El objetivo es que las descripciones se integren de manera natural en la historia, no que sean una pausa innecesaria.
En cambio, las descripciones físicas sutiles permiten que el lector forme una imagen del personaje, pero sin que se detenga en detalles innecesarios. En lugar de describir completamente a alguien en un párrafo, puedes integrar características en la acción, los pensamientos del personaje o incluso en las interacciones con otros personajes.
Por ejemplo:
Integración en la acción: "Con pasos ligeros hacia la cocina, los ojos de Laura brillaban bajo la luz de la ventana; su cabello oscuro caía de forma desordenada sobre su rostro, como si no le importara."
En este caso, no se menciona explícitamente el color o la longitud del cabello, pero el lector puede imaginarlo a través de la acción (el cabello cayendo desordenado) y el contexto (brillando bajo la luz).
Descripciones a través de la percepción de otros personajes: "Pedro no necesitaba mirarla para saber que Ana se encontraba cerca; su perfume suave, como el de una flor recién cortada, llenaba el aire."
Aquí no se describe físicamente a Ana, pero se transmite una imagen sutil de ella a través de una característica de su presencia (el perfume).
Detalles que aportan al tono o la atmósfera: "Su ropa desgastada contrastaba con la pulcritud de la oficina. Era difícil decir si su actitud era lo que realmente destacaba, o si era su rostro, que aún conservaba la frescura de alguien que no había experimentado demasiados golpes de la vida."
En este ejemplo, la edad y las experiencias de vida del personaje se reflejan en los detalles del rostro y la vestimenta, pero sin entrar en una descripción física directa.
Descripciones breves y precisas: "El hombre llevaba un sombrero que le cubría los ojos, y su barba, siempre bien arreglada, ocultaba la mayor parte de su rostro."
Aquí, la descripción se centra en detalles clave que permiten al lector construir una imagen, sin necesidad de detallar completamente al personaje.
Como sea, la clave para que las descripciones físicas sean efectivas es hacerlas funcionales dentro de la trama. En lugar de describir todo de forma detallada y explícita, debes elegir los rasgos que realmente afectan la percepción del personaje o que contribuyen al desarrollo de la historia para evitar la repetición y mantener el flujo de la historia.
Los escenarios o ambientación, u contexto. Me parece que este es un problema común en la escritura, especialmente cuando se busca que la trama avance rápido o cuando se enfoca en el diálogo y la narrativa informativa (explicativa). A veces, por esto, el escenario y la ambientación quedan en segundo plano o completamente opacados. Esto puede hacer que el mundo en el que se desarrolla la historia se sienta plano, irrelevante o desconectado de lo que está ocurriendo, cuando en realidad la ambientación puede ser una poderosa herramienta narrativa.
Cuando el escenario queda opacado, significa que los elementos visuales, emocionales y sensoriales del entorno no están siendo aprovechados al máximo. En lugar de usar el espacio, el clima, el paisaje o los detalles de la ubicación para complementar la historia, el autor se enfoca tanto en lo que los personajes dicen o en la información que quiere transmitir que la escena pierde profundidad. El escenario, en lugar de ser un "personaje" más de la historia que interactúa con los otros elementos, simplemente se convierte en un telón de fondo sin presencia ni relevancia.
¿Por qué es importante encontrar un equilibrio?
Porque enriquece a la atmósfera. Por ejemplo, un diálogo en una calle lluviosa o en una selva espesa tiene un impacto distinto si la lluvia o el entorno se describen de manera efectiva. La descripción de la lluvia no solo es decorativa; puede reflejar el tono emocional de la escena (tristeza, incertidumbre, soledad, etc.), reforzar el conflicto (por ejemplo, si los personajes deben luchar contra la tormenta), o incluso ser una metáfora de los sentimientos de los personajes.
Puede ser un aliad. El escenario no solo sirve para situar a los personajes, sino que también puede influir en sus decisiones, emociones y acciones. Un personaje atrapado en una habitación oscura podría sentirse más vulnerable, mientras que el desierto podría crear una sensación de desesperación o aislamiento.
Puede mostrar más sin palabras. A veces, revela algo sobre los personajes o la trama sin necesidad de usar el diálogo o la narración explícita, como una fotografía rota en una mesa, una puerta cerrada con cerrojo o un paisaje devastado que refleja la situación emocional de un personaje.
Por tanto, te aconsejo a integrar la descripción ambiental sin interrumpir la acción. Es decir, no tiene que ser un bloque largo de información; puede ir integrada dentro de la acción, el diálogo y los pensamientos del personaje. No necesariamente debes describir el entorno de una sola vez al principio de la escena, sino que se puede hacer a lo largo de la interacción. Por ejemplo, si un personaje está hablando mientras camina por un pasillo, puedes mencionar a qué huele el aire, cómo cruje el suelo bajo sus pies, o cómo el pasillo se estrecha a medida que avanza. (Que sea sensitiva y no meramente visual).
Ejemplo:
"Cecilia se detuvo frente a la puerta. El frío del metal parecía atravesar su abrigo. Un leve susurro del viento hizo que las hojas de la planta cercana se movieran de manera casi imperceptible. Dentro, la luz parpadeaba intermitente, como si la habitación estuviera dudando si recibirla o expulsarla."
Usa el escenario para enriquecer el diálogo. En lugar de dejar el escenario como algo plano, úsalo para responder o complementar lo que los personajes están diciendo. Un personaje podría hablar sobre la tormenta, pero la tormenta podría reflejar su enojo o agitar las emociones de la escena.
Ejemplo:
—No lo puedo creer —dijo Ricardo, con una voz ahogada por el ruido de la tormenta que golpeaba la ventana—. ¿Cómo pudiste hacerlo? —La lluvia se estrellaba con fuerza contra el cristal, y los rayos iluminaban brevemente su rostro, revelando la rabia en sus ojos.
Usa detalles visuales, auditivos y sensoriales (recalco). No solo describas lo que ves, sino también lo que se oye, huele y siente el personaje. Si el escenario está desordenado, un personaje podría tropezar con un objeto o sentir incomodidad al estar rodeado de caos. Esto agrega dimensión sensorial a la escena y hace que el escenario cobre vida.
Ejemplo:
"El aire estaba pesado, casi pegajoso, como si la ciudad misma hubiera sido tragada por la humedad. No podía evitar sentir el salitre en sus labios y el rugido lejano de los motores que nunca dejaban de sonar en la distancia."
No sobrecargar el escenario. Equilibrio. Aunque es importante que el escenario tenga presencia, no se debe saturar con demasiados detalles. Si los personajes están discutiendo una decisión importante, no es necesario que cada rincón de la habitación sea descrito exhaustivamente. Deja que el escenario sea lo suficientemente sugerente para que el lector lo complete por sí mismo.
En conclusión, el escenario, cuando se usa correctamente, no es solo el fondo de la escena, sino una herramienta activa que puede influir en la atmósfera, el desarrollo emocional y la narrativa misma. Si se opaca por completo debido a un exceso de diálogo o de información explícita, pierde su potencial.
Bien, acabado con los detalles sobre el "estilo literario", pasemos un poco sobre el fondo. Aclarando que, para poder detenerme en estos detalles debo leer el libro por completo, lo que significa que, lo que diga desde este punto, puede ser subjetivo ante mi falta de información, tómalo con moderación.
En primer lugar, el término "americano" que, creo, que hacías referencia a los estadounidenses. En lo personal, creo que este es un error común en la escritura y en el uso del lenguaje en general, sobre todo cuando se hace referencia al término "americano" para referirse solo a los ciudadanos de Estados Unidos.
La razón por la que esto puede considerarse un error radica en varias cuestiones lingüísticas y culturales que, si no se abordan correctamente, pueden contribuir a una falta de precisión y a malentendidos. Además, usar "americano" solo para describir a los estadounidenses perpetúa una visión limitada y centralista de las Américas, y no respeta la diversidad cultural y geográfica del continente.
Ya debes saberlo, pero aquí va mi aporte. América es un continente, no un país: El término "América" se refiere al continente que abarca tanto América del Norte como América Central y América del Sur. Si bien los Estados Unidos son una de las naciones dentro de este continente, referirse a sus ciudadanos como "americanos" ignora a millones de personas que viven en otros países del continente. Por ejemplo: Alguien de México, Colombia o Chile también es "americano" en el sentido geográfico, ya que viven en América.
Sin embargo, al referirse exclusivamente a los ciudadanos de EE.UU. como "americanos", se les otorga una visión centralizada del continente, como si fueran el único país de América que tiene derecho a identificarse como tal. Por otro lado, inexactitud en el uso del término. Es ambiguo, ya que no especifica claramente a qué parte de América se refiere.
En un contexto político y cultural, el uso exclusivo de "americano" para describir a los estadounidenses también refleja un tipo de hegemonía cultural. Estados Unidos tiene una influencia global muy fuerte, pero eso no significa que sus ciudadanos deban ser los únicos en ser considerados "americanos".
Menciono esto, porque como escritor, hay una responsabilidad de ser preciso en el uso de términos que puedan influir en la visión del mundo del lector. Es decir, educa al lector sobre la riqueza y diversidad de América como un todo. Cuando un escritor toma la decisión consciente de usar un lenguaje más preciso y culturalmente inclusivo, está contribuyendo a una mayor conciencia crítica en sus lectores. Cambiar este tipo de prácticas lingüísticas ayuda a fomentar una visión más amplia y respetuosa del mundo, especialmente en contextos globalizados donde la diversidad es una realidad cada vez más visible.
Usa términos más específicos:
Estadounidense, Latinoamericano o iberoamericano, canadiense, mexicano, brasileño, etc.: Si se hace referencia a países específicos del continente.
Sobre los personajes, bueno, considero que, con lo poco que observé, sí son profundos y redondos; no obstante, encuentro que puedes enriquecerlos, entre la interacción de los diálogos, sus sentimientos y pensamientos. Aprovecha el narrador en tercera persona y úsalo no solo de manera objetiva, sino omnisciente, para descubrir lo que ellos piensan, sienten y que no revelan del todo a la hora de hablar, o, cómo a través de sus diálogos buscan formas de mostrar lo que siente. Esto les dará naturalidad, credibilidad y permitirá al lector empatizar con ellos.
Para ser más claros, la estructura de tu libro "multifocal" lo hace una narrativa desafiante para empatizar con personajes que, posiblemente mueran en ese instante. El consejo sugiere que, aunque los personajes sean ya "profundos y redondos" (es decir, bien desarrollados, con antecedentes, motivaciones y características claras), se puede enriquecer aún más su carácter mostrando de manera más explícita sus sentimientos a través de las interacciones verbales. Los diálogos no solo deben servir para avanzar la trama, sino también para reflejar el estado emocional de los personajes, sus conflictos internos o lo que realmente piensan y sienten, a pesar de lo que dicen de manera explícita.
Ejemplo: Si un personaje está discutiendo con otro sobre un tema que le duele, no solo puedes ponerlo diciendo "No me importa", sino que puedes hacer que el narrador en tercera persona revele algo que el personaje no expresa directamente, como su inseguridad o su temor de ser vulnerable. Esto podría ser algo como:
Diálogo: "No me importa lo que digas, eso ya pasó."
Narración: "Pero en sus ojos, la duda asomó, como si cada palabra que pronunciaba fuera un intento desesperado por convencer a alguien, quizás a sí mismo."
Aquí, el narrador omnisciente muestra al lector lo que el personaje realmente siente, aunque no lo exprese directamente en su diálogo. Un narrador en tercera persona omnisciente tiene la capacidad de conocer y compartir los pensamientos y sentimientos internos de los personajes, lo que permite darle al lector una visión completa de lo que está sucediendo en la mente del personaje. En lugar de solo mostrar lo que el personaje dice o hace, el narrador puede revelar lo que está oculto detrás de sus palabras. Ejemplo: Si un personaje se siente traicionado, pero no lo expresa directamente, el narrador omnisciente podría incluir detalles internos para mostrar esa emoción, como:
"Aunque las palabras que le dirigió a Clara eran calmadas, en su mente, un grito de furia lo atravesaba. Sentía cómo la traición se expandía por su pecho, como una mancha de tinta que no podía limpiar."
Esto agrega dimensión emocional y profundidad al personaje, haciéndolo más tridimensional y realista. Los personajes no siempre dicen lo que piensan o sienten. A veces, los diálogos pueden ser evasivos o controlados, pero el narrador puede revelar esas emociones no expresadas, ayudando al lector a conectar con ellos a un nivel más profundo. Esto es especialmente útil para personajes que son reservados o que ocultan sus verdaderos sentimientos.
Por último, recomiendo que los temas científicos, puedan ser tratados luego de la información científica con analogías que "aterricen" la información y sea accesible a todo público. Es decir, lo que es complejo, hacerlo entender hasta para un niño. Todo un reto, en especial en la ciencia ficción dura.
ME refiero a que, si logras abordar los temas científicos complejos dentro de una obra de ciencia ficción dura como una historia capaz de entenderlo un niño, habrás roto la necesidad de traducción y has acercado el conocimiento a seres que, tal vez, no sepan lo que tú sabes. La ciencia ficción dura a menudo incluye conceptos científicos avanzados, y la recomendación es que estos temas se simplifiquen sin perder precisión, a través de analogías que ayuden al lector a comprender conceptos complejos de manera más clara.
Este género, se caracteriza por su enfoque en teorías y principios científicos bien investigados, lo que la hace más rigurosa y precisa en términos científicos. Sin embargo, esto puede ser un reto para los lectores que no tienen una formación en ciencia o que no están familiarizados con ciertos conceptos. A veces, los temas complejos pueden hacer que la historia pierda a parte de su audiencia, especialmente si las explicaciones son demasiado técnicas o detalladas.
La recomendación es hacer que esos conceptos científicos sean comprensibles incluso para los más jóvenes o para aquellos sin conocimiento técnico, utilizando analogías. Las analogías permiten que el lector relacione conceptos abstractos con cosas familiares en su vida diaria, lo que hace que la información sea más accesible y tangible.
Ejemplo: Supongamos que estás tratando un tema como la física cuántica o la teletransportación.
Física Cuántica: "Todo se resume en la inestabilidad cuántica. Imaginen que el mundo está hecho de miles de piezas diminutas, como un rompecabezas. Pero a diferencia de un rompecabezas común, estas piezas pueden moverse y cambiar de forma cuando no las estamos mirando. Es como si las piezas del rompecabezas pudieran cambiar de lugar cada vez que miras hacia otro lado, transformándose, adaptándose."
Aquí, comparas algo tan abstracto como la inestabilidad cuántica con algo mucho más familiar, como un rompecabezas, para hacer que el concepto sea más visual y comprensible.
Otro ejemplo sobre la teletransportación: "La teletransportación es como si tuvieras un libro muy grande. Si quisieras moverlo de una mesa a otra sin tocarlo, en vez de levantarlo y caminar con él, pudieras hacer que las páginas del libro se desintegraran en pequeños fragmentos y, al mismo tiempo, en la otra mesa, el libro se rehiciera, página por página, hasta estar completo otra vez."
Esta analogía simplifica la idea de la teletransportación mediante un proceso familiar y comprensible, como la desintegración y reconstrucción de algo, sin entrar en detalles técnicos complicados.
Sí, es un reto, ya que requiere creatividad y habilidad para simplificar sin perder la precisión científica. La idea es "aterrizar" la información de manera que no solo sea accesible, sino también entretenida y educativa, lo cual es fundamental en la ciencia ficción. Al lograrlo, no solo haces que el público comprenda la ciencia detrás de la historia, sino que también enriqueces la narrativa, haciendo que el tema sea más interesante y más fácil de seguir.
Por el momento, no podría hablarte de más cosas del fondo de tu libro sobre coherencia o cohesión de la trama en sí misma, sus personajes, o el ritmo de la historia (aunque en esto con los pocos capítulos, me pareció que iba bastante bien), para ello tendría que leerte por completo. Pero, dicho esto, debo decirte que ánimo, sigue escribiendo, leyendo y enamórate de tu historia para editarla y hacerla una joya literaria. Gracias por permitirme leerte y aprender de ti también.
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