Esta parte es una continuación de la reseña de "Un beso bajo las cámaras" de @Tinileed, por si quieren leer la parte anterior para tener una perspectiva más amplia de este trabajo. Es la primera vez que hago este tipo de continuaciones, así que probaré qué clase de formato sirve para esto. Esta vez, se leyó desde el capítulo 11 hasta el 19 y de estos, se desprenderán todas las conclusiones expuestas aquí. Sin más preámbulo, vayamos al estado de la trama.

Estado de la trama:

En el punto de la historia en que nos encontramos, la relación entre Aleix y Raven continúa avanzando, pero ya se empiezan a notar las asperezas del camino, especialmente del lado de Aleix, que tiene sus reservas respecto al amor, debido a su previa experiencia romántica con la madre de su hija, y también confabula en esto su aparente incapacidad de leer la atmósfera, por lo que más de una vez le llega a mandar mensajes mixtos a la actriz. A pesar de todo esto, para cuando llegamos a los capítulos 14 y 15, aproximadamente, Aleix empieza finalmente a encarar lo que en realidad siente por Raven, y entre ambos, inician a cementar su relación más allá de un "veremos", no obstante, un preocupante presagio en el último capítulo que leí amenaza con lanzar una nueva tuerca en los planes de los dos. Con esto aclarado, pasaré a fortalezas y debilidades directamente, saltando la descripción de personajes, ya que todo eso ya está aclarado en la primera parte de esta reseña y no considero necesario retomarlo, ya que ninguno de los personajes ha tenido un cambio drástico, y tampoco ha aparecido uno nuevo que considere de suma importancia detallar.

Fortalezas:

Algo que considero digno de alabanza en estos capítulos posteriores es lo mucho que se ha enfocado la escritura, ya que se le ha dado mucha más importancia a la trama principal. Se han dejado de lado algunas subtramas que se habían explorado al inicio de la historia a favor de dar más protagonismo a la relación entre los dos protagonistas, algo que yo considero como una decisión bastante acertada. No digo que una historia solo deba ser la historia central y ya, pero en el caso de "Un beso bajo las cámaras", es la historia central la que engancha al lector, y lo que lo mantiene volviendo capítulo tras capítulo. Si esta tendencia de dar más enfoque al desarrollo principal continúa, estoy seguro de que lo mejor de esta historia está por venir.

Otro aspecto a resaltar (Y este es un poco irónico, considerando lo que dije en el apartado anterior) es el desenvolvimiento de Raven en los capítulos posteriores. Inicialmente, ella era un personaje agradable y cariñoso, pero la verdad es que también era un poco unidimensional, y sin mucho trasfondo del cual hablar, mas, con el paso de los capítulos, su faceta más idealizada empieza a despegarse poco a poco para permitirnos ver a la mujer detrás de la actriz, una con inseguridades, dudas y frustraciones. Esto aumentó bastante la empatía que tenía por ella, y ahora puedo decir que es mi personaje favorito de la obra.

Críticas:

Las críticas más preocupantes las dejé en la primera reseña, así que esta sección la haré breve.

El detrimento a resaltar de estas partes posteriores diría que es la cualidad descriptiva de la escritura, y voy a explicar por qué. Muchos capítulos nos describen lo que hacen nuestros protagonistas, día tras día, cayendo catalogada como una historia del género "Slice of life" en ocasiones. Esto en sí mismo no es un problema; Muchas historias utilizan esto para acercarnos más los personajes y mantenerlos atados a la realidad, pero cuando se describe constantemente y sin muchas alteraciones, el lector empezará a preguntarse por qué tiene que leer todo esto para llegar a la parte de la historia por la que vino. No es necesario saber qué hacen los personajes todas las mañanas, o cómo se mueven de un lado a otro a cada momento de la historia, ya que una simple oración puede dar una buena indicación para que la mente del lector llene los vacíos. No todas las descripciones en el libro son redundantes, para hay algunas que sí, y es algo en lo que se debe pensar a la hora de hacer la edición.