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La extraña chica que el destino olvidó (1-9)

Título: La extraña chica que el destino olvidó
Autor: Gustavo1116
Género: Misterio/fantasía/suspenso
AlexisN11


Antes de empezar, quiero aclarar que no soy una experta, pero he tenido la oportunidad de aprender sobre construcción de historias y personajes. Mi intención es dar una opinión que pueda ayudarte a mejorar, resaltando algunos puntos que considero podrían fortalecerse. No busco ofender ni desmotivar, sino contribuir de manera honesta al desarrollo de tu historia.

Aprecio mucho el esfuerzo y dedicación que has puesto en tu obra, y espero que estas observaciones puedan ayudarte a pulirla. ¡Sigue adelante con tu trabajo y creatividad!

El uso correcto de comillas

En español usamos tres clases de comillas: las angulares, llamadas también latinas o españolas (« »), las inglesas (" ") y las simples (' '). Aunque en los textos manuscritos se emplean las inglesas, en los impresos se recomienda usar primero las angulares, reservando las inglesas y las simples, en este orden, para entrecomillar partes de un texto ya entrecomillado:

Yo ya se lo había advertido: «Ten cuidado, que se rompe». Al poco rato, se me acerca con una rueda en la mano y carita compungida: «Se me ha "rompido" sin querer». Y le digo, conteniendo la risa: «¿Cómo que "se me ha 'rompido' sin querer"?».

A lo largo de todos los capítulo, existe una mezcla de estas y no de la manera adecuada. Como se muestra en el ejemplo, las comillas que se utilizan para entidad consciente y ente están con las inglesas cuando deberían usarse las españolas. Recuerda, siempre y siempre deben estar las españolas antes que las inglesas.

Cambio de tiempo verbal

La premisa es clara: no se deben mezclar tiempos verbales, y mucho menos en la misma frase. Es decir, que si la comienzas en pasado ha de terminar en pasado, y no en presente o en pretérito perfecto.

En consecuencia, coherencia. Y eso es, sencillamente, tener en cuenta el tiempo en el que contarás la novela. Si has escogido el presente o el pasado, las acciones deberán de consignarse en dicho tiempo.

De todas formas, puede pasar que te guste combinar pasado y presente en tu novela. Si es así, has de tener mucho cuidado a la hora de pasar de un tiempo a otro para no confundir o perder al lector en el relato de la historia.

El uso de fechas o de referencias temporales antes de comenzar el relato del pasado suele ser una buena manera de distinguir periodos y, de esta manera, diferenciarlos a ojos del lector.

En el ejemplo se nota que lo marcado con azul está en presente cuando la historia es narrada en pasado. Ten cuidado con esto.

Mezcla de narradores en primera persona y tercera persona

La historia está narrada en tercera persona; sin embargo, hay ocasiones en las que aparece la narración en primera persona sin ninguna justificación. Ten mucho cuidado con esto, puedes generar confusión en los lectores. Mantén una voz narrativa fija y no mezcles. 

Mostrar, no contar o explicar

«No me digas que la luna está brillando; muéstrame su destello sobre cristal roto».

—Antón Chéjov

Contar y mostrar son las dos técnicas principales a la hora de transmitir la información de una historia. La primera tiene que ver con lo explícito (decir, explicar, describir) del relato y la segunda con lo implícito (mostrar, sugerir, reflejar). En una novela encontramos habitualmente ambos modos, pero es un error habitual dejarse llevar por el telling, sobre todo al principio de nuestro aprendizaje como escritores. No olvidemos que narrar es como pintar con palabras, es decir, un arte. Y, como arte, tiene que ver más con sugerir que con explicar.

 Consiste en mostrar o sugerir lo que pasa. Trata de representar la historia directamente, sin que la voz del narrador cobre protagonismo. Digamos que el narrador se esfuerza por «desaparecer» de la escena, dejando que los hechos y los personajes hablen por sí solos. De este modo, el narrador se parece más a un observador silencioso y que toma distancia para reflejar los hechos y las acciones de los personajes, permitiendo que el lector extraiga sus propias conclusiones.

En narrativa, a diferencia del cine o el teatro, el showing en estado puro es difícil de alcanzar, pero de lo que se trata es de proporcionar una «ilusión» de mímesis, sumergiendo al lector en el mundo creado de la forma más vívida y concreta posible.

Por ejemplo: Juan observó la imagen que le devolvía el espejo del cuarto de baño. «Hoy va ser mi día de suerte», pensó, como cada mañana. Había elegido la camisa morada que ella había elogiado la semana pasada, aunque la etiqueta no dejaba de picarle. Miró su reloj: todavía faltaba más de una hora para que Luisa llegase a la oficina, a las 9:07. Luisa era una chica muy metódica y amante de la rutinas. Juan se sabía de memoria su horario, y esperaba hacerse el encontradizo hoy con ella en el hall, mientras esperaban al ascensor. Se perfumó cuidadosamente y, antes de abandonar el baño, volvió a cambiar de peinado por quinta vez. Cuando cerró la puerta del apartamento, su corazón latía acelerado.

Ojo: explicar algunas cosas no está mal y tampoco está catalogado como incorrecto. No obstante, el problema radica cuando se abusa del uso de ''explicar'' y de no ''mostrar''. 

Uno de los ejemplos que tengo muy claro es cuando la protagonista llega a la isla dice que la luna no se ve real, mas no se muestra. La protagonista lo habla en un diálogo, pero en ningún momento está presente la descripción de la luna. Esto hace que el lector se pregunte: ¿cómo puedo comprobar que la luna no es real si no lo estoy viendo? En este caso, no me lo estás mostrando. 

Otro ejemplo es la captura de pantalla de abajo. El narrador está diciendo, explicando, que la protagonista tiene dolencias y rencores, pero todavía no se han mostrado. En pocas palabras, no se sienten reales (no puedo identificarme con eso) si no me lo muestras.

Con mucho gusto puedo brindarte consejos como mejorar en esta parta, nada más contáctame por privado y te ayudo sin ningún problema.


Narración subjetiva

Recordemos que el autor y el narrador de una historia son dos elementos distintos: el autor es la persona real que escribe la historia, mientras que el narrador es el ente que en primera o en tercera persona se encarga de contar la historia y que puede ser el protagonista, un personaje secundario, un testigo u observador externo, etc.

Narrador objetivo

Llamamos narradores objetivos a aquellos que desde fuera de la trama son utilizados por el escritor para mostrarnos el ambiente, los personajes o cualquier otro detalle que sea de interés para el lector.

Son objetivos porque no participan directamente en la trama de la narración, son ajenos y todo lo ven desde fuera.

Nos ofrecen su PUNTO DE VISTA desde fuera y por eso utilizan siempre la tercera persona verbal.

El narrador subjetivo es aquel que nos narra parte de los acontecimientos tal y como el propio narrador lo ve como parte de la historia. Es decir, es aquel que observa lo que otros hacen y participa como personaje. Puede ser un personaje principal o secundario.

Este tipo de narración la hacemos todos los días cuando hablamos de nosotros o de otros; es el punto de visto del acontecer diario y utiliza la primera persona verbal.

La diferenciación clara entre narrador objetivo y narrador subjetivo es que el primero sólo nos da el punto de vista sin involucrase en los hechos, mientras que el subjetivo es parte de esos hechos, bien como protagonista, o bien como testigo.

Querido autor, usas mucho una narración subjetiva. Lo recomendable es que la narración sea objetiva, que el autor no se involucre o ponga sus propios criterios dentro de la narrativa. De esa manera, los lectores podrán identificarse con los personajes más con ellos. 

Acá, lo que diré, es más algo personal. Lo que está subrayado es parte del narrador subjetivo y no parte del personaje. No está mal, para nada, que un personaje sea misógino. Después todo, él es así o ella es así y nada lo va a cambiar. Será vulgar porque es parte de su personalidad y eso está perfecto. Sin embargo, todo eso cambia cuando se trata del narrador.

No estoy diciendo que eres misógino, pero ten cuidado con esas descripciones (que para algunos puede resultar ofensivo e incómodo). No tiene nada de malo que un personaje tenga los pechos pequeños; sin embargo, esas descripciones es lo que marca la diferencia. 

Solo digo que tengas cuidado con las narraciones. Que eso sea parte del personaje y no del narrador.

Información no necesaria o relleno

En pocas palabras, el relleno es todo aquello que no aporta directamente a la trama, o temática.

Cada elemento de tu historia, debería servir por lo menos a uno de esos tres pilares (preferiblemente a los tres, si puedes). De lo contrario, corres el riesgo de que tu obra se vuelva aburrida y lenta, además de superficial y banal.

No te olvides de la experiencia del lector

Si bien puedes creer que al lector le gustará aprender cosas banales sobre tus personajes y el mundo, lo primero que está buscando es una buena historia, y no deberías sacrificar la narrativa solo para meter "datos interesantes".

Eso le arruina la experiencia al lector. Hace que su lectura se alente y el norte de la historia se pierda, hasta el punto que le costará encontrar el mensaje relevante de la escena y, por ende, justificar las acciones de los personajes.

No quiero decir que todo tiene que ser simple, pero hay cosas que puedes omitir y no perjudicará nada en la historia. Un ejemplo es el de abajo. 

Los lectores sabemos que los héroes son una herramienta muy usada, también saben desde cuando empezó esto. No es necesario que lo digas porque no es parte de la trama, no es relevante. Mejor enfócate en explicar lo que el lector no sabe, no dejes que se torne lenta la lectura por estas intervenciones. 

Los diálogos sin voz

Los diálogos son uno de los pilares de toda novela, y posiblemente una de las partes más complicadas de escribir. 

Un buen diálogo es aquel que hace creer en esas voces como si se tratase de personas reales, estando estas buen diferenciadas entre sí, teniendo la entonación adecuada y transmitiendo la información correcta.

El diálogo permite escuchar las voces de los personajes y asistir a sus conversaciones como testigos invisibles.

Si miras a tu alrededor y observas podrás ver que cada uno de nosotros habla de un modo diferente. Eso mismo es lo que tienes que conseguir que hagan tus personajes. Las personas hablan diferente en función a su nivel cultural, sus profesiones, aficiones e incluso del ambiente en el que se muevan en cada momento. Una buena idea es tomar nota de los temas sobre los que hablan y las palabras que utilizan.

A la vez tienes que utilizar un lenguaje con el que te sientas cómodo porque tus personajes tendrán que elegir sus palabras en función de lo que les resulte más o menos cercano consiguiendo como resultado un tono único que les diferencie del resto de personajes y que a su vez consiga sonar en la mente del lector de una forma única.

Si no se consigue construir una voz distinta para cada personaje la narración tomará un tono robotizado y monótono que no es nada recomendable ni tan siquiera para leer el diccionario.

En los diálogos de la captura de pantalla son consecutivos, no hay ninguna intervención. Ojo, no siempre debe de haber, pero estos están más largo y es recomendable que existan esos personajes. ¿El personaje se rasca la nariz? ¿desvía la vista? ¿mueve las piernas? ¿juega con los dedos? Deja que nos demos una idea con la personalidad de los personajes con esas intervenciones, deja que los conozcamos y nos identifiquemos, que los imaginemos. 

Coma

Colocar una coma entre y su verbo es incorrecto. Muchas veces se hace porque nos suena que hay una coma, ya que, si pronunciáramos la frase que estamos escribiendo, haríamos una breve pausa.


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