Argumento: Una chica común y corriente se sorprende al conocer a uno de sus youtuber favoritos. Él se transfiere a su clase, y desde ese momento una sutil reacción comenzará a crearse entre los dos. La chica intentará usar las redes sociales para descubrir los sentimientos de este chico hacía ella, mientras intenta no ser descubierta en el acto.

Lo bueno: El drama trata temas cotidianos con los que muchos de nosotros podemos sentirnos ide tificsofos. Por una vez el centro de atención no está sobre criaturas fantásticas, ni amores imposibles, ni crímenes por resolver, sino en las dificultades que afrontan personas comunes y corrientes. Lo más llamativo de la trama es, a mi interpretación, la lucha de la protagonista femenina por entender y controlar sus propios sentimientos y reacciones.

La historia narra el comienzo de una relación amorosa, con todas las dudas e inseguridades qué esto conlleva: esos momentos en los que uno analiza hasta la última acción o palabra de la otra persona, o comienza a notar su ausencia o presencia. Se trata un tema que jamás había visto en otro drama coreano: lo perjudiciales que pueden llegar a ser los celos, no solo para la persona a la que van dirigidos, sino para nosotros mismos.

Esto me sorprendió especialmente, porque en casi todas las producciones coreanas los celos extremos se describen como una muestra de afecto dentro de una relación. Es agradable que finalmente un drama enfoque el tema de una forma apropiada. Lo último, y no por ello menos importante, hay que reconocerle a los actores protagónicos los pedazo de besos que se dieron. Madre mía. Ojalá muchos de sus sunbaes aprendieran de ellos.

Lo malo: ¡Es demasiado corto! El argumento era lo suficientemente interesante como para desarrollar un drama de al menos doce episodios.

Conclusión: Es una opción muy interesante para verte en una noche. La historia se te pasará volando y muy de seguro te sentirás identificado de alguna manera.

Nota Final: 8/10.