Argumento: En el pasado, un traumático suceso interconectó las vidas de Park Soo Ah y Jang Hye Song.  Doce años después vuelven a encontrarse: Jang Hye Song se ha convertido en una abogada fría y despiadada, mientras que Park Soo Ah desarrolló la capacidad de escuchar los pensamientos de la gente al mirarlos a los ojos. Juntos, se verán envueltos en una sucesión de juicios e investigaciones, al tiempo que un fantasma del pasado regresará y pondrá sus vidas en riesgo.

¿Qué me pareció?: La trama es impredecible y apasionante. Los giros argumentales bruscos y cambios de dinámica están garantizados: la historia parece estar tomando un camino, y de repente algo   impactante ocurre y todo se mueve por otro rumbo totalmente distinto. Esta capacidad de crear incertidumbre y confusión en el espectador hace que "I Hear Your Voice" sea sumamente adictivo. Es sin lugar a dudas uno de los mejores dramas que he visto en lo referente a mantenerte pegada a la pantalla.

Algo que me fascinó fue que, prácticamente desde el primer episodio, la trama estuvo centrada en un caso judicial: las sospechas, investigaciones y lucha de ingenio entre los fiscales y abogados. Fue apasionante el trasfondo y profundidad que le dieron a cada uno de ellos. Pude sentir en carne propia lo difícil que debe ser trabajar en el campo legal. Yo, desde luego, no podría ser abogado ni fiscal. Me aterraría la posibilidad de estar condenando a un inocente, o, peor aún, dejando libre a un asesino.

A propósito, el drama te obliga reflexionar sobre la relatividad de la maldad. Literalmente cualquiera puede ser un asesino si se le presentan las condiciones. Ni siquiera yo, que estoy escribiendo tan tranquilamente en el cuarto de mi casa, puedo estar bien por ciento segura de que si, por ejemplo, alguien le hiciera daño a mi hermana menor, mi primera reacción no fuese hacerle lo mismo. Hay una línea casi invisible entre ser una víctima o un agresor. I Hear Your Voice nos invita a no tomarnos la justicia por nuestra mano, rechazar la venganza y confiar en la ley por muy difícil que parezca.

Los personajes, al igual que la historia, estuvieron marcados por esa lucha entre el bien y el mal. Aquí no hay buenos ni malos, ni estigmas o clichés, cada personaje posee un trasfondo que influye en sus actividades y decisiones. Hablando de forma más específica, la protagonista femenina me enamoró a primera vista: su personalidad fría, sarcástica e indiferente fue todo lo que necesitaba. De igual manera fue increíble la transformación de su personaje a medida que la historia se desarrolló, pudimos entender el porqué de su actitud y presenciar como fue recuperando la esperanza en la justicia.

A pesar de lo que dije anteriormente, siempre hay uno que otro personaje a los que sencillamente odias. En este caso, por mucho que intentaron explicar sus motivos, nunca pude comprender al villano. Lo siento, pero conmigo perdió cualquier oportunidad de redención cuando hizo lo que hizo en el incendio. No quiero hacer spoiler. Sin embargo, el personaje que más me enfureció fue el papá de la fiscal. Ese señor era un desgraciado, así de simple. A él no le importaba mandar a un inocente a la cárcel o siquiera el bienestar de su propia hija, lo único que le preocupaba era salvar su reputación y nunca reconocer sus errores.

Los único negativo fue la lógica y coherencia en algunos de los casos criminales. Si uno se fija y mira el drama detenidamente, se dará cuenta de más de un error de continuidad o inexactitud. Por ejemplo: ¿Qué juez desquiciado fue el que condenó al villano a solamente diez años de prisión después de haber asesinado a un hombre, no arrepentirse y amenazar públicamente al testigo? ¿Por que fue siquiera necesaria la declaración de la protagonista femenina en el juicio? Si le hubeiron hecha una autopsia al padre de Park Soo Ah, hubieran encontrado evidencia de los golpe en su rostro que le provocaron la muerte.

Conclusión: Un drama apasionante, adictivo y con un desarollo impredecible: personajes profundos, momentos divertidos e incluso una buena historia de amor.

Nota Final: 10/10.

Hay tantas fotos bonitas que no pude decidirme. Aquí les dejo un último regalo.