Argumento: Lu Fanying es una exitosa CEO femenina. Su belleza e inteligencia le han permitido conquistar cada una de sus metas. Sin embargo, cuando su padre, accionista mayoritario de la empresa en que trabaja, le exija casarse en un período de tres meses, ella se verá obligada a obedecer. Es entonces cuando conocerá a Ling Rui, un amable médico que contrajo una gran deuda con ella. Ambos acordarán un matrimonio por conveniencia, sin imaginar que con ello estarían cambiando el resto de sus vidas.

¿Qué me pareció?: Cuando pensé que lo había visto todo, este drama llegó a dejarme totalmente desconcertada. En mi relativa experiencia como doramaniaca jamás me había sentido tan incómoda ni perturbada. El problema está en la protagonista femenina, específicamente en sus acciones durante la primera parte de la trama. La cosa empezó muy bien, para ser honesta. Teníamos a una mujer diva y con la fuerza para perseguir sus objetivos. Los primeros tres o cuatro episodios fueron divertidísimos: la dinámica entre los protagonistas era adictiva y habían un montón de escenas graciosas y personajes carismáticos. Sin embargo, el drama poco a poco fue tomando unas actitudes un tanto retorcidas.

Para que os hagáis una idea, Lu Fanying llegó a drogar al protagonista masculino para forzarlo a tener relaciones sexuales y quedarse embarazada. Imagínate tú, ¿qué persona en sus cabales querría tener un hijo con un hombre al que acaba de conocer y por el que no siente absolutamente nada?. Por no mencionar que es ilegal y, básicamente, un abuso sexual. En general, la actitud de Lu Fanying fue la de una persona con serios problemas de salud mental. Ella no podía estar bien de la cabeza. Era invasiva y controladora a niveles extremos. Su única prioridad eran sus metas personales, jamás se detuvo a considerar los sentimientos o aspiraciones de Ling Rui.

No puedo expresar la lástima que sentí por el pobre protagonista masculino. A ese hombre había que hacerle un altar por la paciencia que tuvo. Lu Fanying lo puso en las situaciones más incómodas e injustas que uno podría imaginar, pero él se las arregló para ser comprensivo y mantener la cordura, más que eso, la trató con cariño y aprecio verdaderos. Es sin lugar a dudas el novio que todas quisiéramos tener.

¿La buena noticia? No todo el drama es así de desagradable. La protagonista femenina cambió poco a poco su actitud y, aunque siguió estando un poco más para allá que para acá, sus acciones eran más maduras y comprensibles. Lo cierto es que disfruté enormemente la segunda mitad de la historia. La relación amorosa de los protagonistas, a pesar del horroso comienzo, se ganó mi corazón. Había una química tan intensa entre ambos, una cierta magia en la forma en que se miraban. Los actores protagónicos crearon un ambiente cercano y magnético, fueron capaces de transportar a la pantalla la intensidad de una pareja de recién casados.

El único punto agridulce fue el giro argumental que se produjo cuando los dos estaban más enamorados y felices que nunca. Aún no sé cómo sentirme respecto a ello. En un comienzo me enfadó muchísimo, pero más adelante sentí que fue necesario para que la protagonista femenina terminara de madurar.

La misma energía se mantuvo con la pareja secundaria. Su historia fue mucho menos dramática e intensa, pero le puso el punto ligero al drama. Lo más gracioso fue que en un comienzo era la chica la que estaba loca por el chico y después los roles se invierten por completo. No sé ponían de acuerdo. Hacían una pareja estupenda y sus escenas siempre me ponían de buen humor. Había otra pareja secundaria, si mal no recuerdo, pero ellos honestamente me dieron igual.

Un tema que no quería dejar de lado era el trasfondo feminista presente en Begin Again: desde el mismo comienzo, con una mujer siendo la CEO y teniendo el control de su vida, el drama rompe con los estereotipos predominantementes en los c-dramas. La historia defiende la capacidad de las mujeres de ocupar puestos de dirección y tener una vida más allá del matrimonio o la maternidad. Se rompe con las convenciones sobre los que una mujer o hombre deben ser. Este tipo de enfoques se agradecen en una industria tan atrasada y prejuiciosa como la del entretenimiento asiático.

Por último, mis más sinceros respetos para el actor infantil que aparece en el drama. Era un maldito genio. No logro explicarme como hacía para memorizar líneas tan complicadas; su actuación era mejor que la de algunos adultos. A su edad yo apenas me las arreglaba para aprender la tabla de multiplicación, y ni siquiera.

Conclusión: El comienzo es lo suficientemente desagradable para provocar arcadas, pero el resto es más que decente. En general diría que vale la pena darle una oportunidad. Intenta no tomarte demasiado en serio a la protagonista femenina y simplemente disfruta de la historia.

Nota Final: 8/10.