El sol en mis ojos, la arena en mis pies, y el sonido de las olas. Una risa muy peculiar se escuchó detrás de mí. Me di media vuelta, encontrándome con los ojos de aquel castaño. No pude evitar sonreír. Di algunos pasos, cortando la distancia entre nosotros dos y le di un fuerte abrazo. Los demás solo nos miraban extrañados ante mi acción, pero él me envolvió en sus brazos, devolviéndome el abrazo, apretándome cada vez un poco más fuerte mientras reía. Me despegué y volví a verle directo a sus ojos, el me miraba entre divertido y confundido.

— ¿Estás bien, Tae? Estás actuando todo raro, sin ninguna razón. — no sé por qué, pero sentí como una lágrima rodó por mi mejilla. Hace mucho tiempo no escuchaba esa voz. — Y encima ahora lloras, ¿todo bien en casa? — dijo divertido.

— Si, si, estoy bien, no te preocupes. — sequé la lágrima con mi pulgar y caminé a la orilla de la playa, mojando mis pies, mientras miraba al cielo. Solté un suspiro, siento un inmenso dolor en mi pecho y no entiendo por qué. Al verlo, el dolor aumenta. ¿Por qué me duele verlo? Es mi mejor amigo, ¿qué me pasa?

"¿Qué hago aquí?"
"Esto no es real."

Cerré mis ojos y cuando los volví a abrir, todo mi alrededor había cambiado, aquella playa se había desaparecido... Me encontraba sentado con un vaso de whisky en mi mano. Una plática que no entendía de que se trataba se escuchaba en el fondo. Me encontraba en la sala de estar de él. Si, esta era
definitivamente su casa. Alcé la vista, encontrándome con los chicos sentados, tomando tranquilamente, mientras bromeaban de cosas al azar. Uno de las bromas que dijo uno de los chicos me hizo reír, pero por alguna razón me sentía ansioso. No siento encajar aquí. Estoy aquí, pero a la vez, no lo estoy. Es un sentimiento tan extraño. No entiendo que está pasando.

Alcé la vista cuando alguien puso un vaso frente a mi, topándome de nuevo con los ojos de aquel castaño que alguna vez...

Yo...
Alguna vez...

"Está muerto."

— Tae Hyung. — dijo mi nombre, y el dolor en mi pecho aumentó.

— ...

— ¿Estás bien? — preguntó. Otra vez, una lágrima rodó por mi mejilla.

¿Por qué estoy llorando de nuevo?
¿Por qué me duele escucharlo decir mi nombre?
¿Porqué no puedo decir su nombre?
¿Su nombre?
¿Cual es su nombre?
¿Por qué no me acuerdo de su nombre?
¿Porqué estoy aquí?
¿Qué hago aquí?
¿Qué hace él aquí?
¿Por qué esta el aquí?
¿Esto es real?

"Lo asesiné."
¿Lo asesiné?
No, no quise.
Solo pasó.
¿Solo pasó?
No. No. No. ¿No?

J..J..K.. Jeon.

Él era mi mejor amigo. ¿Por qué tuvo que terminar así? Siempre fue como el hermano menor del grupo. No entiendo por qué tuvo que llegar a ese extremo. ¿Acaso el amor es tan fuerte? Si es que se le podía llamar amor a lo que el sentía. Pareciera más una fuerte obsesión. Esto no fue mi culpa, si... exacto. Su muerte el solo la provocó. Yo no quise asesinarlo, pero el y su maldita obsesión. Así es, no puedo seguir sufriendo, le estoy dando la victoria.

"Jeon."
Ya no me vas a controlar.

"Jung."
No vas a seguir atormentándome.

"Kook."
Se acabó tu imperio de terror en mi mente...

Jeon Jung Kook.

Todo a mi alrededor comenzó a dar vueltas. La risa de una mujer escuchándose cada vez más alto. Ya no sé si esta es la realidad o es otra de mis pesadillas. Cuando todo se detuvo, volví a sentir aquel dolor punzante en mi pecho. Mis costillas rotas. Esta es la realidad de nuevo. Me encontraba con mis rodillas pegadas al suelo. No sé que se me hacía tan divertido, pero miré al techo de aquel lugar. Mi cuerpo estaba cubierto en sudor y ahora no podía parar de reír. Yo soy Kim TaeHyung. Estas pesadillas no pueden controlarme. Basta de todo esto.

Esta chica va a conocer al verdadero Kim Tae Hyung. Asesino de primera. Haré que grite mi nombre y no será de placer. Va a tener miedo de quien soy realmente. Debo aceptarlo, soy el mejor asesino.

— ¿Qué demonios pasa contigo? ¿No estaban tus costillas rotas? — dio un paso atrás.

— Ni unas cuantas costillas rotas van a salvarte de lo que te haré. — reí — ¿estás lista?

Me puse de pie, aunque el dolor era inmenso, no podía dejarme morir aquí. Debo ayudar a Jimin y regresar con Yang Mi. Así que manos a la obra, Tae Hyung. Comence a caminar hacia ella, la verdad me costaba muchísimo, pero debo asesinar a esta mujer. Puso en peligro a Jimin y eso nunca se lo perdonaré. Jamás.

Ella me pegó una patada en el vientre, y caí en mi rodilla. Comencé a toser, tratando de recuperar el aliento. Poniendo mi mano en el área afectada, subí la mirada, viéndola directo a los ojos. Nunca antes había visto a esta chica. ¿Cuál es su motivo?

— Eres patético. La verdad no entiendo el por que ella quiere deshacerse de ti con tanto esmero, no vales la pena. No sé como JungKook falló cumpliendo con la orden de ella. — se burló viéndome en el suelo. — A decir verdad siempre fui mejor que ese inútil de Jeon.

¿La orden de ella? ¿Ella?
¿Entonces, Jungkook había sido mandado a matarme? Pero la verdad es, ¿Quién demonios me quiere muerto con tanto esmero?

— ¿De quién demonios estás hablando? — pregunté. Dudo muchísimo que conteste a mi pregunta pero nada pierdo con intentar.

— ¿De quién hablo? — se mofó — TaeHyung, hablo de nada más y nada menos que de tú mam....

Su frase quedó cortada a medias, pues un disparo se escuchó y su cuerpo cayó al suelo en un segundo. Ella comenzó a toser, atragantándose con su propia sangre. Subí la mirada para toparme con una Yang Mi con manos temblorosas y lágrimas en los ojos. Ella se acercó rápido a mi, poniendo ambas manos en mi rostro, haciendo que la mirara.

— Ya estás bien.

Fue lo último que escuché antes de desplomarme en el suelo.