Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

3🏹




CAPÍTULO TRES
[MUERTE]
















Durante toda la noche Celia y Mia permanecieron despiertas escuchando la radio, descubriendo que cuando ellas se fueron del tren sucedió un ataque donde murieron agentes de policía culpando a los hermanos Toretto y Brian.

Mia sintió una tranquilidad al no escuchar el nombre de Celia involucrado.

— Deberías descansar, Mia — murmuró Celia escuchando la radio.

— Tu deberías descansar — reprendió Mia. — Puede hacerte daño.

— Estoy bien — respondió Celia confundida.

Mía la miró, entendió con tan sólo esa mirada que sabía a qué se refería.

— ¿Cuánto? — cuestionó la Toretto.

— Dos o tres — respondió Celia cambiando de estación, su portugués era malo y solo entendía unas cuantas cosas.

— ¿Semanas? — Mía se levantó de la silla.

— Meses.

Cuando Celia se fue de Beacon empezaron los síntomas, no fue hasta el momento que se dignó a entrar en una clínica médica para descubrir que sus sospechas eran ciertas, estaba embarazada, de nuevo.

— Mía — la Toretto la miró. — ¿Dónde está Letty?

— Murió — Mía miró el suelo. — Murió hace un tiempo, ella intentó hacer un trato con la policía para que Dom regresara a casa, quería avisarte pero la única persona además de Dom que tenía tu número era Letty. Jesse también murió hace tiempo.

Celia asintió con la cabeza y una mueca en su rostro, la personas que ella quería con el tiempo la iban dejando.

— Los Argent también hemos sufrido pérdidas en la familia. — Mía la miró dejando el vaso con jugo al lado de Celia. — Primero fue mi tía Kate Argent, luego mi madre, Victoria. Y hace poco murió Allison, la extraño cada día, dejó un hueco enorme en la familia y más cuando la corte decidió quitarme a Eli.

— Celia, lamentó mucho lo de Allison, tú y ella, bueno se protegían la una a la otra, ¿Quién es Eli? — preguntó la Toretto confundida.

— Eli, mi primer hijo. — Respondió Celia. — Se quedó con su padre, la corte me lo quitó.

Mia abrió su boca para decir algo, pero tanto ella como la Argent escucharon un ruido afuera de la bodega donde se encontraban.

La mayor tomó una llave de la caja de herramientas mientras Celia tomaba una flecha y su arco.

Lanzó su flecha en el momento que el intruso se acercaba revelando a Dominic Toretto y a Brian O'Conner, los dos se agacharon al ver la flecha.

— ¿Otra vez? — se quejó Brian.

— Lo siento, tu cabeza es un imán para mis flechas o eres tú quien las atrae — se disculpo Celia. — Mía puedes salir.

Mía salió de su escondite abrazando a Brian y a Dom, Celia solo abrazó a Dom.

— Eso es — Dom le quitó la herramienta a Mia de la mano. — Eres toda una Toretto.

— ¿Dónde está Vince?

— En toda la noche no se ha parado aquí — Celia se cruzó de brazos. — Pensamos que estaba con ustedes.

— Buena pregunta — Brian miró a Celia de reojo.

— Ya vendrá — respondió Dom alejándose dejando la llave nuevamente en la caja.

— Estamos en las noticias, nos culpan por la muerte de los agentes de la DEA. Solo a nosotros tres, Celia está limpia. — comunicó Mia.

— Ahora encabezamos la lista de los más buscados — informó Brian. — Enviarán a los mejores, hay que largarnos.

— Celia será mejor que te vayas — pidió Dominic. — No voy a ponerte en riesgo.

Celia mío a Mia dándole a entender que no dijera nada por el momento.

— Claro, me iré en cuanto el chico flechas me regrese la mía — la Argent miró a Brian.

Brian llevó sus manos a su cabeza recordando la flecha.

Mierda.

— ¿Dónde está mi flecha?

— Se quedó en el tren — respondió Brian.

— Brian.

— Te dije que la trajeras lo prometiste — Celia estaba por golpearlo, pero Mía la alejo.

— Es solo una flecha no va a pasar nada.

— No es solo una flecha, chico iman — Celia comenzaba a desesperarse. — Esa flecha tiene grabadas mis iniciales y el escudo de mi familia, mi padre y mi abuelo discutieron sobre el legado de los cazadores y nos convertimos en unos traidores a nuestros principios, cuando más cazadores se enteraron buscaban la cabeza de Chris Argent y sus hijas, si un cazador de Brasil llega a verla estoy muerta, a menos que ya la descubrieran, en todo caso mi cabeza ya tiene un precio ahora gracias a ti.

— Celia — la llamó Dom tomándola del brazo para que se calmara. — Te quedarás con nosotros hasta descubrir dónde está la flecha. Ahora ellos querían este auto.

— Algo debe ocultar — dijo Brian llevando su mano a su hombro descubriendo una mancha de sangre. — Si te sirve de algo Celia, creo que tú flecha me dio esta vez.

— Si averiguamos que es sabremos a qué nos enfrentamos.

Celia miró a Brian. — Puedes vivir con el dolor, allá está el botiquín. Iré a pensar cómo recuperar una flecha en medio de una escena del crimen.

La Argent se marchó cansada de la pelea, rezaba para sus adentros que ningún cazador descubriera la flecha, pensaba en salir aquella noche a buscarla sabiendo que sería una completa mala idea debido al ataque de los policías de la DEA.

Esperaba que su padre no se enterrara de eso, revisó su celular.

Sin rastro de Derek Hale aún.





































Celia salió de la cocina con un sándwich en su mano, vio a Brian en una de las mesas con el botiquín intentando limpiar la herida en su hombro.

— Un Sandwich de la Paz — habló Argent dejando el plato enfrente de Brian.

Brian miró el plato y a Celia, sosteniendo unas gasas en su mano.

La Argent le quitó de las manos las gasas poniendo un poco de alcohol para después pasarla por la herida, O'Conner se quejó.

— Lo siento — se disculpo Argent. — No quería lastimarte con la flecha.

— Me lo merezco por haber abandonado tu flecha — recordó Brian. — Enserio intenté sacarla, pero estaba muy atorada, nosotros debimos escapar...

— Hubiera hecho lo mismo, Brian, no es tu culpa.

Los ojos de la Argent y los de Brian conectaron en ese momento, ella descubrió que los ojos del contrario eran azules, mientras que Brian descubrió una pequeña cicatriz en el ojo derecho de Celia a simple vista no se veía, pero si te acercabas a ella mirándola fijamente la descubrías.

— Creo que empezamos con el pie izquierdo. — Celia terminó de curar la herida de Brian. — Celia Argent.

— Brian O'Conner — estrecharon las manos. Brian miró el Sandwich descubriendo que no tenían corteza.

— Mía me dijo que le quitara la corteza algo peculiar, hago lo mismo — sonrió. — Mi madre decía que era un hábito horrible y debía aprender a comer bien que no podía seguir teniendo el paladar de una niña de cinco años a mis veinte.

Brian vio la incomodidad de Celia al hablar sobre su madre, supuso que ambas no tenían una buena relación.

— ¿Qué más hay de misterioso en ti, Celia Argent?

Ella tomó asiento al lado de él con una sonrisa en su rostro.

— ¿Qué más hay en ti, Brian O'Conner?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro