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13🏹




CAPÍTULO TRECE
[CHRIS ARGENT]





































Uno, dos, tres tonos eran los que se escucharon del otro lado del teléfono.

Celia deseaba en su interior que su padre no respondiera. Que no levantara el teléfono.

— Argent — respondió Chris Argent del otro lado del teléfono.

Mierda. Pensó Celia.

— Hey, hola papá — sonrió Celia al escuchar a su padre. — ¿Qué tal todo?

— Bien, tuve que regresar a Beacon por una situación con Scott — suspiró Chris. — Celia ¿quieres decirme por qué un agente de policía me ha llamado preguntando cómo es que una flecha de nuestra familia llegó a Río?

La mención de una flecha cambió por completo el semblante de Celia. No estaba preparada para ese interrogatorio en ese momento.

— No tengo la menor idea — respondió Celia con nerviosismo.

Mordió su labio inferior causando que cortara su labio con una abertura. El sabor de hierro inundó su boca.

— ¿Estás en Río? — cuestionó Chris Argent de manera autoritaria.

— Dominic me llamo — admitió Celia. — Pidió mi ayuda y vine.

La Argent sacó su nuca algo nerviosa, la única persona en el mundo a quien temía defraudar era su padre y por la forma en que ahora le estaba hablando.

Chris suspiró pesadamente. — Si un amigo te dice que saltes de un puente ¿lo harás? Celia ya no eres una niña y prometiste nada de cosas ilegales.

— Papá...

— Nada Celia — la calló. — Me interrogaron donde estaba. Admitiendo que tuve que regresar a Beacon por una situación. Allison Argent murió hace unos meses y que mi hija mayor, Celia se encontraba en Mexico.

— Bueno, ahora sabes que no estoy en Mexico — murmuro Celia.

— No estoy jugando, Melinda Argent— el tono de voz de Chris ya no era el mismo de un padre. Su tono cambió al Chris Argent que dirigía al Clan. — Ya no eres una niña, Celia. Te pedí sólo una cosa ¡una! No meterte en problemas. Allison murió y no quiero a otra hija que enterrar. Eres madre deja de comportarte como una niña de quince años que se escapa de casa para salir con los pandilleros de la calle.

— ¡No soy una niña papá!— respondió Celia.

El grito de Celia hizo que Gisele la mirara, Mía se levantó de la silla donde estaba, preocupada por la salud de Celia y el bebé.

— ¡Entonces deja de comportarte como una, Celia!

— ¡No soy Allison! — gritó Celia al teléfono. Chris se callo al escuchar a su hija hablar de esa manera. — Allison hizo un sacrificio que yo haría si estuviera en su lugar. Si me pudieran dar mi vida por la de mis amigos lo haría, por ti, por Stiles, por Alli, por Isaac, pero sobre todo por Eli.

— Celia...

— Descuida papá —La Argent quitó una lágrima traicionera de su mejilla. —  Solo llamaba para decirte que estoy bien. Dile a Derek que conteste mis malditas llamadas cuando respondo. Ah... — hizo una pausa. — Serás abuelo de nuevo, estoy embarazada.

— Celia...

Celia cortó la llamada, apretando con su mano el aparato electrónico.

Las lágrimas se acumulaban en sus ojos, estaba molesta. Cansada de las comparaciones de todos. La comparaban con Allison.

¿Por qué no puedes ser más como Allison? ¿Por qué no eres como Allison? ¿Por qué no eres Allison?

Apagó su teléfono. Sabía que por medio de él la estaban rastreando.

La Argent caminó al interior del lugar dejando su celular en una de las mesas donde anteriormente dejaron los planos.

— Celia — la llamó Gisele.

— ¿Celia? — habló Mia.

A ambas ignoró. Caminó hasta la caja de herramientas tomando un martillo lo llevo hasta la mesa golpeando el aparato electrónico una y otra vez.

Las lágrimas resbalaban de su rostro. Estaba molesta, cansada y sobre todo frustrada.

Odiaba las comparaciones, las escuchó toda su vida y escuchar como Chris se atrevía a compararla rompía su corazón.

Su corazón latía con fuerza podía escucharlo a través de sus oídos.

Levantó nuevamente el martillo, pero este jamás bajó, Gisele le tomó la mano deteniéndola.

Le quitó la herramienta al igual que Mia la alejaba de aquella mesa.

— Vamos por un té.

La respiración de Celia era agitada, Mía quería que se tranquilizara evitando que la presión arterial aumentara y causara daño en Celia y el bebé.


































Celia sentía unas caricias en su cabello.

Abrió sus ojos con lentitud al sentir las caricias en su cabello, Brian estaba delante suyo.

— Hola — Saludó Celia adormilada con una sonrisa en su rostro.

— ¿Te han dicho que eres hermosa cuando duermes? — cuestionó Brian pasando un mechón del cabello de Celia detrás de su oreja. — Se te forma una arruga aquí — dice acariciando su frente, ella rio. — Y arrugas tu nariz, como si temieras algo.

—  A los fantasmas del pasado.

Celia se sentó en el colchón donde estaba recostada.

— Mía me hablo de lo que sucedió ¿estás bien? ¿El bebé?

Celia llevó su mano a su vientre, había una pequeña bolita formándose ya, si se miraba de costado se notaba un poco.

— Estamos bien.

Brian metió su mano al bolsillo de su pantalón. Era una caja de teléfono, la colocó en las manos de Celia.

— Es para que llames a tu amigo con nombre raro — se rio Brian.

— Oye — Celia lo golpeó juguetonamente en el brazo. — Se que te caerá bien cuando lo conozcas.

— Si cuida a mi novia, claro que me agradará.

Una sonrisa estaba plasmada en los labios de Celia.

Sus ojos se desviaron a una esquina de la habitación donde estaba su maleta.

El cuarto donde dormían no tenía las mejores condiciones, un colchón pequeño que compartía con Brian, su maleta con ropa y una pequeña mochila que Brian llevaba. Era lo único que tenían.

Brian se dio cuenta de donde miraba, por un momento sintió el pánico de que ella lo dejara.

— Celia — la tomó de las manos. — Se que no es mucho lo que tenemos ahora, no es nada en realidad, pero cuando termine esto tú y yo tendremos una casa, el bebé una cuna y...

Celia negó con su cabeza haciendo que Brian guardara silencio. —  No me molesta lo poco que tenemos ahora, Brian — ella tenía un brillo en sus ojos. — Me trae recuerdos del pasado. Antes vivía en una casa en ruinas debido a un incendio, pensaba que en cualquier momento se vendría abajo y me quedaría atrapada para siempre junto a Eli. Esto que tenemos — señaló la habitación. — Es mejor que todo lo anterior. No necesito joyas, una enorme casa o un carro costoso. Con tenerte a ti, al bebé y a Eli soy feliz — Brian sonreía al escucharla. — Además mi sueño es una casa en el bosque.

— ¿Enserio?

Celia asintió.

— De verdad, es mi sueño desde chiquita.

Brian sonrió ahora. — Cuando termine este trabajo, te construiré una linda casa para nosotros cuatro en el bosque, con un lindo jardín.

— ¿Lo prometes? — la Argent pasó sus brazos por el cuello de Brian.

— Lo prometo.

Brian cerró aquella promesa besando los labios de Celia. Jamás se cansaba de ellos, eran su adición.

Juntaron sus frentes sintiéndose cerca, lo suficiente como para que ella se sintiera segura, no había problema si estaban en medio de una celda, junto a un banco o en medio del bosque. Mientras estuviera junto a Brian, todo era perfecto para Celia, incluso la conversación junto a Chris Argent la había dejado en el pasado. 

























NOTA DE AUTOR:

¿Qué tal? Espero les esté agradando el fic.

He estado notando cierta inactividad en la historia en los últimos capítulos, así que tome la decisión de una meta de votos y comentarios.

Comencemos con 50 votos y 10 comentarios, no cuentan los puntos o emojis.

Me despido hasta un nuevo capítulo <3

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