L.2 Capítulo 42
El cielo azulado nos maravillaba, a pesar de ser invierno, la brisa era cálida y ninguna nube parecía querer mancillar el manto azul.
Un día hermoso, brillante y resplandeciente para aquel barrio común y corriente. No era un sector glamoroso y millonario, pero no era peligroso.
Ese barrio era normal, común y corriente para los estándares de personas trabajadoras y esforzadas.
En este barrio había una pequeña casa de dos pisos, bastante hermosa y hogareña, la cual parecía ser como cualquier otra.
La futura arrendadora amó esa casa que se encontraba a un bajo costo desde el minuto uno, un pequeño patio para su futuro hijo y dos dormitorios.
Una bonita casa llena de sueños…
El pequeño de cabellos revueltos corría por el jardín con una gran sonrisa mientras jugaba, ya tenía cuatro años y creía ser lo suficientemente grande para salir a jugar solo o mejor dicho huir de esas paredes que lo encerraban en esa realidad.
La sonrisa de ese niño, no era alegre, en realidad era actuada como su madre le había explicado.
“Sonríe, sonríe y solo sonríe”
“No digas nada de lo que pasa en casa”
“Tu padre no es un hombre malo”
Ante la lógica del pequeño, lo último no tenía sentido, ¿por qué ese hombre no es malo si los golpea?
¿Golpear está bien aunque duela? ¿Él debía ser como su padre?
No y más no, el pequeño no deseaba ser como su padre, él deseaba cuidar a su madre de ese hombre malo, jamás podría lastimar a una persona.
Gritos y llantos, era un día soleado y las aves cantaban, una combinación escalofriante y siniestra, un recordatorio de que la maldad no tiene hora y clima.
El sol y el cielo azul no son un significado de seguridad cuando vives con un monstruo tan cruel como ese hombre.
Ese niño pequeño de gran corazón lo sabía en carne propia, entendía bien que mientras vivas bajo el mismo techo de esa persona, nunca estarás a salvo.
Desgraciadamente (en realidad no), ese niño no se parecía en nada a su padre —al menos en su personalidad, cualquiera que lo vea sabría que es hijo de ese monstruo carismático—; su actitud noble, amable, alegre, empática, pacífica y sensible no estaba acorde de los deseos de ese hombre, ¿cómo su hijo puede ser un llorón tan debilucho?
Ese monstruo quería hacer que su hijo fuese un niño con actitud más ruda y demostrarle cuál era el lugar de una mujer.
La primera vez que vio a su madre ser golpeada se interpuso, tenía cinco años y terminó siendo arrastrado a la bañera repleta de agua helada, que su misma madre la había llenado.
Crudo y doloroso.
Con ropa y zapatos fue arrojado, lo sumergió en las profundidades del agua sin sentir ninguna gota de lástima.
Para finalizar su castigo terminó siendo llevado al jardín trasero para secarse con el mismo sol, fue lento el proceso debido a la ropa y a su vez el clima otoñal no era el mejor.
Sonríe, solo sonríe.
Golpes “suaves” y agua helada, castigos recurrentes en su vida diaria por no ser su calco y defender a su madre.
Esa era la vida de ese pequeño, ese era el pasado de ese niño.
La vida de ese pequeño siempre fue un vaivén de emociones dolorosas y amargas. Las penas en el corazón de aquel muchacho de 15 años no son sencillas de curar.
Esos 15 años viviendo en esa casa lo transformaron en lo que es, un chico que intenta recuperar sus días soleados.
Las olas del mar chocaban con fuerza, el atardecer era inminente, esa playa, testigo de serias promesas, nuevamente escucharía las decisiones de ese adolescente de cabellos revueltos.
Un adolescente llamado Izuku Midoriya.
13/02/2019
Oh gato callejero, saca al héroe de la maldición.
Aizawa Shota se consideraba un hombre paciente en los momentos necesarios, pero aquel muchacho de ojos esmeralda ya lo tenía en su límite y todos en su casa lo sabían.
Izuku aún no daba su respuesta y eso era muy malo.
No era un secreto para Emi y Hitoshi que Izuku fue aceptado en Yuuei, la primera por obvias razones, el segundo escuchó la conversación por “accidente” —en realidad, escuchó todo pegando su oreja en la puerta— hace meses atrás.
—¿Crees que aceptará? —preguntó Emi bebiendo un vaso de jugo—, ¿o necesita presión?
Aizawa frunció el ceño y cambió la página del periódico.
—No puedo obligarlo, estoy seguro de que si Toshinori le hubiese dicho que vaya habría acatado, pero terminaría siendo indeciso por tres años.
—Entonces se tú, eres un profesor, sabes como guiar a los jóvenes.
Colocó los ojos en blanco, soltó un suspiro y dejó el periódico en la mesa.
—Tengo un plan que puede terminar o muy bien o muy mal —dijo observando los enigmáticos ojos aguamarina—. No es presión como tal, pero sería una charla muy directa…
—Siempre eres directo y serio, te aseguro que funcionará si es a tú propio estilo.
Sonrió de lado el mayor, sentía ganas de reír con tal comentario.
—Temo que termine siendo como yo.
—¿Un buen hombre?
—Sabes a qué me refiero, no quiero que odie la pintura, es un genio, veo su pasión y amor en sus obras. No deseo que vea todo como una obligación.
Emi sonrió y dijo—: tú serás su maestro, lo guiarás por buen camino. Además, la relación de Toshinori y él, no es la misma que la tuya con tu padre.
El pelinegro lo sabía, Izuku no vivió su mismo pasado, pero las similitudes estaban presentes y aquello dificultaba su forma de actuar.
—Lo sé, pero es complicado...
Con Hitoshi compartía demasiadas cosas, pero su hijo aún no estaba completamente roto el día en el que lo encontró. Él amaba el arte con pasión y lo había criado para que no sintiese la presión de ser artista, nadie lo obligaría o incitaría a realizar pinturas.
Ese era el deseo de Aizawa, tener a su hijo feliz haciendo lo que más amaba y lo había logrado, pero Izuku era un caso aparte.
¿Qué podía hacer con un chico tan complejo sin interponer su punto de vista? No está seguro, pero sabía que Toshinori estaba más perdido y preocupado por las palabras que diría.
—Hoy me reuniré con él, Toshinori lo llevará a un lugar para que tengamos la charla —dijo intentando no demostrar su preocupación por la respuesta.
—Te irá bien, sé que ese chico te necesita, tu voz puede alcanzarlo.
—¿Crees que este gato de callejón puede ayudarlo? —preguntó con una sonrisa.
Nunca podría sacar esa imagen de sí mismo, un gato solitario abandonado en un callejón a su suerte.
Un gato callejero…
16:30 pm
Izuku, jamás pensó tener un verano tan complejo, su estado de ánimo ha subido y bajado por el pasar de los días, demasiados retos para una persona que lucha por mejorar a diario.
Todo el tema de Shoto lo había colapsado, pero no quería demostrarlo, deseaba ser fuerte o al menos eso aparentar.
Ahora estaba confundido, no comprendía el hecho del por qué Toshinori lo había llevado a la playa, pero decidió seguirlo sin preguntar. Además, le gustaba ver el mar, le inspiraba, pero a la vez le causaba nostalgia.
Aizawa caminó con seriedad, no entendía demasiado por qué Toshinori había decidido que la mejor opción era esa playa, pero no iba opinar al respecto, la persona que mejor conocía a Izuku era su amigo y nadie más.
—Hola Izuku…
—Buenas tardes, Sr. Aizawa —respondió Izuku sin darse la vuelta, era obvio quien era, su voz era irreconocible.
Izuku no era un chico inocente, él sabía los motivos del por qué el mayor estaba allí y eso era preocupante.
¿Por qué el tiempo había pasado volando?, él aún no sabía qué opción escoger, aunque, siendo completamente honesto, no tuvo tiempo para reflexionar como se debía en enero…
Izuku Yagi
—Yo… seré honesto, no sé qué demonios hacer —respondí con honestidad—. Sé que es mi decisión y nadie debe influir, pero eso lo hace más difícil.
Escuché al Sr. Aizawa acercarse en silencio—: un hermoso color, ¿cuál color escogerías para pintarlo?
Hice una mueca al ser ignorado por completo.
—No sé, no me paré a pensar —respondí extrañado por la pregunta, lo único que veía era el mar.
—Tic tac, tic tac, tic tac —dijo el mayor con frialdad—. Reprobado.
Al escuchar aquello pestañeé varias veces, ¿me reprobó?
—Demasiado lento, no sirves para Yuuei.
¿Qué?, ni siquiera he aceptado y ya me reprobó.
Lo observé extrañado, no entendía qué demonios ocurría.
—Yuuei está a un nivel demasiado alto, dudo que seas capaz de lograr soportarla.
Cruel.
—Una escuela demasiado ruda, estricta y perfeccionista —continuó con una sonrisa—. Te criticaremos todo el tiempo, señalaremos cada pequeño error y nos reiremos de él.
Apreté mis manos molesto por sus palabras.
—Soy un maestro crítico, tanto en literatura como en el área artística, si algo no lo haces bien, lo mostraré al frente del salón y te reprobaré.
Sonaba tan honesto, incluso su mirada decía que él hablaba en serio, pero no podía creerle, el Sr. Aizawa da miedo, pero es una buena persona.
—Bromear de esa forma es cruel, alguien como usted no podría hacer semejante maldad —respondí con una sonrisa de lado—. Ayudó a buscarme, me preparó un desayuno sin conocerme y vi cómo fue en navidad. Es el mejor amigo de Toshinori, Hitoshi lo adora, sin mencionar a Eri y a la Sra. Emi. Alguien malo no estaría rodeado por buenas personas.
—Primera enseñanza que te daré Izuku, las personas malas a veces se rodean de buenas —respondió ahora mirándome—. Enji siempre fue malo y uno de nuestros mejores amigos era su amigo, Hizashi es demasiado bueno y luego de enterarse sobre lo ocurrido no estaba muy feliz.
Tenía razón, Ochako era buena y se juntaba con arpías.
—Segundo, te estoy diciendo todo lo que quieres escuchar —continuó—. Te doy una excusa real para no ir, si te satanizo la escuela podrás tener la consciencia más tranquila.
Tenía razón, ¿tan fácil soy de leer?
—De igual forma debes sentirte feliz, tienes la opción de no ir.
—¿Opción?
—Yo no tuve una opción como tal, me becaron y por presión social acepté, en ese mismo instante me adoptó mi padre, el cual es el dueño y director de Yuuei, menos podía retractarme de asistir a esa academia —tenía una sonrisa amarga.
—¿Por qué no quería asistir a Yuuei?, usted es excepcional —dije extrañado, no tenía sentido.
—Odiaba el arte y no lo veía como un trabajo que me haría obtener dinero —dijo sin más.
Esa respuesta me dejó atónito, él no parecía ser una persona que se guiara por el dinero.
—Yo… —no sabía qué decirle.
—Mis progenitores me abandonaron en un callejón, no sabía ni siquiera leer —dijo con amargura—. Por años viví como un gato de callejón, cuando me encontraron terminé en un orfanato, eran buenos en ese lugar, creo que el destino se cansó de atormentarme y me dio un respiro… por eso me importaba el dinero, sabía que no me iban a adoptar, por lo tanto, quería un trabajo estable para no vivir en la calle.
¿Cómo puedes abandonar a tu hijo en un maldito callejón?
Malditos.
—Cuando descubrieron como dibujaba todos me alababan, yo no quería, pero ellos se veían tan emocionados y felices… cuando te fuerzas a hacer algo, le terminas tomando desagrado y un poco de odio.
Ahora todo tenía sentido.
—Gané un par de premios y de esa forma él me encontró, al parecer mi historia le llegó al corazón, fui becado y adoptado por un millonario que amaba pintar. Lejos de estar feliz, sentía más presión por ser perfecto y temía ser botado a la calle por no querer ser artista.
Me paralicé, vivir de esa forma sonaba horroroso.
—Cuando somos adolescentes exageremos más las cosas y tememos al qué dirán los otros, yo temía todo el tiempo.
—Señor Aizawa, lamento lo que vivió.
—No lo lamentes, todo en la vida debe tomarse como un aprendizaje y esas vivencias me hicieron crecer una vez que dije la verdad.
—¿Cuándo dijo la verdad? —sentía demasiada curiosidad por aquel hombre.
—En segundo año me vi obligado por culpa de mis amigos —sonrió, pero esta vez de forma amable—. Fue un gran alivio y tuve paz, igual continué en Yuuei, porque así lo quise, tuve la opción de cambiarme de escuela, papá me lo permitió, pero quise seguir y tomar todo más tranquilo. Si me hubiese marchado en ese momento, nunca habría conocido a Emi y tal vez, Hitoshi y yo seríamos unos amargados. Por eso jamás podré lamentarme.
—Eso es muy romántico —dije con diversión.
El Sr. Aizawa rio y dijo—: y tú no estarías aquí.
Eso último me sorprendió.
—Y tal vez, ahora mismo dos chicos estarían muertos —finalizó con seriedad.
Y yo me habría lanzado.
—Y si no fueses Yamikumo habría pasado lo mismo, tú talento y pasión hicieron que estuviese en esta playa.
—¿Qué?
—En 2016 mi gato se perdió, escuché en un callejón a una persona molesta hablar —dijo con una gran sonrisa—. En esos momentos era un simple maestro, pero al ver a un chico de unos 12 años saliendo de un callejón molesto y asustado me sorprendí.
En 2016 hice mi primera pintura.
—Entré al callejón y vi una triste pintura que decía: “Yamikumo” —colocó su mano en mi hombro—. Algo en esa pintura me inspiró y acepté el trabajo de maestro de literatura en Yuuei.
Eso no lo vi venir.
—Tu pintura fue muy importante para todos.
—Yo no pensé que fuese la gran cosa, fue mi primer mural…
Intentaba asimilar la nueva información, no podía creer en todas esas coincidencias.
—Izuku, en esta vida te van a criticar por todo, para nuestra desgracia así funciona el mundo, pero Yuuei no te criticará y señalará tus fallos al frente de otros, te llamarán de forma individual para explicarte tus fallos y señalar tus aciertos.
Bajé mi mirada.
—Los maestros están para explicar hasta que aprendas, ninguno destrozará tus sueños, su trabajo es decirte lo que está mal y enseñarte como hacerlo mejor para que aprendas. El director Nezu despediría a cualquier profesor que tratase mal a un estudiante, incluyéndome y si un compañero te molestase sería expulsado.
—Nadie te lastimará en esa escuela, pero debes ser fuerte, porque tampoco es fácil, tienes que ser tenaz y si no lo eres, aprenderás a serlo. Te juro que la escuela será un lugar seguro, no permitiré que nadie te vuelva a acosar, desde maestros a compañeros, nadie te hará sentir inferior.
¿Cuántas veces deseé que un maestro dijese algo como eso?
¿Cuántas veces pedí que me ayudasen?
¿Cuándo dejé de confiar en un maestro?
¿Cuándo comprendí que no era nada para mis maestros?
—¿Lo jura?
—Siempre cumplo mi palabra y nuestro director es el mejor, defiende a sus alumnos con dientes y garras.
Observé el mar, sonreí y dije—: pintaría el mar con sus mismos colores, pero el sol sería de un brillante color esmeralda.
—Me parece un excelente color para el sol, es bastante brillante, creo que puede iluminar los días más oscuros.
—Creo que será mi maestro favorito.
Supongo que esa era mi respuesta.
—Izuku, sí puedo ser estricto e intimidar como maestro.
Su honestidad me hizo sonreír, su voz y mirada podían ser intimidantes.
—Al menos, lo soy con quienes no se toman en serio la escuela, más allá del arte, mi vocación es la educación, no busco la perfección, pero sí quiero alumnos que se esfuercen y quieran aprender.
—En eso no lo defraudaré, tenía las mejores calificaciones, en su momento creía que mamá sería feliz con ello, pero…
No podía continuar, dolía hablar sobre ella.
—Te aseguro de que cierta persona va a alardear por todo lo que hagas.
Mis ojos se nublaron, las lágrimas comenzaron a asomarse.
—Tengo pánico escénico —siempre lo tuve, no es algo que proviene del acoso.
—Saldrás de Yuuei logrando exponer orgulloso todo lo que quieras al frente de un salón de clase —respondió intentando animarme.
Asentí y sollocé.
—Ignora lo que quieren tus seres queridos y en especial, ignora a quienes te lastimaron, ¿qué deseas hacer?
Era ahora o nunca.
—Toshinori te apoyará en todo lo que decidas y continuará estando orgulloso de ti. Ese hombre siempre habla de lo divertido y talentoso que eres, no me quejo, porque puedo llegar a ser igual.
—Yo…
“Quiero asistir a Yuuei contigo”
“Quiero ser como el Sr. Yagi”
“Quiero ser pintor”
“Quiero estudiar en Yuuei”
Deseos de niñez que fueron destruidos por todos esos bastardos.
Mis sueños y el futuro que quería.
“Un corte…”
Estoy cansado del pasado, de ellos, de lo que representa Yamikumo y del antiguo Izuku.
“Pintas horrible”
Yo…
Yo quiero vivir mi propia vida.
—Asistiré y me demostraré a mí mismo de lo que puedo llegar a ser capaz —dije con firmeza.
Pensé que las palabras iban a ser más complicadas de salir, pero no y de alguna forma por fin sentí que ese peso que cargaba se había esfumado.
—Esas palabras deseaba escuchar.
Lo miré extrañado.
—Quiero que estudies en Yuuei para ti mismo, no para otros —dijo, ¿orgulloso?
Colocó su mano en mi cabeza y añadió—: aprobado.
Las lágrimas comenzaron a caer, no entendía por qué, pero solo podía llorar.
—Estoy seguro de que serás uno de mis mejores estudiantes y cuando salgas podré decir con orgullo que fui tu profesor.
—Y yo podré decir con orgullo que usted fue mi profesor.
—Bueno, hay que darle la noticia a tu fan número uno —dijo el Sr. Aizawa dándose la vuelta y marchándose.
Miré por última vez el mar y sonreí, es hora de avanzar o me lamentaré por el resto de mi vida.
“Deja de pintar, eso es de mujeres”
“El coro es de maricas”
“Eres un maldito sensible”
—Hisashi, me importa poco ser o no sensible, afeminado, marica o cualquier mierda que has dicho —dije frunciendo el ceño—. Seguiré adelante, mientras tanto, tú te estarás pudriendo en la cárcel por varios años. Deseo que sufras más de lo que sufrieron tus víctimas.
Me di la vuelta y me marché hacia el automóvil, iba a avanzar, no voy a retroceder con esta decisión, el cuatro de marzo asistiré a Yuuei con orgullo y una sonrisa en mi rostro.
Voy a sorprender a mis amigos el 4, podría decirle a Shoto, él sabe sobre mi elección, pero quiero sorprenderlo.
¿Es cruel no decirle a Shoto?, no le mentiré, no mencionaré Yuuei ni nada por el estilo.
Cierto, me toparé con Monoma, ¿qué cara pondrá al verme?
Una sonrisa maliciosa se escapó, sabía que estaba mal, pero esa parte que no deseo que exista, quiere sacarle en la cara y burlarse por menospreciarme y molestarme.
No me agrada sentir esas emociones hacia las personas, pero mi orgullo me exige humillarlo por lo del cumpleaños.
¿Me uniré a algún taller? ¿Cómo serán mis nuevos compañeros? ¿Estaré en el mismo salón que los chicos?
Debo comprar cosas, quiero cuadernos con dibujos en sus portadas.
¿Cómo decoraré mi dormitorio?, son tres años, quiero que se vea bonito y cómodo, necesito conseguir el uniforme.
—Entonces, ¿cuál fue tu elección? —preguntó Toshinori devolviéndome a la realidad—. No me importa si no asistes, puedes ser artista solo como una actividad extra, lo importante es divertirse.
Él pensaba que había rechazado.
—Mi elección fue seguir con mi vida.
Toshinori me observó sin comprender mis palabras.
—Estoy cansado de escuchar los fantasmas del pasado. Inko, Hisashi, Bakugo y mis compañeros de salón no seguirán bloqueando mis sueños —dije con determinación—. Iré a Yuuei y seré artista, me demostraré a mí mismo que puedo cumplir ese sueño que en un principio fue tan inocente.
Voy a ser pintor y nadie va a lograr que me retracte.
—Algún día será conocido mi nombre y pintaré murales con la firma de Izuku Yagi.
—Serás un gran artista urbano a futuro —dijo con una sonrisa mientras levantaba su pulgar.
—Lo seré —dije emocionado por el futuro.
—Seré honesto, estoy feliz por tu decisión, pero quiero que sepas que cualquier elección que te diese felicidad me haría sentir de la misma forma.
—Lo sé Toshinori —asentí y dije—: por favor, no le digas a Ochako.
—¿Quieres sorprenderla?
—Mis amigos se sorprenderán al verme de golpe —respondí un tanto emocionado.
—Supongo que deberemos ir por el uniforme, comprar los útiles escolares y planear cómo arreglar tu dormitorio.
Toshinori sonaba emocionado.
Subimos al automóvil, ambos estábamos emocionados por el futuro, ya quería ver todo lo que ocurriría durante estos 3 años.
—Deberé rentar un departamento en la ciudad.
—¿Un departamento? —pregunté extraño.
—Si no ibas a Yuuei, seguiría viviendo aquí contigo, pero ahora me es más fácil estar en esa ciudad.
Tenía sentido lo que decía.
—Además, podemos ir a comer juntos luego de la academia —dijo con diversión.
Sonreí y asentí varias veces.
—Ahora tendré amigos en la escuela —dije con entusiasmo, luego agaché la mirada—. Desearía estar en el mismo curso.
—¿Le pregunto al director?
—¿Eso no está mal?, ya sabes, usar los contactos de esa forma.
—No es ilegal y no afecta a nadie, ¿por qué no?
Solté una carcajada, lo iba a aceptar, ¿por qué no utilizar los contactos para estar con ellos?
—No puedo refutar, ya deseo ver sus expresiones.
Los dos nos sonreímos, me alegraba de haber tomado esa decisión.
01:30 am
Frío, mucho frío, el agua helada dolía, no había forma de huir.
Alguien rescáteme de ese lugar, se lo suplico, no puedo respirar, ¿por qué sonríe al escuchar mis gritos? ¿Por qué no me ayudas mamá?
Por favor, ayuda, no me gusta estar con él y con ella.
“Izuku, dibujas horrible"
¿Por qué mamá dice eso?
“Eres un marica llorón, una vergüenza, aprende tu lugar"
No entiendo, no entiendo, ayuda.
“Algún día tendremos un héroe que nos rescate”
Kacchan, ¿por qué me lastimas?
“Mátate” “es rarito” “parece un fantasma” “debería suicidarse”
Cállense…
¿Por qué los profesores no hacen nada?
Ayuda.
Todo está oscuro y da miedo, sáquenme de este pozo por favor.
Abrí los ojos de golpe, una pesadilla, solo es una pesadilla, mi mente solo desea atormentarme por mi elección.
No ganarás, no voy a retroceder.
Cerré los ojos y dejé que Morfeo me arrastrase al mundo de los sueños.
Estaba en mi antiguo dormitorio, mi mente me exige retroceder al pasado para atormentarme.
Una sombra apareció por debajo de mi cama, tragué nervioso por lo que se avecinaba.
“¿En serio crees que eres libre?”
La sombra se transformó en una versión mía, era un poco más baja, delgada y pálida.
Tragué nervioso al ver que tenía una soga rota colgando de mi cuello.
Esa versión era del día en el que la soga se rompió, ese caluroso noviembre de 2017.
“Sonríe por ahora, ambos sabemos que esta felicidad es efímera, tarde o temprano recaerás”
—Calla.
“Le das discursos a Shoto sobre superación, tan falso eres”
—Guarda silencio.
“Le decías palabras bonitas a Ochako, cuando no seguías el mismo ejemplo, patético”
—No soy patético.
“Izuku, eres un falso”
—No.
Abrió los ojos, una sonrisa maliciosa se formó en su rostro. Se había convertido en Hisashi.
“Eres Izuku Midoriya, no eres Yagi, ese hombre no es tu padre”
Las lágrimas comenzaron a acumularse, lo sabía, pero se siente bien usar ese apellido, de esa forma logro sentirme parte de su familia.
“Ahora basura, deja esos malditos pensamientos y vuelve al lugar al que perteneces”
—No.
“Deja esos sueños patéticos, ¿crees que serás un artista de renombre?, solo eres un soñador patético, no llegarás lejos, ni siquiera tienes derecho a respirar”
—Calla Hisashi.
Maldita mente, ¿cuál es tu placer para atormentarme? ¿Por qué quieres que renuncie a mi felicidad?
“Porque no mereces ser feliz, tu existencia provoca infortunios”
Avanzó con lentitud y colocó su mano en mi cuello.
“Renuncia a esos sueños”
Negué con la cabeza varias veces, no voy a renunciar.
“Ya quisieras ser alguien”
Dolían sus palabras, porque no eran producto de mi imaginación, muchas son recuerdos que deseo sepultar.
Fruncí el ceño, estaba cansado de que mi mente venciese, mi sueño lo iba a realizar y ella no me haría retroceder.
—Vete.
La presión en el cuello dejó de existir, el aire pasaba con facilidad por mi nariz.
Abrí mis ojos, Hisashi no estaba, tampoco estaba en la soledad de mi dormitorio.
Ahora estaba en la playa viendo un atardecer esmeralda, algo raro, pero bello. No hacía calor, pero tampoco frío, el clima era perfecto.
Era todo tan extraño, pero realista a la vez, un paisaje majestuoso que voy a pintar algún día.
Me acosté en la cálida arena y cerré los ojos, mi único compañero era el sonido de las olas y el olor a mar.
Adiós indecisiones, no renunciaré a mis sueños.
06:00 pm
L
a alarma sonó con fuerza, ya era hora de trotar. Me vestí de inmediato con mi “uniforme” para ejercitarme (me gustaba nombrarlo de esa forma), ¿en Yuuei podré trotar a esta hora?
—Izuku, el desayuno está servido.
Fui al comedor con un entusiasmo extraño, usualmente luego de las pesadillas no despierto tan emocionado.
Al sentarme, sonreí, eso significaba que había avanzado, algo nuevo para contarle a la Srta. Jane.
—He estado buscando departamentos para arrendar, encontré tres interesantes —dijo Toshinori de golpe—, agendé hora para este sábado para que vayamos a verlos.
¿Verlos?
Toshinori levantó una ceja y dijo—: por 3 años vivirás ahí, a menos que desees seguir viviendo en esa ciudad luego de graduarte, ¿cómo no vas a escoger nuestro departamento?
Cierto, a los 18 años la vida de adulto y decisiones más importantes comienzan a surgir.
—Jamás pensé —negué con la cabeza—. Sé que es duro decirlo, pero el día en el que nos conocimos era la fecha en la que había puesto un límite a mi vida y nunca llegué a pensar qué haría luego de la escuela. Estoy vivo, porque fracasé en todos mis intentos y el último tu fuiste quien me salvó. Todo es raro, pero no suena mal y que hables de graduación se siente bien.
La expresión de Toshinori no se veía triste, en realidad, se veía feliz por mis palabras.
—Recuerda algo muy importante, luego de graduarte siempre tendrás un techo y comida, aunque no sepas qué hacer con tu vida, tú tienes un hogar, ya sea en ese departamento o en esta casa. Nunca temas pedirme ayuda cuando seas un adulto, mientras yo viva, no estás solo.
Sus palabras me sorprendieron, no había pensado en eso, pero tenía sentido pensar que el Izuku de 18 años tema por eso. Toshinori siempre a un paso de las inseguridades que tarde o temprano se iban a formar.
—Gracias, estoy seguro de que Inko me habría echado a penas me graduase —dije un tanto deprimido, luego sonreí y continué—: debe tener un gran balcón para que podamos pintar al aire libre.
Toshinori sonrió por mis palabras.
—Excelente idea, ¿qué opinas de tres dormitorios?, uno lo utilizaremos como estudio de arte.
Asentí varias veces, pero luego pasó algo por mi cabeza.
—¿No necesitas uno para invitados?, de seguro tienes amigos que quieran venir…
—Cierto, estoy seguro de que Shota tendrá que quedarse más de una vez y Hizashi puede aparecer de golpe…
Toshinori se veía entusiasmado.
—Extrañaré un poco esta ciudad y su cotidianeidad, pero no tiene sentido si no están mis amigos —solté un suspiro—. Esta ciudad tiene buenos y malos recuerdos, pero creo que lo mejor es crear nuevos en un lugar donde no me recuerde algo malo.
—Me agrada esa forma de pensar.
Al terminar de desayunar y reposar, comenzamos los estiramientos y trotamos.
—Shoto odia trotar —dije con diversión—. Lo haré trotar todas las mañanas.
Aún trotábamos, era poco usual que hablase demasiado.
—Eso es cruel.
—El deporte es útil para él, me alegro saber que estaré allí en caso de que algo malo ocurra.
—Izuku, no tomes ese peso extra, me gusta la idea de que quieras ayudarlo, pero no a costa de tu salud mental.
—Lo sé, pero no solo es por una recaída —comprendía su preocupación, los amigos no son terapeutas y una persona con mis problemas no debe cargar con más presión—. Necesitará un amigo para cuando los vea.
Pareció sorprendido por mis palabras.
—Soy el único amigo que tiene, los amigos estamos para apoyarnos y no me refiero a adicciones. Quiero cuidarlo de sus examigos, no digo que lo lastimarán, pero si habrá una gran incomodidad y tensión. Además, Monoma está y no permitiré que lo moleste mientras está en una etapa tan crucial para su vida.
Él iba a decir algo, pero quise agregar algo más.
—Confía en mí.
—Está bien, pero si Shoto necesita ayuda de un adulto, me lo debes decir a mí, a Shota o a la enfermera. Somos nosotros tres, sin contar al director, quienes sabemos todo lo de Shoto.
Asentí con seriedad y alivio, mientras menos mejor.
—Si se sale de las manos, lo haré.
—Ok, es una promesa.
—Una promesa —respondí con seriedad, cambié de tema—. Hoy la Srta. Jane se sorprenderá, pero se sentirá orgullosa por mi elección.
—Lo importante es que tu te sientas orgulloso por tu decisión.
Sonreí por sus palabras y asentí.
16/02/2019
12:00 pm
Ya habíamos visto tres departamentos, ninguno nos convenció, eran amplios, pero sin personalidad, demasiado serios y fríos.
—¿Cuándo les dirás que nos mudamos? —preguntó Toshinori mientras caminábamos por las calles de la nueva ciudad donde viviríamos.
Hasta ahora me gustaba más, su infraestructura no era demasiado moderna, a pesar de ser edificios nuevos y tiendas actuales, decidieron dejar esa mezcla de barroco con gótico.
Una ciudad hermosa, con un aspecto elegante y antiguo; quiero vivir en este lugar para siempre.
Sí, era una ciudad enorme, no era un pueblo, tenía un enorme río que dividía parte de la ciudad y a las afueras un frondoso bosque…
Sentías la modernidad, no parecía una ciudad antigua, pero su estética la hacía sentir hogareña.
—Cuando tengamos arrendado el departamento —dije deteniéndome en la vitrina de una librería.
—¿Algo que te interese? —preguntó curioso.
Asentí al ver una croquera verde con la portada de un conejo, me parecía una excelente idea.
—Me gusta la croquera —señalé con mi dedo.
—Entonces, hagamos la primera compra de tus útiles —respondió con su usual sonrisa.
Al ingresar, decidimos comprar todos los cuadernos que necesitaba para este primer año, luego compraríamos lo otro.
Tal vez, Yuuei tenga becas completas, pero sigue siendo una escuela que requiere ciertas cosas que debes comprar con respecto a tu departamento.
Ahora que lo pienso, ¿Toshinori es quién pagará la colegiatura o gané una beca?
—Toshinori, tengo una duda.
Él me miró mientras entregaba su tarjeta de crédito.
—¿Obtuve la beca completa?
—Sí, pero no sabía si querías aceptar, por lo tanto, se dejó tu entrada automática gracias a tus calificaciones y tu talento —dijo para luego anotar la clave.
—¿Entonces tu pagarás? —tragué nervioso.
—El tiempo era importante y creí que otro estudiante la necesitaría, no le dan becas a todos, sigue siendo una academia privada. Por lo tanto, yo seré quien se haga cargo de tus estudios.
Un nudo se formó en mi estómago.
—No me importa pagar, pero si te sientes mejor, piensa que esta es la beca que se rechazó. Al final de cuentas, tu no la rechazaste —dijo con una cálida sonrisa.
—¿Cómo lo sabes? —dije extrañado cargando las bolsas—. Nunca entiendo como vas un paso delante de mi mente.
—Tu mirada y aprendí qué cosas pueden provocarte miedo o angustia, simplemente lo sé —dijo bajando los hombros cargando la otra bolsa.
Solté un suspiro, ya no era tan bueno ocultando las cosas.
—Gracias por anticiparte, en serio, lo agradezco mucho… mi mente es cruel y a veces quiere atormentarme, tenerte en mi vida es lo mejor que pudo pasarme…
Con su mano libre sacudió mi cabello.
—Tu también eres lo mejor que pudo pasarme.
Lo observé y sonreí.
—Me gusta esta ciudad… ya deseo vivir aquí —respondí ansioso—. Es como un sueño.
—Recuerdo esta ciudad y las locuras que hacíamos con mis amigos… por favor, no nos asustes fugándote con tus amigos de fiesta a lugares no permitidos para menores —advirtió con seriedad.
Reí por su comentario, era imposible, luego de todo lo ocurrido en verano, no volvería a asistir a fiestas. Además, no arriesgaré mis sueños en Yuuei por ese tipo de diversión y tampoco quiero arriesgar a Shoto, ese tipo de cosas puede tener drogas de por medio.
—Sabes que odio esas cosas —dije sin más.
—Claro, Shota las odiaba y lo arrastrábamos a esos lugares —dijo con seriedad—. Que nadie te arrastre a esos lugares.
Me alegraba que Toshinori no fingiese haber sido un adolescente que no hizo locuras, él era honesto conmigo y eso me ayudaba bastante.
—Además, lugares como esos no me interesan —dije con seriedad, sé que por lugares de mayores de edad se refiere a ese tipo clubs.
Negarle saber ese tipo de cosas a un chico de 15 años sería absurdo y en un par de meses cumpliré 16. Además, si quieres prevenir que un chico no haga algo, no debes fingir que cosas como esas no existen.
Ahora viene el problema que omite mi cabeza y no quiero pensar, ver a una chica de esa otra forma. Simplemente, no puedo y no me interesa… tengo 15 no es necesario pensar de esa forma, claro que no.
Mordí mi labio inferior, otro día creo que lo hablaré con alguien, no me imagino con la Srta. Jane, pero tampoco Toshinori.
Solté un suspiro, Shoto, con él puedo hablar.
Pésima idea…
—A Shota tampoco le interesaba, solo quiero que no vayas siendo arrastrado por otros.
—No lo haré y mi único amigo no quiere saber más de fiestas —respondí—. No iré, porque no me gustan esos ambientes y segundo, no expondré a Shoto a nada perjudicial con su rehabilitación. Aparte, no quiero defraudarte en ese sentido, sí, me imagino ir a las 2 de la mañana para rescatar a un amigo, pero por una fiesta, jamás.
Prefería ser honesto en ese sentido, de seguro rompería reglas para salvar a mis amigos.
Toshinori frunció el ceño, negó con la cabeza y soltó un suspiro.
—Serás regañado de igual forma.
—Lo sé.
Ambos sonreímos por mi respuesta.
—Ahora cambiando el tema, hay otro lugar para arrendar, pero tenemos que ir mañana y quiero que sea una sorpresa.
¿Sorpresa?
—Era mi última alternativa, quería algo en el centro bonito, pero tal vez, el destino quiere algo un poco más lejano.
La curiosidad surgió en mi interior, ya quería ver el lugar.
—Toshinori, eres cruel…
Toshinori solo rio por mis palabras.
17/02/2019
10:00 am
S
i me dijeran que alguna vez estaría ingresando en automóvil con Toshinori a un lujoso condominio en Green Falls para arrendarlo, me reiría y diría que está loco.
Solo creí que sería capaz de ver lugares como la casa de Shoto y Tokoyami, pero verlo para vivir en el nunca.
Un condominio enorme, repleto de árboles, flores y césped, lo único de concreto era la calle y las veredas.
No eran enormes mansiones, pero si grandes casas de dos pisos si bien de diferentes aspectos, todas tenían pequeñas pinceladas de estilo barroco, ¿cómo es posible eso combinado con la naturaleza?
¿Cuánto dinero tenía Toshinori?, sé que es un artista famoso, pero ¿tanto gana?
—¿En qué piensas? —preguntó curioso.
—En cómo ganas tanto dinero… en serio, intento pensar y mi cabeza no logra imaginar que ser pintor te da esta cantidad de dinero —admití por accidente.
Mis mejillas ardieron por la vergüenza.
—Te recomendaré algo muy importante —dijo Toshinori con una sonrisa mientras buscaba un estacionamiento—. Junta parte de tu dinero en caso de obtener números rojos, otro para gastar en las cosas necesarias para tu día a día, un poco para divertirte, una parte para tu trabajo y lo último inviértelo en inmobiliarias y empresas estables. Una enseñanza que me dio el Sr. Dumont, el primer millonario que me contrató.
Lo observé impresionado.
—Nunca me interesó tener tanto dinero, por lo tanto, lo hice para concentrarme en algo aparte —continuó—. Un porcentaje lo dono a instituciones, pero ese es mi secreto, no me gusta que conozcan el rostro de quien dona.
Lo miré impresionado y orgulloso, no me interesaba la idea del dinero, pero ayudar a una persona que no tiene los recursos, niños y adolescentes que sufren…
Yo…
Quiero ayudar a esas personas.
Aún no sabía cómo y cuándo en esos momentos.
—¡Quiero ser como tu algún día! —dije entusiasmado moviendo mis brazos.
—Serás incluso mejor.
Al salir del vehículo sentí el aroma a la naturaleza.
—Mucho gusto —dijo una mujer bastante alta de cabellos marrones y ojos verdosos. Estaba vestida bastante formal, por lo tanto, supuse que era la mujer de bienes raíces—. Mi nombre es Elena White y hoy me encargaré de mostrarle la propiedad.
—Mucho gusto Sra. White, mi nombre es Toshinori Yagi y él es mi hijo Izuku.
—Un gusto Sra. White —dije nervioso, maldición.
La mujer sonrió como respuesta.
Caminamos por la vereda mientras ella nos explicaba cosas del condominio —las cuales solo ponía atención Toshinori, mi concentración se dirigía en ver el lugar—, las casas eran bonitas y sus ante jardines eran elegantes, pero no como los de las mansiones, se sentían “familiares”.
Era raro, estábamos caminando por una especie de colina, ¿dónde estaba esa casa?
Mis pensamientos fueron respondidos al ver la preciosa casa, una hermosa y diferente, no era como las otras…
—La propiedad del “Petirrojo Escarlata” fue personalizada por el primer dueño, él decidió darle un toque diferente.
Petirrojo, con solo saber el nombre supe que deseaba vivir en ella.
¿Cómo no amar esa casa con estética barroca decorada en su fachada con un enorme mosaico de un bosque en una noche estrellada?
—¿Cómo se llamaba el primer dueño? —pregunté curioso, necesitaba saber más de él.
—Yoichi Shigaraki, un prodigio en el arte del mosaico —respondió con entusiasmo—. El dueño actual es su sobrino nieto Tomura Shigaraki.
Asentí entusiasmado, luego investigaré sobre él y su arte.
Observé a Toshinori, él se veía entusiasmado admirando la casa.
Ingresamos por la fina reja de metal blanquecino, el ante jardín no era tan grande como el nuestro, pero sí era floreado y tenía dos camelias.
Deseaba que el interior fuese tan impresionante como el exterior y al dar un paso mi boca se abrió un poco por la impresión.
El suelo era de roble, el cual le daba calidez al piso; todas las paredes estaban pintadas a mano con elegancia.
En la entrada estaba pintado un bosque floreado en una pared, repleto de mariposas y unos hermosos petirrojos; la Sra. White señaló el techo… era un río pintado, tan realista que podía sentir que el agua caería.
—El pintor del interior de la propiedad se llama Kudou, tardó varios años en finalizar el primer piso.
—¿Kudou?
—Kudou y Yoichi Shigaraki fueron estudiantes de Yuuei hace varias décadas —dijo Toshinori con una gran sonrisa—. Quiero que estudies sus obras de arte, son un gran ejemplo a nivel artístico, pero también como personas.
Asentí varias veces, no podía evitar sentirme emocionado al pensar que estaba entrando en la casa de personas tan importantes como ellos.
Pensé en la casa de Hitoshi, de alguna forma, ahora puedo apreciarla más, porque al final de cuentas aquel matrimonio es de dos antiguos alumnos graduados de mi departamento…
Si antes los veía sorprendentes, ahora los veía distinto, incluso Toshinori.
Todos teníamos algo en común y era nuestra arte y la academia.
La sala de estar tenía una hermosa y gran chimenea, la cual estaba decorada por mosaicos de tonalidades pasteles. Su alto techo con un elegante y pequeño candelabro de flores, tenía pintado un bosque con árboles de distintas tonalidades anaranjadas, amarillas y cafés; entre los árboles había un riachuelo.
—Según se dice, la estación favorita del pintor era el otoño —señaló la mujer.
—Kudou es impresionante —susurré admirando cada árbol de ese bosque.
Aunque, lo que en verdad era sorprendente, eran las paredes, era ver el paisaje de la ciudad, cada casa con su estética propia del lugar, con un hermoso azul cielo; de fondo se podía ver el bosque y el río.
Analizando las pinturas de la casa, comprendí que todas eran lugares de esta ciudad y el techo del pasillo era el río que la dividía.
Arriba de la chimenea tenía pintada una casa estilo gótico, tenía que ser ciego para no saber que era Yuuei.
—Ellos amaban esta ciudad —dije mirando a la Sra. White.
—Sí, ellos nacieron y se criaron en esta ciudad —respondió, una sonrisa se formó en su rostro—. Esta habitación les encantará.
La seguimos a una puerta de roble; abrió con suavidad la puerta, era blanca y amplia, el suelo de baldosas blancas y una gran ventana que daba al jardín trasero.
—Esta habitación era utilizada como su estudio de arte. Les gustaba que todo fuera de un color tan puro como el blanco para no distraerse.
Me convenció con esta habitación, un lugar perfecto para pasar en las vacaciones. Aquí podíamos estar cómodos con Toshinori pintando, había espacio de sobra para nuestros instrumentos y lugares para guardar los materiales.
—Me agrada esta habitación, ¿qué opinas Izuku? —preguntó Toshinori curioso, él ya lo sabía.
—¡Me encanta! —dije emocionado, estaba seguro de que mi sonrisa era enorme.
Luego nos mostró la cocina, venía amueblada con lo básico, eso ayudaba a ahorrarnos el tiempo y dinero para amueblarla. Después el baño, era bastante amplio y fino.
Finalmente, nos mostró lo que vendría siendo el comedor, quedé sorprendido al ver las pinturas de sus paredes.
Era obvio al verlas que no eran hechas por Kudou, los trazos, la forma y los colores no calcados a la realidad lo demostraba.
Era similar al bosque del techo, pero a diferencia de éste, los árboles estaban pintados de tonalidades pasteles, en unos podías ver violeta, rosa, celeste y muchos más, mientras pequeños petirrojos volaban por el lugar; había un río que dividía el bosque en una pared, lo peculiar era que el río era de distintos colores, era tan hermoso que me daban ganas de llorar.
Por último, en otra pared estaba pintada Yuuei en primer plano, se podía ver a partir de la reja del exterior, la academia era igual, a diferencia de que estaba pintada con múltiples colores. Sonreí al ver en la entrada a dos adolescentes vestidos con el uniforme de Yuuei, uno con el cabello blanquecino hasta los hombros y ojos de un hermoso azul y el otro de cabello anaranjado corto y desordenados, sus ojos eran rojizos y rasgaos. El primero sonreía de forma cálida y el segundo tenía una pequeña sonrisa, cada uno en sus hombros tenían un petirrojo.
Observé el techo, era blanco y con pétalos rosados esparcidos, como si el viento se los estuviera llevando a la nada.
—Hermoso… —susurró Toshinori admirando atento cada pintura.
Asentí varias veces como respuesta.
—Toda esta habitación fue pintada por el Sr. Yoichi, no solo era un excelente artista en el área del mosaico.
Terminamos el primer piso y subimos al segundo, las habitaciones eran color crema y lisas, aquello me alegraba, ya que no temía arruinar la pintura de los artistas; su techo y suelo eran de madera, el primero era más claro que el otro. Todas tenían diferentes tipos de ventanas bonitas, incluso una de ellas tenía un balcón.
Pero de la habitación que me enamoré fue la última, tenía una gran ventana que daba hacia la ciudad, aquello lograba darme una vista impresionante y majestuosa. Además, de que sobresalía dejando un tipo de asiento, allí podía sentarme y dibujar viendo el paisaje, ¿cómo será ver un atardecer desde esta ventana?
Ya me sentía emocionado y lo bueno es que las 3 tenían baño propio.
Cuando terminamos el recorrido, volvimos a la sala de estar.
—El Sr. Shigaraki ama demasiado esta casa, por lo tanto, busca que la persona que habite en su propiedad sea alguien que aprecie la pintura tanto como él —dijo—. Y le pareció una buena idea que una persona egresada del departamento de arte de su amada academia sea quien la cuide.
¿Su amada academia?
—Él es un par de años mayor —susurró Toshinori al ver mi extrañeza.
Tenía sentido, si su tío estudió allí, él de seguro tenía probabilidades de ser pintor.
—Me parece genial —dije con una sonrisa.
Cuando salimos bajamos en silencio hacia el estacionamiento, me alegraba que la casa tuviese uno, porque bajar todo el tiempo sería tedioso.
—¿Qué opinas de la casa? —habló Toshinori interrumpiendo el silencio.
—Creo que sabes mi respuesta —dije con una gran sonrisa mientras nos alejábamos de la propiedad.
—Será un gusto vivir por varios años en esta casa —dijo Toshinori, se escuchaba emocionado.
—Supongo que les deberé dar la noticia a las chicas.
Ahora tenía que fingir mucho mejor que no iba a asistir a Yuuei.
17:30 pm
Decidimos ir a cenar a casa de Hitoshi, si bien, nos habíamos contactado por mensajes y jugado online, aún no nos veíamos en persona. De alguna forma estaba nervioso por verlo.
Ver ahora la casa de la familia Aizawa me hacía comparar las diferencias de las pinturas con la casa que arrendaremos.
Me encantaba la estética y todo en ella, pero la de ellos era lo que yo deseaba tener.
Una casa hogareña, porque si bien no conozco la historia detrás de la casa Petirrojo Escarlata, sabía que ese mosaico y pintura no había sido hecha como los murales de este lugar.
Este mural tenía una historia familiar, una donde unos padres y sus hijos plasmaron con cariño su arte con pasión.
Eso deseaba tener algún día.
Un jardín desordenado repleto de juguetes, una casa con fotos familiares, un hogar donde siento esa energía positiva y cariñosa.
Algún día quiero usar un delantal como el del Sr. Aizawa y que me aten mi cabello una niña que sea mi h…
Negué con la cabeza, ¿desde cuándo el sueño de tener una familia feliz se hizo cada vez más presente?
—¡Izuku! —exclamó Eri emocionada—. Papi dijo que vendrías, ya te tengo preparado mi nuevo set de peluquería.
Tragué nervioso, sabía que iba aceptar.
—Cariño, no seas tan insistente, recién están llegando —regañó la Sra. Emi.
—No importa, ya estoy preparado para un cambio de look, pero Toshinori se propuso primero —dije con una sonrisa burlona.
Toshinori me plantó una mirada fulminante.
Solo pude reír en silencio, en realidad quería un tiempo para hablar con Hitoshi a solas.
—Hitoshi está en el estudio —señaló la Sra. Emi.
—Gracias.
Al ver al Sr. Aizawa lo saludé emocionado, habían sido días emocionantes gracias a él.
Cuando ingresé vi a Hitoshi, estaba bastante alegre pintando, más de lo que recordaba, su aspecto y mirada se veía más viva.
Algo bueno logró salir de todo lo malo.
—Hola Hitoshi —interrumpí.
—¡Izuku! —dijo con una gran sonrisa, en serio, parecía otro y me alegraba bastante—. Me alegro de verte.
Sonaba incluso más emocionado, al parecer el peso de ocultar tantas cosas y liberarse de Monoma le había favorecido en su actitud.
—¿Cómo te sientes futuro compañero? —dijo dejando el pincel en una taza de gato.
—No sé cómo explicarlo, pero siento que por fin el tiempo volvió a transcurrir.
Ya no estoy estancado.
Su sonrisa aumentó, estaba seguro de él que sabía todo o muchas cosas que he vivido.
—¿Cuánto sabes de mi? —fui directo, necesitaba saberlo para sentirme mejor.
—Bastante, las paredes son delgadas, además, tuve que ayudar a escoger tu teléfono para una buena causa a las ocho de la mañana —dijo con diversión—. Es un honor saber que seré compañero de Yamikumo.
Me paralicé por un segundo, pero su mirada se veía tan honesta, él en verdad se veía emocionado al decir aquello.
—Entonces, sabes lo que iba a hacer… —dije incómodo, mi intento de suicidio y todo eso.
—No sé mucho sobre tu pasado, sé que has sufrido bastante y también que casi hiciste eso —dijo ahora con tristeza—. Nunca juzgaría a una persona que recurre a esa opción, no sé lo que puede ocurrir mañana en mi vida, tal vez, puede que yo también lo desee. El destino no nos libra de esos pensamientos y el dolor, todos tenemos un punto de quiebre que nos puede llevar a ese final.
Eso no lo esperé, Hitoshi a veces me sorprendía con sus palabras y su forma de ser. En algunos momentos sentía que desaparecía esa mirada adolescente y se volvía una más madura y seria.
—Tal vez, si papá no hubiese aparecido en ese punto de mi vida, yo estaría tan roto que podría haber visto ese camino como una ruta de escape o puede que si no conociese a Emi, habría terminado consumiéndome la soledad a tal punto que ya no podría seguir existiendo.
Me sorprendí por sus palabras, era tan diferente hablar con Hitoshi.
—¿No es lo mismo para ti? —una pregunta con una pequeña y gentil sonrisa.
Recordé ese noviembre y asentí, sí, era lo mismo para mi.
—Me alegro de verte tan positivo y feliz, has cambiado para bien.
Sus ojos purpuras se veían sorprendidos, pero luego los cerró y con una sonrisa dijo—: hice las paces conmigo mismo.
No entendí sus palabras y algo en mí me decía que no tenía que ahondar más en el tema.
—¿Cómo está Shoto? —preguntó de golpe—, ¿está bien?
No vi venir esa pregunta, Hitoshi había demostrado un claro rechazo hacia él y con fundamentos válidos. Nadie puede juzgar el rencor de Hitoshi, pero me alegraba saber que le importaba a pesar de todo.
—Está excelente, créeme que él va a lograr avanzar.
Su mirada se veía desconfiada y tenía todo el derecho del mundo en no confiar en Shoto.
—Nunca confiaré en la palabra de un drogadicto, cambiar es casi imposible, en especial para una persona como Shoto —señaló con seriedad—. Ninguna persona que lo conocía y apreciaba logró cambiarlo.
Bajé mi mirada, no me gustaba que me rebajaran en ese aspecto en la vida de Shoto. Sentía que yo sería un inútil por completo al no conocerlo de toda la vida.
De alguna forma la existencia de Tokoyami y las palabras de Hitoshi me hacen sentir menos amigo de Shoto…
—Pero tu tienes algo especial, no sé cómo explicarlo, creo que eres la única persona que puede ganarle a los demonios de Shoto —su tono de voz era sincero.
Subí mi mirada, Hitoshi sonreía.
El de ojos purpuras no sabía en esos instantes el efecto de sus palabras y como podían ayudar a Izuku.
—No permitas que ese idiota apague su luz y la tuya.
Sonreí al saber que Hitoshi confiaba en mi, sé que es absurdo y no debería importarme, pero él conoce lo peor de Shoto y como decayó.
Él conoce al Shoto antes de que tomase ese camino con espinas e intentó alejarlo, su confianza me hacía sentir que podía ayudar a mi preciado amigo.
—No permitiré que mi amigo vuelva a caer.
—Lo sé —dijo con una gran sonrisa.
Me sentía feliz al hablar con Hitoshi. La conversación cambió a Yuuei y el arte, nuestra verdadera pasión.
Entonces, llegamos al punto en el que hablamos sobre mi deseo por terminar en el mismo salón que mis amigos.
La cara de Hitoshi cambió, podía notar que estaba nervioso.
—¿Qué pasó?
—Puede que le pedí un favor a mi abuelo —dijo colocando su mano en la nuca, me esquivó la mirada, podía verlo un tanto nervioso.
—¿Favor?
—El abuelo sabe todo lo que pasé, estaba furioso y quería expulsar a Neito —dijo con una pequeña sonrisa.
Da miedo ser enemigo de Hitoshi, su abuelo puede cortar tus sueños de ser un artista si tratas mal a su nieto. Pero si expulsan a Monoma, por mi, todo bien.
—Al final no lo hizo, no quiero drama por ese asunto, pero él decidió dejarme en el salón A y a ese idiota en el B para que me tope lo mínimo —soltó un suspiro—. No quería que Fumikage, Shoto, Momo y Tsuyu siguieran atados a él de alguna forma. Y tampoco quiero que te moleste de nuevo, por lo tanto, le pedí que los colocasen en la clase A.
Solté un suspiro aliviado, Shoto estaría lejos de ese imbécil y todo gracias a Hitoshi…
¿Por qué lo hizo?, él estaba molesto con los cuatro, podría haberlos dejado en la clase B y no volver a interactuar con ellos seguido. Tsuyu y Tokoyami están en nuestro departamento.
—¿Por qué? —sentía demasiada curiosidad.
—Porque no puedo evitar pensar en que pude hacer algo para que no terminásemos de esa forma. Quise ayudarlos esta vez para que nada malo vuelva a ocurrir.
Fruncí el ceño y dije—: no es tu culpa, Shoto consumió la coca y fue decisión de ellos ir al callejón. No te castigues con el peso de las acciones de ellos.
—Lo sé, pero la adicción pude evitarla.
Negué con la cabeza varias veces, Shoto no iba a hacerle caso.
Alguien tan bueno como Hitoshi no merece sentirse culpable por los actos de otros.
—Shoto no te escucharía.
—Pude haberle dicho a papá esa misma noche y él haberle dicho a sus padres, pero preferí callar y alejarme. Fui un observador, permití que perdiese el camino. Y si ahora puedo alejarlos de Neito, lo haré.
Sí, él podría haber cambiado esta historia, pero nada podrá cambiarlo y añadirse un peso que no merece es doloroso.
—No me quejo por tus actos, pero si esto te sirve, me alegro.
—Es el último favor que haré, puede ser mi cierre con ellos —dijo con una sonrisa—. No le digas a Shoto, lo que menos deseo es que sepa que me preocupo por él.
Una pequeña risa se escapó, ambos sabíamos que él los ayudaría si ocurre algo algún día.
Hitoshi no se quedaría con los brazos cerrados, no es el tipo de persona que no ayuda.
—Tranquilo, él no sabrá de tus buenos actos —dije con diversión—. Y gracias por pensar en mi, en verdad quería estar lejos de Monoma.
—Está loco, no deseo que te moleste.
—Ser amigo del nieto del director tiene ventajas —dije sin darme cuenta de que lo había nombrado amigo.
—Eres un gran amigo Izuku, esforcémonos en Yuuei.
Sonreí de oreja a oreja, estaba emocionado por vivir el futuro con mis amigos.
Entonces, comencé a contarle sobre la casa que íbamos a rentar con Toshinori, incluso le mostré unas fotos.
—Toshinori dijo que estaríamos mudándonos el 23 —dije preocupado por las fechas—. La cocina ya tiene todos los implementos, pero tiene que comprar otras cosas... lo máximo que viviré en esa casa serán 8 días.
Solté una carcajada al pensar en eso.
—Mañana iremos a escoger las camas y muebles —continué—. Siento que será como esos programas de construcción de propiedades, todo siendo comprado el mismo día.
Hitoshi me observaba atento mientras le explicaba sobre la nueva casa.
Luego volvimos al tema Yuuei.
—Oye, ¿planeas unirte a un taller? —preguntó Hitoshi curioso—. Hay varios artísticos.
—Depende si chocan con los días de terapia —suspiré, no me importaba que supiera, él ya sabía de mi intento de suicidio—. Tal vez, pueda inscribirme en tan solo dos.
Tampoco debo olvidar que tengo que acompañar a Shoto al centro de rehabilitación, prometí acompañarlo y lo iba a cumplir.
—Creo que no choca con mis horarios el taller de diseño gráfico…
—¿Diseño gráfico? —su mirada se veía emocionada—. Yo asistiré a ese.
Sonreí de oreja a oreja y chocamos lo puños, si todo salía bien, podré disfrutar un taller con mi amigo.
Yuuei suena cada vez más emocionante.
A la hora de la cena nos sentamos de forma similar a la última vez que vine, de alguna forma ver el rostro alegre y los comentarios de Hitoshi me hacían sentir feliz. Él ya no tenía esa mirada solitaria y deprimida.
—Un salud por los futuros estudiantes de arte —dijo la Sra. Emi con una gran sonrisa levantando su copa con jugo.
Mis mejillas ardieron, de alguna forma sentía que pertenecía a un lugar, todos los mayores eran egresados de Yuuei, sin mencionar que el Sr. Nezu es el director y dueño de la escuela.
—Salud y porque no sean como este par —agregó el Sr. Nezu mirando a Toshinori y a su hijo.
Todos reímos y brindamos con emoción, era una buena tarde.
Mientras comíamos charlábamos, el Sr. Nezu nos recomendaba los talleres ideales para nosotros —en mi mente tenía una libreta donde anotaba todo, no era idiota para no saber que un tip de parte del director era bastante bueno—, ya que actualmente habían otros campos en el medio artístico.
—Diviértanse niños, les recomiendo el taller de teatro, es el mejor club de todos —dijo la Sra. Emi sonriente, en cambio Toshinori y el Sr. Aizawa negaron con la cabeza.
—Levantarme los sábados y domingos a las seis no es un gran plan —dijo Hitoshi con una mueca.
—¿No quieres trotar conmigo antes de clases? —pregunté deprimido, uno menos tachado en mi lista, ¿Shoto y Ochako aceptarán?
—¿Vas a trotar? —la mirada purpura se veía impactada.
—Me despierto a las seis para trotar con Toshinori… —dije un tanto apenado.
—¿En vacaciones de verano? —no parecía creerme.
—Sí…
—Te admiro —dijo aún impresionado.
—Es divertido cuando te acostumbras —dije con una sonrisa.
—Toshinori, ¿qué le has hecho al niño? —dijo el Sr. Aizawa con una ceja levantada.
—¿Tan raro es?
—Shota no es alguien de horario temprano, irónico siendo maestro de una escuela —dijo Toshinori mirando burlesco al Sr. Aizawa.
La Sra. Emi comenzó a reír junto con Eri, al parecer dio en el blanco.
—Papi tarda mucho en despertar —dijo Eri sonriente—. En eso Hitoshi se parece mucho a papá.
El Sr. Nezu comenzó a reír con fuerza, parecía que le hacía gracia ver las caras de su hijo y nieto avergonzados por la menor de la familia.
Una gran sonrisa se formó en mi rostro, se sentía tan bien estar en la casa de ellos.
El día finalizó con una Eri arreglando mi cabello y pintando mis uñas, era la primera y creo que la última vez que lo harían, no se me veían bien para nada.
Los días pasaron, aún no le decía a las chicas sobre mi cambio de casa, comprar muebles en la otra ciudad y llevar otros muebles en el camión de la mudanza era desgastante.
La casa cada vez quedó más vacía, si bien quedaban las cosas básicas de la cocina y la mesa, ya no estaba el sofá (Toshinori ama ese sofá, por lo tanto, se lo llevó) y la televisión; también, otros objetos tecnológicos; los cuadros y fotos tampoco estaban; la mayoría de mi ropa ya la había empacado para llevarla en una maleta; gran parte de los materiales e instrumentos artísticos ya estaban en la otra casa…
Me sentía extraño y de alguna forma solitario sin las cosas.
22/02/2019
12:30 pm
¿Fue una idea absurda no decirle a las chicas que me cambiaría de casa hasta el penúltimo día de la mudanza?
¿Fue absurdo invitarlas a almorzar y que vean de golpe que faltan cosas? Tal vez, un poco, bueno, bastante.
Jiro y Ochako ingresaron a la casa, sus miradas se veían impactadas.
—¿Les robaron? —preguntó Jiro observando la casa preocupada.
Tragué nervioso por la pregunta, tenía que actuar con normalidad.
—¿Qué ocultas? —preguntó Ochako con seriedad, sus ojos caramelos me intimidaban.
Mi petirrojo podía causar escalofríos.
Las miré a las dos, comencé a pensar en la mentira que iba a darles para que no descubrieran la verdad.
—Nos cambiaremos de casa —dije con una gran sonrisa.
Ahora la sorpresa en sus rostros se hizo más grande.
—¿Mudarse? ¿A dónde? —preguntó Jiro avanzando con la silla de ruedas, estaba observando toda la sala de estar.
—A Green Falls, Toshinori es maestro de Yuuei y estudiaré en una escuela de esa ciudad —como tal no estaba mintiendo.
Ninguna se veía convencida.
—Lo bueno es que si les da permiso la academia y sus tutores, podrán visitarme o podemos ir a comer en la ciudad. Ya conozco buenos lugares —dije intentando convencerlas.
—¿Incluso ya has comido? —dijo Ochako observándome detenidamente, buscaba algo en mi.
No tengo que caer, ellas no deben saber.
—Sí, todos los días hemos viajado a la ciudad —respondí—. ¡Tengo fotos de la ciudad y la casa!
Cambiar el tema era lo mejor y ellas emocionadas comenzaron a ver mi teléfono.
Solté un suspiro y sonreí al verlas, sentía un poco de culpa, pero en verdad quería sorprenderlas.
—El 28 iremos juntas a instalar nuestras cosas —dijeron ambas emocionadas, excelente dato, no ir el 28 a Yuuei para dejar mis cosas.
—Espero que se diviertan bastante arreglando sus cosas —dije con una gran sonrisa.
Ambas se miraron y luego me observaron fijamente.
—Estás distinto… —dijo Jiro—. No en el mal sentido, pero hay algo diferente en ti.
—¿Diferente? —sentía que escupiría la verdad.
—¡Chicas pediré comida! ¿Qué desean para almorzar? —apareció Toshinori salvándome de la situación.
Agradecía bastante sus interrupciones repentinas.
La tarde fue divertida, disfruté estar con ellas por última vez en esta casa, una buena despedida a mi primer hogar de verdad.
23/02/2019
08:30 am
Duele decir adiós a tu hogar.
Sé que muchos pueden pensar que es absurdo estar al borde de llorar por irte de una casa, pero esta propiedad diseñada por la Sra. Nana Shimura fue mi primer hogar.
Esta hermosa casa construida con amor, es la mejor casa de todas, dije que la del Sr. Aizawa es algo que quiero llegar a tener, pero esta propiedad es la que vio como seguí adelante.
Esta casa fue testigo de momentos dolorosos, pero también hermosos, fue en ese estudio donde comenzó nuevamente mi amor por la pintura.
Fue en esta casa donde Toshinori me dio fuerzas para seguir adelante, fue en esta casa donde compartí bellos momentos con Ochako. Esta casa a sido testigo de cómo logré tener un nuevo amigo.
Esta es la casa de Toshinori y la mía, nuestro preciado hogar donde me dediqué a la jardinería.
La voy a extrañar demasiado y ver la pintura que le hice a la Sra. Nana me provoca unas enormes ganas de llorar.
Ganas de llorar…
A quien engaño, ya estoy llorando, las lágrimas eran incontrolables.
Amo y siempre amaré esta casa, mi bello y primer hogar.
Sentí la mano de Toshinori en mi cabeza, podía sentir su cariño.
—Izuku, este siempre será nuestro hogar, tómalo como un hasta pronto.
—Lo sé, pero aquí es donde por primera vez en verdad me sentí querido por mi familia…
—Niño, me estás haciendo llorar —dijo Toshinori, podía escuchar como comenzaba a sollozar.
—Gracias Toshinori por darme un verdadero hogar —dije con una sonrisa mientras las lágrimas aún no se detenían—. Sin usted, no sabría el verdadero significado de un hogar y usted siempre será el mío.
Toshinori siempre será mi verdadero hogar, si estoy con él, no importará la propiedad, porque aquel pintor es mi verdadera casa.
Gracias Sra. Nana por permitirme vivir en esta casa, juro que seré un gran artista.
Continuará...
Nota
Un capítulo que hemos esperado desde hace 6 años, Izuku aceptando ir a Yuuei y reforzando más sus lazos con Toshinori. Lloré con la charla de Aizawa.
Los hice esperar un poco para esta decisión 🦄💖🦋
Sentía que el único personaje que podía ayudar a Izuku era Aizawa y sí, se vuelve su profe favorito.
No sabía si habían dudas por como Toshinori consigue tanto dinero, pero si las había aquí tienen, además, de que heredó la fortuna de Nana.
Izuku ganó beca completa, un ídolo nuestro brócoli.
Dato: se llama Green Falls la ciudad donde está Yuuei y no sucede en japón, en realidad es un país en la imaginación de cualquiera, nunca di esos detalles xD
Ah y espero que les haya gustado la casa y como es Green Falls 🦄💖🦋
Dato importante, existe Shigaraki, no saldrá nunca, pero mencionarlo me gusta, otra cosa, Tomura en este fic no es Tenko Shimura, son personas distintas ;)
Al principio, no había planeado una gran amistad de Izuku con Hitoshi, pero siento que es tan natural y calzan tan bien que no puedo separarlos como solo conocidos, se llevan muy bien <3
¿Izuku futuro artista urbano?, tal vez, no se sabe aún.
Ah y por cosas como esta no pude mostrar más a futuro lo de Shoto o meterme más en la vida escolar de Hitoshi, es raro censurar a Izuku para no spoilear que estudia en Yuuei.
Sí, Izuku es el tormento de Shoto en Yuuei, esa es la persona que lo obligó a trotar todo el tiempo...
Como leyeron en el 40, Shoto dice que por culpa de alguien todos se unieron a teatro.
La pregunta es: ¿cómo pasó?
Bueno, el sábado 7 tendrán un pequeño adelanto con el cap 43.
Aaaaa, el siguiente es el penúltimo capítulo, lo que significa que se viene un cierre que creo que ustedes no se lo esperan.
Los dos últimos en parte son los dos que planeé desde 2018, son mis bebés, han cambiado un poco, pero la base sigue igual.
Con el siguiente en verdad lloré mucho y me reí, fui el verdadero cambio de emociones.
Capítulo 43: Cerrando una herida.
¿Un # como recuerdo?
#UnfinalfelizparaIzuku
Publicado: 31/08/2024
Palabras: 10552
Qué mejor fanart que este para la ocasión:
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