L.2 Capítulo 28
Miraba a la Srta. Jane, lo que iba a decir dolía y me hacía sentir culpable de alguna forma.
-Siempre he dicho que no deseo estar con Ochako por el miedo a suicidarme, en parte sí, no quiero que tenga como recuerdo que su primer novio se suicidó -tragué nervioso-, la verdad es que temo que ella me rompa el corazón, sé que es estúpido creer que me lastimará una persona como ella, pero me da miedo que una ruptura arruine mis avances... por eso es mejor una amistad.
Solté un suspiro y continué-: soy de lo peor, siento que de alguna forma veo a Ochako como una amenaza hacia mi frágil corazón, cuando ella es un ser demasiado amable.
>>Temo depender emocionalmente de ella, a diferencia de otras personas sé que Ochako puede destrozarme con una sola palabra. ¿Por qué me causa tanto temor mi amor hacia su persona?
>>Amo a Ochako, lo he aceptado, no tengo ninguna duda sobre mis sentimientos, pero pensar en una relación seria, me da pánico y ambos nos gustamos. Tampoco me interesa ser amigos con derechos, siento que es un insulto hacia ella y a mis sentimientos.
>>Estoy seguro de que soy el chico más idiota del mundo, a Ochako le gusto, fácilmente podríamos ser novios y me ahorraría tanto, pero me da demasiado miedo.
Apreté mis manos con fuerza, no entendía por qué demonios hago todo más complicado.
Temo que una persona buena me lastime, ¿no es eso absurdo?
>>Srta. Jane, ¿estoy haciendo lo correcto?
-Si no te sientes preparado para una relación, haces lo correcto, no debes obligarte a ti mismo. Disfruta de los momentos con Ochako siendo solo amigos si es lo que deseas, tan solo tienes 15 años, tienes toda una vida por delante, no fuerces las cosas.
-Supongo que sí... -dije no muy convencido, mejor cambio el tema.
Ochako Uraraka
03/01/2019
14:00 pm
Me miraba fijamente al espejo, si bien me gustaría usar mi vestido floreado, decidí utilizar shorts para mayor comodidad, unas zapatillas rosas, una camisa blanca con tirantes y una chaqueta de mezclilla para cubrirme del sol, lo que menos deseo es una dolorosa quemadura en mis hombros. Recogí mi cabello en una pequeña coleta con un moño de florecitas. Me maquillé los ojos con sombras rosadas y un lápiz labial color durazno.
Por último me coloqué el collar que me regaló Izuku para Navidad.
Sabía que no era una cita, pero algo en mi deseaba verse lo más linda posible.
Al bajar al primer piso me despedí de mi mamá ignorando su sonrisa burlona, ella decía que era una cita y yo le recalcaba que no lo era.
"Es una cita no cita con el chico que te gusta"
"Es una salida al parque de diversiones con mi mejor amigo, solo eso"
Papá simplemente me apoyó con lo que dije.
"El joven Izuku es solo su amigo, así que es una salida de amigos"
Sonreí al recordar el año nuevo, no soy tan ingenua para creer que Izuku y yo solo somos mejores amigos, pero tampoco somos algo romántico.
No quiero forzar a Izuku a hacer algo que no se sienta cómodo, las series y novelas románticas siempre muestran al chico con las dudas existenciales de no querer forzar las cosas para no lastimar a la chica que le gusta.
En los clichés más grandes estaríamos en roles invertidos.
Aunque me gusta ir "lento" con él, otros pensarían que somos unos tontos al no estar saliendo o algo por el estilo, pero creo que cuando en verdad te gusta una persona puedes esperarlo.
Izuku merece ser esperado.
Al salir de la casa sentí rápidamente el calor atravesar mi piel, odiaba en estos instantes lo frágil que es mi piel, a pesar de usar protector solar.
Cuando llegué al parque vi a Izuku sentado en una banca esperándome, era una visión muy distinta a la que estoy acostumbrada de ver.
Izuku vestía unos pescadores de mezclilla, una camiseta blanca cubierta por una camisa burdeo cuadrillé manga larga y sus zapatillas rojas. Sus ojos estaban cubiertos por unas gafas de sol negras y usaba una gorra, la cual estaba utilizando al revés, unos mechones sobresalían dándole un aspecto rebelde.
Nunca pensé que Izuku podía verse de esa forma, pero cuando me vio y sonrió mostrando su bonita dentadura sentí que mi pecho iba a estallar por aquella imagen.
En serio recordaré para siempre este día.
-Hola Ochako -dijo Izuku a mi lado, ni idea cuándo llegó, pero al momento de sacarse sus gafas sonreí.
Sus ojos esmeraldas se veían más brillantes que nunca.
-Hola Izuku -respondí sin borrar mi sonrisa.
-Te ves muy bonita con maquillaje -dijo con una sonrisa, pero luego sus mejillas se sonrojaron-. Yo...
Al parecer no tenía planeado decir lo que dijo.
-Tu también te ves bien hoy -dije para quitarle un poco la vergüenza, pero al parecer estaba más rojo.
¿Cómo puede verse tan inocente y a la vez tan lindo?, estoy segura de que si Izuku tuviera más confianza y no hubiera estado rodeado de idiotas habría sido popular con las chicas.
Chicas, Izuku comenzará en una nueva escuela y conocerá nuevas compañeras...
-¿A cuál juego subiremos primero? -preguntó sacándome de mi cruel imaginación.
Lo miré y dije con emoción-: a la montaña rusa.
Sin pensarlo le di la mano y lo arrastré hacia la fila, en ningún momento las soltamos.
-Nunca he subido a una, reconozco que siento un poco de nervios -dijo mordiendo su labio inferior.
-Te va a encantar, pero si te sientes nervioso puedes sostener mi mano.
Izuku no respondió, miró hacia al frente y repentinamente entrelazó nuestros dedos, era un gesto simple, pero de alguna forma hizo que mis mejillas ardieran.
También me di cuenta de que Izuku había crecido bastante, ya no teníamos casi la misma estatura de aquel caluroso marzo; actualmente me sobrepasaba por unos 10 cm aproximadamente y su espalda había crecido un poco.
Sonreí al pensar en el futuro Izuku, ¿cómo será? ¿Crecerá más? ¿Qué tipo facciones tendrá su rostro más maduro? ¿Se dejará barba? ¿Sus ojos esmeralda serán más brillantes y alegres?
Quiero ver al futuro Izuku, que él siga dándome la mano de esta forma, que continúe sonriendo incluso más que ahora.
Izuku y yo juntos como novios...
Mis mejillas ardieron ante el pensamiento.
Me sorprendí al ver que ya habíamos llegado a nuestro turno, odiaba soñar despierta.
Escuché a Izuku murmurar algo y soltar un suspiro, su mano me presionó un poco más, si bien no dolía, se sentía extraña, era como si estuviese nervioso, pero a la vez no.
Su postura era tensa, algo pasaba, pero antes de poder preguntar o arrastrarlo lejos de la montaña rusa ingresó.
Izuku Yagi
Fue un 4 de noviembre el día en que subí por última vez a un edificio para acabar con mi vida, eran las 00:00 de un 5 de noviembre cuando estuve apunto de saltar.
Fue un 5 de noviembre la última vez que subí a una enorme altura.
Las alturas siempre fueron usadas para ver el manto nocturno con melancolía, con unos intensos deseos de lanzarme y acabar con mi vida.
Me lancé por la ventana de mi dormitorio para liberarme del dolor.
Iba a la azotea de la escuela para huir de los monstruos, para alejarme del dolor.
Las alturas nunca tuvieron una connotación de completa alegría, había momentos pacíficos o mi cumpleaños con Ochako que hacían la diferencia, pero eran los mínimos.
Ahora un 3 de enero, volvería a subir a una gran altura, pero esta vez era por diversión y a la luz del día, había un ambiente alegre y Ochako sostenía mi mano.
No debería estar nervioso ¿cierto?, ¿por qué la alegría que sentía se esfumó y ahora siento todo apagado?, el mundo se había convertido en colores opacos.
El carrito comenzó a subir, sentía esa extraña sensación en mi estómago, esa emoción que mi cuerpo sentía al momento de hacer alguna locura. No me gustaba esto para nada.
Cerré los ojos, ya estaba deprimiéndome.
Escuché varias voces, estaban nerviosas, la mano de Ochako me soltó de golpe, aquello me asustó, abrí los ojos preocupado y miré a mi alrededor.
Estábamos detenidos en el punto máximo de la altura y yo solo pude admirar la vista, ¿desde cuándo el cielo se veía tan puro y nítido? ¿Desde cuándo el suelo es tan colorido? ¿Desde hace cuánto tiempo no sentía aquel entusiasmo al estar viendo a todos tan pequeños? ¿Desde cuándo la brisa podía ser tan relajante y limpia?
Todo era hermoso, era más hermoso que cualquier pintura que había visto, un hermoso cuadro que recordaría de por vida.
Hoy, un 3 de enero del año 2019 me sentí por primera vez feliz con ver al mundo desde arriba, ya nada era opaco, todo a mi alrededor estaba bañado de brillantes colores.
Una enorme sonrisa se formó en mi rostro, coloqué mi otra mano en el fierro y cuando al fin bajó el carro solo atiné a gritar de alegría, mientras la brisa chocaba con fuerza en mi rostro y apenas lograba mantener abiertos los ojos, sentía que algo en mi había vuelto, no tengo idea de qué cosa, pero sentía una gran paz en mi pecho.
Creo que grité ¡wuju! O algo por el estilo.
Miré a Ochako, lejos de parecer alegre se veía un tanto nerviosa y asustada, creo que las montañas rusas no son lo suyo.
Ochako fijó su vista en mi y sonrió de oreja a oreja, pero se borró con la siguiente bajada. Sé que es cruel, pero no pude evitar reír.
Pocas veces podía decir esto, pero me siento como un adolescente normal, un chico de 15 años disfrutando de sus vacaciones con su mejor amiga en un parque de diversiones.
No sé si fue por el constante choque con el viento, pero una lágrima rodó por mi mejilla, al menos puedo decir que no es a causa del miedo, dolor o tristeza, en estos momentos me sentía feliz.
Al finalizar bajamos del carrito, mi sonrisa aún no se borraba, estaba demasiado feliz y emocionado.
Estiré mis brazos y miré a Ochako, ella me estaba observando fijamente y dijo-: ¿quieres subir otra vez?
Asentí varias veces como respuesta, ya sé cuál será mi siguiente pintura.
La segunda vez que subí a la montaña rusa miré a mi alrededor mientras subía, todo era más divertido, ver como subía lentamente era emocionante y un tanto aterrador, pero no podía cerrar mis ojos para negarme ver todo.
No podía creer que una segunda vez sería más emocionante que la primera, más adelante comprendí que todas las siguientes veces serían más emocionantes que las primeras veces.
-¿Ahora a cuál juego? -pregunté ansioso por el siguiente.
-A los autitos chocones -respondió emocionada.
Subirme a uno de esos automóviles fue una experiencia muy extraña, chocar violentamente con personas y Ochako era entre cómico y raro, de alguna forma este juego sacaba una competitividad bastante intimidante de parte de ella.
Saqué la conclusión de que no me gustaba ese juego.
Jamás en mi vida imaginé que estaría con la chica de mis sueños de la mano en un parque de diversiones, sé que íbamos como amigos, pero en verdad deseo abrazarla y acariciar su cabello.
No soy tan inocente para saber que eso no lo hacen los amigos y estoy seguro de que ella también lo sabe.
Es molesto fingir en estos instantes que es solo una salida de amigos, ¿ella se da cuenta que la estoy mirando como un idiota enamorado? ¿Ochako sabe que a ninguna amiga la trataría de esta forma?
Odio cómo mi corazón palpita como loco cuando cruzamos nuestros dedos, detesto ignorar esa sensación, me irrita no poder decirle todas las palabras que grita mi mente, es insoportable no demostrarle mis sentimientos como deseo, pero esa fue mi decisión.
-¿Qué opinas sentarnos a comer un helado? -preguntó con esa dulce sonrisa, las palabras no salían de mi boca, por lo tanto, mi respuesta fue asentir.
¿Por qué se ve tan linda con esa ropa? Me cuesta procesar todo, maldita pubertad.
Obviamente pedí un helado de chocolate con trozos de brownie; en cambio Ochako pidió uno de lúcuma y manjar.
Nos sentamos en una banca para disfrutar nuestros helados.
-¿Cómo la estás pasando? -preguntó Ochako con curiosidad.
-Bien, jamás pensé que sería tan divertido un parque de diversiones -reí al pensar que podía ser aburrido algo con ese nombre, comí un poco de mi helado-. En serio me he divertido, gracias por haberme invitado.
-Me alegro de que te hayas divertido...
Se formó un extraño silencio, Ochako se veía un tanto nerviosa.
-Por un momento me preocupé por la montaña...
-Deberíamos ir a la casa embrujada -cambié el tema, no quería hablar sobre ese tema tan amargo-. Quiero saber si es tan aterradora como suelen mostrar en las películas.
-Está bien, pero no sueltes mi mano, una cosa son las películas de terror... -respondió con nerviosismo.
-Jamás soltaría tu mano...
Las mejillas de Ochako se sonrojaron, ¿cómo puede ser tan bonita?
-Y cambiando el tema, se te ve muy lindo ese collar...
-Gracias, me lo regaló una persona muy especial.
-Envidio demasiado a esa persona -seguí el juego-, ¿qué clase de persona es?
-Una muy encantadora y talentosa, tiene la sonrisa más bonita que he visto en mi vida.
-¿En serio?, me gustaría conocer a esa clase de persona -una parte de mi, la más cruel no creía esas palabras.
-Estoy segura que algún día la conocerás y te agradará tanto como a mi me agrada.
Sabía que sus palabras tenían un significado más profundo.
Decidí reír, de igual forma era gracioso hablar de esa forma.
Continuamos hablando de distintas cosas, tan mundanas y normales que podrían parecer aburridas.
No había algo más sencillo y normal que hablar con Ochako, no necesitábamos charlas profundas, simplemente hablábamos de cosas cotidianas, programas o nuestros próximos planes de salida. A veces el silencio aparecía, pero no era incómodo, se sentía bien estar callado a su lado, solo nosotros dos escuchando el bullicio de nuestro entorno.
Estar con Ochako hace que todo sea hermoso y divertido, honestamente siento que pronto decidiré tomar ese paso, pero siento miedo o ¿nervios?
No sé de buenas relaciones románticas, por lo tanto, estoy perdido en ese aspecto.
Ochako Uraraka
No sentía miedo en esta casita, era más gracioso que aterrador y al parecer a Izuku le pasaba lo mismo, al menos hasta que apareció algo de golpe, allí ambos dimos un salto. Odio ese tipo de sustos, pero Izuku me abrazó, un punto a favor.
Izuku me rodeó entre sus cálidos brazos, si bien me estaba asando viva, valía la pena el calor extra.
-Esto es extrañamente gracioso y aterrador, similar a una parodia -dijo Izuku al ver a un muñeco demasiado falso.
Escuché una pequeña risa de su parte al ver como telarañas falsas caían sobre nosotros.
Al salir lejos de terminar con una expresión de terror, como muchos de los que salían, nosotros reíamos.
-Creo que las películas de terror nos arruinaron la magia -dijo Izuku con una sonrisa de lado, luego acercó su mano en mi mejilla, mi corazón latía como loco.
¿Me iba a besar?, su expresión era seria y muy atenta.
-Tienes telarañas -dijo mientras la sacaba, su voz sonaba distinta, más nerviosa.
¿En serio?, esto debe ser una broma del destino.
-Gracias -dije un tanto decepcionada en mi interior, ¿por qué no podía ser como en las historias románticas?
Esto es un cruel cliché.
-¿A cuál juego subiremos ahora?
Su expresión cambió por completo, a una tan amistosa, es extraño, pero a veces siento que estoy en una salida entre amigos y de golpe en una cita.
Izuku, me confundes demasiado.
-¡A la rueda de la fortuna! -exclamé con entusiasmo, un momento, la rueda de la fortuna es algo demasiado romántico.
Maldición...
-Claro -dijo con una sonrisa tan inocente, parecía que no sabía el posible ambiente romántico que sucedería o soy yo la que da demasiadas vueltas a las cosas...
Fuimos hacia ella, lejos de ser el escenario romántico de las películas, estábamos de día, no era un ambiente nocturno o el hermoso atardecer, al menos eso ayudaba.
Pero, ¿por qué me debo sentir tan nerviosa al pensar en todo tipo de escenarios?
Al subir mi corazón latía a mil, apenas podía caminar de forma natural, pero la cara de Izuku se veía tan tranquila, no lo comprendía, me causaba un poco de ansiedad su tranquilidad.
Mientras íbamos subiendo podía presenciar esa hermosa sonrisa reflejada en el cristal de la cabina; Izuku se veía tan maravillado al ver el suelo desde lejos.
Su expresión pacífica era hermosa, de alguna forma me provocaban ganas de llorar.
Izuku era muy especial, su alegría era contagiosa y al saber sus vivencias, con solo ver esos momentos en los que sonreía, te hace sentir feliz.
Deseo que él siempre sonría de esa forma.
-Gracias Ochako por mostrarme lo bello que es mirar las cosas desde arriba... -interrumpió el silencio sin dejar de mirar el paisaje.
No comprendía sus palabras hasta que me observó con esos intensos ojos color esmeralda, tal vez él no sonreía, pero tampoco se veía triste.
-Todos estos años siempre vi la altura como una ruta de escape -continuó, sentí una fuerte presión en el pecho, dolía escuchar esas palabras.
-Quiero ver más paisajes así contigo...
Podía ver ese brillo en su mirada, tan cálido y tranquilo.
¿Cómo hacía Izuku para lograr cambiar el ambiente de forma tan radical?
Por un momento sentía que era una salida al parque de diversiones entre dos amigos que se gustan, pero ahora parecíamos estar encerrados en una burbuja romántica.
¿Cuándo te enamoras de tu mejor amigo así se siente?, no entiendo el porqué, pero me gustan estos cambios, siento que no importa lo que ocurra, siempre seremos mejores amigos.
-Lo tomaré como una promesa -dije con una sonrisa coqueta.
-¿Puede ser una promesa de por vida? -preguntó, no lograba ver ninguna pizca de coqueteo en su mirada o forma de hablar.
No me percaté de que ya habíamos llegado hacia abajo, era hora de salir, supongo que ya había terminado esta salida.
Miré a Izuku, pude notar una sonrisa en su rostro.
¿Qué ocurría?
Izuku Yagi
Por lo que lograba apreciar en el rostro de Ochako, había logrado de que no se notara lo nervioso que estaba en la rueda de la fortuna.
En estos momentos deseaba decirle cuanto la amo, pero me contuve, debo aprender a controlar mis emociones.
No me siento aún preparado y no deseo ese tipo de relación con Ochako sin que sea oficial, ella no merece eso.
No quiero arruinar todo por ser impulsivo.
-Ochako, ya que aún no es tarde... -dije un tanto nervioso-, ¿quieres acompañarme a un lugar que me gusta demasiado?
Tragué con fuerzas, el miedo, la vergüenza y la emoción jugaban con mi estómago.
-Claro -respondió con una gran sonrisa.
Creo que me voy a desmayar y no por el horroroso calor de verano.
Antes de marcharnos compramos unas manzanas bañadas en caramelo, jamás las había probado y creo que es una oportunidad que no tendré en mucho tiempo, al menos una con Ochako.
Al subir al autobús no pude evitar pensar en que esta es una de la últimas veces del año en las que veré a Ochako en lugares como estos o por varias horas.
Nos separaremos al finalizar el verano, ella asistirá a Yuuei y yo a una escuela normal. Aunque todo dependía de la decisión que tomase.
Soy un idiota, debo ignorar esos pensamientos cuando estoy con ella, lo importante es el presente, no el futuro.
-Ya quiero saber a qué lugar me llevarás -dijo Ochako con un claro tono de entusiasmo.
-Tranquila, queda poco -dije mientras veía atento por la ventana, era raro ir a este lugar sin Toshinori-. Te va a gustar.
Cuando el bus se detuvo, le di la mano a Ochako y bajamos; con tan solo sacar un pie la brisa marina chocó en mi cara.
Dirigí mi mirada hacia Ochako, su mirada estaba fija en el mar.
-Es hermoso...
Asentí con una sonrisa y dije-: me gusta este lugar, me ayuda a despejar mi mente.
Sin soltar nuestras manos la llevé a paso lento al mirador, mi corazón lejos de estar en un horrible frenesí, estaba tranquilo.
Ochako podía provocar dos reacciones con su tacto, calma o nervios.
No supe cuánto tiempo había ocurrido desde que veíamos el mar en silencio, pero el sol estaba a un paso de ser consumido por el pacífico mar.
La puesta de sol provocaba que este silencio se convirtiese en una escena de amor sacada de las mejores películas de romance.
Cuando ella me miró con sus ojos acaramelados fijamente, descubrí que cada día la amaba más.
-Me gustas -dijimos los dos al unísono, mi corazón se iba reventar en cualquier segundo, estaba luchando para no besarla.
Ambos nos gustamos, ¿por qué debo hacer todo más complicado?
Le ofrecí mi mano y sonreí, esto no era solo por ella, quería demostrarme a mí mismo que podía avanzar.
No iba a fallar.
Ochako la agarró y sonrió, ella también sabía que aún no era el momento.
Ver el mar me calmaba, tan relajante y bello, majestuoso y salvaje, era ver una obra de arte, algún día quiero nadar en esta playa, jugar y reír, disfrutar del brillante sol mientras como un helado.
Quiero ir a esta playa con Ochako, junto con grandes amigos, pero tan solo imaginar mis brazos expuestos ante las miradas de todos...
Me da miedo.
Detestaba tener miedo por culpa de estas horribles cicatrices que eran el eterno recordatorio de mi pasado, pero ya no quería vivir de esa forma...
-Ochako -dije admirando su perfil-, quiero decirte algo importante.
Ochako se dio la vuelta y me regaló una gran sonrisa.
-Algún día aprenderé a nadar y vendremos a esta playa para divertirnos, ese día jugaremos y reiremos, disfrutaremos la puesta de sol sentados en la arena -me mordí el labio y continué-: ese día no usaré una sudadera o una polera de manga larga, disfrutaré de esa salida sin miedo a que los desconocidos vean mis brazos... ese día seré una persona verdaderamente feliz con mis cicatrices y recuerdos... yo... yo seré el Izuku real, uno que esté orgulloso de sí mismo, uno que pueda decirle a todos que somos novios.
Sentía miedo y vergüenza por mis palabras, pero deseaba ser honesto con mis sentimientos, al menos con ella quería serlo.
Ochako se acercó un poco más a mí, nuestros rostros cada vez se acercaban más, mi corazón latía como loco.
Sin pensarlo dos veces ella me besó, por un segundo me sorprendí, pero cerré los ojos y continué el beso.
Amaba a Ochako y me gustaba este sentimiento.
Cuando nos separamos, ella me sonrió y dijo-: este beso simboliza una promesa.
Sentí mis mejillas arder, me sentía un poco nervioso y temeroso por lo que ocurriría en el futuro, no sabía cuál iba a ser nuestro destino, pero si continúo sosteniendo sus manos estaremos bien.
Sabía que era una locura y algo en mi interior gritaba no, pero por un momento deseaba ser egoísta.
"No lo hagas, no compliques las cosas"
Coloqué mis manos en su espalda y la acerqué de nuevo, es hora de ignorar todo y por un día sentirme como un adolescente común y corriente.
Decidí besarla, aunque a diferencia del otro, este beso fue más lento, no tenía idea de cómo explicar este tipo de emoción que sentía, todo era tan diferente.
¿Así de diferente se sentirá con un cuarto y un quinto beso? ¿Siempre se sentirá como el primer beso?
Ni idea, pero tenía claro que Ochako siempre será mi primera y última vez. No puedo imaginar a otra persona a mi lado, sé que ella es la única que me hará sentir de esta forma.
Ochako es mi primer amor, mi primera heroína, mi primera amiga, mi primer beso, mi primer me gustas, mi primera salida como amigos...
-Este beso es para reafirmar la promesa...- susurré con una sonrisa de idiota enamorado, amo a Ochako demasiado.
Ese día no nos convertimos en novios, y mucho menos volvimos a besarnos, pero jamás soltamos nuestras manos cuando paseamos, no nos importa quienes nos vean, creo que es una forma de expresar nuestros sentimientos hasta que llegue ese día.
El día en el que me sienta feliz conmigo mismo.
Admiramos el mar por unos minutos más y nos marchamos, yo cumpliría aquella promesa a su debido tiempo, estas cicatrices no serán mi impedimento para siempre.
Iba a aprender a nadar y me divertiría con mis amigos hasta el atardecer.
Lo que no sabía en ese entonces, es que pronto iba a conocer al amigo que me enseñaría a nadar, alguien que jamás creí necesitar en mi vida, pero ahora sé que siempre lo necesité.
El amigo que me enseñaría a ver el arte más allá de lo que creí posible de imaginar, pero él aparece en otro capítulo de mi vida.
Él será una de las personas que verá nuestras peores facetas, pero no le importó en absoluto, nos ayudó sin pensarlo dos veces.
Sin duda uno de mis mejores amigos.
Continuará...
Nota
Tanto tiempo mis preciados lectores, perdón por la tardanza, pero problemas personales y todo ese tema. Lo importante es que volví con buenas noticias 🥁🥁🥁
¡Volverán los capítulos semanales! ¡Y si sigue como lo tengo planeado ya hay fecha estimada para el final de esta historia!
¡SIUUUUUU!
Entonces, como hoy es mi cumpleaños quise celebrarlo con una cita no cita jejeje.
¡Espero que hayan disfrutado del Izuocha!
#VivaelIzuocha
#Izukumereceunfinalfeliz
#Vivaelamor
#Nosonnoviosperosiloson
#Medandiabetes
Próximo capítulo: 27/04/2024
Capítulo 29: Dos rayos de luz.
Publicado: 17/04/2024
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro