L.2 Capítulo 20
Si te volviera a encontrar, ¿Me volverías a olvidar?
25/12/2009
19:00 pm
Mientras Aiko aparcaba el vehículo, Fumikage estaba emocionado, hoy asistiría a la fiesta de Navidad de la familia Todoroki, su mamá lo vistió con un bonito traje y zapatos elegantes, pero con cordones, el menor odiaba ese tipo de calzado, eran molestos y no sabía atarlos.
Los zapatos con broche eran mejores que éstos, pero su madre lo quería bien arreglado para la fiesta.
-Si te alejas de nosotros, no te separes de Shoto en la fiesta y no hables con extraños- Dijo Akira con seriedad, sabía que la fiesta era muy concurrida y tenía claro de que su hijo soltaría su mano en cualquier momento para jugar con Shoto.
-Claro papá, te prometo no hablar con extraños- Dijo Fumikage con una sonrisa, él tenía claro que no debía hablar con ellos, también su maestra se lo había dicho.
-No bebas cualquier copa sobre la mesa, algunas tienen licor- Dijo ahora Aiko mientras bajaba del vehículo.
-Solo jugo y debo pedírselo a ustedes o al Sr. Que sirve jugos- Dijo Fumikage, se lo habían dicho muchas veces y ya lo había memorizado todo.
Fumikage bajó del vehículo, había otra cosa que lo emocionaba, hoy asistían a la fiesta algunos niños de un orfanato.
Eso significa más amigos con quienes jugar.
También los Todoroki colocaron juegos en el jardín, no hay nada más emocionante que jugar en aquel lugar junto con Shoto, lo único que le entristecía era que Momo y Tsuyu no asistirían, ambas estaban celebrando en sus respectivos hogares con sus familias.
Al ingresar se sorprendió al ver tantas personas y la decoración tan elegante, parecía sacada de película; sus padres jamás hacían fiestas de ese estilo para Navidad o año nuevo, ellos celebraban con la familia y nadie más.
Inconscientemente Fumikage les dio sus manitas a sus padres, tenía miedo de perderse en esa enorme mansión en la cual se sabía de memoria cada rincón.
Muchas personas desconocidas, no se sentía cómodo, pero vio a Shoto de la mano de Rei y se calmó.
No estaba solo, estaba su mejor amigo con él.
Los tres adultos se saludaron y comenzaron a charlar; Shoto y Fumikage se observaron fijamente, de alguna forma ambos se pusieron de acuerdo para desaparecer rápidamente.
-El jardín tiene un castillo inflable- Dijo Shoto con una enorme sonrisa.
Shoto comenzó a correr más rápido entre la multitud.
-¡Shoto, no corras tan rápido!- Exclamó Fumikage mientras intentaba alcanzarlo, pero esquivar a la gente y pedir disculpas lo hacían atrasarse más.
El menor se percató que sus cordones se desataron, él sabía que debía frenar y pedirle a sus padres que los ataran, pero temía que Shoto se riese por no saber atárselos.
-Fumikage, no me vas a atrapar- Dijo burlesco Shoto, el mayor siempre le ganaba en las carreras a Fumikage.
Ahora 100% ignoró el hecho de sus cordones, no podía permitirle ganar de nuevo.
Fumikage frenó al ver a un chico de la edad de Fuyumi acercársele. El adolescente era de contextura delgada y tez bronceada; el cabello estaba un poco desordenado y era rubio ceniza; y sus ojos eran de un llamativo color miel.
Sabía que era un extraño y debía irse, no tenía que pararse a hablar, pero eran unos ojos tan conocidos y de alguna forma su cuerpo reaccionó a quedarse.
Él sabía que ese chico no lo lastimaría.
-Hola- Dijo el adolescente emocionado al verlo, esa voz no la reconocía, pero le recordaba un poco a la de alguien.
-¿Quién eres?- Preguntó Fumikage, pero en su mente se preguntó:
"¿Quién eres? ¿Por qué te conozco?"
Al ver la cara del chico se sorprendió, se veía tan triste por lo que le preguntó, que quería llorar y pedirle disculpas.
Disculpas por algo que no debía hacer.
-¡Fumikage! ¡No corras de esa forma!- Exclamaba su madre, Fumikage no sabía que sus padres corrieron en su búsqueda.
Fumikage se dio la vuelta y miró los preocupados ojos jade de su madre -Lo siento Mami...
-Fumikage, para la próxima llámame para que te ate los cordones- Regañó Aiko mientras se agachaba para atar los cordones.
-Está bien, pero Shoto se burlará de mi...- Respondió Fumikage con honestidad, su amigo podía ser muy burlesco a veces.
Akira apareció con una sonrisa y dijo -Entonces mañana te enseñaré a atártelos.
-Gracias papi- Dijo con una sonrisa, su padre era el mejor del mundo.
Fumikage se dio la vuelta y le preguntó nuevamente al mayor -Disculpa, ¿Quién eres?
El rostro del chico cada vez se veía más triste, Fumikage quería darle un abrazo para consolarlo como en antaño.
-Nadie, simplemente me acerqué para decirte sobre tus zapatos- Respondió con una sonrisa tan falsa, que el menor lo notó.
El de ojos color miel se dio la vuelta para marcharse.
Todo en Fumikage le gritaba que no debía dejarlo irse, no de nuevo, por lo tanto, le agarró la camiseta para que se detuviera.
Sus padres miraban la situación con extrañeza.
-Te me haces conocido...
Eso dijo, pero sintió miedo al ver a ese adulto tan enorme acercarse al joven.
No de nuevo, no te lo lleves de nuevo...
Estaba paralizado al verlo, no lo recordaba de ningún lado, pero esa mirada le daban ganas de gritarle que se marchara.
Ese hombre era un extraño.
-Hawks- Dijo el hombre con su repugnante voz.
El pequeño juraría que ese nombre ya lo había escuchado salir por esa boca tan asquerosa.
-Inmediatamente voy capitán- Respondió ese tal Hawks.
Fumikage no recordaba que el capitán otra vez agarraba a Hawks y lo alejaba de él como en ese entonces.
Ambos hermanos nuevamente eran separados.
Hawks no supo que Fumikage comenzó a llorar desconsolado, sus padres se acercaron preocupados, pero su hijo comenzó a correr, mientras la elegante música del violín y el violonchelo del matrimonio Todoroki comenzaron a inundar el salón.
Todos estaban admirados al escuchar la melodía tan armoniosa de ellos, era extraño cómo lograban fusionar de forma tan hermosa su música, a pesar de su horrible matrimonio.
Fumikage no se sentía cómodo con la música, demasiado fuerte, todo se sentía tan pequeño; el pequeño chocó con una persona que llevaba una copa de alcohol, accidentalmente el líquido de ésta cayó sobre Fumikage, mojándole el rostro.
Ese aroma tan conocido, la copa se cayó quebrándose en mil pedazos, el sonido tan conocido.
El menor no recordaba esa época donde su madre traía hombres por diversión y se dedicaban a beber alcohol sin parar inundando la casa de ese aroma junto con el olor a cigarro.
No recordaba cuando lanzaban o se caían las botellas y vasos.
Esos recuerdos se esfumaron, pero el aroma y el sonido aún están en su mente.
El hombre se preocupó por el pequeño y cuando le iba a decir algo, Fumikage huyó al lugar más seguro que conocía de la mansión de los Todoroki.
Debajo de la cama de la habitación de Shoto.
Fumikage no recordaba que Hawks y él se ocultaban debajo de la cama de su habitación con la puerta cerrada para no ver y escuchar nada.
Al llegar cerró la puerta y se ocultó debajo de la enorme cama, pero ya no era lo mismo, ahora estaba solo.
-¡Papá! ¡Mamá!- Gritó Fumikage desesperado -¡Ayúdenme! ¡No me dejen solo! ¡Tengo miedo!
Las luces se encendieron y las pisadas se escucharon.
-Hijo estamos aquí, puedes estar tranquilo- Dijo Aiko preocupada -Papá y mamá están aquí.
Akira levantó la sábana y vio a su hijo intentando estar oculto -Ven con papá.
Fumikage se negó, no iba a salir debajo de la cama.
-Ocúltense conmigo, cuando ellos se vayan nos va-vamos- Dijo temeroso el pequeño.
Akira subió la mirada y vio a Aiko, ella le sonrió al saber que era lo que su esposo pensaba.
Los padres de Fumikage se ocultaron con él lo mejor posible debajo de la cama, dejando al pequeño al medio de los dos. En realidad solo la mitad de su cuerpo cabía de forma en la que podían estar más cómodos.
El niño al ver a sus padres sonrió, les hizo un gesto para que guardaran silencio.
Los minutos pasaban y la fiesta era cada vez más ruidosa, pero al escuchar la hermosa melodía de un violín se quedó dormido.
Fumikage no sabía que Hawks era quién tocaba el Cascanueces con ese violín y mucho menos sabía que esa canción iba dirigida hacia él.
Mientras tanto en el salón, Shoto observaba fijamente al chico misterioso, por primera vez sintió algo por el violín.
Ese joven no era como su padre, su mirada era tan triste, pero sus movimientos y música eran tan llenos de vida, una hermosa canción, tocada por alguien que en verdad amaba el violín.
Shoto comprendió en esos momentos, que él jamás podría ser como ese chico o su propio padre a la hora de tocar ese instrumento.
Simplemente al menor no le apasionaba el violín, sabía que tocaba bien ese instrumento, su padre era muy crítico con él y si se equivocaba le gritaba.
A Shoto no le gustaba tocar ni siquiera el violonchelo, al pequeño no le interesaba ser músico y mucho menos asistir a Yuuei.
Envidiaba ver la pasión que mostraba ese chico por el violín, algo que él jamás sentiría y no le interesaba sentir.
Una gran duda nació en Shoto, si no fuese violinista, ¿Qué sería de grande?
Minutos después que finalizaron la melodía y el muchacho se fue, Shoto se acercó a Fuyumi y la felicitó.
Fuyumi era genial y como siempre lo demostró.
-Fuyumi, ¿Quién era él?- Preguntó curioso el menor.
-Se llama Hawks y es un chico del orfanato...- Respondió la mayor con una sonrisa.
Hawks es un misterio y ella desea descifrar sus misterios.
Ella no se imaginaría que ocurriría después.
10/01/2010
Últimamente Fumikage no se a sentido muy bien, está deprimido y se siente muy triste por algo, pero no sabe qué, se lo dijo a Shoto, pero el mayor no supo qué responderle.
Hay un gran temor que consume al pequeño y es volver a estar solo, ser abandonado en ese lugar, intenta ignorar esos sentimientos que intentan arrastrarlo.
Su pasado lo intenta enterrar, su vida actual es la verdadera, olvidar fue lo mejor que pudo pasarle, pero su mente intenta recordarle lo que perdió.
Fumikage teme recordar, porque significa que algo importante perdió y si lo recuerda no podrá hacer nada para volverlo a encontrar.
Es feliz ahora, es mejor dejar que esta felicidad perdure.
No quiere sentir otra vez ese vacío de soledad cuando al fin logró llenar su mente y corazón con lindos recuerdos.
Tiene amigos y padres, eso es lo único importante, pero esos crudos recuerdos intentan regresar desde que vio a ese tal Hawks y el "Capitán".
Le tiene terror a ese hombre, todo en él dice peligro y no logrará sentirse mejor hasta ver a ese niño bien.
Sus padres hoy tenían que salir, sus abuelos estaban de viaje, el matrimonio Todoroki fueron a comprar unas cosas, por lo tanto, solo quedaba Fuyumi para cuidarlos.
La joven de ahora 14 años era muy madura, cuidadosa, protectora, responsable y lo principal, Fumikage la quiere y se divierte con ella.
Fuyumi ya iba a cuidar a Shoto, por lo tanto, Fumikage se iba a entretener con el menor de los Todoroki.
Rei iba a pasar por Fumikage y se llevaría a los dos pequeños a la mansión donde viven sus padres, los cuales se habían ido de vacaciones a Francia; sus padres le tenían mucha confianza a la menor, la mayor no podía creerlo viendo la actitudes a veces infantiles de su hermana menor.
Cada día se formaba más y más esa grieta entre las dos hermanas, el motivo es claramente el matrimonio de Rei.
Natsuo le había ofrecido ayuda ahora que es independiente a toda su familia, pero no, no lo aceptó, la cabeza de Rei ya estaba sometida a Enji.
Fuyumi no lo comprendía, si no es por ella ¿Por qué no se larga para sacar a Shoto lejos de esa mierda?
Ambos son jóvenes, rehagan sus malditas vidas, al menos eso piensa la menor, bajo su perspectiva todo es más sencillo.
A veces la menor piensa que si no fuese por Shoto ya habría dejado de visitar a su hermana, la quiere demasiado, pero esos roces cada día aumentan.
Cabe señalar que Fuyumi también se siente encadenada a su familia, algo en ella le dice que sí sigue con sus padres terminará igual que Rei, porque al final de cuentas el matrimonio de su hermana y Enji se iba a realizar, era algo inevitable.
La menor ya había hablado con Natsuo, una vez que termine Yuuei se irá a vivir con él, no seguiría en el mismo techo que sus padres, no iba a amargarse como la mayor.
Sí, iba a tocar ese mismo instrumento, pero lo usaría como arma para quitarles a Shoto, tenía que encontrar la forma para joder a Enji para que lo libere.
Algo que sea lo suficientemente impactante, pero para lograr hacerlo tendrá que ser famosa y respetada en la prensa, por el momento solo serían las vacaciones y fines de semanas en los que vería a su pequeño amigo.
Fuyumi llegó a su hogar junto con Hawks, decidió invitarlo para pasar la tarde con él y con los niños.
Rei ignoró por completo a Hawks, simplemente se marchó dejando a los adolescentes con los niños.
El nerviosismo de Hawks se sentía en el aire, Fuyumi sentía que algo le pasaba a su amigo, pero prefirió ignorarlo, luego le preguntaría.
Cuando se toparon con los dos menores, Fumikage sonrió en sus adentros, ese niño estaba bien, el repugnante hombre no lo había lastimado.
Fumikage miraba esos ojos miel fijamente, algo en su mirada le daba tristeza, deseaba abrazarlo hasta que llorase todo lo que tenía por dentro.
-Niños, Hawks trajo galletas- Dijo Fuyumi con una sonrisa.
Los dos pequeños sonrieron al escuchar esa frase y al mismo tiempo preguntaron -¿De qué sabor?
-Chocolate- Respondió Hawks fingiendo una sonrisa para ocultar su preocupación.
-¡Genial! ¡Adoro el chocolate!- Respondió con entusiasmo el pelinegro, amaba el chocolate desde que tenía uso de razón.
-Te traje Vainilla- Dijo Fuyumi con una sonrisa a su sobrino.
-Gracias tía Fuyumi- Respondió entusiasmado.
Fumikage aceptó la galleta, dio un gran mordisco y sintió aquel sabor y texturas tan conocidas, no tenía idea, pero le recordaban a algo que quiso mucho.
Un sabor hogareño, cálido y alegre, ese chocolate se sentía tan nostálgico, estaba casi seguro de que hace mucho tiempo las probó, pero no lograba recordar.
¿Cuándo las probó? ¿Quién se las daba?
Las lágrimas comenzaron a caer, el sabor de las galletas le afectaban demasiado, le provocaban la desesperación de volver a ver a esa persona.
Dolía mucho probar ese sabor.
Shoto se acercó a su amigo y le abrazó -Tranquilo Fumikage, no estás solo.
-¿Por qué lloras?- Preguntó preocupada la adolescente.
Fumikage sollozó y dijo con dificultad -No lo sé, sabe a casa...
Fuyumi lo miró con extrañeza, Hawks sintió un nudo en la garganta.
El aroma le recordaba esos cálidos brazos que conoció hace mucho, unos brazos no tan grandes que lo cargaban, esa calidez hogareña y protectora.
Un aroma que sabía que siempre le cuidaría.
-Huele a esa persona- Continuó el menor mirando la expresión de dolor del rubio -¿Puedo comer otra?
-Claro que si...- Respondió Hawks entregándole las galletas.
Los niños fueron a jugar al jardín arrastrando a los adolescentes junto con ellos.
-Me gusta como tocas el violín- Dijo Shoto señalando el estuche del instrumento que cargaba, el rubio nunca soltaba su violín.
Temía que se lo robaran o lo rompieran donde actualmente vivía, hasta dormía aferrado de él.
Hawks lo miró extrañado, no lo había visto nunca.
-Tocaste en Navidad con mi tía- Dijo al ver la extrañeza en la mirada del rubio -Desearía ser como tu cuando grande.
El mayor pensaba que se refería a tocar cómo él, pero lo que en verdad significaba era amar tocar el violín.
-¿Tocas?- Preguntó Fumikage emocionado -Solo he escuchado a dos personas tocar el violín, al Sr. Todoroki y a Shoto, ambos son muy geniales.
Fumikage como siempre le gustaba decir cuan bueno era su mejor amigo en todo lo que hacía, estaba orgulloso de Shoto.
-Sí, toco desde hace mucho tiempo- Respondió orgulloso el mayor -Aunque no soy tan genial como el Sr. Todoroki, desearía algún día ser como él.
Hawks quedó maravillado al escuchar en Navidad a ese adulto, era tan perfecto y se podía apreciar que él sentía cada nota que tocaba.
Enji Todoroki era su meta, él era uno de sus impulsos para ser un violinista profesional.
Fumikage asintió, él encontraba sorprendente a ese hombre, pero para Fuyumi y Shoto no muy de su agrado saber que deseaba ser como él.
No era culpa del rubio no saber cómo es ese monstruo en verdad, la maldad tiene el talento para crear las melodías más hermosas.
-¿Podrías tocar una canción? Por fis- Pidió Fumikage con una carita de perro imposible de ignorar.
El adolescente sonrió y sacó su viejo violín, lo probó para ver si estaba bien afinado y con una sonrisa comenzó a tocar.
Fumikage miraba atento todo lo que hacía Hawks, escuchar su música era otro tipo de experiencia, no se parecía en absoluto a Shoto y a Enji, su música era más "cálida" y "dulce".
Esa sonrisa llena de paz a la hora de tocar le hacía sonreír, esta melodía es como el sabor a casa.
Ese hermoso violín suena a casa y quería escucharlo para siempre.
Le traía sensaciones agradables, se sentía querido como sus padres lo querían, un amor incondicional y fraternal.
Un amor de familia.
La música de Hawks era su segundo hogar.
Cuando Hawks se fue Fumikage se despidió con tristeza, pero le hizo prometer que volvería a visitarlos junto con Fuyumi.
A Shoto y a Fumikage les parecía muy divertido, además ahora tenían a dos monstruos que cazar.
Esa noche Fumikage durmió con una sonrisa en la cara, tenía un nuevo amigo en su vida.
No te llevarán lejos de mi, no otra vez.
A partir de ese día de verano Hawks comenzó a visitar más seguido a Fuyumi, a veces iban a la mansión de los Todoroki cuando la adolescente tenía que cuidar a Shoto.
Shoto y Fumikage comenzaron a ver de distintas formas a Hawks, el primero lo veía como un ejemplo a seguir, lo admiraba al ver como tocaba el violín y cómo veía la vida, era genial ante la mirada bicolor; en cambio el segundo lo veía como un amigo protector, un guardián, un hermano mayor al que quería imitar en todo.
Ambos apreciaban a Hawks, los dos disfrutaban escucharlo tocar el violín, sin dudas era uno de los mejores veranos de sus vidas.
El rubio se divertía con los dos pequeños, se prometió protegerlos, porque ante sus ojos eran dos pequeños ángeles, aunque había uno que le preocupaba más que el otro.
Shoto.
Fumikage tenía una mirada llena de alegría, desbordaba felicidad, Hawks sabía que sí él se marchaba, su hermano seguiría siendo un niño feliz.
Vaya que se equivocaba el mayor.
Shoto tenía una mirada triste, de alguna forma sentía lástima por él, no sabía qué le ocurría, pero quería protegerlo bajo su ala protectora o al menos hacerlo feliz.
Más de una vez Fuyumi y Hawks se topaban con Enji, el mayor soportaba al adolescente, porque sabía que era un huérfano y tampoco era un chico malo, incluso tenía talento. También su entorno social lo admiraba por aceptar al muchacho.
Caridad, los millonarios lo veían de esa forma y Enji siempre iba a aprovecharse de aquello que le diese la mejor imagen.
Un lavado de imagen, uno donde lo mostraban como un buen hombre y Shoto lo sabía, ya que lo escuchó hablar con su madre.
El menor decidió guardar silencio, primero, porque le teme a su padre y segundo, Hawks podía pisar su mansión sin problemas.
Fumikage y él podían seguir jugando con Hawks, con su gran amigo.
Era finales de febrero cuando Fuyumi decidió llevar a Hawks al hogar de los Tokoyami junto con Shoto para cuidar al menor; al ver que ella era una buena niñera, podían dejarla a cargo de su hijo en esas situaciones donde no podían dejarlo al cuidado de algún familiar.
Al llegar los Sres. Tokoyami miraban a Fuyumi seriamente, no había mencionado en absoluto que traería un amigo, no es que mal pensaran de el chico, pero como padres tenían que velar por su hijo y un desconocido en su hogar no los colocaba muy contentos.
-¡Hawks!- Exclamó Fumikage al ver al adolescente -Mami, papi, él es mi amigo Hawks, siempre viene con Fuyumi y nos trae galletas a Shoto y a mi, también toca el violín de una forma sorprendente y juega con nosotros.
El rubio sonrió al escuchar aquello.
Amigo, su hermanito lo consideraba un amigo y eso lo hacía muy feliz.
Siempre se preguntó si Fumikage cuando fuese más grande lo consideraría como un amigo, aparte de ser su hermano.
Hermano y amigo, que mejor que ser ambas, aunque no recuerde la primera.
Los padres de Fumikage se sorprendieron ante la actitud de su hijo, se veía tan feliz al ver a ese joven de cabellos rubios.
-Es un gusto Sres. Tokoyami, espero que no les moleste mi presencia- Dijo Hawks con una sonrisa y un tono de voz educado.
Recordaron el nombre de aquel muchacho que visitaba a Enji con Fuyumi, según lo que comentaba el joven el pelirrojo era que el joven que los visitaba era una persona correcta.
Enji tenía que hablar bien de Hawks, así se veía incluso mejor persona.
Mientras tanto Hawks pensaba que sí deseaba ver a Fumikage, tenía que actuar lo más educado posible, aunque no le era tan difícil, jamás fue muy bueno para decir groserías.
-El gusto es nuestro joven y claro que no nos molesta tu presencia, solo nos sorprendimos un poco- Dijo Akira con amabilidad haciendo pasar a los 3 menores.
-Así que Hawks, ¿Quiénes son tus padres?- Preguntó Aiko curiosa, necesitaba saber los nombres de los padres en caso de cualquier problema que tuviera el chico.
-No tengo, vivo en un orfanato- Dijo como si nada.
Ambos adultos lo miraron preocupados, se les había olvidado que él es huérfano, pero la mirada miel no parecía mostrar tristeza o incomodidad, no sabían sí el chico estaba bien o era un buen actor.
Hawks sin dudas era un buen actor.
El adolescente decidió mostrarse tal cual cómo era, pero intentaba ser más "educado" al hablar, no deseaba fingir una doble personalidad.
Sin dudas se ganó al matrimonio Tokoyami, era un excelente muchacho, no parecía ser una mala junta para su hijo.
Los adultos al marcharse, se quedaron los 4 solos, Fumikage los arrastró a todos a su dormitorio para jugar y de paso mostrarle sus cosas a Hawks.
El rubio quedó fascinado al ver todo lo que tenía el menor en su enorme dormitorio, le llamó la atención un pequeño atril con un lienzo, en éste había una hermosa pintura de la Sra. Tokoyami.
-Mi abuelito me regaló el atril, él es muuuy genial y divertido- Dijo Fumikage con una gran sonrisa -Siempre me cuenta historias graciosas.
Hawks sonrió ante el comentario, le alegraba saber que estaba rodeado de una hermosa familia.
-Te quedó hermosa tu pintura- Dijo impresionado, antes apenas lograba no pasarse de las líneas.
El menor se sonrojó, los halagos de las personas externas a sus papás lo avergonzaban demasiado.
-Cuando cumpla diez me llevarán a un taller de pintura, dicen que aún soy muy pequeño- Respondió con leve molestia -Ya tengo seis años, ya soy grande.
Shoto rio ante el comentario de su amigo, Fumikage lo miró con molestia.
-Shoto, tu tienes a tu papá para que te enseñe a tocar el violín- Dijo amurrado el menor -Mis papás no saben nada de arte.
-¿Has aprendido todo solo?- Preguntó sorprendido, si bien sabía que su hermano era bueno, pensaba que había recibido clases o los Sres. Tokoyami le habían explicado algo.
Su hermanito era genial.
-Sip, nadie en mi familia sabe de artes o música, pero son muy inteligentes- Respondió con una sonrisa orgullosa.
Por un lapsus de tiempo, Hawks se quedó solo con Fumikage.
-Debe ser genial tener papás que sepan hacer lo mismo, Fuyumi y Shoto tienen papás y abuelos que son músicos- Dijo de la nada el menor -¿Tus papás eran cómo los de Shoto? ¿Eran músicos?
Hawks no supo que responderle al menor, sus padres actualmente están en la cárcel, así que no es un tema muy cómodo del que hablar.
-No, no eran músicos- Dijo con una falsa sonrisa -Tampoco dibujaban bien y no eran unos genios.
Fumikage lo miraba atento, se sintió mal por la respuesta y dijo -Yo no los recuerdo, mis papás no son mis verdaderos papás, pero los quiero mucho, siempre me dicen que soy lo mejor que les a pasado y que me aman aunque no nos parezcamos.
-Tus padres suenan como personas muy buenas- Dijo Hawks con una sonrisa sincera -Me alegro que hayas caído en buenas manos.
-Sip, son buenas personas- Asintió y luego continuó -¿Quieres quedarte a cenar con Fuyumi y Shoto? Papá cocina delicioso, pero mamá es perfeccionista, sus comidas son ricas y bonitas.
Hawks lo miró extrañado y preguntó -¿No tienen cocineros?
En los hogares de Fuyumi y Shoto habían cocineros, y esta mansión gritaba por todos lados gente adinerada.
-Mamá y papá dicen que la comida es mejor cuando se hace en familia...
Cada cosa nueva que escuchaba sobre los Tokoyami lo hacían sentirse más tranquilo, se sentía feliz al saber que su hermano vivía con personas buenas.
-Sobre lo otro, tengo que irme temprano el día de hoy, será para la próxima.
Fumikage soltó un suspiro, pero asintió -¿Prometes algún día cenar con nosotros?
-Te lo prometo- Respondió Hawks con una sonrisa.
Una promesa que varios años después se cumpliría.
Para la tristeza de todos Hawks se marchó del hogar de los Tokoyami dos horas después de su llegada, pero como súplica de los menores se marchó tocando una canción acompañado del violonchelo de Fuyumi.
El tiempo pasaba volando, los cuatro estaban en su última semana de vacaciones, la emoción de Shoto y Fumikage estaba en el aire.
Iban a aprender a leer y a escribir este año, según ellos significaba que ya iban a ser más grandes.
Como siempre Fumikage seguía a todos lados a Hawks para hacerle preguntas de todo tipo, desde personales hasta de historia.
Lo que no se vio venir el mayor, fue la siguiente pregunta.
-¿En verdad Hawks es tu nombre?- Preguntó Fumikage curioso, Hawks era un nombre muy extraño, parecía más un apodo.
-Mi nombre es otro, aunque desde que tengo uso de razón mi mamá me decía Hawks, por lo tanto, siempre me presento con este nombre y todos me conocen así- Respondió con una sonrisa el mayor.
-¿Enserio? ¿Cuál es tu nombre?- Preguntó nuevamente el pelinegro.
-Es un secreto- Respondió con una sonrisa -Cuando seas más grande te lo diré.
El verdadero nombre Hawks se lo había colocado su padre, pero cuando se lo llevaron a la cárcel por un asalto con homicidio cuando éste tenía un año, su madre comenzó a llamarlo Hawks.
Fumikage frunció el ceño, pero luego sonrió y dijo alzando su pequeño meñique -¿Es una promesa?
-Claro, yo siempre las cumplo- Dijo colocando su meñique para hacer una pequeña promesa.
En realidad Fumikage nunca había escuchado su verdadero nombre, era un misterio poco interesante para Hawks.
Takami Keigo, un nombre que habría sido muy importante saber para lo que sucedería años después.
Hawks se divirtió esa última semana, pero un cambio en su perspectiva de las cosas cambió, cuando Shoto se acercó ese último domingo de sus vacaciones.
-Hawks, no quieras ser como mi papá- Dijo mirando fijamente los ojos del mayor -Tu eres muy bueno.
Lo que dijo el menor podría tomarse como una frase referente a su forma de tocar el violín, pero para Hawks tenía otro significado.
El mayor se agachó y le mostró su meñique -Te prometo que jamás seré como Enji.
-¿Lo prometes?- Preguntó el menor, más bien era una súplica.
-Te juro que cumpliré esta promesa, es de por vida- Respondió el mayor con una sonrisa.
Shoto sonrió y colocó su meñique cerrando una promesa de por vida.
Hawks cada día comprendía al ver la triste mirada de Shoto, que no importaba el dinero, las miradas de dolor de un pequeño siempre delatarían que algo malo ocurre en casa.
La mirada de Shoto, le recordaba a la de otros niños que llegaban al hogar, ni Hawks y Fumikage sufrieron ese tipo de violencia de parte de su madre, por lo tanto, nunca viviría en carne propia qué se siente ese tipo de dolor. Aunque desde que vive en ese lugar si a vivido esas heridas.
Cada día se pregunta el adolescente, ¿Era mejor vivir con una madre que vende droga y lo deja a cargo de todo o en ese hogar de menores?
Al menos en el otro tenía a Fumikage con él, no estaba expuesto a golpes diarios, pero ver la mirada de su hermano menor le daba a entender que fue lo mejor.
Su hermanito está rodeado de una familia que lo ama y lo protege, tiene un buen futuro por delante, podrá estudiar en una buena universidad o ir a una escuela de artes.
Luego de esa semana los pequeños, principalmente Fumikage, tuvieron nuevos retos, unos más complicados que otros.
El peor de todos fue la llegada de un nuevo compañero, un niño que sería el causante de varios sucesos negativos en la vida de Fumikage, pero sabía que tenía a sus amigos y a Hawks, él podía ignorar esos problemas.
Volvieron a ver a Hawks en el primer sábado de abril, para los niños fue una agonía, pero estaban felices de verlo de nuevo.
Ambos les comentaban lo que habían aprendido ese mes en la escuela, además de cómo eran sus nuevos maestros.
-Aprendí a escribir tu nombre- Dijo Fumikage escribiendo en una hoja de papel "Hawks" -Aunque la h es muy difícil de escribirla.
Hawks mordió su labio para no llorar, su hermanito estaba aprendiendo a escribir.
-Nos están enseñando las sumas- Dijo ahora Shoto -La maestra dijo que sí seguimos tan bien, en poco tiempo nos enseñará a restar.
-También nos están enseñando las flores y árboles, nos hacen dibujarlas- Dijo Fumikage emocionado con lo último -El maestro dijo que dibujo muy bien.
Hawks sonreía ante todas las anécdotas de los pequeños.
-El otro día me caí en la escuela- Dijo Fumikage mostrándole las costras de sus rodillas -Estábamos jugando a saltar la cuerda con los ojos cubiertos...
Fuyumi los miró como si fuese lo más absurdo que podían hacer.
Hawks se percató de la mirada nerviosa de Shoto, le dio mala espina y preguntó -¿Por qué jugaban eso?
-Fue un reto y todos lo hacían- Respondió Shoto mirando sus manos.
Fuyumi frunció el ceño y dijo -No porque todos hagan algo, ustedes deben hacerlo, ¿Se lanzarían del techo si todos lo hacen?
-No- Dijo Fumikage al instante, pero miró a Shoto y sintió pánico.
¿Si su amigo salta él lo haría?
La respuesta es no, pero temía que él lo hiciera, porque Shoto siempre terminaba arrastrándolo en locuras, en un mes a sangrado más de lo que había hecho en toda su corta vida.
-Claro que no- Dijo el de mirada bicolor -No quiero terminar lastimado al subir por un techo.
Fumikage sonrió aliviado, su mejor amigo no se iba a arriesgar subiendo a un techo...
Al menos eso era lo que pensaba en esa época.
Tic tac, tic tac, tic tac...
Los dos niños arrastraron a los adolescentes como siempre a jugar en el jardín, pero esta vez ellos serían los extraterrestres que vendrían del espacio exterior para atacar a los astronautas.
Fumikage prefería ignorar lo que ocurría en la escuela, era mejor disfrutar todo lo que vivían en sus hogares.
Shoto aún amaba más la escuela, porque no tenía que escuchar los gritos y el llanto mañanero.
En la escuela sigue con Fumikage, también está Tsuyu y Momo, ellos tres le alegran sus días escolares.
Llegaron las vacaciones de invierno y para Fumikage significaba más tiempo con Fuyumi y Hawks.
En el caso de Shoto significaba más tiempo con su heroína, ella se quedaría la primera semana con ellos.
Si Fuyumi está, no hay tantos gritos y llantos, no se tiene que encerrar en el ropero, se acuesta al lado de su tía, ella lo protegerá de todo lo malo.
El menor no quiere que vaya a Yuuei, no desea que se aleje esos tres años de él, pero sabe que no puede hacer nada.
Aunque Fuyumi no quisiese ir, ella asistiría obligatoriamente a esa academia como todos en su familia.
Nadie se salva, todos deben asistir a Yuuei.
Sin dudas 2010 era un año de cambios para los menores.
04/09/2010
Enji Todoroki decidió celebrar una parrillada en su enorme mansión, asistirían sus socios, colegas del mundo de la música y algunos excompañeros de Yuuei.
Una reunión importante donde Rei y Shoto debían actuar perfectamente, en otras palabras, como siempre.
El único consuelo del menor era que asistiría Fuyumi y Fumikage.
Cuando llegó Fumikage corrió hacia él, ambos como era lo usual en este tipo de reuniones, vestían semiformal, cosa que le incomodaba a Fumikage.
El pelinegro quería jugar y su ropa no le permitía correr bien, bastante molesto para el pobre.
Lo que no se vieron venir fue la aparición de sus dos amigas, como siempre una al lado de la otra y como era de esperarse vestían bien elegantes.
Ahora Fumikage quería jugar más que antes y no podía hacer nada.
El piano comenzó a sonar, Shoto frunció el ceño, era esa mujer.
Fumikage se percató del disgusto de su amigo, comprendió que era esa mujer de la que le habló la vez pasada y de que no debía mencionar lo que le había comentado.
Momo y Tsuyu miraron la expresión de Shoto, se veía molesto, usualmente esa cara solo la ponía cuando Neito decía alguna estupidez o molestaba a Fumikage.
-¿Qué ocurre?- Preguntó Momo con inocencia.
-Nada- Respondió Shoto marchándose del salón, ignorando completamente que lo llamaba Fumikage.
Odiaba a esa mujer, sonreía más que su madre y era feliz con su padre.
Su madre recibía el dolor, pero la otra se notaba que era bien tratada.
Sabía que Fumikage no podía comprender el odio que él sentía hacia ella, envidiaba a su amigo en ese aspecto, su mirada era alegre y no odiaba a nadie, ni a nada.
Ver de lejos el amor que muestra el Sr. Tokoyami a su esposa lo hace sonreír, se nota que ninguno actúa, se aman de verdad y en especial aman a su hijo.
A pesar de tener 7 años, Shoto tiene claro que es un niño no deseado, se lo a escuchado a su madre mientras discute con su padre.
Mientras caminaba chocó con alguien botando accidentalmente jugo al suelo, Shoto se asustó.
De seguro golpeó a un socio o lo que sea de su padre, pero al subir su mirada se percató que era Hawks.
-Lo siento- Dijo Shoto con tristeza.
Hawks sonrió y dijo -Solo es jugo, no tienes por qué pedir disculpas.
Shoto asintió y se fue hacia su habitación, sabía que su padre lo regañaría, pero le importaba poco.
El menor se acercó a la ventana y miró el jardín, era tan aburrido todo.
-¿Qué ocurre pequeñín?- Preguntó Hawks mientras ingresaba al dormitorio.
-¿Odias a personas?- Preguntó Shoto sin apartar su mirada de la ventana.
Hawks sonrió con tristeza y dijo -A una persona, bueno dos.
El menor se dio vuelta y preguntó -¿Está mal odiar?
-Es una pregunta complicada- Dijo Hawks mientras miraba fijamente los ojos bicolor -Supongo que está mal, porque te estás lastimando a ti mismo, pero es más fácil decirlo que hacerlo.
El de ojos miel no podía detener ese odio que aumentaba por el pasar del tiempo.
-¿Tu por qué los odias?- Preguntó curioso el menor, no sabía lo complicada que era la situación del mayor.
-¿Tu por qué los odias?- Preguntó para esquivar la pregunta.
Shoto hizo una mueca y soltó un suspiro -Porque son malos.
-Bueno, tenemos algo en común- Respondió con tristeza, pero luego sonrió -Para olvidar los sentimientos negativos toco el violín, me ayuda a ignorar todo lo malo.
Shoto hizo una mueca, en parte el violín era el causante de sus molestias.
-También puedes buscar algo que te divierta para olvidar lo malo- Continuó Hawks -Ya sé, sé que te gustan los súper héroes, así que te compré esto.
Hawks sacó de su bolso un cómic de súper héroes y se lo entregó -Has sido un niño muy bueno.
Shoto aceptó con una sonrisa aquel regalo, ese fue el comienzo de su pasatiempo considerado por muchos como nerd, pero al menor le importaba poco esas opiniones.
Actualmente este cómic lo tiene bien cuidado y guardado en su caja de recuerdos.
-Muchas gracias Hawks, juro que lo cuidaré con mi vida- Dijo el niño emocionado.
-Entonces es hora de bajar, hay tres niños preocupados por su amigo.
Shoto asintió como respuesta, ninguno sabía que Fumikage escuchaba la conversación de sus dos amigos.
Cada día estaba más cerca de saber que los problemas de Shoto no solo eran porque su padre engañaba a su madre, había algo más, pero temía preguntarle y que se enojase con él.
¿Cómo proteger a su mejor amigo? ¿Cómo ayudarlo de todo lo malo que le ocurre?
Era triste saber que años después aún buscase la forma de protegerlo, pero esta vez tenía que sacarlo de esa repugnante adicción y no sabía cómo hacerlo.
Shoto bajó y encontró a Momo tocando el piano junto con la Sra. Yaoyorozu, jamás pensó que en realidad le gustaría el piano; era un momento tierno ver cómo madre e hija tocaban juntas ese elegante instrumento musical.
-Shoto, eres mi mejor amigo- Dijo Fumikage a su espalda -Siempre estaré contigo, no estás solo.
El mayor sonrió y dijo -Tu tampoco lo estás.
31/10/2010
18:00 pm
Era Halloween, estaban los pequeños muy emocionados con sus disfraces para pedir caramelos; Shoto vestía un traje similar al héroe de su cómic favorito, los cuales comenzaron a ser regalados por Enji; Fumikage vestía un gracioso traje de león.
El menor estaba más emocionado al ver a Hawks aparecer junto con Fuyumi, los cuales vestían de brujos.
Fuyumi decidió arrastrar a su amigo y comprarle un disfraz, él no deseaba disfrazarse, pero Fuyumi le insistió con demasiada emoción y también le emocionaba celebrar su primer Halloween con Fumikage.
En su niñez deseaba que su hermano naciera el 31, pero al final nació el 30.
-Fumikage, lamento no poder asistir a tu cumpleaños- Pidió disculpas el adolescente al menor.
El Capitán al parecer sabía que Hawks iba a celebrar el cumpleaños de Fumikage, por lo tanto, no lo dejó ir para molestarlo y como castigo por defender a una niña.
-No importa, ahora celebrarás Halloween con nosotros, eso es lo importante- Dijo Fumikage con entusiasmo, daba lo mismo su cumpleaños.
El pequeño de ojos escarlatas no sabía lo triste que se sentía Hawks por no poder asistir, en sus cortas vidas solo pudo celebrar dos cumpleaños de su hermano y cuando al fin lo tiene en su vida se le quita esa oportunidad.
-Aunque te traje un regalo- Dijo Hawks entregándole una caja envuelta en papel de regalo.
Al ver la caja, una gran sonrisa se formó en su rostro, no esperaba un regalo de parte de su amigo, lo cual aumentaba su entusiasmo.
Rompió el papel y se sorprendió al ver un set de pinturas de acuarela.
-¡Muchas gracias!- Exclamó Fumikage dándole un fuerte abrazo -Gracias Hawks, eres el mejor.
No le agradecía las pinturas, era más por el gesto de regalarle algo que sabía que le gustaría.
Daba lo mismo lo que fuera, siempre sonreiría por el regalo.
-¿Te dejaron estar hasta tarde con nosotros?- Preguntó Shoto con curiosidad.
Hawks asintió, era mentira, pero luego recibiría su castigo, hoy quería divertirse con sus amigos.
-Me alegro de que te hayan dejado pedir caramelos con nosotros- Dijo Aiko con una cálida sonrisa.
A Hawks le agradaba, era todo lo opuesto a su madre, tan amable y dulce.
Fumikage le agarraba la mano a Hawks mientras caminaban, temía soltarla y que desapareciera en la oscuridad de la noche.
-Me encanta pedir caramelos, es muuuy divertido- Dijo Fumikage entusiasmado.
-A mi también me gustaba pedirlos y me divertía disfrazarme de lo que sea- Dijo Hawks recordando el pasado, esa época donde todo era mejor.
Llegaron a una puerta de una enorme mansión, Hawks solo podía pensar, ¿Por qué tener un hogar tan grande?
-Este Sr. nos dio muchos caramelos el año pasado- Dijo con alegría el pelinegro sin soltar la mano del mayor.
Las calabazas de los niños cada vez estaban más y más llenas por el paso de la tarde, todo era alegría hasta que Fumikage vio a lo lejos a un hombre muy grande; el pelinegro apretó la mano del mayor, aquel sujeto le traía recuerdos de sus pesadillas.
-¿Qué ocurre?- Preguntó preocupado el de cabellos rubios.
-Se parece a él- Dijo el menor comenzando a tiritar -Se parece a esas personas...
Hawks fijó su mirada en ese hombre, si bien parecía un hombre común y corriente su tamaño era similar al del Capitán.
-No quiero que ese extraño te lleve- Dijo aferrándose del brazo del mayor.
A Hawks le partió el corazón ver a su hermano en ese estado.
-Nadie me va a llevar, te lo prometo- Dijo intentado calmar al pequeño.
Negó con su cabeza y dijo -Ese monstruo siempre se lo lleva y me deja solo... él me quita todo lo que quie...
No alcanzó a terminar lo que iba a decir, ya que el mayor lo tomó en brazos -Él no me llevará, nadie me alejará de ti nuevamente, te lo prometo.
-¿Quieres ser mi hermano mayor? Papi y mami no tienen mi misma sangre, pero igual lo son, así que podemos ser hermanos- Preguntó con timidez -Solo si quieres...
Su hermano menor lo estaba matando.
-Sería un honor ser tu hermano mayor- Respondió intentando de que no quebrarse.
El mayor quería llorar.
Fumikage estaba feliz, muy en el fondo sentía que estaba recuperando lo que hace mucho tiempo perdió.
El tiempo pasaba volando, los días parecían ser más brillantes en la vida de Fumikage y Hawks, siempre juntos jugando y riendo, eran inseparables.
Los pequeños habían escuchado que Fuyumi y Hawks eran novios, aquello los emocionaba, de alguna forma los hacía "parientes".
Aunque la vida de Hawks en realidad es un infierno, cada día todo se vuelve más aterrador y oscuro.
No sabe si vivir en la calle o quedarse en ese hogar recibiendo maltratos del Capitán y de los otros niños.
Decisiones, decisiones, decisiones...
Sí huye se deberá separar de Fumikage, ¿Vale la pena seguir enjaulado en ese repugnante lugar?
Quiere dejar de fingir que todo está bien ante los ojos de todos, desea dejar de sonreír cuando solo quiere llorar, está cansado de ser un ave enjaulada.
Desgraciadamente, una discusión, lágrimas y la perversidad hicieron que el Halloween del año 2011 se transformara en una triste fecha.
Otra vez se lo llevaron, pero ahora era peor.
31/10/2011
Este era el primer Halloween sin Fuyumi, al menos para Shoto era más extraño que para Fumikage.
El mayor iba con ella desde que él estaba en coche con un biberón, pero al menos se divertía con su mejor amigo.
Fumikage estaba frustrado, porque Hawks nuevamente no asistió a su cumpleaños y tampoco los acompañó a pedir caramelos, lo último lo prometió, a pesar de que Fuyumi no iría por la fiesta de disfraces que realizarían en casa de Shoto.
Hawks sí cumplía sus promesas y temía que algo malo le haya ocurrido, ese extraño era un monstruo, desde que lo vio en Navidad lo supo.
-Estoy preocupado mamá, Hawks dijo que vendría- Dijo Fumikage mientras llegaban a la mansión luego de recolectar sus caramelos.
-Tal vez no lo dejaron salir- Dijo Aiko intentando calmar al menor -Debes estar más tranquilo...
El de ojos escarlatas miró a su amigo, él tampoco creía que estaba bien, algo malo le ocurrió a Hawks.
-Mejor vayamos a buscar a Fuyumi- Dijo Shoto arrastrando a Fumikage, tal vez con Fuyumi se alegraría un poco.
Lo que ninguno de los dos imaginó fue que el jardín estaría repletos de adolescentes y Fuyumi estuviese besando a un chico.
Fumikage estaba furioso al ver esa situación, en cambio Shoto estaba confundido, demasiado.
Su tía Fuyumi hacía lo mismo que sus padres, todo era tan confuso y triste.
¿Acaso no es eso malo?
-Fuyumi, ¿Por qué besas a ese extraño?- Dijo Fumikage con molestia.
Shoto observaba en silencio a su amigo, no sabía qué hacer o decir, temía terminar peleando con Fumikage por defender a Fuyumi.
Fuyumi se alejó y miró al menor que se encontraba disfrazado de pirata, la adolescente no sabía qué decir ante la mirada de Fumikage.
Odio, esos ojos escarlata que siempre irradiaban alegría, la veían como si fuese un monstruo.
Una carcajada interrumpió la situación, ambos niños se dieron la vuelta para saber quién era...
Palidecieron al ver la cara lastimada de Hawks y rastros de sangre, también la marca roja en el cuello.
Shoto se asustó, esas marcas las había visto en su madre varias veces.
Ese hombre, de seguro él lo había lastimado.
-Hawks...- Dijo Fuyumi al ver el estado de su novio.
Ver la sonrisa burlona de Hawks combinada con ese rostro lastimado y mirada quebrada era una escena dolorosa.
Hawks dijo sin borrar su sonrisa -Hola mi querida novia, ¿Te divertiste besando a otro? No me esperaba eso de ti Fuyumi, y pensar que pensaba que eras la mejor persona que he conocido en mi asquerosa vida.
Fuyumi frunció el ceño y justo cuando iba a responder, Hawks interrumpió con ira -¿Quieres saber que ocurre con mi vida? ¡Hoy te lo iba a decir! ¡Pero al fin después de seis años iba a decir todo lo que me ha ocurrido y te veo aquí con otro! ¿Quieres saber? ¿Quieren saber chicos de Yuuei? ¡Hawks vive de los once años en un hogar de menores!
Fumikage miraba nervioso la situación, jamás había visto a Hawks furioso, nunca lo vio tan quebrado.
-Piensa Fuyumi, si tu estuvieses en ese lugar, una niñita ¿Qué le ocurriría? ¿Sabes cuanto agradecía nacer hombre en esa mierda de lugar? ¿Sabes que se siente ser humillado? ¡¿Eso es lo que deseabas saber?! ¡¿Qué tu ex fue abusado física, psicológica y s...?!- Guardó silencio con lo último y se largó del lugar.
Shoto quiso vomitar, si bien no sabía a qué se refería en algunas cosas, comprendía de primera mano lo que significa abusar físicamente de una persona.
Todo este tiempo Hawks tenía a un Enji en su vida...
Fuyumi se marchó llorando hacia el interior de la mansión, a penas vio eso, Shoto la siguió corriendo.
Mientras tanto Fumikage corría lo mejor que podía intentando alcanzar a Hawks, no deseaba que se alejase de su vida y mucho menos de esa forma.
Las lágrimas caían por las mejillas del menor, sabía muy en el fondo que se iría para siempre.
Hawks se dio la vuelta y observó a su hermano menor.
-Hawks ¿Te vas?- Preguntó el pequeño con tristeza -¿Nos dejarás por culpa de Fuyumi?
El mayor sonrió y se agachó para quedar de su estatura -No me iré por mucho, pero siempre estaré cuando escuches en la ventana de tu habitación a una ave cantar, ella te estará diciendo que estoy bien...
Fumikage comenzó a limpiarse las lágrimas con sus mangas -¿Y si no cantan?
Miedo, temía que fuese un verdadero adiós.
Hawks intentó no quebrarse ante la pregunta.
-Significa que estoy tocando el violín- Respondió intentando no borrar su sonrisa.
-Te creeré, ¿Prometes seguir siendo mi amigo?- Dijo intentando verse más calmado.
-Lo prometo, ¿Prometes no olvidarme?- Preguntó Hawks con cierto temor.
-Lo prometo Hawks- Dijo Fumikage abrazándole con fuerza.
-Fumikage, recuerda seguir siendo como eres, y cuida tu amistad con Shoto, es bueno tener un amigo que te acompañe en las buenas y en las malas- Dijo Hawks deshaciendo el abrazo para luego marcharse.
Tic tac, tic tac, tic tac...
Tres promesas que se cumplieron, pero sin dudas la última amarraría a Fumikage a un sinfín de problemas, porque eso significaba querer proteger una amistad con Shoto.
Sin dudas verlo marcharse fue un momento desgarrador para la vida de Fumikage, porque en el fondo sabía que era un adiós para siempre, deseaba que no, pero aquel chico que ya consideraba su hermano había huido.
Aunque no se iba a rendir, iba a encontrarlo.
Mientras volvía a la mansión se topó con Shoto, el cual buscaba con la mirada a Hawks.
-Hawks se fue para siempre- Dijo Fumikage con molestia -Odio a Fuyumi por lo que le hizo...
Shoto abrió los ojos sorprendido, jamás en su vida llegó a pensar que Fumikage odiaría a una persona y mucho menos a Fuyumi.
-Nos vemos mañana- Continuó el pelinegro marchándose hacia donde sus padres.
Cuando Fumikage se fue, Shoto comenzó a llorar en silencio por sus dos amigos, sabía que Hawks estaba sufriendo y su mejor amigo la estaba pasando fatal.
También lloraba por el acto de Fuyumi...
Tantas preguntas sobre si está bien o mal hacer esas cosas pasaban por su mente, preguntas que un niño debería hacerse, pero así es la vida de Shoto.
23:00 pm
Fumikage miraba a sus padres esperando alguna solución, ellos eran adultos, podían solucionar las cosas, sus papás siempre lograban hacer cosas sorprendentes.
-Hawks se fue, estaba molesto, decía cosas raras a Fuyumi- Dijo Fumikage entre sollozos -Fuyumi besó a otro y él se enojó mucho, habló sobre donde vive y cosas que no logré entender muy bien, estaba lastimado... alguien le hizo daño.
Los Tokoyami pasaron de pensar que era por una ruptura a algo peor, pero había un inconveniente, no sabían en cuál orfanato vivía el menor.
-Encuéntrenlo... por favor, alguien lo puede lastimar- Pidió a sus padres con desesperación -No quiero que lastimen a mi amigo.
Fumikage no se iba a quedar con esa despedida, claro que no.
-Llamaré a Fuyumi, ella debe saber dónde vive Hawks, tal vez volvió al orfanato- Dijo Akira, ni él creía sus propias palabras.
Al escuchar el nombre del orfanato, Akira palideció, tenía que ser una broma de mal gusto, una muy grande...
No quería sacar conjeturas ahora, tenía que encontrar sano y salvo a ese muchacho.
-Tranquilo bebé, vamos a encontrar a Hawks- Dijo Aiko abrazando a Fumikage -Te lo prometo.
Esa noche Fumikage durmió llorando, su preciado amigo había desaparecido.
No perdonará nunca a Fuyumi por lastimar a su amigo y le importaba poco que fuese la preciada tía de Shoto, hizo sentir mal a Hawks.
Nunca perdonará a nadie que lastime a Hawks...
Mientras tanto el matrimonio Tokoyami hablaba con seriedad sobre el asunto de Hawks.
-No estamos seguros de que sea o no hermano de Fumikage, pero por ahora no debemos mencionarle ese detalle a nuestro hijo, si con tan solo pensar que su amigo está en peligro se pone de esta forma, imagina si cree que es su hermano- Dijo Aiko preocupada, primero tenía que encontrar a ese chico, no deseaba que un niño terminase en la calle, luego cuando lo encontrasen descubrirían la verdad.
-¿Crees que nos engañaron?- Preguntó Akira mirando el suelo, su hijo era demasiado pequeño para saber que tenía un hermano, al menos eso decían los documentos oficiales del menor.
Según la información de datos, el pequeño tenía un medio hermano que era 8 años mayor que él, pero el nombre de éste era Keigo.
Los Tokoyami sabían que Fumikage fue separado de su madre, por lo tanto, preguntaron por el otro menor, la respuesta fue rápida y sencilla.
"Hace años fue adoptado, jamás ingresó con su hermano..."
"No puedo entregar datos sobre quienes son sus actuales padres"
Ellos deseaban saber sobre el paradero de ese niño, al menos para que tuviesen contacto, no querían quitarle la oportunidad de crecer o conocer a su hermano, pero no se podía hacer nada.
Las reglas son las reglas, el problema era que de seguro mintieron y ese niño, ahora adolescente, seguía en ese lugar.
Ahora solo podían pedir que Hawks estuviera sano sea dónde sea que esté, porque ese joven es una persona buena que no merecía sufrir.
01:00 am
Miedo, corría por un eterno sendero que lo guiaba hacia una aterradora casa, era sencilla, no había nada malo en su exterior, pero en el interior todo estaba oscuro y sombrío.
Hacía frío, tenía miedo al no lograr salir de esa casa infernal, nadie parecía escuchar sus gritos y súplicas.
Estaba solo en la oscuridad.
"Mamá, mamá, dijo su primera palabra, Fumikage habla"
Una voz tan cálida y reconfortante, sonaba tan feliz porque dije "mamá".
"Pronto caminarás y te llevaré a todos lados"
Dolía escucharlo hablar en esta eterna oscuridad.
¿De dónde viene esa voz tan conocida?
"Gateas muuy rápido, de seguro serás híper mega veloz cuando logres caminar"
Tan emocionado por algo simple.
"Deseo que logres entender todo lo que digo y podamos hablar de lo que sea"
Siento tristeza al escuchar su desesperación, su necesidad por hablar con otra persona.
"Prometo que cuando sea un adulto te sacaré de aquí, te pagaré una buena escuela y compraré todas las pinturas que desees, solo siete años, tenemos que ser fuertes y nunca separarnos"
Sentía una mirada de cariño, unos brazos protectores similares a los de mis papás, pero más pequeños.
Perdóname, perdóname por no recordar.
Miedo, esa mirada repugnante, la puerta cerrándose para siempre, él se lo llevaba, un extraño le quitaba lo que más amaba en el mundo.
-¡No se lo lleven!- Gritó Fumikage despertando de golpe -¡No me dejes!
-Fumikage, estamos aquí- Dijo Akira intentando calmar al menor -Nadie te dejará.
Fumikage comenzó a llorar mientras estaba siendo abrazado por sus padres, ellos no comprendían que otra vez ese hombre le había quitado a su preciado hermano.
Al día siguiente muchas cosas cambiaron, él aún era ese niño alegre, pero estaba molesto con el mundo e intentaba todo el tiempo no llorar y gritar.
No hay nada peor que soportar el dolor y no encontrar el consuelo para sobrellevarlo.
Tan solo habían sido 659 días con su amigo violinista, pero sin dudas fueron los mejores...
01/11/2011
16:30 pm
Shoto estaba sentado junto con Fuyumi en su cama observando en silencio su ropero, la mayor no sabía qué decirle a su sobrino, cometió un horrible acto y aquel pequeño comprendía que lo que hizo estuvo mal.
-Fumikage te odia, él me lo dijo- Dijo Shoto sin mirarla a la cara -Cuando veía a Fumikage interactuar con Hawks, era vernos a los dos... Hawks es muy especial para mi amigo y lo lastimaste, ahora Fumikage te asocia como alguien mala.
La sinceridad de Shoto dolía a veces, él no tenía el suficiente tacto a la hora de hablar sobre algún problema.
La de cabellos blancos sintió como si la golpearan, ese tierno niño que conocía desde los 4 años la odiaba, un pequeño que cuidaba y que siempre se alegraba al verla.
Se sentía basura.
-Yo jamás podría odiarte, eres mi tía y te quiero mucho, pero no lo entiendo, no comprendo a las personas que hacen esas cosas- Se sinceró Shoto por primera vez sobre ese tema que se sentía raro al intentar explicárselo a Fumikage -Las series dicen que está mal eso, pero papá, mamá y ahora tu, lo han hecho, ¿Está mal o no?, estoy muy confundido.
La mayor abrió un poco la boca por esa información que no sabía, ¿Cuántas cosas ha visto su sobrino y ella no sabe? No importaba eso en esos momentos, luego le preguntaría.
-¿Viste la cara y la actitud de Hawks al ver lo que hice?- Preguntó con tristeza, quería pedirle disculpas a Hawks, pero no sabía cómo hacerlo.
-Estaba muy triste- Dijo Shoto recordando lo sucedido.
-Cuando haces algo como lo que hice siempre estará mal, lastimarás el corazón de una persona inocente por algo que no deberías hacer- Dijo Fuyumi con tristeza, sabía que no merecía llorar por lo que hizo, pero dolía saber que por ese estúpido acto perdió a la mejor persona que pudo haber tenido a su lado -Siempre estará mal romper el corazón a esa persona de esa forma tan cruel, es igual a dañarla física y mentalmente...
Shoto abrió los ojos al recordar lo que hacía Enji, si engañar hacía ese mismo daño a una persona, no iba a engañar a nadie.
-Yo no hice algo bueno, así que no me imites, yo hago a veces estupideces que no son las correctas y tu no debes copiarme, por lo tanto, no me copies en eso, no lastimes a las personas de esa forma... no cometas mi mismo error- Continuó soltando un sollozo, jamás se perdonaría por hacer eso.
Lastimó a Hawks en uno de los momentos en los que más la necesitaba.
-Jamás lo haré, no voy a ser como Enji- Dijo con seriedad, era la primera vez que decía el nombre de su padre sin temor alguno y no le importaba -Nunca lastimaré a las personas que quiero y debo cuidar.
Ella no pudo evitar llorar, un niño de casi 9 años hablaba como alguien mayor y era más consciente del bien y del mal que muchas personas de más edad.
Fuyumi abrazó a su sobrino y comenzó a llorar con fuerza, Shoto correspondió el abrazo.
La única forma en la que podría odiar a Fuyumi, es si se convirtiese en algo parecido a Enji o a Rei, pero sabe que su tía es tan pura como la nieve y jamás se volvería un monstruo.
Nadie es perfecto, todos cometemos errores, lo importante es aprender y no volver a repetirlos, ese día Fuyumi juró jamás hacer eso nuevamente.
Hasta ahora lo a cumplido, aprendió de ese error y creció como persona.
No importa lo que diga Fumikage o cualquier persona, Shoto siempre estará del lado de su tía, porque ella siempre a estado del lado de él.
Fuyumi es su primera heroína y nadie le quitará ese rol, aunque en el fondo sabe que ella tampoco logrará comprenderlo al 100%.
Solo alguien que a sufrido en carne propia ese tipo de maltrato lo comprenderá, pero Shoto sabe que es casi imposible encontrar a esa persona, a ese amigo que desea.
En otro lugar, muy lejos de este elegante y adinerado sector, Izuku estaba oculto debajo de la cama dibujando a un villano luchando contra un héroe.
El pequeño intenta ignorar los ruidos de los platos, llantos y gritos de su madre, pero cada vez se hacen más constantes.
Ya era inevitable no llorar para el pequeño.
Ambos niños algún día se encontrarían y al fin tendrían a ese amigo que siempre necesitaron, una amistad donde tendrían a alguien que los comprendería completamente, de distintas formas los dos se necesitan, pero faltan varios años para ese suceso.
Fumikage no lo sabía, pero Shoto el marzo de ese año perdió a la persona que más lo protegía.
Fuyumi era ese sol en su vida familiar, la única que lo protegía emocionalmente de todo lo malo que le sucedía.
Sin ella los fines de semana hay llantos y gritos, los sábados nadie abre las puertas de su escondite.
El pelinegro jamás comprendería ese tipo de lazos, en especial cuando ella besó a otro chico lastimando a Hawks.
Shoto siempre defendería a su tía de cualquiera, porque ella es su primera heroína y ni siquiera su mejor amigo podía reemplazarla.
Lamentablemente Fuyumi tenía el tiempo contado y por su edad no logró sacar a su pequeño amigo de lo que vendría después.
Un alma pura destinada a un oscuro destino.
Continuará...
Nota
Quería explicarles porqué no publiqué en estas 2 semanas, resulta que no tenía ideas y me estaba volviendo loca por querer publicar semanal, creo que 18 semanas fue mi límite y al tener un calendario estricto para esta historia, me causó un colapso creativo :(
Soy una persona que le gusta dar lo mejor en sus historias y sé que terminarán feas si sigo de esta forma, por lo tanto, no prometo que sean semanales, todo depende de lo que lleve escrito.
El problema también surge, puesto que quiero abarcar mucha historia en un solo capítulo, lo cual provoca que sean más largos y difíciles de narrar.
El siguiente capítulo también abarcará mucho, pero ya está bien avanzado, es importante para todos los pjs de esta parte y de forma indirecta para Izuku xD
Eso sería lo principal que quería comentar, ahora con respecto al capítulo, sufrí escribiendo a Fumikage y las dudas de Shoto.
Dolió escribir que Fumikage se ocultó debajo de la cama junto con sus padres por el miedo que le causó el Capitán ;-;
Odio a Monoma y a Enji >:(
El pobre Izuku de 8 años oculto debajo de su cama mientras dibuja a All Might luchando contra All for One ;-;
Estos 3 niños no merecen sufrir :(
Pd: Cuando escribí el extra de Hawks aún no se decía su verdadero nombre en el manga.
#UnfinalfelizparaIzuku
#LosSres.Tokoyamibestopadres
#Salvenaltodopendejo
#Hawksmerecelomejordelmundo
#Fumikageesunsol
#MuerteaEnji
#MuerteaMonoma
Hasta el próximo capítulo 🦄💖
Publicado: 24/05/2023
Capítulo 21: El comienzo de las grietas.
Espero que les haya gustado el capítulo 💖
Que la fuerza los acompañe, se despide Autora-chan 🦄💖
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro