L.2 Capítulo 16
Mi historia es compleja, pero creo que debería iniciar con mi familia antes de ahondar más en el presente...
Los Tokoyami eran un matrimonio estable y amoroso, poseedores de una buena riqueza. Desgraciadamente ellos no podían dar a luz a un pequeño, pero deseaban tener un hijo, mi madre a veces se sentía -por lo que me he enterado de parte de mis abuelos- mal debido a que tenía el concepto erróneo de que para ser un matrimonio feliz y duradero, debían sí o sí tener hijos.
Una familia real debía tener al menos un hijo, y cuando se iban a rendir Dios se apiadó, mamá por fin quedó embarazada, ambos eran felices, pero ella tuvo un aborto, los médicos le dijeron que ella no tenía probabilidades de mantener un embarazo...
Su matrimonio de ensueño se quebró, ambos estaban dolidos por la perdida, lo cual provocó que estuvieran a un paso del divorcio, la distancia y el dolor los había separado.
Mi padre sufría demasiado al verla mal en casa, por lo tanto, prefirió dedicarse más a la empresa y alejarse de los problemas, ella no soportó estar sola en esa mansión, sin el apoyo del hombre que amaba.
Discusiones y un papel apareció de parte de ella, porque estaba cegada a causa del dolor, pensaba que él estaba con otra y éste furioso por la falta de confianza aceptó el papel.
Ambos estaban "felices" porque no tuvieron ningún hijo, ya que supuestamente se odiaban
¿Quién tenía la culpa de esa pelea sin sentido?
Ambos, él por alejarse y ella por no confiar.
A la hora de firmar los papeles se vieron fijamente a los ojos, ninguno quería acabar su relación, así que decidieron hablar sin peleas, como en los viejos tiempos.
Sabían que se amaban y decidieron ir a terapia matrimonial, no querían rendirse...
Por el paso del tiempo lograron retomar la relación que tenían, pero ya sabían que un niño no era necesario, y podían ser felices solamente los dos.
Pero en el año 2006 mientras hablaban con unos amigos, surgió el tema de adopción, nunca habían pensado en adoptar, pero ahora que su relación estaba mejor, tomaron esa decisión, querían tener un hijo y si no podía se sanguíneo ¿Por qué no mejor adoptar?
No tengo idea como llegaron a parar a ese orfanato y el por qué me escogieron a mí, de decenas de niños huérfanos escogieron a un niño de tres años que llevaba unos meses en el lugar.
Ellos me dijeron que al verme simplemente supieron que yo era su hijo, y siendo franco me alegro que mis padres me hayan adoptado, más allá de ser de una familia adinerada, son una familia amorosa que ama tal cual como soy.
Sin ellos no habría conocido a mis amigos, quién sabe, tal vez aún estaría en ese lugar, sólo, sin recuerdos de quiénes fueron mis padres.
Siempre tuve la duda en mi cabeza, ¿Por qué me dejaron ahí con tres años? ¿Me querían? ¿Habrán muerto en un tipo de accidente?
No tenía idea, pero a veces cuando cierro los ojos antes de dormir recuerdo una dulce melodía y alguien abrazándome como si fuese lo más importante en su vida.
Recuerdo un adiós.
Es extraño, pero cada vez que escucho algo relacionado con drogas siento un miedo extraño...
El destino puede ser muy cruel, por el egoísmo y el odio se separan a las personas que más se aman en el mundo, y no hablo de cualquier amor, sino del amor fraternal.
Dos hermanos separados, dos niños viviendo en otros mundos, uno vive feliz con personas que lo aman, otro vive en la oscuridad y el constante dolor, pero esta historia no es la del hermano que sufre a diario, sino la del pequeño Fumikage, que, a pesar de vivir feliz, alguien lo arrastró a un mundo que jamás pidió.
Una de las personas más importantes de su vida lo arrastró nuevamente al mundo que el destino lo había alejado, pero ¿Cuánto durará ese lazo que ha intentado proteger?
Mejor comencemos desde el inicio, para comprender el por qué es tan importante para él y por qué arriesgaría su vida por esa persona...
El primer recuerdo que tiene Fumikage en su vida fue un 2006, sin ningún problema recuerda la primera visita del matrimonio Tokoyami al orfanato.
Recuerda el vestido largo y celeste de la Sra. Aiko Tokoyami, y la enorme sonrisa que se asomaba en su rostro, le llamaba la atención el buen peinado y bigote del Sr. Akira Tokoyami, también como se le acercaban, le hablaban y jugaban con él.
Esas acciones le parecían extrañas al pequeño de tres años, ningún adulto jamás actuó de esa forma como lo hacían ellos, los señores Tokoyami lo trataban bien y se sentía protegido, era como si estuviese con su hermano Hawks...
Por el pasar del tiempo Fumikage les contaba algunas cosas, cómo que le gustaba de comer y hacer, el pequeño decía con dificultad galletas de chocolate y pintar.
También les hablaba de su hermano, les decía que tocaba el violín, para la desgracia de los dos hermanos las personas del orfanato les dijeron que Hawks era un amigo imaginario, que desde que había llegado al lugar "jugaba" y "hablaba" con él...
Cuántas mentiras causaron que Fumikage un veinte de diciembre olvidase todo.
20/12/2006
15:00 pm
Fumikage estaba sentado en una alfombra peluda pintando en un libro de dibujos, intentaba con dificultad no pasarse de las líneas, pero aún le costaba sostener bien los lápices con sus manos.
El pequeño soltó un suspiro y miró el reloj de la pared, al ver que la manecilla larga apuntaba al número doce y la pequeña al tres, se emocionó, ya que Hawks le había explicado que siempre llegaría a esa hora.
Cuando vio que la manecilla larga llegó al tres se asustó, Hawks jamás había llegado tarde, por lo tanto, se acercó a la puerta que conducía a la sección de los niños más grandes.
Siempre pasa en su pequeña mente la pregunta del por qué no le dejaban ver a Hawks, toda su vida había estado con él cuidándolo y de la nada le niegan verlo todos los días.
Al llegar a la puerta, el pequeño de cabellos negros intentó agarrar la manilla como en intentos anteriores, pero como siempre no lograba alcanzarla.
Con la desesperación saltó y logró tocarla, sonriendo al saber que al fin la había tocado, saltó nuevamente y la agarró, pero quedó colgando, presionó un poco la manilla y abrió la puerta.
-¡Yei!- Gritó victorioso mientras empujaba la puerta.
Las luces estaban apagadas, lo cual provocó terror al pequeño, porque cuando estaba todo apagado en su casa y era de noche, llegaba su madre con unos señores, que según el punto de vista de Fumikage eran feos y apestaban raro, lo que éste no sabía era que ellos olían ha alcohol.
Al recordar esos fragmentos de su vida, el pequeño comenzó a correr asustado, ya que esos hombres siempre gritaban cosas raras, y Hawks aparecía de la nada y lo llevaba a su habitación para hacerlo dormir mientras le tocaba el violín.
Su hermano siempre lo rescataba, su madre para Fumikage era una extraña, no sentía nada hacia ella, a pesar de ser pequeño jamás le pidió ayuda o algo, Hawks era quien le daba de comer y le ayuda en todo.
Su hermano de once años era su visión de un "padre" o una "madre".
-Hawks... tengo miedo- Dijo el pequeño en voz baja -¡Hawks! ¡Hawks! ¡Hawks!
El de ojos rojos comenzó a llorar, hasta que sintió que alguien lo abrazó con delicadeza.
-Tranquilo Fumikage, tu hermano ya está aquí- Dijo Hawks abrazándolo con un poco más de fuerza.
-Tenía miedo...- Dijo Fumikage llorando.
-Tranquilo, yo estoy aquí- Dijo Hawks de forma tranquila, para luego cargarlo y acariciarle el cabello.
-¿Has dibujado algo?- Preguntó sonriéndole a su hermano menor.
Fumikage siempre se tranquilizaba al verlo sonreír, eso significaba que nadie le haría daño, porque él le protegería.
Para el pequeño, Hawks era el mejor hermano del mundo.
-Sip- Dijo emocionado el menor.
-¿Me mostrarías el dibujo?- Preguntó Hawks -Deseo ver el dibujo de mi talentoso hermano.
El pequeño comenzó a reírse y dijo -Te va a gustar muuuuchoooo.
-Lo sé- Dijo abrazándolo con fuerza, más de lo usual.
El menor registraba su cuaderno y le mostraba su último dibujo, Hawks apreciaba la obra de arte de su hermano mientras tocaba su violín.
Fumikage vio a su hermano y se sorprendió, él se veía muy triste, no sonreía, sus ojos estaban rojos.
-¿Qué ocurre Hawks?- Preguntó el pequeño mirándolo fijamente.
-¿Últimamente has conocido a unos señores?- Preguntó Hawks mirando a su hermano con tristeza.
El de cabellos negros comenzó a recordar y asintió.
-¿Cómo son? ¿Son buenos contigo?- Preguntó Hawks tomándose las manos.
-Sip, son muy buenos, me regalaron un peluche- Dijo emocionado -Vienen muchas veces, ella usa vestidos bonitos y el señor tiene un bigote gracioso, pero juega conmigo con los cubos, y me está ayudando a pintar, también me traen galletas de chocolate.
Agarró el libro y se lo mostró a Hawks -¡Él no se pasa las líneas! Dijo ¿Ayer? Que traería un nuevo libro y lápices.
Hawks sonrió con tristeza y lo abrazó nuevamente, y comenzó a llorar, el pobre niño estaba destrozado al escuchar esas palabras.
Fumikage al escuchar como su hermano lloraba, provocó que éste también comenzase a llorar sin parar, él tenía miedo, porque Hawks nunca lloraba.
-Hermano...- Dijo mientras le acariciaba la cabeza con suavidad -Hoy te va... esos señores te van a llevar a su casa para que vivas con ellos.
El pequeño se alejó rápidamente de éste asustado, él no quería que se lo llevasen, Fumikage quería estar con su hermano.
-¿Vamos juntos?- Preguntó mirándolo fijamente, a pesar de ser pequeño intuía cuál era la respuesta.
Hawks miró a otro lado -Yo no puedo ir contigo, pero sé que ellos te cuidarán mejor...
Lo miró asustado y dijo tembloroso -No...
Un señor apareció por la puerta de la sección para niños más grandes, Fumikage al verlo sintió escalofríos, su expresión y mirada daban miedo.
-Hawks, hora de irte a tu habitación- Dijo en voz alta el hombre.
Hawks abrazó por última vez a su hermano y dijo -Lo siento, perdóname por no ser un adulto... por favor no me olvides.
El señor agarró del brazo a Hawks y se lo llevó lejos de su lado.
-¡Hawks!- Gritó el pequeño al ver como se iba su hermano mayor -¡No te vayas!
Se levantó y corrió hacia ellos, pero le cerraron la puerta en la cara.
La última vez que vio el rostro de su hermano pudo apreciar distintas expresiones, miedo, tristeza y desesperación.
Pudo ver como las lágrimas rodaban por las mejillas de Hawks.
Se lo habían llevado.
El niño comenzó a llorar y a patear el suelo -Devuélvanme a mi hermano.
Golpeó la puerta gritando, saltó hacia la manilla, pero no se abrió la puerta.
-¿Fumikage?- Escuchó hablar el pequeño a sus espaldas.
Se dio la vuelta y vio al hombre de bigote, acto seguido corrió hacia él con desesperación.
El hombre lo levantó y le abrazó, para luego acariciarle la cabeza mientras Fumikage lloraba desconsoladamente.
-Cariño ¿Qué le ocurre a Fumikage?- Dijo la dulce voz de una mujer al ver al pequeño llorar.
Fumikage sintió que sus ojos se cerraban, llorar le había provocado sueño, él quería que Hawks estuviese a su lado, pero esos dos adultos eran muy amables.
Ese veinte de diciembre Fumikage fue adoptado por ese matrimonio.
Ese día Fumikage se convirtió en un Tokoyami.
Tokoyami Fumikage por el shock olvidó a Hawks, y ese dulce matrimonio pensó que ya había dejado de existir ese amigo imaginario.
Hawks nunca existió, pero para éste, Fumikage siempre sería lo más real y presente en sus recuerdos.
22/12/2006
Había muchas personas sonriéndole a Fumikage, se le acercaban para poder conocerlo y darle regalos, pero el pequeño no entendía el por qué.
Una señora de cabellos blancos lo levantó y le dijo que su nombre era Aoi, pero podía decirle abuela...
El niño la miró extrañado, esa palabra no la conocía, ya que nunca tuvo alguna, por lo tanto, solo asintió como respuesta.
Luego el primo del señor Tokoyami apareció y se presentó como su tío.
Eran demasiadas personas, y estaban colapsando al pequeño con sus sonrisas y amabilidad.
Asustado por la presencia de los desconocidos se dirigió hacia Aiko, o como ella le había dicho que le dijera, "mamá".
Fumikage no recordaba a su madre sanguínea, por lo tanto, no fue muy complejo emocionalmente ese cambio, tampoco tuvo un padre presente, así que no era como si le afectase demasiado.
Aiko levantó a Fumikage en sus brazos y comenzó a acariciarle su pequeña cabeza.
-Mami- Dijo Fumikage nervioso abrazando a la mujer -Muchos, son muchos.
La mujer sintió tristeza al ver al pequeño en ese estado, pero no podía negar que se sentía bien ser tratada como "Mami", aunque Fumikage no lo supiera en ese entonces, para el matrimonio Tokoyami, él era la mejor bendición que se les había otorgado.
Su pequeño hijo.
La tarde pasó, Fumikage comía galletas de chocolate, mientras hacía dibujos en su cuaderno.
El pequeño los dibujaba a los tres de la mano, a Akira le causaba gracia ver los dibujos de él al ver que su bigote sobresalía de su cara.
La oficina de Akira se había transformado, ahora tenía las paredes decoradas con cada dibujo que Fumikage le regalaba y nuevas fotografías.
Fotografías de Fumikage; fotografías de Aiko junto con Fumikage; fotografías de él con su hijo; fotografías de ellos tres en familia.
Ya no eran fotografías de una familia de dos, ahora era una de tres y Akira no podría ser más feliz con ello.
Por el pasar del tiempo, Fumikage logró sentirse parte de la familia, ya no se agobiaba estando con ellos, incluso jugaba y los dibujaba a todos.
Siempre que hacía un dibujo de su familia había un ave volando en el cielo, para todos era la firma personal de Fumikage.
La triste realidad era que el subconsciente del pequeño le hacía agregar a Hawks en sus dibujos familiares, porque en el fondo su hermano estaba presente en sus casi inexistentes memorias infantiles. Lo quiera o no es casi imposible recordar los tres primeros años de su vida.
25/12/2006
11:00 am
Fumikage nunca había visto algo como esto, en realidad no lo recordaba, pero era sorprendente.
Un enorme árbol decorado con esferas de distintos colores y tamaños; habían figuritas de porcelana y cristal, también de madera y peluches que inevitablemente quería sacar.
Debajo del pino habían muchos regalos, Fumikage no comprendía el motivo, por lo tanto, miraba a los adultos.
-Son para ti, Santa vino a dejarte regalos por ser un niño muy bueno- Dijo Akira con una sonrisa.
-¿Quién es Santa?- Preguntó el pequeño extrañado.
Aiko le explicó a Fumikage quién era Santa y los motivos del porqué entregaba regalos a los niños.
Fumikage asintió y comenzó a abrir los regalos emocionado; sus padres comenzaron a grabar y sacar fotografías mientras los abría.
-¡Me gustan mucho!- Exclamó Fumikage jugando con unos pequeños automóviles.
También recibió unos libros para colorear y crayones.
Agarró una hoja y los dibujó a los dos de la mano, la obra de arte no era la más realista, pero el bigote y el cabello de Aiko daban a entender que eran ellos.
Mostró el dibujo y los adultos sonrieron.
A la hora de almuerzo llegaron los abuelos de Fumikage, ellos le traían muchos regalos al nuevo integrante de la familia.
En el almuerzo Fumikage se divirtió mucho con su nuevo peluche de oso que le regaló su único abuelo.
Decidió hacer más dibujos de todos sus abuelos; los tres estaban fascinados viendo al pequeño, ya que era su único nieto.
En la tarde el pequeño se quedó dormido en la alfombra de la sala de estar abrazando su osito de peluche.
Fumikage aún no sabía cuan querido y esperado era para toda su nueva familia.
Días después fueron a la casa del primo de Aiko para celebrar año nuevo y ver los fuegos artificiales; a Fumikage le explicaron bien como serían y el pequeño estaba emocionado, porque los había visto en la televisión.
Emocionado.
Estaban en la terraza esperando a que fuesen las doce; Fumikage fue a buscar una caja de jugo rápidamente a un cooler que estaba en el suelo, al lado de la mesita.
Fumikage odiaba la oscuridad, dormía con las luces encendidas para que los monstruos no apareciesen.
Apagaron las luces de golpe, el pequeño de mirada escarlata se asustó al ver todo oscuro.
-¡Papá! ¡Papá! ¡Ayúdame!- Gritaba desesperado el pequeño mientras se escondía debajo de la mesita de la terraza.
Encendieron las luces, Akira lo buscó como loco y lo encontró abrazándose a sí mismo debajo de la mesa.
Akira lo levantó y lo subió a sus brazos -Papá está aquí, siempre estará a tu lado.
El pequeño lo abrazaba desesperado, mientras lloraba -No me dejes papá.
Era la primera vez que Fumikage le decía papá a Akira, en realidad la primera vez que se lo decía a una persona. Y aquel hombre estaba triste de que lo nombrase de esa forma tan asustado.
Se prometió protegerlo de por vida a su preciado hijo, nunca más gritaría su nombre pidiendo ayuda.
Vieron los fuegos artificiales con las luces encendidas, Fumikage estaba en brazos de su padre admirando el espectáculo pirotécnico.
-Son muy lindos- Dijo Fumikage con una sonrisa.
12/01/2008
Esta fecha es un antes y un después en la vida de Fumikage, sus padres le comentaron que hoy irían de visita al hogar de un socio de Akira, Todoroki Enji.
Fumikage estaba emocionado al escuchar que ese señor tenía un hijo de su edad, no estaba acostumbrado a interactuar con otros niños, ya que no tenía primos y hermanos, por lo tanto, se emocionaba.
Quería que ese tal Shoto fuese su amigo, en las series infantiles que veía en la televisión, los personajes siempre tienen amigos con quienes juegan.
¿Cómo será Shoto?
-Papá, ¿Cómo es Shoto? ¿Sabes qué le gusta?- Preguntó curioso el pequeño -¿Crees que le guste pintar? ¿Puedo llevar mis libros de dibujos para pintar?
Fumikage se había convertido en un niño parlanchín y también hacía muchas preguntas.
-No lo sé, pero puedes llevarlo si lo deseas- Dijo Akira con una sonrisa.
-¡Ya quiero conocer a Shoto!
-Entonces es hora de arreglarte- Dijo Aiko para luego levantarlo en brazos y llevarlo a su dormitorio para vestirlo.
Aiko siempre lo vestía bien arreglado para las salidas, terminaba siempre desordenado por jugar, pero lo importante era llegar presentable.
-Quiero irme ya mamá, quiero conocer a Shoto- Dijo el pequeño mientras Aiko lo peinaba.
Fumikage detestaba peinarse, le gustaba su cabello desordenado, era más divertido.
Esta vez Fumikage se extrañó, no entendía por qué tenía que usar un traje con corbata, pero le gustaba porque se parecía a papá vestido de esa forma.
Sacó su mochila de oso y guardó el libro con los lápices.
-¡Listo para ir mamá!- Dijo Fumikage dando brinquitos.
Los Sres. Tokoyami se veían muy felices al apreciar la actitud de su hijo, cada día era más alegre su pequeño, ahora ya no le temía a la oscuridad, según él "ya no soy un bebé, puedo tener las luces apagadas".
También a mejorado bastante en el dibujo.
-¡Papá! Ya estoy listo ¡Vayámonos a donde el señor socio!- Dijo Fumikage, ya había se había olvidado del nombre y apellido de Enji Todoroki.
-Está bien, ya iremos, pero debes estar tranquilo y respirar- Dijo Akira preocupado por lo desesperado que se veía su hijo.
Cuando llegaron a la mansión de la familia Todoroki, Fumikage sonrió, ya quería conocer a Shoto.
La primera impresión de Enji ante los ojos de Fumikage fue miedo, él era alto como su padre, pero sus ojos fríos eran aterradores, esa mirada malvada la había visto en diversos adultos cuando vivía con su madre biológica, pero no lograba acordarse.
Solo recordaba esa aterradora sensación que daban las personas malas.
Se ocultó detrás de la pierna de su padre involuntariamente.
Los adultos pensaron que era timidez de parte de Fumikage, pero en verdad era miedo lo que sentía el pequeño.
-Buenas tardes Todoroki, te presento a mi esposa Aiko y a mi hijo Fumikage- Dijo Akira con su usual sonrisa.
Se presentaron ambos adultos y comenzaron a hablar; Fumikage no soportó más y dijo -Señor Socio ¿Dónde está Shoto?
Enji intentó no reírse por lo dicho, los padres de Fumikage sonrieron con ternura.
-Ya bajará con mi esposa.
Los minutos pasaban y Fumikage estaba sentado junto con sus padres, quería mirar y jugar con cada objeto que veía, pero debía controlarse.
Sus padres le explicaron que no podía tomar y jugar con las cosas de la familia Todoroki como lo hacía en la casa de sus parientes.
Era fácil decirlo para los adultos cuando no tienen 4 años y tienen curiosidad de todo lo que ven.
Fumikage se estaba aburriendo demasiado, bastante, le importaba poco escuchar a tres adultos hablando.
Cuando creyó que se volvería loco, apareció una mujer de cabellos blancos y de ojos grisáceos; al lado de ella había un niño con los ojos heterocromáticos, uno gris y el otro zafiro, la mitad de su cabello era roja y la otra blanca.
El pequeño de ojos escarlata sonrió, al fin había llegado el que creía que era Shoto.
La mujer se presentó como Rei, su sonrisa estaba lejos de mostrar felicidad, pero nadie lo notaba, al parecer solo Fumikage.
-Mucho gusto, soy Todoroki Shoto- Dijo con timidez el pequeño.
Fumikage bajo del sofá y se acercó a Shoto con mucha emoción -¡Soy Tokoyami Fumikage! ¿Quieres jugar?
El niño estaba muy aburrido.
Los adultos lo miraron como una situación muy adorable.
Shoto sonrió, pero miró a los adultos esperando aprobación de ellos.
-¿Puedo enseñarle mis juguetes a Fumikage?- Preguntó Shoto con una sonrisa.
-Por mi parte no hay problema- Respondió Aiko con una cálida sonrisa.
Cuando los adultos con ternura aceptaron, los dos niños fueron al dormitorio de Shoto.
Ambos niños estaban riendo mientras jugaban a las carreras con las pistas de automóviles, ambos no sabían que se sentían de alguna forma solos antes de conocerse.
A Fumikage le llamó la atención un estuche de violín que se encontraba en su cama.
-¿Qué es eso?- Preguntó curioso el de cabellos negros.
-Es un violín- Respondió Shoto sacándolo del estuche.
-Guau...
Shoto sonrió y dijo -Estoy practicando, papá quiere que sea tan bueno como él.
-¿Puedes tocar? Por fis- Dijo Fumikage con una gran sonrisa.
El pequeño sonrió por la pregunta y asintió.
Shoto fue hacia su velador, sacó una cajita que contenía resina y fue hacia el estuche del violín; primero sacó el arco y comenzó a aplicar la resina con cuidado, una vez listo sonrió.
Fumikage observaba detenidamente, no entendía nada de lo que hacía su nuevo amigo; Shoto sacó el pequeño violín con delicadeza y comenzó a afinar las cuerdas con las clavijas y microafinadores, intentando de no cortar ninguna cuerda; el menor solo miraba cada vez más extrañado la situación ¿Por qué no lo agarraba y tocaba?
Cuando Shoto al fin terminó el proceso, comenzó a tocar; Fumikage se sentó en el suelo y simplemente escuchó aquella melodía, se le hacía bastante conocida, en la casa de su abuela materna usualmente la colocaba en la radio junto con otras canciones bastante similares.
-Otra- Pidió Fumikage con una pequeña sonrisa.
Y así Shoto continuó tocando varias canciones que había practicado con su padre.
Ellos no sabían que estaban siendo observados por cuatro adultos; Enji sonreía orgulloso al ver como su hijo había mejorado con sus clases, además le agradaba que Shoto se hiciera amigo de ese pequeño.
Al final de cuentas, aparte de ser violinista era empresario y las amistades entre hijos eran algo positivo.
En cambio los padres de Fumikage sonreían felices, les agradaba la idea de pensar que su hijo estaba formando una amistad con un niño.
Los adultos tenían visiones bastante distintas con respecto a sus hijos, pero eso no lo sabían los Tokoyami, ellos querían que su hijo se divirtiera.
-¡Eres genial Shoto!- Decía Fumikage maravillado.
Shoto sonrió y guardó su violín en el estuche -Papá es mucho mejor, algún día seré tan bueno como él.
Luego los niños comenzaron a jugar con unos cubos para construir un castillo y a hablar de cualquier cosa que se les ocurría, hasta llegar a cierto punto donde Fumikage dijo.
-Mis papás no son mis papás, pero me quieren muuuucho- Dijo Fumikage con una sonrisa, amaba a sus padres.
-¿Cómo es eso?- Preguntó extrañado el pequeño.
-No tenía papás y ellos me adoptaron para ser su hijo- Dijo Fumikage con una sonrisa mientras colocaba un bloque rojo.
Shoto se sorprendió, jamás había escuchado de algo llamado adopción.
-¿Quieres ser mi amigo?- Preguntó Shoto con una sonrisa.
-¿No lo éramos?- Dijo con inocencia el menor.
Shoto lo tomó como un sí y continuó colocando bloques.
Así fue como comenzó una bonita amistad que se transformó en una relación de hermanos.
Shoto y Fumikage siempre estaban juntos, eran inseparables...
Luego de cenar Fumikage se acercó a Enji con timidez.
-Señor Socio, Shoto dijo que usted también toca el violín...- Dijo Fumikage jugando con su manitas -¿Puede tocar una canción?
Fumikage era muy tierno y era inevitable no aceptar, además a Enji le gustaba alardear su manejo con el violín, que mejor excusa para mostrarle a sus invitados su talento musical.
-Fumikage, es Señor Todoroki- Corrigió Akira a su hijo -Lo siento Todoroki, mi pequeño tiende a ser muy curioso.
-No hay problema- Respondió Enji con una sonrisa.
El hombre fue hacia su violín, hizo el mismo proceso que Shoto, pero más rápido y de forma más ágil, menos nervioso que el menor.
Eso le llamó mucho la atención a Fumikage.
Una vez listo comenzó a tocar, era igual de asombroso que su hijo, pero esa melodía le daba tristeza.
Era una melodía que ya había escuchado, pero no recordaba en dónde y quién la había tocado.
-Eres sorprendente Todoroki, jamás pensé que tendría la oportunidad de escucharte- Dijo Akira impresionado, en su vida jamás había escuchado en primera persona un violín, en especial de alguien tan bueno.
-Muchas gracias, fueron años de ardua práctica- Respondió con una sonrisa Enji.
Se despidieron, pero antes los Tokoyami invitaron esa familia a su hogar.
Los Tokoyami no sabían como era realmente Todoroki Enji, un hombre cruel que aún no llegaba a los 23 años.
Esa noche Fumikage durmió feliz, tenía un amigo genial y esa música, a pesar de darle mucha tristeza, le traía una sensación nostálgica.
Fumikage era muy feliz, estaba seguro de que Shoto sería su amigo para siempre...
Hasta ser abuelitos.
Para siempre.
Nada y nadie los separaría...
07/10/2015
23:30 pm
A veces me siento como alguien que no calza en ese mundo en el que he vivido toda mi vida, a pesar de haber tenido tan solo tres años cuando fui adoptado, siempre he sentido que yo no pertenezco a este lugar. Mis padres me explicaron que no era su hijo biológico, pero a pesar de eso, ellos me amaban como si fuese de su propia sangre.
Antes ignoraba el hecho de mis diferencias, pero ahora es distinto y no lo comprendo, tal vez si supiera de dónde son mis raíces podré comprender si pertenezco de verdad en este mundo de lujos.
Y hablando de ese tema.
Actualmente tengo doce años, y con mi mejor amigo Shoto fuimos junto con otros amigos, a celebrar en la mansión de la familia Monoma nuestra victoria en las semifinales.
Siempre me pareció extraño cómo dejaban sin supervisión adulta a Neito, pero si no estaban los adultos significaba que podíamos jugar videojuegos hasta altas horas de la madrugada.
Comíamos y reíamos, era una noche genial, hasta que Neito trajo una pequeña caja negra.
Para mi desgracia Shoto es alguien demasiado curioso e influenciable, creo que si no fuese su amigo habría hecho cosas malas solamente para seguirle el juego a nuestros otros "amigos".
Yaomomo, quien es las más madura de nuestro grupo desde que tengo uso de razón, siempre está al tanto de él.
A pesar de tener doce años, la realidad que vivimos muchos de nosotros no es un cuento de hadas, la mayoría son de cunas de oro, pero eso no hace la felicidad, incluso a veces estamos expuestos a cosas que otros niños no están.
En mi caso yo no tengo problemas, mis padres están presentes y me cuidan, pero muchos de los que están en la habitación de Neito son de alguna forma vulnerables al estar solos con niñeras.
Miré fijamente la caja, la mirada de Neito mostraba diversión, como si estuviese a punto de hacer una travesura.
Odiaba cuando él sonreía de esa forma, de alguna manera siempre terminaba en problemas Shoto y como buen amigo que soy, me incluyo en el castigo.
Hace mucho un amigo me dijo que debía cuidar mi amistad con Shoto... aunque dudo que algo pueda romperla.
Nada puede dañar algo tan importante como una amistad, porque somos como hermanos, nos conocemos desde los cuatro y cinco años.
Nada destrozará nuestra amistad.
No es tan frágil para que alguien la rompa...
Es imposible que algo dañe mi relación con Shoto ¿Cierto?
Neito dejó de sonreír y abrió la boca -En esta caja hay un regalo que me dio mi primo.
Me percaté de la mirada que Hitoshi le daba a su mejor amigo, algo poco coherente, ya que él es un niño bueno que jamás lastimaría a nadie, además de ser de alguna forma el más maduro de la habitación, nunca lo he comprendido, solo sé que es adoptado como yo.
Me agrada Hitoshi, con él siempre dibujo y pinto, si nos aceptan en Yuuei tendré un amigo en el departamento de artes.
Tragué nervioso, y miré a Shoto, esa mirada de curiosidad, la odiaba, solo significaba problemas.
Neito abrió la caja y sacó de su interior una bolsa transparente que contenía un polvo blanco...
¿Era lo que yo creía?
-Fumikage, no coloques esa mirada- Dijo Neito sonriéndome como si lo que tuviese en sus manos fuese algo normal y legal.
-Neito...- Susurró Hitoshi con leve molestia -No...
Fruncí el ceño y lo interrumpí -Neito, ¿Qué diablos quieres hacer con eso?
-Pues nunca la he probado y que mejor que con mis amigos- Dijo sin dejar de sonreír.
Él siempre intentaba empujarme para que yo hiciera cosas malas, usaba a Shoto para molestarme, Neito desea que yo termine haciendo cosas malas.
No le gusta verme feliz.
No le gustan las personas correctas y que tengan un leve brillo de inocencia, le gusta arrebatarla.
Es casi un monstruo.
Él quiere que yo pruebe las drogas, cree que si lo hace Shoto yo lo haré, como muchas cosas que termino haciendo y que no quiero.
Tengo límites que no cruzaré nunca, yo jamás las probaré...
Shoto tampoco, ¿Cierto?
-Shoto no lo hagas...
Neito dijo las palabras mágicas para que Shoto lo hiciera.
"No seas gallina"
Ese día sentí que me quitaron lo que me quedaba de infancia.
Tal vez no la probé, pero terminé envuelto en ese mundo por mis decisiones, desearía a veces no haberle prometido a Hawks que sería amigo de Shoto para siempre.
Es horrible aferrarte a una amistad rota.
Pero si lo dejo ir terminará muerto por una sobredosis o en un callejón...
-Fumikage, vámonos antes de que las cosas terminen mal, Neito y Shoto no cambiarán- Dijo Hitoshi ofreciendo su mano ese día, su mirada era distinta a la usual, se veía preocupado y desesperado -Fumikage, todo va a terminar muy mal, lo sé muy bien, por favor ven conmigo.
Rechacé la mano de mi otro amigo, él se veía triste y dijo -No sé por qué no me sorprende, eres es igual que ellos.
No dije nada, no entendía la gravedad del asunto.
-Te vas a arrepentir- Continuó con una expresión fría en su rostro.
Más tarde se fue molesto cuando su padre lo vino a buscar.
Mañana todo volvería a la normalidad, todos estaríamos jugando, haciendo idioteces con los muchachos mientras Hitoshi nos dibuja como caricaturas.
Esa noche perdí dos amistades, pero sin dudas me dolió ver de lejos como aquel chico de ojos purpuras se separó de todo el grupo convirtiéndose en un niño solitario que se dedicaba solo a dibujar.
En un niño que cambió y se volvió en algo muy distinto a lo que era, ya no es ese niño sonriente y alegre, ahora es un adolescente sarcástico y apagado.
Si tan solo hubiese aceptado su mano amiga, todo sería distinto, ambos seríamos felices jugando videojuegos y pintando.
A veces quiero acercarme a él y hablar, pero me da miedo su respuesta.
Él tenía razón y yo solo me quedé siendo un testigo más de cómo cambió.
Ahora quiero dejar de sentirme triste, temo convertirme en un monstruo por mis decisiones.
Necesito ayuda...
Nota
Me dio pena escribir este capítulo, lo tenía de hace como dos años y al fin logré publicarlo.
Cada vez que escribo sobre Hawks chiquito con Fumikage es un puñetazo en la cara.
Fumikage de niño es todo lo bueno que hay en el mundo.
Los Sres. Tokoyami son ese tipo de personas que nacieron para ser buenos padres, pero que no pueden tener hijos ;-;
Maldito Monoma, lo detesto.
También me parte el corazón Hitoshi, más adelante lo sabrán :"(
#MuerteaMonoma
#TeodioMonoma
#Fumikagedatecuenta
#Hitoshisemerecelomejordelmundo
#Sres.Tokoyamibestopadres
Publicado: 14/04/2023
Hasta la próxima semana 🦄💖
Capítulo 17: El dolor del niño de ojos bicolor.
FandomLetters gracias por lo del violín :D
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