Capítulo 35
16/07/2018
15:30 Pm
El agua de la regadera era fría como el hielo, a pesar de estar en pleno invierno en este día tan especial me gustaba sentir ese doloroso frío calar por mis huesos, no sé el por qué, pero me hace sentir vivo.
¿Por qué nunca me he intentado matar con el agua?
La respuesta no tendría sentido para muchos, pero no me puedo permitir que algo tan puro como el agua sea ensuciada con mi muerte, ridículo, lo sé.
Quince años...
Quince años de existencia...
Quince años viviendo sin algún motivo importante...
Estoy seguro que si alguien escuchase mis pensamientos ya estaría aburrido, sueno como un disco rayado repitiendo una y otra vez lo mismo.
Acerqué mi cabeza al chorro de agua, tal vez el impacto del agua me ayudaría a olvidar esos deseos de desaparecer del mundo.
Tengo a Ochako, y ella quiere que viva, pero ¿Es suficiente?
Sí, no...
No lo sé, no sé si es suficiente vivir porque ella quiere que continúe a su lado.
Eso no es sano, debería querer vivir para mí mismo, pero no soporto los baches que me da la vida, no soy como Jiro, ella quedó en una silla de ruedas y siguió adelante.
¿Qué clase de persona significa que soy al no soportar las burlas, los maltratos y la violencia de mis padres?
Puedo respirar, sigo de pie, veo, mis manos funcionan, pero ¿Por qué no quiero seguir existiendo?
No quiero vivir porque Ochako quiera que viva, pero duele pensar querer seguir viviendo en mi mundo, porque ella no pertenece a mi realidad, tiene una familia amorosa, una fuerte personalidad, un sueño, irá a Yuuei y tendrá nuevos amigos.
En cambio, yo soy todo lo opuesto, cuando ella se vaya ya no tendré a nadie, mi existencia nuevamente será ignorada, no tiene sentido continuar viviendo cuando ella ya no esté.
¿Cómo se sentiría mi madre si en mi cumpleaños yo me suicidase?
¿Tendría más impacto?
No, da lo mismo la ocasión, ella me odia sin importar el día.
Cerré la llave de la regadera, me sequé con mi toalla y salí de la habitación, me sentía más solo que nunca.
Entré a mi habitación y solté un largo suspiro, Hisashi no estaba y mamá estaba trabajando, creo que es el mejor regalo que pueden darme, no verlos a la cara, no escucharlos pelear, no escuchar los gritos de mamá y los golpes.
Recuerdo las escusas que mamá me decía que tenía que decirles a los profesores al verme con moretones o darse cuenta de mi dolor al hacer actividades físicas.
"Me caí de las escaleras"
"Me tropecé"
"Me..."
Tantas escusas y los adultos se los creían fácilmente, nadie me ayudó, nadie quiso ver la verdad, eso que muestran en las películas, donde un maestro se da cuenta del alumno lastimado y lo salva, es una mentira para mostrarnos que la realidad no es tan mala.
Ahora las personas dirán "No todos los maestros son iguales", vivan en mi mundo y sabrán la mierda que pueden llegar a ser.
No me hice redes sociales por un simple motivo, el cyberbullying, me basta solo con el acoso de ellos en clases y el maltrato de mis padres.
Me pregunto qué sentirán esas personas al verse tan expuestas en el internet, no quisiera experimentar lo que sienten esas personas.
Pasaron las horas, esperaba pacientemente a que fuesen las siete para prepararme algo para comer, no tenía nada más interesante que hacer, a pesar de ser domingo y es mi cumpleaños.
Otros adolescentes estarían felices de tener un cumpleaños en un fin de semana, en mi niñez me encantaba, porque mamá me preparaba mi platillo favorito y un pequeño pastel, venía Kacchan a jugar y dibujábamos.
¿Extraño esos tiempos?
En absoluto, siento que mi existencia no es tan importante para ser celebrada.
Sé que Ochako me llamaría y me felicitaría, pero no sabe que es mi cumpleaños, así que no la culpo.
Desde los once mis cumpleaños en clases son maltratos e insultos de parte de todos, ¿Mañana será igual?
Tengo miedo...
No quiero que Ochako presencie mi realidad, me da vergüenza que me vea tan vulnerable.
Sentí las lágrimas caer por mis mejillas, las sequé inmediatamente con mi brazo.
No quiero que la chica que me gusta me vea con lástima, no quiero que me defienda, no quiero que se entere de esa forma que fue mi cumpleaños.
Observé la hora en mi reloj de muñeca, ya eran las siete de la tarde, salí de mi habitación y bajé las escaleras, y me encontré con una situación lamentable, las luces estaban apagadas, la televisión encendida y mi padre inconsciente en el sofá con unas cuantas latas de cervezas en el suelo.
Desde que regresó ese hombre a casa las cosas continuaron como si nunca hubiese desaparecido...
Mentira, las cosas si cambiaron, porque mamá me miraba de otra forma y me insultaba.
Las cosas cambiaron para mal, al menos para mí, porque la vida de mamá sigue siendo la misma, solo que ya no bebe como antes, porque lo que ella bebía antes sin parar, ahora lo consume papá, por lo tanto, ella está sufriendo síntomas de abstinencia.
El alcoholismo es una mierda, solo terminas sufriendo y lastimando a las personas de tu alrededor.
Nunca he probado el alcohol, creo que mis compañeros ya han comenzado a beber, porque es natural cuando se tratan de fiestas, a pesar de que es ilegal.
No quiero tachar que todos los que beben serán como mis padres, pero temo por mí, temo beber y no parar.
No quiero ser un monstruo.
Dicen que nos parecemos a nuestros padres, eso significa si lo pruebo terminaré como ellos.
Tengo miedo.
Tengo miedo del futuro.
Temo que Ochako no pertenezca a ese futuro, pero también temo que esté en él.
Muchos tal vez no comprendan, porque tienen buenas vidas y familias ejemplares...
Recuerdo que mi padre siempre me ha lastimado con la excusa de que quería hacerme un chico más fuerte, él deseaba que su hijo no solo se pareciese físicamente, él quería que fuese un matón, que impusiera mis pensamientos sobre el resto, que tratase mal a las personas.
Él no quería que la maestra llamase a casa porque los compañeros de salón se burlaban de su hijo, Hisashi quería lo opuesto, él deseaba que yo fuese regañado por maltratar a mis compañeros, sin dudas está completamente enfermo ese hombre.
No entiendo el por qué un padre quiere moldear a su hijo para que fuese alguien despreciable.
Él no quería que su hijo ayudase a las niñas, que se metiese en peleas solo para ayudar al más "débil".
Yo no debía tratar a las niñas como iguales, mi propio padre quiere que lastime a las personas ¿Qué clase de asqueroso hombre es?
¿Y si algún día tengo hijos y son iguales a mí, si lo único que piensan es que la vida no tiene sentido y que lo mejor es rodear su cuello con una soga?.
Si decido continuar viviendo jamás formaré una familia, porque terminaré maldiciéndolos con mi sangre.
Desesperado salí de la casa, me sentía agobiado con estos oscuros pensamientos, el oxígeno se acababa, comencé a correr sin rumbo, sentía como empezaba a llover, mi ropa se pegaba a mi cuerpo, las nubes negras oscurecieron el cielo, los postes de luces eran lo único que alumbraba mi barrio.
Cuando me detuve miré a mí alrededor, estaba en un callejón, miré la pared y me percaté que estaba mi primera pintura, bastante desgastada, pero continuaba en ese lugar.
¿Era una señal? Tal vez, pero la pregunta es...
¿Qué clase de señal? ¿Qué debo continuar viviendo y ser fuerte o debía al fin renunciar y morir?
¿Qué es mejor? ¿Sufrir viviendo sin saber cuál es la verdadera felicidad o morir y descansar de todos mis demonios?
Miré la escala que se dirigía al techo, tal vez si la subía rápidamente podía llegar al techo y lanzarme de una vez por todas.
Me acerqué lentamente a éstas, y al momento de pisar el primer escalón comenzó a vibrar mi celular, reaccioné inmediatamente y vi el número de Ochako, podía ignorarla y seguir con mi plan.
¿Qué hago?
Algo en mi interior me decía que debía contestar, así que decidí hacerle caso.
Su voz me trajo a la realidad nuevamente, otra vez me alejó de la oscuridad, Ochako ¿Por qué me haces las cosas más difíciles?
Me refugié en un lugar para que no le cayese agua a mi celular, charlamos por unos minutos, su voz envolvía mi alma y me sujetaba a ella con fuerza para continuar aún con vida.
Ochako no estará contigo toda la vida, lánzate de una vez por todas.
Apreté con fuerza mi mandíbula, sentí como mis dientes crujieron y negué con la cabeza, no le haría caso a esa voz, no arruinaría nuevamente mi vida, solo por una vez cállate.
Siempre estaré a tu lado.
¡Guarda silencio! ¡No me hundirás nuevamente! ¡Al menos no ahora!
De la nada la voz guardó silencio, ¿Lo había logrado?
Ochako continuó hablando y me preguntó si me gustaban las fresas y el chocolate, le contesté que sí me gustaba y a los minutos después nos despedimos.
Nuevamente mi petirrojo me había salvado de caer en ese pozo oscuro.
¿Tal vez es el comienzo de una nueva vida?
La lluvia comenzó a bajar su intensidad, la situación era muy cliché, pero cuando se trata de la vida real los clichés te hacen sentir bien.
Tal vez en una película o un libro puede ser muy aburrido, pero en mi vida esta situación no era un cliché, porque solamente ella a logrado que yo desee continuar respirando, al diablo los que piensen que es aburrido y repetitivo.
Cuando la lluvia se detuvo me marché regreso a casa.
17/07/2018
09:45 Am
Hasta ahora el día a sido normal, mis compañeros no mencionaron el tema de mi cumpleaños, sus miradas eran frías, sus susurros eran los usuales, pero no habían golpes, ni insultos, era tan rara la situación que tenía miedo que cambiase.
Tenía miedo a que ella fuese espectadora en primera fila de las humillaciones que me hacen pasar en este día tan especial para muchos.
No quiero que ella los insulte para defenderme, no deseo que pase un mal rato por mi culpa.
Mi petirrojo no merece ver lo peor de las personas...
Sin darme cuenta el timbre del recreo comenzó a sonar, pensé por un momento que ahora todos se acercarían y me dirían cosas, pero no pasó nada, lo cual me estaba preocupando.
Ochako se acercó a mi asiento con una cálida sonrisa plasmada en su rostro.
Ella era hermosa, quien lo negase estaba loco...
Cada día me gustaba más y tengo miedo que salga de mi boca inconscientemente.
-Izuku, ¿Te puedes adelantar?- Preguntó Ochako -Tengo que arreglar unas cosas-.
Asentí y me marché a la azotea rápidamente, ya que temía que alguien se acercase y se burlase de mi persona.
Cuando llegué a la azotea sentí el frío aire en mi rostro, si no fuese por mi chaleco y los pantalones de seguro me congelaría.
Adoraba la azotea, porque estábamos solamente Ochako y yo sin que nadie nos molestase, sin esas miradas y susurros, desearía que así fuesen todos los días.
Mi sueño es ser feliz junto a Ochako.
-¡Izuku!- Exclamó mi amiga haciendo que volviese a la realidad.
Fijé mi vista en ella y quedé perplejo, mi petirrojo sostenía un pequeño pastel de chocolate, el cual tenía una vela encendida en el centro de éste.
Al verla sentí un nudo en la garganta, mi dulce petirrojo sabía de mi cumpleaños...
Cuando comenzó a cantar la canción cumpleaños feliz, sentía que iba llorar en cualquier segundo, las lágrimas se amontonaban en mis ojos, amenazando caer en poco tiempo.
Me acercó el pastel para que soplase las velas.
-Pide un deseo- Dijo con una pequeña sonrisa en su rostro.
¿Deseo?
¿Qué puedo desear?
Por un breve momento me vino a la mente una imagen imposible, pero quiero que se haga realidad, tal vez en otra dimensión, o en mi siguiente vida.
Era una escena hermosa, Ochako y yo, ambos con cabellos canosos, y con arrugas en nuestros rostros, los dos sosteniendo nuestras manos con argollas de matrimonio.
Pensé unos segundos en mi deseo...
"Deseo formar una familia feliz con Ochako".
Y soplé la vela, sé que mi deseo era cursi e imposible, pero no me importaba, nadie lo sabría al final de cuentas.
-Espero que se cumpla tu deseo- Dijo Ochako con inocencia.
Si supiera cual es mi deseo me miraría como un bicho raro.
Mi querido petirrojo nos sirvió el pastel y comenzamos a comer, era delicioso, chocolate y fresas, era una excelente combinación...
Entonces recordé su pregunta en la noche y comprendí que ese pastel lo había preparado ella, esa dulce chica era un ser poco común, alguien amable que no pide nada a cambio, que no te juzga, que te mira a los ojos al hablar y defiende sin dudarlo a sus amigos.
-Espero que te haya gustado el pastel, lo preparé anoche- Dijo un tanto sonrojada.
-Izuku, cierra los ojos- Dijo con seriedad.
Inmediatamente cerré los ojos sin preguntar, confiaba absolutamente en ella.
-Ábrelos ahora- Dijo con su dulce voz.
Abrí los ojos y me encontré con una bolsa de regalo.
-Es para ti, espero que te gusten...- Dijo con nerviosismo observando sus manos.
La observé fijamente, no sabía que decir, hace mucho que no recibía regalos, así que simplemente asentí.
Abrí la bolsa lentamente y me encontré varias latas de pintura en spray, una croquera y lápices de colores.
Curioso, el último regalo que mamá me dio para mi cumpleaños fue una croquera y lápices, era muy doloroso ver ese presente, pero a la vez me sentía feliz por ellos.
Sentía las lágrimas caer, pero no eran las usuales, no eran de tristeza, ni de emoción... eran lágrimas de felicidad, era feliz, al fin me sentía completamente feliz.
Observé a Ochako, ella me miraba sorprendida, no comprendía el motivo de su sorpresa hasta que sentí una incomodidad en mis mejillas...
Estaba sonriendo, pero no como cuando era pequeño, en ese entonces mi felicidad era un disfraz, ahora sonreía de forma sincera.
-Gracias Ochako- Dije mientras las lágrimas caían rápidamente por mis mejillas -Gracias hacerme sentir feliz, por acompañarme y ayudarme a sentirme mejor cada día-.
Me limpié los ojos con mi brazo y continué hablando -Gracias por permitirme estar a tú lado, gracias por hacerme sonreír, gracias por ser mi mejor amiga, gracias por ser ese rayo de luz que perdí hace años, eres mi heroína sin capa, nunca cambies mi petirrojo-.
Ochako me abrazó con fuerza mientras ella sollozaba.
En cambio, yo sonreía y lloraba a la vez, pero no me importaba, nadie me va a hacer sentir mal, ni siquiera las voces.
Solo por hoy iba a abrazar con fuerza ese sentimiento que hace tiempo dejé de sentir...
Felicidad...
No recordaba lo hermoso y reconfortante que era sentir esa emoción.
¿Tal vez al fin era el comienzo de una nueva vida?
Este día para Izuku era un nuevo comienzo donde gozaría de la vida, pero luego de la calma siempre viene la tormenta.
Mi preciada noche de brujas, no sigas atormentando a estas dos almas desdichadas que fueron corrompidas por los adultos desde el día en que abrieron los ojos al nacer.
Ese doloroso treinta y uno de octubre del dos mil dieciocho marcaría un antes y un después en la vida estos jóvenes.
Nota
A
l fin sonrió Izuku, ¡A festejar se ha dicho!
Me encantó escribir este capítulo, me sentí feliz de hacer a Izuku sonriendo <3
Más Izuocha para ustedes y para mi :3.
Sorry por ese final xd.
#MuerteaHisashiMidoriya
#MássonrisasdeIzuku
#MáspersonascomoOchako
#Izuochafluffeslomejor
#Autora-chandejadehacersufriralbebo
#UnfinalfelizparaIzuku
La noticia importante es que la siguiente publicación será un Extra necesario, además 🥁🥁🥁 un maratón único de 3 capítulos para Halloween (Serían el cap 36, 37 y 38)
Se detallará las fechas de publicación en el extra ;3
Además la historia ya va a un poco más de la mitad, porque aún queda mucho por publicar.
Las preguntas son: ¿Hisashi va a tener algún castigo? ¿Izuku tendrá un final feliz o triste? ¿Nuestro prota le dirá sus sentimientos a Ochako?
Ahora inserten sus teorías sobre el especial de Halloween aquí-->
¿Les gustaría un extra a futuro sobre el cyberbullying? Tengo una idea de que ocurriría, pero de que personaje no sé. 🤔🤔
Eso sería todo, que la fuerza los acompañe se despide Autora-chan 🦋🦄🌹🌺🐔
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