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Capítulo 30

Kaminari Denki
14/04/2018
13:30 Pm

Estaba cansado de ser una carga para mi madre, necesitaba dinero para lograr ingresar a Yuuei, y para mi desgracia sabía que no podría obtener una beca completa, por lo tanto, debía conseguir un trabajo, cosa casi imposible para un chico de catorce años, después de todo, en ningún lugar donde tenían bacantes deseaba meterse en problemas por contratar a un menor de edad.

¡¿Por qué no podía tener dieciocho años o al menos parecer uno?!

Lamentablemente soy muy bajo y no tengo una barba para disimular, ¿Qué puedo hacer?

Mientras caminaba por la calle en un lugar aislado de personas me topé con una escena lamentable, una a la que estoy acostumbrado en ser el protagonista.

Un muchacho de mi edad aproximadamente, de cabellos negros hasta los hombros y ojos rojos como la sangre, estaba siendo insultado y humillado por otros chicos de su misma edad.

Le decían marica, y otros insultos que prefería no escuchar, se veía frustrado, no se defendió en absoluto, deseaba meterme, pero decidí ignorarlo y continuar con mi camino, necesitaba buscar trabajo.

¿Por qué no me metí? Porque no deseo llegar a peores y que mi madre se entere, lo que menos quiero ahora es arruinarle la poca paz que tienen Emiko y ella.

Continúe mi trayecto y como si fuese parte del destino encontré un local de hamburguesas que solicitaba vacante de camarero, ingresé con la fe de lograr obtener el puesto...

Le comenté mis problemas a la dueña, una mujer de unos treinta años llamada Ryuko Tsuchikawa, ella era bastante amable y excéntrica, y al escuchar mi historia aceptó inmediatamente...

Odiaba la lástima, pero debía soportarlo, todo por el maldito dinero.

Volví a casa con una enorme sonrisa, mamá y Emiko estarán felices por la noticia, ellas saben que deseo ir a Yuuei, es una meta mía y de papá.

Porque a él le gustaba la música, pero no pudo asistir a una escuela por el dinero, cuando se enteró que quería ser músico se sintió feliz y me regaló mi primera guitarra y me llevó a clases de música, él simplemente quería que yo lograse mi sueño.

Por él debo asistir, a pesar de que tenemos entendido de que no logrará vivir más de un par de meses, quiero que sepa que si lo estoy intentando...

Mi sueño es que él me vea tocar en un escenario en primera fila, pero es algo imposible, lo sé, no soy un niño pequeño que cree que durará cien años y se curará de su cáncer terminal.

Extraño esa época donde uno creía que los padres durarían toda una vida.

¿Por qué las personas buenas se enferman?

No lo comprendo, Emiko era una niña tierna y amable, ¿Por qué se enfermó en esa época?

Esas son preguntas que jamás podré lograr encontrarles una respuesta.

¿Por qué las personas malas viven y los buenos sufren? ¿Ese Dios que tanto hablan ayuda en algo?

Perdí mi fe en él hace años, a pesar de que mi madre y padre son creyentes, no extremistas que dan miedo y que creen que los homosexuales son hijos del demonio y el aborto es un pecado que merece un castigo del mismísimo Lucifer, pero si iban a la iglesia los domingos y rezan a la hora de comer.

Mamá dice que ella nunca dejará su fe, porque Dios ayudó a que mi hermana se salvase.

Yo pienso que simplemente fue suerte y el trabajo de los médicos, porque ¿Qué hay de papá?

Él no tiene cura, Dios no lo salvará de su futura muerte, pero si mamá siente calma con esa creencia, solamente escucharé y no refutaré nada de lo que diga, después de todo ella no se queja y no me exige a ir a la iglesia con ella.

Igual la acompaño junto con Emiko, no me gusta que vaya sola, simplemente me siento y escucho.

Creo que es uno de los tantos motivos del por qué la amo demasiado, me quiere tal y como soy.

Vi la hora de mi teléfono, aún podía ir a ver a papá y de paso a Jiro.

Hospital
14:20 Pm

Caminaba por los blancos y desinfectados pisos del hospital, sentía mi corazón palpitar rápidamente, a pesar de visitarlo diariamente durante todos estos meses aún duele ir a verlo.

Ingresé a la habitación, y como siempre mi padre estaba recostado con máquinas conectadas durmiendo, me pregunto a veces en que piensa, que es lo que sueña, ¿Soñará con nosotros?

Me preguntó por qué ese tal Dios no se lo lleva de una vez por todas, cuál es el placer de mantenerlo vivo en coma, a veces pienso en por qué no mejor desconectarlo, porque el médico una vez mencionó que su cuerpo sentía dolor.

Pero esa parte infantil piensa en el quizás, tal vez un día se cure, o haya una cura para esa enfermedad.

-Hola papá- Dije acercando una silla y sentándome a su lado -Conseguí trabajo-.

Duele hablarle y tener la esperanza de que tal vez me escuche.

-Planeo ingresar a Yuuei, lograr mi sueño y tener una banda- Continué -Y te sentirás orgulloso de tenerme como hijo, les demostraré a todos mis compañeros de lo que soy capaz-.

Cerré los ojos y solté un suspiro -Tendré mucho dinero y se lo daré a mamá para que deje ese trabajo y le compraré todo lo que Emiko desee, ropa y utensilios de repostería, las cuidaré a las dos con mi vida, así que no tienes que preocuparte-.

-¿Quieres escuchar mi nueva canción?- Le pregunté -La escribí solamente para ti...-.

Saqué la guitarra del estuche y comencé a tocar y a cantar...

Cada nota y palabra fue escrita con todo mi amor por él, ¿Por qué el destino es tan cruel? ¿Por qué mi papá? ¿Qué hizo él?

Siempre trató a mamá como si fuese una diosa, a mi hermana y a mí nos trató como si fuésemos sus más preciados tesoros.

¡No tiene ningún puto sentido!

Por favor, no se lleven a mi papá...

Dejé de tocar y volví a guardar la guitarra, me partía el corazón dejarlo solo en este lugar, desearía llevarlo a casa.

-Papá me debo ir a casa, si llego tarde Emiko me regañará- Dije con una pequeña sonrisa -Además tengo que ir a ver a Jiro-.

Me levanté de la silla y la volví a dejar en el lugar que se encontraba antes.

¿Por qué no despiertas por tan solo un solo minuto para poder decirte que estoy bien y que te quiero?

Me fui de la habitación hacia la habitación de Jiro, con la cabeza gacha, debía calmarme y sonreír, no quiero que esa muchacha me observe y se preocupe.

No quiero verme patético, quiero sonreír, es hora de usar esa máscara que he creado, tan perfecta y poco saludable, pero bueno, fingir estar bien es mejor que llorar como un cobarde.

No hay tiempo para llorar.

Debo ser fuerte.

Debo reír, aunque duela.

Debo negar el pesimismo y pensar positivo.

Debo continuar pensando en que despertaré en cualquier momento de esta pesadilla.

No puedo permitir que mamá y Emiko me vean mal.

Debo madurar.

Tengo que hacerlo por ellas.

¿Por qué no puedo permitirme llorar? ¿Por qué?

Debo dejar de preguntarme estupideces, la realidad es esta y punto.

Sonríe Denki.

Solo muéstrale al público esta falsa sonrisa.

Demuéstrale al mundo que eres fuerte, que es imposible que algo te quiebre.

Es lo mejor ¿Cierto?

Solté un suspiro e ingresé a la habitación de Jiro, me daba tristeza verla recostada en la cama, pero tenía que pensar en que lo lograría, que se pondría de pie y sonreiría.

¿Por qué me preocupa alguien que conocí hace poco?

-Hola Jiro- Dije animado acercándome hacia ella.

La de cabellos morados dio vuelta su cabeza y me observó fijamente -Hola Kaminari-.

Observé su mirada, veía triste, usualmente me mostraba otra mirada, pero ahora parecía como si alguien le hubiese dicho algo.

-¿Cómo has estado?- Pregunté interesado -¿El dolor comenzó a desaparecer?-.

Ella me miró y suspiró -Se podría decir que mi vida es una mierda ahora y no sentiré dolor nunca más-.

No comprendí, quise hacerlo, pero decidí que lo mejor era no preguntar, porque algo en mi me decía que no me iba a responder.

-¿Y qué deseas hacer una vez que salgas de esta prisión desinfectada?- Pregunté interesado, quiero saber más de ella.

Jiro miró el techo y dijo -Quería hacer algo, pero ya no deseo hacerlo-.

Me extrañé ante lo dicho y me miró enojada -Mi vida es una mierda, estoy cansada de creer que lograré avanzar, sé que no lo lograré, sé que fracasaré, que la arruinaré, gente como yo debe dejar de soñar, porque soñar es para personas que tienen dinero y una familia feliz-.

Fruncí el ceño, escuchar ese comentario me molestó, ¿Cuál es el problema de soñar?

Yo sueño con triunfar en la música, lograr asistir a Yuuei, soñar es parte de ser humano, es lo único que me he permitido no reprimir en mi jodida vida.

-Está mal pensar de esa forma Jiro- Dije con seriedad -Soñar no tiene nada de malo, yo sueño con lograr ser un músico, y sé que lo lograré-.

Río ante lo dicho y dijo -No me digas, tienes una dulce familia que te ha metido en la cabeza que puedes triunfar, apuesto que tienes una vida perfecta y no tienes miedo a nada porque...-.

-Mi vida no es un cuento de hadas- La interrumpí.

"Denki, lo lograrás, triunfarás en todo lo que decidas hacer, solo tienes que esforzarte al máximo"

-Si lo fuese no estaría en este hospital...- Suspiré -Me debo ir, nos vemos luego-.

Me di la vuelta y me marché, no quería discutir, era normal que tuviese ese pensamiento, todos me ven sonriendo como un idiota.

Sonreír es el significado de estar feliz, sin preocupaciones, no tener miedo, ser fuerte.

¿Qué mejor máscara que una sonrisa de oreja a oreja?

Pero nadie sabe cuan destrozado estoy por dentro, solo de actuar y la gente no se preocupará, mamá no debe cargar con el peso de un hijo llorón, ya de por si soy lento en clases y a veces discuto con mis compañeros de salón.

¿Más peso para esa mujer?

No, claro que no, ella merece sonreír y sentirse bien en casa.

Emiko necesita un hermano fuerte, no a un cobarde, si me rompo ella sufrirá, no puedo darme el lujo de borrar su sonrisa.

Sonreír es lo mejor que puedo hacer.

¿Soy feliz? No tengo esa respuesta aún, lo soy, tengo a mi madre y a Emiko, pero aún no quiero crecer, quiero ser aún ese niño que lo cargaba su papá y le contaba cuentos a la hora de dormir, que creía que Dios solucionaría todo.

Madurar es doloroso cuando uno no lo desea.

Ambos gemelos sin saberlo fingían sonreír y ser felices, los dos creían ciegamente que sonreír ayudaría a disminuir el dolor familiar.

Los dos estaban quebrados y encerrados en un mundo de máscaras.

Llegué a casa y sentí el delicioso aroma de los cupcakes de Emiko, hoy hizo de chocolate.

-Emiko, llegué- Dije cuando ingresé a la casa.

-¡Denki!- Dijo apareciendo de la cocina animada.

Ver esa sonrisa en su rostro valía cada sonrisa falsa que daba.

Su sonrisa debe ser duradera, nadie debe borrarla del rostro de mi hermanita.

-¿Cómo te fue?- Preguntó -¿Encontraste un trabajo?-.

Sonreí ante su preocupación -Sí, a partir del lunes seré camarero-.

Emiko sonrió y dijo -Te dije que encontrarías un trabajo, solo debes pensar positivo-.

-Sí, ¿Qué quieres que te regale?- Pregunté emocionado.

-Chocolate- Dijo sin más, es tan fácil hacerla sentir feliz.

-Okey, pero no demasiado- Dije con seriedad -La vez pasada te enfermaste del estómago-.

Frunció el ceño y volvió a la cocina, y también es fácil molestarla.

Hoy era un nuevo comienzo.

28/04/2018
15:30 Pm

Iba hacia el trabajo con un humor de mil demonios, estaba agotado de las mismas burlas y críticas, tu madre es una puta, aléjense de él o les pegará el sida.

¿Enserio? ¿Sida? Estamos en el siglo XXI, creo que deberían comprender que esa enfermedad no se contagia por caminar al lado de ellos...

Además mi padre tiene cáncer, y no es un tema de burla, el ser humano puede ser bueno y cruel a la vez..., ¿Por qué son tan crueles?

A penas llegué al trabajo reemplacé

¿Por qué no puedo tener un solo amigo en mi solitaria vida?

Desearía ser escuchado, aunque sea solamente una vez sin temer que ellas se sientan mal.

Ingresó al local un grupo de compañeros de mi salón, se veían divertidos y felices, se ven normales, pero nadie sabe que ellos me atormentan de lunes a viernes.

Desearía escupirles en su comida.

En una mesa lejana se había sentado ese muchacho de cabellos negros que me encontré hace unos días, se veía deprimido.

Fui hacia él para entregarle su comida con la sonrisa más perfecta que podía mostrarle a una persona.

Le dejé la comida en la mesa y me percaté que me observaba fijamente, bastante incómodo diría yo.

-No es necesario que sonrías- Dijo riéndose, noté sus interesantes dientes puntiagudos, bastante llamativo diría yo.

Un contraste peculiar para esa mirada rojiza vacía, esos dientes podrían demostrar que es alguien rudo, incluso su físico, pero sus ojos delatan que es lo opuesto.

Es divertido, su mirada perdida me recuerda a mi...

Dejé de sonreír falsamente y dije formando una sonrisa más cómoda y real -Es parte del trabajo, aunque siéndote franco sonreír no es lo mío cuando se trata de atender a gente desconocida-.

Fue divertido ser sincero por unos segundos.

Me di la vuelta para ir en búsqueda de la orden de esos imbéciles, y sin poder creerlo dijo uno de ellos -¿Cómo está tu mamá? ¿Sigue estando igual de buena?-.

Ignóralos Denki, estás en el trabajo, si los golpeas lo perderás.

-Aunque Emiko es más linda- Dijo otro con una sonrisa maliciosa.

No lo golpees, solo busca la comida y mañana párteles el rostro.

Ryo sonrió con malicia y preguntó -¿Cómo estás imbécil?-.

Decidí ignorarlo a pesar de esas malditas carcajadas de payaso.

-Y ¿Cómo está tu papi Denki?- Continuó sin parar de reír.

Mierda, ¿Por qué lo meten a él siempre en colación? Paren de mencionarlo en sus jodidas bromas.

-¿Te están obligando a trabajar por la falta de dinero?- Dijo Kyo con una sonrisa burlesca.

Deseaba en esos segundos largarme y encerrarme en el baño y esperar a que se marchasen, pero no podía darme el lujo de lucir como un maldito cobarde.

-Es lo mejor que tienen, porque se ven patéticos burlándose de una persona en un local donde hay gente observándolos-Dije burlesco, no hay nada mejor que utilizar las palabras como armas.

Porque ellas perduran para bien o para mal en tu mente, en cambio los golpes se borran a su debido tiempo de la piel.

Observé a Kyo y vi que formó un puño para golpearme, no sabía qué hacer, defenderme y golpear a un cliente no sería bien visto.

Esperé el golpe, pero sorpresivamente el muchacho de dientes de tiburón lo golpeó...

Esa fue la primera vez que alguien que no era Emiko me defendía de ellos, un desconocido me ayudó.

Los muchachos huyeron como los buenos cobardes que eran y apareció el gerente echando al muchacho de cabellos negros del local por ocasionar una pelea.

Antes de que saliese del local el muchacho dije -En quince minutos salgo, espérame afuera-.

Quería darle las gracias como era debido, no todo el mundo me ayuda ante los abusos de ellos.

-Claro- Dijo enseñándome su interesante sonrisa.

Pasaron los minutos y finalizó mi turno, fui a busca mi bolso y salí del local encontrándome con el muchacho.

Al verlo me acerqué tendí mi mano y dije -Soy Kaminari Denki, y muchas gracias por lo que pasó-..

Me dio la mano y respondió -Soy Kirishima Eijiro-.

Le sonreí y dije -Kirishima te quiero invitar a un helado por las molestias-.

Tenía que invitarlo, era lo de menos que podía hacer como gratitud por pasar esa vergüenza.

-Encantado por la propuesta Kaminari- Dijo para luego ir en dirección a la heladería más cercana.

En el trayecto conversamos de temas triviales, descubrí por la corta charla que era una persona amable.

-¿Por qué te molestaban?- Me preguntó con seriedad e intriga.

Una parte de mi quería marcharse, porque tal vez se alejaría de mi por ello, pero también quería descubrir ese problema que se reflejaba en su mirada.

¿Por qué se ve tan triste?

-Te digo mi historia si tú me dices la tuya- Dije con seriedad.

Me observó extrañado por la pregunta, era natural, después de todo ¿Cómo un desconocido se percata que algo te ocurre?

-Tienes la misma mirada que yo tengo... y una vez mientras caminaba se burlaban unas personas de ti- Dije inmediatamente sin titubear.

-Por dónde inicio...- Dijo angustiado.

-Desde pequeño siempre he deseado ser bailarín, no comprendo el motivo, pero bailar ballet me hace sentir feliz y completo, pero jamás podré cumplir mi sueño, es algo imposible ya que mis padres no desean un hijo marica- Dijo con tristeza -Siempre me han dicho que básicamente soy una niñita por mis sueños, que un hombre hecho y derecho no debe tener ese tipo de gusto, solamente las locas creen que se ven bien bailando de esa manera- suspiró -Mi sueño es imposible, así que decidí dejarlo de lado, pero mis compañero por un suceso descubrieron la verdad y quedé como una marica en la escuela y en mi casa me convertí en un maldito monstruo del cual están decepcionado, ¡Ni siquiera soy gay!- exclamó lo último -¿Por qué asemejan el ballet como un baile de niñas y gays? Me gustan las mujeres y vestir con pantalones, no me interesa el maquillaje, todo lo opuesto, creo que es incómodo-.

Lo observé con tristeza, sus propios padres lo juzgan.

-Y me hacen bullying por ese motivo, todos creen que, por ser gay, lo cual reitero que no soy, estaré babeando por todos los hombres y que tal vez se lo pegue... son tan ridículos, a veces pienso que ellos me utilizan porque temen que descubran que ellos son los gays, ¿Qué mejor que usar al de gustos "afeminados", para demostrar que son masculinos y emanan testosterona?-.

Kirishima apretó sus puños -Papá lo único que sabe es levantar sus puños y golpearme para que me vuelva normal y masculino, y mamá criticarme y observarme avergonzada-.

Cuando finalizó me observó nervioso, como si estuviese esperando que yo le lastimase, todo lo contrario, estaba molesto, ¿Por qué lo critican por sus gustos?

Él no merece que lo maltraten por eso, ¿Qué ocurre en este mundo?

Te tratan como basura por tus gustos.

Te lastiman verbal y físicamente debido al oficio de tus padres.

Te señalan por cómo te ves.

Te critican por ser diferente.

Te catalogan como fenómeno en cualquier momento.

Te miran y se burlan por ser tú mismo.

Te maltratan por tu sexualidad.

Tus padres te ven como putos sacos de boxeo.

Te rompen a tal punto que ya no sabes que hacer.

Al final te obligan a decidir, aceptar las burlas o defenderte y demostrar cuanto vales.

Lamentablemente muchos aceptan y terminan en cajones con padres llorando y cuestionándose ¿Por qué lo hizo?

Esas personas se habrán suicidado, pero quienes les entregaron el arma fueron todos lo que destrozaron sus espíritus.

¿Por qué el ser humano es tan cruel? ¿Por qué no se nos permite sonreír con orgullo por lo que somos?

Porque ellos disfrutan sentirse superiores, reafirman que son perfectos al demostrar lo débiles que son las otras personas.

Ellos no son humanos, son monstruos.

-No puedo creer la mierda que tienes de padres- Dije enojado pensando en el dolor que sintió.

-¿No crees que soy raro?- Preguntó extrañado.

-Nop, para nada- Dije sonriéndole -Aunque sé que soy un extraño te diré algo, no dejes el ballet por culpa de esos bastardos-.

Me observó y respondió enfadado -Tu no lo entiendes, deseo con todo mi ser bailar e ingresar a Yuuei, pero no puedo-.

¿Yuuei? Inconscientemente me sentí feliz, conocí al fin a alguien que sufre y desea asistir a esa prestigiosa academia.

Solté un suspiro y dije -Yo también quiero ingresar a Yuuei, pero no pude hacer la prueba para obtener una beca-.

Esa era maldita realidad, mi sueño fue estropeado por ese suceso.

Me observó extrañado, no se esperaba al parecer que teníamos ese sueño en común o el hecho de que mi deseo se ve imposible.

Lo observé con tristeza, temía hablar sobre mi vida, pero él me habló sobre su problema, un trato es un trato.

-Ya que me contaste tu historia, es mi turno- Dije angustiado.

Duele abrir la boca y hablar de mis problemas, porque decirlo significa que no es una pesadilla aterradora, toda esta basura es la realidad, mi realidad imposible de cambiar.

Porque no hay un final feliz para él.

El final feliz donde la protagonista se casa con su príncipe y viven juntos felices por siempre no se cumplirá.

El amor no lo vence todo en esta historia.

Ellos dos fueron condenados a un amor con un final trágico, donde ella se queda sin él y derrama sus lágrimas en las noches intentando que nadie la escuche.

La familia feliz no existe, terminará rota sin él.

-Mi vida siempre fue compleja, mi hermana gemela tenía cáncer cuando pequeña, los médicos pensaban que no lo lograría, pero logró vivir- Dije con seriedad, duele aún recordarla en esa camilla sin sus cabellos rubios y pálida como la nieve -Desde que se curó su salud no siempre fue la mejor, sin mencionar que sus medicamentos son costosos, pero papá y mamá lograban con dificultad pagarlos, no somos millonarios y mis padres no tienen títulos profesionales-.

Fruncí el ceño, tenía que continuar, pero era muy difícil, no quiero que sea real, quiero que todo sea una maldita pesadilla.

-Lamentablemente papá también se enfermó de esa maldita enfermedad y entró en coma, por lo tanto, mamá consiguió otros trabajos, y uno es de barwoman- Reí recordando esas miradas de mis compañeros -Todos mis compañeros se enteraron, ¿Y qué hicieron? Se burlaron, nos miraron con asco, como si fuésemos hijos de una prostituta, y me importaría una mierda si ella lo fuese, pero nos juzgan, creen que Emiko tenía sida, después de todo los adolescentes Kaminari al ser hijo de una mujer "fácil" no tuvieron papá, otros dicen que papá lo tienen-.

Sentía que la garganta cada vez más se cerraba -Creen que les contagiaremos alguna enfermedad si estamos demasiado cercanos a ellos-, suspiré -¿Por qué son tan crueles? Mi padre es mejor persona que todos ellos juntos y él es quien está terminal en coma-.

Veía como Kirishima me observaba atentamente -Es horrible que te miren y señalen como el hijo de una prostituta, que susurren mentiras de tu padre, que vean a Emiko como una niña contagiosa, extraño esa época donde era el payaso de la clase y mi padre me recogía, todo era tan sencillo, pero ahora debo pensar de forma madura y protegerlas, me siento asqueado de la realidad, solo quiero agarrar un bate y destrozar cosas, gritar y golpearlos por sus burlas-.

Me quedé callado y lo observé fijamente, estaba nervioso de cuál iba a ser su futura acción, ¿Se alejaría? ¿Me juzgaría? ¿Pensará que soy contagioso?

-¿No saldrás corriendo o me insultarás?- Dije a duras penas.

-¿Por qué debería?- Dijo con seriedad.

Él no se iba a marchar, se quedaría, al fin dejaría de sentirme solo.

¿Puede que al fin haya encontrado un amigo?

Sonreí inconscientemente pensando en una amistad, algo que siempre he visto que es imposible, la sociedad me hizo creer que alguien en mi situación jamás encontraría a un amigo de verdad.

Solté un suspiro y dije soltando una carcajada -Y bueno así empieza la amistad de dos marginados-.

Marginados, eso es lo que somos, dos chicos con distintos problemas y que la mayoría de su entorno decidió rechazarlos y tratarlos como basura.

Miré a Kirishima esperando su respuesta, y lo que pude apreciar fueron sus lágrimas, ¿Tan quebrado lo tiene su entorno para que esa frase le afecte tanto?

-Kirishima, debes cumplir tu sueño- Dije con una pequeña sonrisa -No permitas que ellos ganen, se feliz haciendo lo que te gusta-.

Decidí abrazarlo, desearía ser yo quien se permita llorar, pero no puedo, no puedo quebrarme, aunque quisiese.

02/06/2018
13:30 Pm

El tiempo ha pasado volando sin darme cuenta, el trabajo continúa siendo igual, las personas siguen igual de burlescas, pero tenía a Kirishima de mi lado, a pesar del corto tiempo que llevamos de conocernos, nos hemos vuelto inseparables.

Es mi mejor amigo, y vaya que baila bien, esos idiotas han intentado de negarle al mundo a una persona amable y talentosa, por el mero hecho de no seguir los esquemas impuestos por la sociedad.

Diré sinceramente que Kirishima no calza en absoluto con el estereotipo cliché que las personas piensan a la hora de hablar de una persona homosexual, es absurdo, "me gusta el Ballet" es el significado de un futuro gay.

Reitero que estamos en el siglo XXI, dejemos de lado esos pensamientos absurdos.

Pero bueno, Kirishima pasa gran tiempo en mi casa jugando videojuegos o practicando danza, ya que sus padres lo regañan, malditos imbéciles.

Emiko adora a Kirishima, creo que también necesitaba un amigo externo, además le está explicando pasos de bailes.

Me sentía casi feliz, si no fuera por el estado de mi padre todo sería perfecto.

Jugábamos videojuegos Kirishima y yo, mientras esperábamos que Emiko llegase con las galletas que recién había horneado.

-Denki, he decidido teñirme el cabello- Dijo Kirishima sin tono de broma.

-¿Teñírtelo?- Pregunté extrañado -¿Qué hay de malo con el color de tu cabello?-.

-Quiero cambiar de estilo-Dijo sin más -Siento que el negro es un color deprimente, quiero un tono más vivo-.

Reí ante lo dicho, y pensé en el rostro de sus padres al ver como su hijo se teñía el cabello -Te harán bromas feas ¿Lo sabes?-.

-Sí, pero ya no me importan sus opiniones- Dijo con seriedad -Quiero dejar de pensar en que dirán, ¿Y qué mejor que un cabello rojo?-.

Sonreí al saber que estaba superando todos sus problemas, al fin puede ser el chico que en verdad es.

-Te apoyo, ¿Pero qué tipo de rojo?- Pregunté interesado.

Por favor que no sea chillón, solo eso pido...

El teléfono de la casa comenzó a sonar, retumbando el sonido en la casa, ¿Quién sería?

Emiko contestó el teléfono y Kirishima y yo continuamos con nuestra partida...

Para mi desgracia el puto teléfono nunca trae buenas noticias.

Sentí los pasos rápidos de Emiko, me puse nervioso inmediatamente al ver como ella abría la puerta sin cuidado alguno.

Su mirada destrozada, las lágrimas caían por sus ojos, su usual sonrisa se había desvanecido, algo malo había ocurrido.

-¡Era mamá! Papá... papá, él ya no lo soportó- Dijo a duras penas mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas -Él... él, murió-.

No sabía qué hacer, mi cuerpo no se movía, aún no lograba procesar toda esa información.

¿Mi papá murió?

Él dijo que me vería triunfar.

Él dijo que viviría cien años.

Él prometió estar siempre conmigo.

No existe el final feliz de cuentos de hadas.

Vi como Kirishima abrazaba a Emiko, yo solo podía observarla llorar y gritar.

¿Qué podía hacer ahora?

Nunca imaginé ese día llegaría, siempre vi su muerte lejana, yo pensé que lo lograría.

Pensé que el destino no iba a ser tan cruel, ¿Por qué él tenía que morir?

No comprendo.

Alguien dígame ¿Por qué él?

Papá era una persona buena, él no merecía fallecer.

Fallecer.

Él no volverá a estar con nosotros.

Esa sonrisa que alegraba mis días más tormentosos, ya no volvería.

Mi compañero de guitarra no tocaría a mi lado nuevamente.

Sus carcajadas y malos chistes no resonarían en la cocina.

¿Por qué se lo llevaron? ¿Qué hizo mí papá?

Él debía vivir cien años, él debía continuar respirando y sonriéndonos.

Maldición, quiero a mi papá.

¡Mierda!

-Denki, por favor vayamos al hospital a ver a mamá- Dijo Emiko intentando calmar su respiración.

Mamá...

¿Cómo estará ella? Ella lo amaba demasiado.

La muerte le arrancó parte de su felicidad.

Me levanté sin decir palabra alguna, porque sabía que, si decía algo, me rompería, no quería llorar.

Soporté todo un año, puedo seguir actuando calmado, si lloro no lograré llegar rápido al hospital.

15:40 Pm

El rostro perdido de mamá me provocaba un fuerte dolor en el pecho, sus ojos se veían rojos por el llanto.

Emiko la abrazaba aferrada como si su vida dependiese de ello, sus llantos retumbaban en el hospital, provocando que mamá también comenzase a llorar.

Miré a Kirishima buscando una respuesta, no sabía qué hacer, ¿Ya era hora de dejar este teatro?

-Denki, si deseas llorar, hazlo- Dijo Kirishima con tristeza.

Él sabía mi falso teatro en el que intentaba protagonizar a un personaje valiente, un héroe que se dedica a proteger sin derramar lágrimas.

No podía, no podía llorar, quería, pero ellas estaban llorando.

Debía verme fuerte, pero me sentía diminuto.

-Eijiro, ¿Por qué él?- Pregunté a duras penas.

-No lo sé- Dijo observándome fijamente -Pero debes dejar ir todo ese dolor, puedes permitirte llorar-.

Sus palabras me llegaron directo en mi mente, podía llorar, pero no sabía si estaba bien.

-Hijo- Interrumpió mi madre que sostenía una carta en su mano -Tu padre me pidió hace un tiempo que te entregase esta carta si ocurría algo como esto-.

Tragué fuerte, él lo sabía...

Acepté la carta y la abrí, era su perfecta letra, siempre deseé escribir como él, pero lamentablemente escribo horrible.

Comencé a leerla, cada palabra provocaba que mi corazón doliese y las lágrimas se agrupasen en mis ojos.

Para: Mi rayo de luz.

Hijo, hace un tiempo me declararon cáncer terminal, se lo oculté a los tres porque quería pasar mis últimos meses con ustedes y no en el hospital, quería reír y disfrutar de lo que restaba de mi vida en familia.

Sé que ocultarles eso fue egoísta, pero no quería ver sus rostros tristes, quería recordarlos con sus sonrisas, no quería que a la hora de mi muerte tuviese como recuerdo a tu madre destrozada, simplemente deseaba partir de la noche a la mañana.

Enserio, lo lamento, lamento no durar esos cien años que te prometí, pero el destino no jugó a mi favor, pero las cosas suceden por algo.

Por favor, recuérdame como ese hombre que le fascinaba reír y tocar la guitarra, no me recuerdes como alguien entubado o enfermo.

Hijo te conozco como la palma de mi mano, y al ser mi versión joven, sé que debes estar pensando que eres el hombre de la casa y no puedes permitirte llorar, apuesto que estás soportando todo y fingiendo una sonrisa solo para verte como una persona fuerte para ellas, yo hacía eso cuando tu hermana estaba enferma, no lloraba porque creía estúpidamente que los protegía de esa manera a ti y a tu madre, pero en realidad me estaba dañando a mí mismo y de paso hacía que el amor de mi vida se sintiese mal.

Si deseas llorar, hazlo, llorar no significa que eres menos hombre, todo lo opuesto, también debes recordar, que eres aún un niño, no tomes mi rol, no te obligues a crecer y a madurar, disfruta de tu adolescencia.

Me duele no poder lograr verte convertirte en un hombre, saber que jamás podré acompañar a tu hermana al altar y no poder volver escuchar la voz de tu madre.

Siento que me perderé tanto de ustedes, tantas nuevas experiencias tuyas, pero te aseguro que estoy en un mejor lugar, y desde allí te estaré observando.

Cuando sientas que la pena se marchó, sonríe y se feliz, hazlo por mí, quiérete tal y como eres, no ignores a quienes necesiten ayuda, toma las decisiones que crees que son las correctas, disfruta vivir y jamás permitas que te humillen, demuéstrales la estrella que eres, no uses nunca la violencia.

Y recuerda, estoy orgulloso de haber sido tu padre.

Atte: Tu fan número 1

Una vez terminada la carta, todas esas lágrimas amontonadas en mis ojos, comenzaron a descender por mis mejillas, al fin estaba llorando.

¿Importaba aún verme fuerte?

No.

Hoy me daré el lujo de llorar, de liberar todo este dolor que he cargado, ya estaba cansado de fingir, ya no deseaba sonreír, solo quería gritar.

-¡¿Por qué él?¡- Grité mientras lloraba, a la mierda que me escucharan las personas -No es justo mamá-.

Mi madre y Emiko me abrazaron con fuerza, y se unieron a mi llanto.

Papá no iba a volver.

Su voz no volvería a resonar en la casa.

Su sonrisa jamás volvería a ser vista.

-Cariño está descansando- Dijo mamá intentando autoconsolarse.

Sí, él estaba mejor, al fin la muerte se había apiadado de él, pero eso no significa que sonreiré, porque ya no estaría a mi lado.

Al menos antes tenía la pequeña esperanza de que me estaba escuchando, que tal vez mi música algún día lo despertaría, pero no es un cuento de hadas, es la realidad, y no todos tenemos un final feliz.

-Denki, tu madre tiene razón- Dijo Kirishima -Él ahora está cantando en un mejor lugar, recuerdalo con esa sonrisa que me habías contado-.

Kirishima y mamá tenían razón, él ahora está descansando, tal vez ahora nos está viendo y sonriéndonos.

-Mami, lo voy a extrañar mucho- Dijo Emiko sollozando -Sin él ya no será lo mismo-.

Tenía razón, nada volvería a ser igual.

No existió el final feliz en esta historia.

03/06/2018

Los gritos y llantos de mamá eran desgarradores mientras la tierra caía en el ataúd, ella suplicaba que se lo devolviesen a cambio de ella, mi abuela trataba de calmarla, pero era imposible, estaba destrozada.

Él le había prometido que estarían juntos para siempre.

Emiko lloraba en silencio viendo como mamá gritaba, Kirishima a pesar de no haber conocido a papá también podía percatarme que caían unas cuantas lágrimas, tal vez le afectó ver a mi madre llorar.

En cambio, yo...

También estaba llorando, me rompía el corazón ver a mi madre actuar de esa forma, pero el amor de su vida no volvería.

Al menos estaba más tranquilo, reflexioné toda la noche sobre su muerte, era lo mejor, dolía, pero tenía que ocurrir tarde o temprano, y no deseaba que continuase sufriendo.

Tomaré el adiós de mi padre como un hasta pronto, tal vez en otra vida vuelva a ser mi padre y vivirá cien años.

O tal vez no existen las reencarnaciones y está con nosotros en estos momentos, cualquier opción que exista, solo pido que esté feliz.

Me encantaría que me hubieses visto ingresar a Yuuei, que estuvieses en mi primer concierto, tal vez en mi boda, que conocieses a mis hijos, pero el destino decidió otra cosa.

Creo que eras demasiado bueno para vivir en este mundo, tal vez tu misión ya terminó y era hora de partir.

No lo sé, jamás obtendré las respuestas a mis constantes preguntas, solo puedo pedir que estés feliz.

No sé si me estás escuchando, pero lo diré.

-Papá, prometo sonreír de verdad, ya no fingiré sonrisas falsas, cuidaré a Emiko y a mamá en todo lo que pueda- suspiré -Lloraré y seré feliz, no puedo prometerte que no utilizaré la violencia, pero me esforzaré en no recurrir a ella, intentaré tomar las decisiones correctas, disfrutaré vivir hasta mi último aliento, jamás dejaré que me humillen-.

Sentía que las lágrimas caían más rápido -¡Prometo que estarás orgulloso de ser tu hijo! ¡Lograré todas mis metas y seré una estrella!-.

-¡Lo prometo papá!- Grité lo más fuerte que pude.

Lo prometo papá, tal vez no lograste tener el final feliz que merecías, pero yo si tendré uno, yo viviré hasta los cien años con una sonrisa real.

Hasta pronto papá, siempre te querré hasta el infinito.

Nota

Sé que publicaría en unos meses más, pero la inspiración llegó anoche, y pues lo terminé.

Un regalo para que se pongan sad durante la pandemia... broma.

Se suponía que 2 personajes tendrían sus puntos de vista, pero ambos temas eran importantes para la historia, así que preferí dejar lo otro en el 31, en el cual nuestro pecoso volverá a escena.

Va a ocurrir un giro en la vida de alguien en el siguiente capítulo... y no para bien.

Kirishima es un sol :), puse los diálogos que no escribí en su extra, el cual escribí hace más de un año :0

Ahora en verdad nos vemos en unos meses, con más drama del bueno.

#Kiribebéesunserdeluz

#MuerteaHisashiMidoriya

Intenten salir lo menos que puedan, cuídense que no quiero que se enfermen :(.

Pd: Me gusta hacer sentir mal a Denki, :(

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