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I Parte: El después de Lyna, 5

Jueves, 22 de Agosto, 2013

Como era de costumbre, la noche anterior no había sido buena.

Esta vez Lyna no se la había pasado pensando en como cambiar o enmendar sus errores, más bien pasó imaginando todas las posibles personas que pudieron haberla ayudado.

Clay volvería dentro de tres semanas y Aaron no pisaría el suelo del instituto nunca más, y todo eso fue gracias a aquel individuo. Lyna debía agradecerle personalmente, pero ¿quién fue?

Las posibilidades eran bastantes, pudo haber sido una chica o no, o estar en la clase de Lyna o no. ¿conocido? Tal vez no.

Esto la estaba atormentado, demasiado.

Esa mañana, Lyna se paró al espejo, con su vestido de mezclilla, un cinturón, zapatillas bajas y por primera vez en muchísimo tiempo, no se consideró a sí misma, fea.

Amarró su sedoso cabello en una cola de caballo, se pusó su collar de (3) opalita y salió de su casa.

Lyna empezó a caminar, el tiempo estaba bien, todo parecía ir bien hoy. Era como si nada hubiese pasado; Ethan vivo, Tim a salvo y Sky alegre.

"Ethan" pensó Lyna, realizando una sonrisa burluna con la comisura de sus labios.

-Sí sigues así, te van a atropellar.

-¡Tim! -Lyna saltó y le dio un abrazo.

-¿Qué tal? Hoy va a ser un día genial, ¿no crees? -En sus ojos había brillo y no se está hablando del reflejo de la luz en sus anteojos, brillo de verdad, de emoción.

-Definitivamente hoy va a ser un gran día. -Lyna respondió, devolviendo una sonrisa.

Tim y Lyna siguieron caminando hasta la escuela, las personas de Cherry parecían alegres, los estudiantes también.

Incluso se podían ver alumnos de escuelas rivales hablando y coqueteando entre sí.

Todo estaba bien, pero de repente Lyna lo vio, e inmediatamente algo en su ser, algo dentro de ella, supo que había sido él.

Él le había salvado el pellejo, había confesado por todos. ¡Y claro que tenía sentido! ¡Tenía que ser él! ¿¡Quién más si no!?

-Tim, de verdad, verdad, ocupo ir un momento ahí. -Lyna suplicó, necesitaba hablar con la persona que había visto.

-Claro, solamente no tardes mucho y... -Justamente cuando él estaba terminando de hablar con Lyna, fue interrumpido por una figura familiar.

-¿Qué hacen? ¡tenemos que movernos o llegaremos tarde! -Sky empujó a los dos, apresuradamente camino a la escuela, alejando a su mejor amiga de aquella persona.

-Pero, pero, pero...

-¡Qué se muevan dije! -Sky dejó caer una risa y siguió caminando hasta el colegio.

* * *

Lyna estaba muy ocupada pensando en su sospechoso en potencia, como para escuchar a su profesor de química hablar sobre reacciones del hidrógeno ante metales. Las posibilidades eran pequeñas, pero existían.

Aún así algo dentro de Lyna Prest, gritaba que era él. Y si así era, le prometería una cita al cine y unos nachos.

El tiempo pasó rápido y el timbre de cambio sonó, anunciando un pequeño receso, Lyna debía aprovechar.

Tim se levantó de su asiento apresurado, se acomodó su achocolatado cabello hacia un lado y fue al pupitre de Lyna.

-Vamos, nos perderemos las hamburguesas ilegales, de la señora que definitivamente no puede vender a la entrada. -Tim estaba contento, seguro. Incluso tenía un ligero brillo en sus ojos que anunciaban emoción.

-¿Aaaah? ¡Ah! Sí, sí, vamos.

-¿Estás?

-Solo algo distraída, ¿sí? Vamos por esas hamburguesas.

-¡CORRIENDO!

Tim agarró a Lyna del brazo izquierdo y salió corriendo hacia la entrada, algunos estudiantes los miraban mal, más que todo aquellos que Tim golpeó accidentalmente por su "rapidez."

Y ahí, justo al pasar por los salones de computación, Lyna lo vio.

Vio su cabello castaño rojizo y sus pantalones negros rasgados, faldas por fuera, camisa roja ligeramente arrugada (Lyna pensaba que esto lo hacía ver algo sensual) y sus converse negras.

Estaba junto a la pared donde habían pegado los resultados del campeonato de Volleyball institucional.

-Tim para. -Lyna le demandó, un poco tosca.

-¿E... Estás bien? -Tim dijo con un poco de intriga.

-Corre y tráeme una hamburguesa, llegaras más rápido sin mí, ¡pero corre! -Le mostró una sonrisa tierna, y los ojos de su amigo se iluminaron de nuevo.

Él solo asintió y salió corriendo, hasta perderse entre la gente.

Lyna se acercó a aquel muchacho, cuidadosamente. No quiso llamar mucho la atención, no sabía con quien trataba, tampoco como él se iba a tomar que ella le hablara o más bien que le demandara lo que le tenía que decir.

Con un poco de esfuerzo (debido a la altura del muchacho), le tocó el hombro y él volvió
a verla, lanzándole una mirada confusa.

Lyna abrió su boca y dejó salir una frase directa, que dejó shockeado al chico.

-Fuiste tú, ¿verdad?

Él solamente abrió un poco la boca, cerrándola simultáneamente. Su mirada solo mostraba confusión, su ceja izquierda ligeramente más arriba que la derecha y sus ojos negros, que expresaban asombro.

-No se de que me estás hablando. -Soltó él, seco.

-Claro que lo sabes. Y tiene sentido, ¿sabes?, entre todas las demás personas, eres el único que podría haber hablado. -Lyna le hizo una mueca de disgusto, por su indiferencia.

-Voy a decirlo una vez más, yo no se de que me...

Lyna lo interrumpió, haciendo enfadar un poco al chico.

-¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué nos ayudaste?

-Yo... Yo no... -Un leve rubor se asomó entre las mejillas y el cabello café-rojo del muchacho.

-Ya no tiene sentido que lo ocultes más, nadie tiene que enterarse. Nadie mas que Tim y yo.

-¿El niño al que golpearon? -Preguntó él, de manera inocente.

-Sí y me vas a decir inmediatamente por que tú...

Lyna se calló de repente, al ver a su mejor amigo con dos hamburguesas en sus manos, él no la había visto a ella, tenía que actuar rápido.

-Mira, pues es que yo...

-Déjalo, Tim viene, nos vemos en el café del pueblo, a las 5:00. ¿entendido? ¡yo invito!

-Está bien, ahí estaré. -Respondió seco y se marchó.

Tim le sonrió a Lyna y le enseño dos hamburguesas con mucho queso amarillo.

-Aún nos quedan 2 minutos de receso y una lección de química, ¿vamos al salón?

-Claro cielo. -Lyna abrazó a Tim y fueron juntos al salón.

Lyna estaba empezando a seguir el legado que Ethan le había dejado: "Se amable y quiere a tus amigos al máximo, da todo por ellos, sacrifícate." Eso era lo que él hacía.

* * *

-¿Y bien? -Lyna empezó a tomar su (4) Mocca lentamente, haciendo pequeños ruidos de sorbos.

-¿Por qué este lugar, Lyna? -Su acompañante le preguntó curioso, mientras le daba un pequeño mordisco al cupcake que Lyna le había comprado.

-Me da un poco de nostalgia, pero me gusta aquí, ¿Sabes? En frente a esta cafetería, la persona que me amaba murió.

-¿Aquel chico de tu salón? ¿el que defendía a cómo se llama...? ¿Tim?

-Sí, él. Fue un maravilloso tipo. -A Lyna se le empezaban a tornar los ojos de un color carmesí. -Creo que siempre me lamentaré no haberle dado cuerda.

-¿Nunca le correspondiste? -Él preguntó asombrado, ahora estaba dándole pequeños sorbos al glaceado.

-No, estaba muy cegada, o aún lo estoy, no lo sé.

-¿Te gustaba alguien?

-Clay Sparks. Tremenda estupidez.

-Definitivamente. -Replicó.

-Espera, ¿no te duele decirlo, Sander? Él era muy cercano a ti, ¿cierto? Por que de verdad no me explico el por que...

Sander Eldrich, levantó su mano izquierda, para darle a entender a Lyna que lo dejara hablar.

-Cuando era niño, solía tener 12 carritos de juguete. Cada uno, fue un regalo de mi abuela, en navidad.

-¿Ah? -Exclamó Lyna, confundida.

-Amaba esos carritos, con todo mi corazón, eran especiales para mí. Sabía que esa navidad, me iban a regalar otro y eso me emocionaba.

-No entiendo que tiene que ver esto con Clay o Tim.

-Espera. -Sander estaba tranquilo, sereno y continuó con su relato. -En ese entonces, vivía con mi tío y mi abuela, las mejores épocas. Antes de mi décima tercera navidad, mi abuela enfermó gravemente, cáncer. Fue destructivo, tanto para ella como para mí.

-Lo siento... -Lyna empezaba a ponerse nostálgica.

-Al morir mi abuela, mi tío entró en una depresión muy grande, así que él también murió, poco tiempo después de que mi nana lo hiciera.

Sander hizo una pequeña pausa y continuó.

-No me quedó de otra que empezar a vivir con mis padres biológicos, los que me habían botado ante la puerta de mi abuela, sin ningún remordimiento.

-No puedes deducir eso, tal vez no tenían dinero o...

-Lyna, espera. -Sander continuó -Mis padres se encargaron de arruinar mi infancia poco a poco. Empezaron con castigos suaves. "Sander no sacaste la basura de tu habitación, ve y arrodillate en el pavimento del frente" "Un 80 no es una calificación adecuada para tu edad, creo que un carrito empezará a desmontarse hijo"

-¿Destrozaron... Destrozaron tus carritos? ¿Es eso suave para ti?

-Cada uno de ellos, los 12. Era lo único que me quedaba de mi abuela. -Sander espetó una sonrisa melancólica. -Y bueno, después las cosas se volvieron peores. Mi "mamá" apagaba sus colillas de cigarro en mi pecho.

Sander desabrochó uno de sus botones, dejando ver a Lyna sus cicatrices.

-Yo... Yo... En verdad lo lamento. -Lyna empezaba a ponerse mal.

-Los "castigos" empezaron a ponerse feos cuando cumplí 14, solían pegarme con una regla en los testículos, cuando no comía todas mis verduras o cuando la profesora les decía a ellos que estaba hablando mucho en clases. Entonces decidí huír. Vagué por una buena cantidad de pueblos, hasta que llegue a parar en Cherry.

-¿Cómo te las arreglaste? Digo para comer...

En ese momento, Lyna se había sentido terrible por preguntar algo como eso, según ella no había pensado muy bien antes de soltar aquella frase.

-Pues, mis padres nunca me buscaron, parecía que todo lo que querían se había cumplido, que me fuera. Y conseguí trabajo en un taller de la zona, así pude medio subsistir. Por mi trabajo, aveces no podía estudiar o estaba muy ocupado haciendo horas extras para poder ir a la escuela, esa es una de las razones por las que estoy aún en noveno, vaya tengo 19, ya debería haber salido. -Sander dejó escapar una risa nerviosa y empezó a jugar con la envoltura de su cupcake.

-Aaron y Clay me vieron varonil y "rebelde" y decidieron empezar a andar con migo. No dije que no por que no tenía amigos, tal vez así empezaría a tener una mejor vida escolar, bueno eso creía.

-Sander, de verdad estoy agradecida de que hayas confiado en mí y decidieras contarme esto, pero; ¿por qué nos ayudaste? No lo logro entender aún.

-Cuando los chicos empezaron a golpear a Tim, me vi en él. Vi a mis padres maltratándome, insultándome. Quedé en shock y no pude hacer nada para ayudarlo. Pero luego me enteré de que habían expulsado a Sky, me sentí terrible. Pensé que si hablaba anónimamente, podría emendar el error de no haber defendido a tu amigo.

Cada palabra que salió de la boca de Sander Eldrich, fue para Lyna, la mejor dosis de sinceridad que le hayan dado.

Ella no dijo nada, solamente sonrió. Y eso estaba bien. En ese momento cualquier cosa estaba bien.

Lyna vio en esas palabras a Ethan, a un joven noble y que deseaba ayudar para que nadie sufriera. Independientemente de la persona, su forma de ser, su físico. Solo quería que nadie sufriera.

En ese momento a Lyna Prest, solo le quedaba una cosa por hacer. Se levantó de su silla y le dio a Sander un abrazo, liberando todas sus lágrimas en el hombro de él.

Sander solamente la abrazo, reventando en llanto él también. En ese momento, en ese lugar, Lyna estaba teniendo una conexión.

Sentía que podía arreglar todo lo que no hizo con Ethan.

Y ahí, empezó a recordar todo lo malo que había hecho.

Nota del autor:

(3) Opalita: Es una piedra semi preciosa, que brilla con los colores del arcoiris. Se caracteriza por tener pequeñas cantidades de agua en su interior.

(4) Mocca: Café especial, 35% Café, 65% Leche y chocolate.

Bueno, este es el final de la primera parte del libro, espero haber sido algo emotivo. :')

Si les gusto, no olviden votar y si tienen una recomendación gustoso la escuchare. 💘

¡Hasta la próxima! ❤🍀

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