I Parte: El después de Lyna, 1
Lunes, 12 de Agosto, 2013
Cuando los rayos del sol dieron justo en la cara de Lyna a las 7:23 a.m. recordó verse la noche anterior amontonando sábanas y cobijas en su ventana, para que todo quedara oscuro y la luz de la mañana no entrara en su cuarto.
-Esto en serio no puede estar pasando. -Dijo ella al ver que todo lo que había arreglado la noche pasada estaba en el piso.
Apenas si podía recordar bien, el por que no quería ir a la escuela y nunca más salir de su habitación.
-E... Ethan... -Esa nombre salió de su boca, dejando caer una lágrima que bajó lentamente por sus mejillas, doblando hacia el mentón y cayendo rápidamente sobre la cerámica de su cuarto.
-Es mentira, todo esto es mentira... -Dejó escapar un sollozo. -Ethan no puede... Él simplemente no pue... -Tan siquiera terminó la oración, no quería afrontar los hechos.
Lyna Prest era una muchacha de 16 años, siempre muy sútil pero algo arrogante.
Lyna era una mezcla entre dulce y amargo, con un ligero toque de salado, era un equilibrio perfecto.
Sus cosas solían ir bien, tenía una maravillosa madre, que luchó siempre por ella, una linda casa, tal vez no una de dos plantas o una lujosa, pero tenía un lugar en donde vivir.
Tampoco podía quejarse de sus amigos; Sky Grass, una adolescente tonta y torpe, con un gran corazón y Tim Conner, un muchacho demasiado dulce y lindo para ser heterosexual.
Pero Lyna no estaba pensando en sus amigos o su hogar, estaba pensando en el muchacho al que pasó rechazando los últimos 4 años, y que justamente antier, había muerto.
El recuerdo de ese Sábado era terrible, Tim y Sky caminaban junto a Lyna, de una manera divertida. El sol se empezaba a meter en el horizonte y los tres venían de la plaza de (1)Cherry Town. Parecía ir todo perfecto, hasta que lo vieron.
Ethan caminaba por una cafetería, una cuadra después de la que ellos se encontraban. Él no lo vio pero Tim le lanzó una sonrisa nerviosa. Él hubiera deseado al menos poderle decir adiós a su amor platónico antes de que sucediera aquello.
Ethan iba reluciente, al menos así lo habían pensado Tim y Lyna, vestía una camisa de manga larga azul, bajo un chaleco que Lyna hubiera descrito como "chaleco de niños ricos", era un chaleco al cuerpo, con rombos, cuello V y sin mangas, lo cual dejaba que la camisa larga se mostrara en sus brazos. También vestía un pantalón beige, algo apretado desde arriba hacia abajo, arrollado en sus tobillos, con dos dobleces, perfectamente hechos. Para darle más estilo, mostraba unos zapatos que combinaban con su chalecho y un reloj que lo hacía ver perfecto.
Nadie se esperaba lo que seguía.
Poco después del no-notado gesto de Tim y poco después de pasar por la cafetería, un chico se movió rápidamente, sacó su pistola y trató de asaltar a Ethan. Él se asustó y vaya que lo hizo. Retrocedió mientras la gente que se encontraba en la acera corría despaborida y gritaba pidiendo ayuda.
Mientras el asaltante apuntaba y hacía gestos para que Ethan le diera su teléfono, billetera o lo que fuera, él retrocedió demasiado, tanto que tropezó y un autobús que desafortunadamente pasaba por las calles de Cherry, lo arrolló.
Ahí terminó el trágico recuerdo de Lyna.
-Pude haberlo detenido, si al menos hubiera corrido... -Puso sus manos en su rostro y rompió en llanto.
-¿Linda estás bien cariño? -La voz de su bondadosa madre atravesó la puerta, aún cerrada con llave.
-¡MA... MAMÁ YO PUD... YO PUDE HABERLE SALVADO! -Gritaba desesperada Lyna. Sus gritos rompían la paz de la habitación, su voz se agudizó más de lo normal y hacía de su llanto algo espeluznante.
-Amor... Los chicos están aquí...
Lyna amaba a sus amigos y no gustaba de ser grosera con ellos, no al menos cuando no estaban bromeando.
Y lo que ella menos necesitaba en esos momentos era una visita matutina de ellos.
"Sácalos de aquí, no los dejes entrar, quiero estar sola." Eso fue exactamente lo que Lyna no dijo, solamente se limitó a pensarlo.
Limpió un poco su cara con la sábana de flores rosas y blancas que usaba para su cama y se levantó lentamente para quitarle el seguro a la puerta de su habitación.
-Lo siento chicos, iré a prepararles algo para que desayunen.
A su madre le dolía ver a su hija así, cualquier madre sentiría el mismo dolor de hecho.
Tampoco era que la señorita Prest (Señorita, ya que la basura de ex que tenía solo la embarazó y se fue corriendo del estado como si hubiese visto un demonio) desconociera la situación de Ethan.
Cada vez que tenían un trabajo de gramática o biología, él se hacía presente en la casa de Lyna, para ayudarla. Su madre sabía que él gustaba de su hija, pero también sabía que ella estaba perdidamente enamorada de Clay Sparks.
Probablemente por eso Lyna se sentía tan mal, Ethan pasó los últimos 4 años y medio tratando de salir con ella.
Las respuestas fueron siempre un sútil no.
Y aunque la relación que su hija mantenía con aquel muchacho no era por necesidad y en serio ella lo quería, sólo lo hacía como amigos.
Más de una vez la señorita Prest le dijo a Lyna que le diera una oportunidad a Ethan, le decía que él era el paquete completo: dulce, lindo e inteligente.
Y precisamente todas esas cosas eran las que estaban atormentando a Lyna en estos momentos.
-Hey, ¿estás bien? -Los ojos de color ámbar de Tim veían tristemente a su amiga.
-¿Tú lo amabas? -La pregunta salió cortante de la boca de Lyna, haciendo que los ojos de Tim se abrieran y su expresión triste cambiara a una trágica.
Tim sabía desde los 12 que era homosexual y precisamente a esa edad conoció a Ethan.
Se hicieron amigos, aunque la relación que tenían no era muy cercana.
Poco a poco, Tim fue cayendo en los encantos naturales e inocentes de Ethan. Su cabello castaño, corto y levemente rizado fue lo primero que lo cautivó.
Después de ahí, lo que lo enamoró fue su espíritu de cordialidad.
Más de una vez, Ethan había defendido a Tim, eran amigos y según Ethan era lo que los amigos debían hacer.
-Lyn... ¿por qué me preguntas eso?
Cuando habían temas delicados, Tim y Sky solían llamar Lyn a su amiga, según ellos era más "suave" que decirle Lyna, y a ella le gustaba.
-Sólo respóndeme eso, por favor. -Lyna estaba seria, bastante seria, mantenía su tristeza, se le notaba en los ojos. Pero su manera de hablar mostraba algo más.
-No lo amaba, lo quería como todos lo hacíamos.
-Tim... -Esa fue la primera vez que Sky habló desde que entró a la habitación de Lyn. Su mirada era compasiva, era la más tranquila de los tres.
-Dime, ¿por qué yo no ví lo que tu sí? ¿dime sí? ¡POR FAVOR DÍMELO! ¡DÍMELO! -Lyna explotó en llanto, lloraba como una niña pequeña a la que no le dieron su helado favorito un Domingo después de ir a hacer las compras.
Sky corrió y abrazó a Lyna, seguida por Tim, y ahí los tres rompieron nuevamente en llanto.
Lyna no lo soportaba más, era demasiada presión, demasiado remordimiento, demasiado.
Después de todo, cualquier persona se hubiera sentido así después de ver la muerte de la persona a la que hizo sentir mal de una u otra manera.
Cuando Tim dejó de sollozar, Sky habló, dando una pizca de paz a todos.
-Todo va a mejorar chicos, ya van a ver.
Nota del autor:
(1) Cherry Town: Es un pequeño poblado ficticio, ubicado en el estado de Cansas, Estados Unidos, aquí es donde la historia se desarrolla casi completamente.
Espero que les agrade mi trabajo, este inicio es con muchísima dedicación y cariño. 🍀❤
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