Praesens
Desperté de aquel sueño cubierto en sudor frío, sintiendo mi corazón acelerado y respiración agitada. Revisé el reloj de mi pared para ver la hora, las diez y cuarto de la mañana. Una vez que mi cuerpo se relajó salí de mi cama para cambiar mi ropa de dormir por un atuendo casual para salir, una sudadera purpura con una capucha que cubre parte de mi rostro con una playera negra de cuello alto y un pantalón negro de mezclilla y un par de tenis negros.
Antes de llegar a la puerta principal escuché un ruido proveniente de la cocina, al asomarme encontré a mi madre limpiando los trastes que utilizó para cocinar el desayuno de mi padre, quien se levanta temprano para llegar a tiempo a su trabajo.
Cuando estaba a punto de alejarme de la cocina escuché a mi madre llamándome:
-¿A dónde vas ahora? Tus hermanos tampoco están.- Dijo mi madre mientras secaba los platos sin siquiera voltearme a ver.
-Voy a caminar un rato, necesito un poco de aire.-
-Vuelve antes del almuerzo, ¿llevas un suéter? Hace frio allá afuera.-
-Si madre, llevo un suéter.- dije mientras abrochaba la sudadera y me dirigía a la puerta.
Al abrir la puerta pude sentir la fresca brisa golpear mi rostro, muy bien, madre sí que tenía razón, sí que hace frío.
Madre, en todas las memorias de mis vidas pasadas, es la primera vez que tengo una buena relación con mi progenitora, de las vidas anteriores no tengo recuerdo de ellas o me ignoraban por completo, así que agradezco que ella me haya educado junto con mis "hermanos" de la mejor manera posible y nos tolere lo suficiente. Ya tenemos más de veinte y ninguno de nosotros tres tiene un trabajo, eso me hace sentir mal conmigo mismo, saber que nuestros padres han hecho sacrificios por nosotros y no poder recompensarles.
Al salir de casa comencé a caminar entre calles hasta llegar al gran parque de la ciudad, mi hogar está cerca de dicho lugar, por lo que llegar caminando es cuestión de minutos.
Cuando llegué al área verde vi de reojo que el museo de arte, ubicado en medio de todo el bosque, tenía una exposición de pinturas a la intemperie. Mi curiosidad fue tan grande que decidí acercarme a ver las obras, cada una de ellas estaba puesta sobre un caballete y estaban formadas en dos hileras, no miento al decir que eran cerca de treinta pinturas, en la parte que supongo es la entrada, hay un letrero de manta que está atada a dos postes de madera que decía "Exposición temporal de arte 'Natura' de Berthorldt Kofman".
Cada pintura representaba un escenario natural, como bosques o playas, también había pinturas de flores. Hbía un patrón en todas las pinturas, a excepción de unas, tenían el mismo nombre debajo de los marcos: "Natura I", "Natura II", "Natura III"
Cuando estaba a punto de terminar de ver los lienzos, distiguí una pintura en específico que captó mi atención: un tallo compuesto de cinco pequeñas flores que aparentemente brotaron en medio de un montículo de rocas, todo alrededor es gris a excepción de las flores, que son de un brilloso color carmesí y sus antenas son de tonalidad más clara hasta que en la punta se torna dorada. Esta pintura, a excepción de las otras, no tenía el titulo similar a las demás obras, a esta la llamaron "triste memoriam".
No sé por cuánto tiempo observé el lienzo, que no percibí al señor a un lado de mí.
-Este cuadro genera muchas emociones, ¿no es así?- Dijo para después suspirar, yo me exalté. Mientras él hablaba, yo lo analizaba con la mirada.
Un hombre anciano que yo calcularía de setenta años de edad, complexión delgada, piel atezada y cara redonda cubierta de barba plateada, vestía una camisa blanca de manga larga y en el lado derecho de su pecho estaba el gafete de identificación; donde se leía Sr. Kofman. Tenía puesto bermudas de gabardina color beige, un sombrero Panamá y usaba sandalias de cuero.
-Supongo.- dije para no dejarlo con la pregunta en el aire, aunque mi voz sonó cansada – El título, "triste memoriam", significa recuerdos tristes ¿Por qué?- pregunté sin miramientos.
-En el lenguaje de las flores eso significan, hay una historia detrás que le ha dado ese concepto, pero ya no recuerdo en que consiste por lo que no puedo contártela. -Dice el anciano y ríe de forma nerviosa. –En la actualidad son conocidas como lirio araña rojo-
-Si esas flores reflejan la tristeza ¿no deberían estar pintadas de gris en lugar del paisaje? Verlo me hace pensar en la imperfección. –Señalé con un tono curioso, lo que provocó en él una risa de tono bajo.
-Nada es perfecto, el mundo no es perfecto, pero está ahí para nosotros, haciendo lo mejor que puede. Eso es lo que hace que sea tan hermoso.- Respondió con una gran sonrisa, antes de que dijera algo más su reloj de mano comenzó a sonar –Debo retirarme, espero que disfrute mis pinturas jovencito.- Dicho esto levantó un poco su sombrero a modo de despedida y se fue, dejándome con más preguntas que respuestas. Un rugido de estómago me volvió a sacar de mis pensamientos, esta vez fue mi culpa, y es que no había desayunado antes de salir, miré uno de los relojes del parque y note que casi era medio día, necesitaba regresar a casa y continuar con mi vida actual.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro