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Capítulo veintinueve.

Fingir que no había estado a punto de comenzar un beso con Tom fue lo que mejor se le ocurrió cuando llegaron al hotel el día anterior. Pensando que si fingía que los hechos no ocurrían iba a prolongar sus consecuencias. Lo siguiente fue pensar que aceptar esa entrevista no había sido una buena idea, sabiendo ella lo que continuaba. Conociendo al chico que tenía a un lado, dándole miradas de vez en cuando, esperando a encontrarla descuidada para introducirla a aquella irreversible charla que tendrían sin excusa alguna.

Pero era muy tarde para lamentos. Porque estaban a minutos de entrar al estudio para darle inicio a la entrevista.

Adrianna suspiró antes de que le pusieran un pequeño aparato en la oreja, para recibir algunas órdenes del mánager. Seguramente sabía que traer a aquel chico era como encerrar a una oveja en corral de lobos, ¿existía eso si quiera? Dejó de disociar cuando escuchó la voz de Bill, anunciándole que ya debían entrar.

Era un estudio más grande, nada comparado a los que estaban acostumbrados en Alemania, y por mayor tamaño, significaba que iba más gente, más fans. Aquello la puso un poco nerviosa. Pero fingió una sonrisa mientras saludaba al entrevistador. Se mantuvo a un lado de Bill, siendo el chico algo así como su protector personal. Entre más lejos estuviera de Tom, mejor sería para ella.

Pero la suerte nunca estaba de su lado. Ya que la sentaron junto a Tom, dejando un sofá individual a su lado. Ella sabía para quien era.

Se contuvo de chillar cuando Tom le dio una sonrisa antes de acomodarse en su lugar.

—Tokio Hotel, que honor es tenerlos junto a nosotros. ¿Cómo se sienten? ¿Cómo los ha recibido Estados Unidos?

Bill sonrió inmensamente antes de contentar, después de todo, era el que mejor dominaba el idioma.

—De maravilla, el público es excelente, nos muestra mucho cariño. Son muy aficionados.

—Las chicas son muy bonitas —agregó Tom, tirándose hacia atrás en el sofá, quedando con una buena vista de la figura de la chica a su lado. Adrianna resistió las ganas de golpearlo.

—Un buen público, sin duda —opinó ella, girándose para ver al hombre.

Él sonrió y suspiró antes de tomar una tarjeta. Ahí estaba, esa mirada. Adrianna sintió su corazón acelerarse.

—Antes de continuar, me gustaría presentarles al invitado especial. Alguien que seguro es del agrado de Adrianna —comenzó el desgraciado. Adrianna sonrió nerviosa. —Recibamos con un fuerte aplauso a nuestro querido actor; ¡Jeremy Sumpter!

El público se levantó para aplaudir, haciendo bulla. Reconociendo a su artista nacional.

El rubio pronto hizo presencia en el estudio, saludando al público en las gradas. Adrianna aplaudió también, llamando la atención del chico a su lado.

Tom se reincorporó en su puesto, confundido y para nada alegre con aquel invitado, es más, Adrianna observó como estaba comiéndoselo vivo. Tenía los labios entreabiertos, parecía enserio molesto con la sorpresiva llegada del chico.

La mirada de Adri se encontró con la de Bill, y ambos sonrieron nerviosos, conociendo muy bien al chico de trenzas. Y por la sonrisa que tenía en esos momentos, mientras lo veía acercarse a ellos, supo que no se la dejaría fácil.

Se levantaron para saludarlo. El chico les dio la mano, con una sonrisa, pasó de Georg a Bill, de Bill a Tom...

La tensión era evidente, eran casi del mismo porte, Tom un poco más alto, pero si no estaban cerca, no se podía reconocer. Pero ella estaba cerca, muy cerca como para notar el apretón de manos que se dieron, tenso, demasiado apretado para el gusto de ella. Cerca, para notar la mala mirada que le dio Tom cuando el chico se acercó a ella y puso su mano en el hombro para luego dejar un beso en su mejilla.

Volvieron a sentarse.

—¿Cómo estás, Jeremy? Nuevamente nos encontramos aquí.

El rubio le agradeció al público sus aplausos y luego se giró al entrevistador.

—Muy bien, gracias. De nuevo aquí, sí. Es un gusto conocerlos, chicos.

—El gusto es nuestro —respondió Bill, con una sonrisa. Tom mantuvo su mirada al frente. Él no estaba a gusto, pero la mirada de advertencia que le dio Adrianna lo obligó a callar.

El entrevistador sonrió, malicioso.

—Aquí fue donde comenzó todo, ¿no? Cuando nos dijiste que Adrianna te parecía muy bonita. Supongo que surgió alguna amistad luego de eso, ¿se mantuvieron en contacto?

—Sí, hemos estado hablando —sonrió.

—Demasiado —se burló Gustav. La multitud rió.

Tom continuó pensando que aquel chico era un traidor. Luego de todo lo que habían pasado juntos como banda, ¿Él le daba la espalda de esa manera? ¿Ayudaba al enemigo?

—Adri es...—Jeremy tuvo que detenerse, luego de ser interrumpido por Tom.

—Adrianna —corrió, humedeciendo sus labios.

La rubia frunció el ceño.

—Adri está bien.

Tom sonrió de lado, y comenzó a jugar con el piercing de su labio, sintiéndose frustrado. Era obvio que Adrianna y el muñeco de televisión se llevaban bien, demasiado bien como para haber hablado solo por teléfono. 

Su ceño se frunció cuando Adrianna puso su mano sobre la del muchacho, ¿Cómo era posible que él estuviera recibiendo toques y él golpes? No era justo. 

Una sonrisa se formó en su rostro cuando se le vino algo a la cabeza. 

—Ni siquiera lo pienses —escuchó a Bill susurrarle discretamente.

Bufó.

—...he escuchado sus canciones, por supuesto. Adri suena de maravilla junto a Bill. Sus voces son increíbles. Gustav, espero algún día poder tocar la batería como tú, eres un genio, también Georg. —Adrianna sonrió inmensamente al oír aquellas palabras. —Pero debo admitir que mi favorio es Tom.

El recién nombrado rió. Sabía lo que estaba haciendo, jugando al niño bueno para dejarlo a él como malo. A Tom le gustaba jugar. Cuando era pequeño le rompía los muñecos a las niñas de su curso. Jeremy no tenía por qué ser diferente.

—¿Sí? —ironizó, para luego asentir lentamente con la cabeza.

Lo recorrió con la mirada, desde su cabello rubio hasta la punta de sus zapatillas. Le pareció patético como estaba vestido.

—Así que tú eres Jer —inquirió Tom, percatándose de que aquel chico había sido el que los había interrumpido el día anterior.

—Jeremy —corrigió él, usando su misma táctica. Astuto. —Jer sólo para Adri.

Imbécil, pensó Tom.

La menor se sonrojó y le pidió a la tierra que se la tragara y la escupiera en Suecia. La tensión entre ambos chicos era notable, y ella estaba en medio de ellos dos. Recibiendo de por medio los cuchillos qué Tom le lanzaba al estadounidense con los ojos.

—Continuemos... ¿Cómo se sintieron al recibir la noticia de que estarían nominados en los MTV?—continuó el entrevistador, queriendo deshacer la tensión.

Tom suspiró.

—Como los futuros ganadores —respondió descuidado.

—Y, Adrianna, estarás en el escenario junto a Britney Spears, ¿Qué hay de eso? ¿Ya estás preparándote?

El público aplaudió y, a su lado, Jeremy sonrió, mirándola. Pero ella sentía la pesada mirada de Tom sobre ella, porque la afectaba más que la mirada de Jeremy.

—Estoy muy emocionada. Y sí, hemos estado practicando mucho, es Britney Spears —contestó la menor. Tom prosiguió.

—Estamos orgullosos de ella, como banda —recalcó lo último, para dejar a Jeremy fuera de eso.

Adrianna volvió a pedir que se la tragara la tierra.

rookiefilm ★ 2O23

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