Capítulo treinta y uno.
—¿Quién invitó al muñeco de cine? —cuestionó Tom, tomando a la rubia de la cintura para sentarla sobre sus piernas.
Jeremy rodó los ojos.
—Vamos, amigo. ¿Qué te hice? —protestó el muchacho, alzando las manos.
Tom lo recorrió con la mirada y dejó un rápido beso en el cuello de la menor, provocando que esta soltara una risita y se girara a verlo.
—No soy tu amigo.
Adrianna negó con la cabeza, soltando un suspiro.
—Deja de ser tan malo. Tiene el permiso para estar aquí. Así como Bill y tú.
—Yo soy tu novio, Bill es literalmente tu alma gemela. Él es solo... Peter Pan.
Adrianna sonrió al oír la palabra "Novio". Sonaba tan irreal, pero lindo al mismo tiempo.
Jeremy bufó. —¡Oh, vamos! ¡Supéralo!
Tom se encogió de hombros y lo observó salir del camerino, siendo seguido por Bill. El chico cerró la puerta antes de pedirles que se comporten.
Tom de inmediato comenzó a dejar besos sobre el hombro de la rubia, hasta llegar a su cuello. Adrianna no tuvo más opciones que girarse, agradeciendo que todavía no tenía aplicado ningún lápiz labial, porque de por ser así, Tom ya lo hubiera arruinado.
—Tengo que prepararme, saldremos en unos minutos —comentó separándose del beso, pero Tom consiguió tomarla para que ella quedara sentada en su regazo, y así él pudo poner ambas manos en sus caderas.
—No me importa —expuso con una sonrisa, mientras la volvía a besar.
Adrianna rodeó el cuello del chico con sus brazos, y permitió que este se tirara hacia atrás, para obtener más comodidad. Sin importarle que su ropa estuviera siendo tironeada por el chico de trenzas. Adrianna supo que debía detenerlo cuando la respiración de Tom se tornó ruidosa y pesada. Pero no podía evitar sentir esas mariposas en el estómago cada vez que las manos del chico subían y bajaban por su cintura desnuda.
Tom gruñó cuando ella se apartó.
—Oye...—le susurró, Adrianna sonrió y dejó un último beso en los labios del chico. Este tiró su cabeza hacia atrás.
—Tengo que prepararme, Britney estará aquí pronto. Y tú tendrías que estar con los chicos.
Ella quiso moverse, pero Tom fue más rápido y la recostó en el sofá, para luego dejar besos por su cuello, mejillas y luego descender a su vientre.
—No me importa si viene Britney Spears, o el mismísimo Eminem.
—No es mucha la diferencia entre Eminem y tú, de todos modos —se burló, mientras sentía los besos de Tom en su cuello.
—¿Mhm? No te escucho, ¿por qué no usas esa bonita boquita para besarme, huh? —propuso Tom, sin permitirle respuesta alguna, pues en cuanto finalizó de hablar, estampó sus labios contra los de ella.
Adrianna reunió toda su fuerza de voluntad para detenerlo. Pero fue el toque de la puerta lo que hizo que Tom por fin se apartara, cuando ella se levantó a abrir la puerta.
—¿Adrianna, verdad? Vengo a terminar el maquillaje. En unos minutos viene Britney a buscarte.
Adrianna hizo pasar a la mujer y comenzaron con el maquillaje. Ignorando la mala forma en que Tom miró a la mujer, y como lo escuchó suspirar cuando la mujer no estuvo saliendo del camerino segundos después de haber llegado.
Tom se mantuvo todo el tiempo viendo cada detalle que le hacían. Como la mujer aplicaba las sombras sobre sus párpados, el rubor y luego, cuando estaban por poner el lápiz labial, él se levantó para dejar un último beso en los labios de la chica. Luego le pidió a la mujer que proceda, pero ella le dio una mirada de cuerpo completo antes de fruncir el ceño.
—¿Irás vestido así?
Tom se miró la vestimenta y se encogió de hombros.
—Sí, ¿por qué?
—No es un poco...—Él la interrumpió.
—No importa, me veo guapo igual. Puedo ponerme cualquier mierda y luzco bien, ¿verdad, preciosa?
Adrianna rió. —Claro, Tom, lo que te deje dormir mejor.
—¿Sarcasmo? No juegues así conmigo, nena.
La rubia se encogió de hombros y le dio una sonrisa a la mujer para dejarla continuar.
⋆
Tom le dio un codazo a su hermano gemelo cuando lo vio mirar hacia el escenario con la boca abierta. Sin siquiera disimular. Y ya tenía bastante con Georg diciéndole que había mucha gente en aquel evento. O a Gustav, comentándole que Adrianna se veía muy bien a un lado de Britney. O peor aún, al muñeco de cine aplaudir con una estúpida sonrisa en el rostro.
—Son unos babosos, están mirando a mi novia.
Bill negó con la cabeza. —Yo no.
—Tú definitivamente sí —señaló a Jeremy. El chico rodó los ojos y continuó aplaudiendo cuando las luces bajaron y solo quedaron las del escenario.
Tom suspiró y se concentró en la presentación. Quizás no en la presentación en sí, solo en cierta chica rubia con un bonito atuendo que lo dejaba admirar sus curvas.
—Its Britney, bitch.
—I see you, and just wanna dance with you —siguió Adrianna.
—Mierda —suspiró Tom.
La voz de Adrianna resultaba escucharse bastante bien junto a la voz de la otra rubia. Pero en algún punto él solo lograba escucharla a ella, verla a ella. Incluso cuando se alejaba de la parte del escenario donde estaba él, Tom no podía alejar su vista de Adrianna. Y nuevamente sintió ese orgullo en su pecho, como aquella vez que la vio tocar el solo con su guitarra.
Tenía la misma sensación en su pecho, y reemplazó cualquier otro sentimiento de celos en su interior. Es más, una sonrisa se formó en su rostro, arrogante, así como se mostraba él. Pero esta vez, complacido de que aquella rubia de allí arriba, la cual movía sus caderas con gran habilidad, era su chica. Su Adrianna. A quien miraba ella cada vez que se acercaba a su lado del escenario, era a él. Sus ojos azules seductores estaban puestos sobre el maldito Tom Kaulitz.
Y jamás se sintió tan bien tener la completa atención de una chica como lo sentía con ella.
—They want more? —cantó Britney, apoyando su espalda contra la de Adrianna para mirarla sobre su hombro, con una sonrisa.
—Gimme more, yeah!
Y se separaron para moverse cada una a un extremo del escenario.
El público comenzó a aplaudir al ritmo de la música, Tom fue parte de ellos, mientras reía de la forma en que las manos de su gemelo tiritaban de los nervios, siendo él un gran admirador de Britney.
—¡La legendaria Britney Spears!
—¡Y la princesa de Tokio Hotel!
Bill sonrió ampliamente, recordando vagamente la noche en aquel bar.
Cuando el espectáculo terminó, Tom se apresuró a correr para llegar al camerino de su chica, pasando entre la multitud, siendo seguido por su guardaespaldas.
Tenía el total permiso para adentrarse allí, siendo reconocido como el novio de la chica, así que nadie puso problema alguno al verlo llegar.
Allí estaba Britney junto a Adrianna, recibiendo halagos y algunos presentes del personal.
—Tom Kaulitz, eres un chico con mucha suerte —expuso Britney, luego de dejar un beso sobre la mejilla de Adrianna y despedirla para dejarla con su novio.
Adrianna comenzó a dar pequeños saltitos mientras la euforia se apoderaba de su cuerpo. Tom rió y la tomó del brazo para adentrarla al camerino.
—Estuviste maravillosa, no tienes idea de lo bonita que te ves sobre un escenario, Söt flicka.
La rubia sonrió y dejó que Tom la tomara de la cintura para luego dejar un beso en sus labios.
—¿Es tu manera de confesar lo enamorado que estás? —bromeó ella, Tom jugó con el piercing de su labio.
—En parte. Pero tengo otras formas, también. ¿Quieres que te muestre?
Adrianna se sonrojó.
—Estamos en un camerino, Tom. Y tenemos que volver para cuando presenten nuestra categoría.
Tom sonrió de lado. —Pero si nuestra categoría no es para todo público, Adri.
Adrianna soltó una risa.
—Enserio no tienes remedio, Kaulitz.
rookiefilm ✦ 2O23
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