—Por el nuevo éxito de Tokio Hotel, Humanoid —celebró Adrianna, alzando su botella de cerveza, chocándola contra la de Bill.

El resto de los presentes alzaron sus botellas también.

Se encontraban todos en el estudio. Revisando las estadísticas del Álbum. Había pasado una semana desde el lanzamiento, y hasta el momento se mantenía en el Top 1 de los más escuchados y vendidos en Alemania, siguiéndole Suecia e incluso lograron mantenerse primeros en Estados Unidos durante la semana completa. Esperaban que la segunda fuera igual de buena como esa.

Los ensayos comenzaron a ser más pesados. Bill y Adrianna tenían más clases de entonación, por lo que llegaban más tarde al hotel que los demás chicos.

Tenía suerte porque eso significaba ver menos a Tom, sus discusiones habían cesado al igual que sus interacciones, estaban todos enfocados en los ensayos. Cada uno perfeccionándose en su aspecto. Adrianna continuaba con sus clases de guitarra, y estaba orgullosa de lo bien que le estaba yendo. Al principio no era capaz de tocar nada que no fuese su solo, ahora ya podía decir que sus capacidades se expandían poco a poco.

Forever Now resonaba en las paredes del estudio, Gustav fingía tocar la batería, al igual que Tom y Georg sus respectivos instrumentos.

Por otro lado, Adrianna y Bill tomaron el primer objeto que encontraron para usarlo de micrófono. Adrianna se subió a uno de los bancos, de inmediato Bill se acercó para sostenerla de la cintura y no permitir que cayera. Esta bajó la cabeza para poder mirarlo y una sonrisa se formó en el rostro de ambos chicos.

—I will never let you down —cantó mirando a su amigo. Se bajó del banco y caminó hasta Georg para apoyarse a su lado y pretender con él que ambos tocaban el bajo. Su cabello rubio se agitaba cada vez que movía su cabeza de un lado a otro.

—Join me forever now —entonó Bill, quien se encontraba junto a Tom y Gustav.

Cuando se trataba de estar juntos, eran simplemente Tokio Hotel, no habían problemas de compromiso por parte de Tom, ni comentarios que la molestaran en esos momentos. Adrianna disfrutaba cuando estaban todos juntos.

Claro que había un límite para todo. Por lo que a Tom solo le dio un asentimiento de cabeza cuando pasó a su lado y volvió junto a Bill.

Continuaron celebrando su éxito hasta que el mánager los detuvo y tuvieron que volver a trabajar.

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—Quítame esa cámara del rostro, Georg —se quejó la menor.

Se encontraban firmando más posters, también algunos CD para realizar una nueva venta de discos firmados. Los anteriores se habían vendido sólo en la pre-venta. Por lo que ellos mismos tuvieron la idea de darle la oportunidad a más de sus fans para que obtengan los discos firmados. Y quienes no optaran con esa opción, podrían llevarse los posters.

Así que estaban de nuevo firmando, o eso intentaban. Estaban sin el mánager cerca, así que el caos era inmenso.

—¡Me diste el póster que ya había firmado! —se quejó Bill, golpeando a Tom con el póster que tenía en las manos.

—No es mi culpa que no te dieras cuenta —se defendió Tom, esquivando los golpes de su hermano gemelo.

—Adrianna Skarsgård, ¿Qué se siente estar rodeada de hombres holgazanes? —le inquirió Georg a su lado, mientras ella firmaba las fotografías que le entregaba Tom.

Ella rodó los ojos y dejó su fotografía recién firmada en la pequeña ruma que Bill tenía frente a él. Sin embargo no pudo resistirse y dejó un beso en la lente de la cámara, Georg sonrió. Bill tiró su cabeza hacia atrás, cansado. Tom aprovechó para hacerle hacerle un rápido dibujo a Bill en la mejilla. Adrianna soltó una risa al ver lo que le había dibujado.

—Espera un momento —se alarmó Bill, tratando de quitar el dibujo de su mejilla y ver que no se quitaba.

—Es permanente —dijo Tom riendo. El rostro de Bill palideció, y rápidamente tomó la cámara de Georg, cortando el video y haciéndose una fotografía para observar lo que Tom le había dibujado.

Tom rió ante la expresión de su hermano gemelo. Le dio un pequeño golpe a la mesa y Adrianna no pudo evitar contagiarse de su risa. Al igual que Gustav y Georg.

—¿Cómo voy a salir así? ¿Hay algo que me ayude a quitarme esto aquí?

—Supongo, lo buscamos luego —trató de tranquilizarlo Adrianna.

—Mami Adri solucionará el problema —se burló Tom, la rubia le mostró el dedo medio.

Georg volvió a tomar su cámara y esta vez comenzó a grabar a Tom, este, por supuesto, dejó el lápiz sobre la mesa y se cruzó de brazos para que su amigo pueda grabarlo sin esfuerzo alguno, obteniendo un buen ángulo de él. Oh, como adoraba ser el centro de atención.

—Pronto estaremos viajando a América, ¿Cómo te sientes? ¿Estás nervioso? Yo lo estoy, tendré que dejar a mi novia aquí.

Tom rió.

—No sólo yo estoy ansioso por ir, ya sabes. Las mujeres están por todos lados allá.

—Vivirá una fantasía —se burló Gustav.

Bill negó con la cabeza.

—¿Y si nos ponemos serios? —sugirió.

Georg dirigió su cámara a Bill.

—¿No estás ansioso por conocer a Britney Spears?

—¿Quién no lo estaría?

Adrianna rodó los ojos y se mordió la lengua para no decir nada. Prefería estar concentrada en las firmas. Por supuesto que sería imposible si Georg continuaba con sus preguntas.

—¿Y tú, Adri? ¿Cómo te sientes luego de que Jeremy Sumpter te mencionara en su entrevista? ¿Será que los rubios con rubios se llevan?

Adrianna se sonrojó de inmediato, Bill soltó un "Uhh" para molestarla.

—Nuestra pequeña Adrianna está siendo admirada en los exteriores. ¡La belleza Sueca resalta en América! —exclamó Bill, dándole una gran sonrisa.

Luego del éxito del disco, la banda había sido bastante nombrada en Estados Unidos, con ello trajo a algunos famosos que hablaron de lo increíbles que sonaban Bill y Adrianna juntos, y cómo la banda en sí tenía un gran potencial.

Uno de esos artistas fue Jeremy Sumpter, un actor que Adrianna no conocía hasta que el mánager llegó con su tableta a mostrarle la entrevista en donde reconocía que Adrianna le parecía una chica muy atractiva y tierna. Claro que ella al comienzo no le había tomado mucha importancia, sin embargo sus compañeros de banda parecían tenerlo como tema principal. Lo que sí debía admitir era que aquel chico tenía unos bonitos ojos azules que la dejaron deslumbrada. Pero a ella le gustaban más un par de ojos marrones que constantemente tenían la picardía en ellos.

—No le veo lo interesante a ese chico, la verdad. Es el típico rubio de ojos azules, aburrido —opinó Tom, las palabras mal intencionadas que había dicho eran las mismas que estuvieron presentes cuando vio el video.

Había sido muy grosero y se había burlado de su actuación como Peter Pan.

—¿Disculpa? Si tienes algo en contra de los rubios... —Tom la interrumpió.

—No contigo, preciosa, sólo él. Estoy seguro que he follado con más chicas que ese muñeco teñido.

Adrianna soltó una risa.

—Es justamente eso lo que lo hace mejor que tú —refutó ella. Bill apretó los labios y Gustav no pudo resistir a soltar una risotada.

—Esa estuvo buena.

Adrianna y Tom se quedaron viendo directo a los ojos. Segundos eternos que se transformaron en tensión evidente. Él se tiró hacia atrás, con una pequeña sonrisa de lado. Había sido demasiado obvio que aquel comentario había logrado molestarlo. Y con eso Adrianna tenía suficiente, así que decidió desviar la mirada con una sonrisa en su rostro. La tensión se rompió en cuanto ella dejó de mirarlo.

—Tienes que ser muy estúpida como para pensar que aquel chico es mejor que yo en algún aspecto.

Adrianna suspiró, dispuesta a debatirle.

—Cuando tu película obtenga el éxito de la suya, búscame.

Tom entrecerró los ojos, sin quitar esa sonrisa de su rostro.

—Perfecto. Quiero verte cuando su banda obtenga el éxito de la mía. O cuando pueda tocar mi guitarra sin quejarse de que las cuerdas son demasiado rasposas para sus manos de muñeco.

—Te apuesto a que esas manos de muñeco pueden hacer mejores cosas que las tuyas. Porque yo puedo imaginármelo.

La respuesta de Adrianna eliminó la sonrisa de Tom, y este se inclinó hacia delante para tenerla más cerca, sin embargo, Bill lo obligó con su brazo a mantenerse en su posición.

—Ya, basta. Continuemos con esto.

Adrianna le dio una sonrisa burlona.

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