Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo diecisiete.

Las manos de Adrianna se movían constantemente, ansiosas. Su mirada estaba en el entrevistador, quien movía la boca, pronunciando palabras sin detenerse, pero ella no estaba escuchando, no podía salir del trance en el que estaba. Sus dientes desprendían la piel de su mejilla derecha interna, porque estaba nerviosa. O más bien, abrumada.

No podía dejar de pensar en la cercanía de Tom el otro día. Porque estaba acostumbrada a discutir con él teniendo su respectivo espacio personal. No a tan escasos centímetros, no teniendo demasiado cerca sus perfectas facciones. Así que podía estar abrumada, porque Tom tenía ese poder sobre ella, incluso si lo negara, en su interior sabía que toda su fuerza de voluntad se perdía cuando él estaba cerca. Tan cerca como lo estuvo el otro día, luego de casi descubrirla. Y lo había hecho, en realidad, pero continuaba con el por qué de sus acciones, ya que había estado haciéndole preguntas a Bill sobre ello. No obstante su amigo fingía no saber nada de ello. Claro que Tom no era estúpido, y tarde o temprano lo averiguaría.

En el concierto.

Aquel primer evento que ocurriría en menos de dos semanas.

Estaba todo preparado, las entradas se habían vendido rápido, al igual que las entradas de Suecia, y eso la tenía contenta. Todavía no podía creerlo; tocaría en su país, en su ciudad, era mucha alegría para asimilar.

—¿...están emocionados por eso? —Adrianna fue sacada de sus pensamientos tras volver a la realidad y escuchar las últimas palabras de la pregunta.

Su mirada se dirigió a Bill, en busca de ayuda. Él contestó.

—Estamos muy felices por el éxito del álbum. Claro que nos emociona mostrárselo a le gente en vivo.

—¿Estás ansiosa por ir a Estados Unidos, Adrianna?

Ella sonrió de lado, era obvio que aquella pregunta iba con dobles intenciones. Era la primera entrevista que tenían luego de que Jeremy hubiese hablado de ella en América. Y no había sido la primera vez, pues el muchacho también la había mencionado con uno de los paparazzi que lo seguían con constancia. Ella se sentía muy halagada al respecto, no tenía dudas que aquel era un buen chico.

—Sí —declaró ella, y los gritos de emoción de las personas en las gradas estallaron. —Creo que es una de mis más ansiadas estadías.

—¿Hay algún motivo en especial? ¿Podría quizás ser un chico de ojos azules?

Bill rió a su lado, y ella solo sonrió. No quería mostrar demasiado entusiasmo, no estaba allí para provocar un rumor sobre algún romance, sino para hablar del álbum y la próxima gira. Sin embargo no pudo contener el sonrojo de sus mejillas.

—¿Jeremy?

—Tú lo has dicho, no yo —Adrianna rió ante la astucia del hombre. —¿Qué piensas de él?

—Ella piensa que es muy lindo —se adelantó Bill y Adrianna se cubrió el rostro.

—No para de hablar de él —se sumó Georg, riendo.

—Ni siquiera lo ha mencionado —dijo Tom con tranquilidad, Adrianna se giró a verlo con el ceño fruncido.

—Gracias, pero no deben contestar por mí. Jeremy se ve un chico muy agradable, es muy lindo lo que dice de mí, más allá de eso, no hay mucho que pueda decir. No lo conozco —confesó con una pequeña sonrisa.

—¿Te gustaría hacerlo? —continuó el entrevistador, presionándola. Ella suspiró.

—Por supuesto.

—¿Sería muy difícil para él tener alguna oportunidad contigo? ¿Qué dicen ustedes, chicos? —Se dirigió especialmente a Bill.

Y no era de esperarse, todo los fanáticos sabían que Bill era un hermano para ella. Lo había dicho también cada vez que le preguntaban sobre él, por lo que era lógico que le hiciera aquella pregunta.

Bill, sin embargo, le cedió la palabra a Tom, quien estaba sentado a su lado, con las piernas abiertas, recostado sobre el sofá, tenía los brazos cruzados y el gorro en su cabeza sólo lo hacía ver más vago de lo normal. Adrianna apartó la mirada de él cuando los marrones ojos de Tom se dirigieron a ella.

—Es nuestra chica, si quiere algo con ella, tiene que pasar por nosotros primero —la voz tajante que usó para decir aquello, le hizo entender a Adrianna que estaba molesto por ello.

Tuvo la necesidad de dejar algunas cosas en claro. Pero Bill se adelantó.

—Si es el chico correcto, y demuestra que la hará feliz, no habría problema con eso. Pero ninguno mencionó haber estado interesado amorosamente en el otro. No todos los chicos se acercan a ella para tener una relación. No es lo único que tiene Adri para ofrecer.

Adrianna recostó su cabeza en el hombro de Bill. Este acarició su brazo.

Los aplausos llegaron, y el entrevistador tomó aquel impulso para desviar el tema y continuar hablando del Álbum.

Tom le dio la correa a Adrianna para poder firmar unas fotografías que ella ya había firmado. Por otro lado, Bill estaba teniendo una pequeña charla con una de las chicas que anteriormente le había pedido un autógrafo. Ella decidió alejarse para dejar a los gemelos con sus admiradoras. El perro frente a ella comenzó a olfatear un letrero.

Luego de la entrevista que tuvieron en la mañana, decidieron que le dejarían el día libre al hombre que paseaba a los perros para ellos mismos salir y aprovechar de llevarlos. Hacía tiempo que no habían compartido con sus mascotas. Los ensayos los consumían, por lo que las visitas que los canes les hacían en el hotel eran casi nulas.

—Oye, quieto —ordenó Adrianna al perro de Tom, pero el animal parecía tener mucha energía ese día. Mientras que el Golden Retriever de Bill se mantenía sentado a su lado, con la lengua afuera, viéndose tan bonito como siempre.

El perro negro continuó tironeando, queriendo avanzar más de lo que la correa le tenía permitido.

Le dio una rápida mirada a Tom, pero el chico estaba ahora hablando con una fan junto a Bill. Mordió su labio y lo llamó por su nombre, pero el animal no cedía.

—Ay.

El Golden se recostó en el césped, seguro y sentía lástima por ella.

—¡No! —gritó cuando el animal comenzó a tironear más fuerte.

Rápidamente Tom se aproximó a ella para tomar la correa y llamar a su mascota. El perro dejó de tironear y se sentó a un lado del Golden. Adrianna jadeó indignada.

—Solo quiere llamar tu atención. ¿Acariciaste al perro de Bill? —Ella asintió y Tom chasqueó la lengua, como si estuviera diciendo algo obvio —Ahí está.

—Es un perro —aclaró ella, frunciendo el ceño.

—También puede sentir celos. ¿Vas a discriminarlo solo porque es mío? —inquirió Tom al tiempo que Bill se sumaba a ellos, despidiéndose de las chicas.

—¡Ni siquiera lo hice! Siempre que quiero acariciarlo se pone loco, no sé. ¿Y si me muerde?

—Se pone ansioso —corrigió Bill, caminando a su lado.

Adrianna suspiró.

—Es incluso difícil tratar con tu perro, Tom.

Los canes caminaban juntos, era casi gracioso ver como eran parecidos a Tom y Bill en la vida real. Así que no pudo evitar soltar una risita. Bill pasó una mano sobre los hombros de la menor.

—Él percibe las malas vibras. Seguro y sabe lo mal que me tratas.

Ella rodó los ojos.

—No es cierto.

—Pruébalo entonces, toma —le tendió la correa. Adrianna dudó en tomarla, y la burla en los ojos de Tom la obligó a hacerlo.

Y, como acto de magia, el perro comenzó a comportarse de otra manera. Volvió a tironear, provocando que Adrianna tuviese que caminar un poco más rápido. Ella lo llamó repetidas veces, pidiéndole silenciosamente que se comporte. Detrás de ella los gemelos reían.

—¡No le veo lo gracioso a la situación! —exclamó teniendo que sostener con fuerza la correa.

Sus manos dolieron por la fuerza, y sin tener otra alternativa soltó la correa. Bill salió corriendo detrás del perro, y Adrianna, al soltar la correa que anteriormente estaba siendo tironeada por el perro, provocó que su cuerpo se fuera hacia atrás, sus pies enredándose.

Y cuando iba a caer al suelo, Tom la tomó de la cintura para sostenerla, pero sus pies tropezaron con los de Adrianna y terminaron los dos cayendo al suelo.

Para la sorpresa de Tom, ella comenzó a reír. Su espalda estaba contra el pecho de Tom, y ni siquiera le importó que Bill aún no pudiese alcanzar al animal. Tiró su cabeza hacia atrás, reposándola en el hueco entre las clavículas y el cuello de Tom. Este rió también al ver como Bill llamaba al perro pero este confundía sus llamados, creyendo que estaba jugando con él.

La familiaridad de aquella posición hizo que se percatara de lo cerca que estaban y se levantó de inmediato.

—¿Qué haces? —Inquirió Tom, extrañando el calor de su cuerpo. Se levantó junto a ella.

—¿Qué haces tú?

—¡Nada! Solo te sostuve para que no cayeras.

 —Pues caí igual —dijo a la defensiva. Tom se acercó para limpiar la ropa de la menor, la cual había quedado con basura.

Adrianna alzó las cejas.

—¡Tom, dile que no estoy jugando!

El recién nombrado comenzó a reír y trotó hasta su hermano.

Adrianna tragó saliva, sintiendo un leve dolor en su pecho por haber disfrutado de aquel momento.

Bill llegó a su cabeza: "¿Por qué no admites que sigues enamorada de él?"

—Porque eso implicaría volver a donde mi corazón se rompió —susurró para ella misma, antes de forzar una sonrisa y caminar hacia los gemelos.

rookiefilm ★ 2O23

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro