Capítulo diecinueve.
El vuelo había sido eterno. No en realidad, pero sí para Adrianna. Se le había hecho imposible poder cerrar los ojos y dormir. Cada vez que lo intentaba su cabeza se iba a un lado, y cuando su sueño le había ganado por completo durante unos minutos, al despertar se encontró apoyando su cabeza en el hombro de un sonriente y complacido Tom. Quien por cortos periodos de tiempo sí consiguió dormir, ya que el resto se la pasó toqueteándola como si no tuviera algo mejor que hacer. El apoyabrazos había sido retirado en algún momento del viaje, y eso hizo que Tom pudiera estar más cerca de ella. Su rodilla estuvo casi todo el viaje pegada a la de Tom, causando esas mariposas en su estómago. Ninguno de los dos se vio realmente incómodo con eso.
Y esa era una de las razones por las que Adrianna no pudo conciliar el sueño. Se encontró a ella misma sintiéndose demasiado nerviosa, siendo totalmente hipnotizada por lo bonito y vulnerable que se veía el chico dormido. Su rostro adormecido le provocaba ganas de dejar besos por todas sus facciones.
Cuando abría la boca era el verdadero problema.
Ya estaban todos los chicos bajando del avión, el frío de la mañana los recibió, abrazando con violencia el cuerpo de los jóvenes, y Adrianna se regañó mentalmente por no haberse traído con ella una de sus sudaderas, en lugar de aquel suéter que no la abrigaba para nada.
—¡Adri! —la llamó Bill, y cuando se acercó lo suficiente, tomó el bolso de la chica para cargarlo él. —¿Pudiste descansar? ¿Te molestó mucho mi hermano?
—Lo normal, supongo —dijo envolviendo sus brazos en el torso de su amigo. Bill dejó un beso en su cabeza, antes de que tuvieran que apartarse para seguir caminando.
Tom llegó a su lado, tenía un cigarrillo entre sus dedos, y Adrianna se lo arrebató para tirarlo al suelo y luego aplastarlo. Prosiguió a recogerlo y tirarlo dentro de unos basureros del aeropuerto. Este frunció el ceño, desconcertado por la acción de la menor.
—Es demasiado temprano y no has comido nada, estúpido —espetó, los gemelos se miraron sorprendidos. Adrianna los ignoró para continuar caminando con ellos detrás de ella.
—¿Estás preocupándote por mí? —inquirió él humedeciendo sus labios, ese tono pícaro en su voz. Pasó un brazo sobre los hombros de la chica cuando vio a los fotógrafos aproximándose a ellos con las cámaras.
Adrianna se preguntaba cómo es que podían estar tan temprano allí, apenas estaban llegando y ya eran cubiertos por los flashes de las cámaras. Un suspiro salió de sus labios y permitió que Tom caminara a su lado. Bill se les adelantó, hablaba con Gustav y Georg, y saludaban a los camarógrafos.
El perfume de Tom llegó a sus fosas nasales y tuvo que resistirse para no cerrar los ojos y hundir su nariz en la sudadera del chico. Tuvo que forzar una sonrisa cuando vio a un hombre y una mujer acercarse a ellos. El sujeto llevaba una cámara y la mujer era quien hacía las preguntas. El guardaespaldas los detuvo a cierta distancia.
—¡Adrianna, Tom! ¿Cómo se sienten? ¿Qué tal el viaje? —inquirió la periodista. Tom recorrió a la mujer con la mirada, sus ojos pasando por su cuerpo de pies a cabeza. Cuando Adrianna iba a quitarle el brazo de sus hombros él se adelantó. Pero nada más para tomarla de la cintura y sonreír a la cámara que tenían frente a ellos.
—Estamos muy bien, el viaje estuvo... entretenido —le dio una mirada a Adrianna, ella tenía una sonrisa fingida en el rostro.
—¿Ansiosos por comenzar la gira?
—Mucho. Esperamos el amor de la gente, ya queremos ver sus reacciones al escuchar el nuevo álbum en vivo —contestó Adrianna. Estaba cansada y realmente necesitaba dormir, así que, tras despedir a la mujer con una agitación de manos y una sonrisa, tomó la mano de Tom para comenzar a caminar.
El toque le hizo cosquillas, su corazón se aceleró. Tom apretó su mano, dejando pequeñas caricias con su pulgar.
Cuando estuvieron fuera del ojo público, lo soltó y se alejó. Tratando de ignorar los fuertes latidos de su corazón, anheló no haber extrañado el toque tan diminuto, el calor de su mano apretando la suya.
El vehículo ya los esperaba para transportarlos al hotel. Adrianna subió primero y se sentó a un lado de Bill. En cuanto estuvieron todos dentro, se pusieron en marcha.
⋆
Adrianna soltó un suspiró y se dejó caer sobre el sofá, tiró su cabeza hacia atrás y cerró los ojos mientras escuchaba las palabras del mánager. Hace algunos minutos habían llegado y ya estaban recibiendo órdenes. Estaban todos cansados, y sólo querían irse a dormir. Sus ojos casi se cerraban solos, le costaba mantenerse despierta con las caricias que Bill le estaba dando en su brazo.
—Están preparando el estadio, mañana iremos a verlo. Tienen el movimiento de las luces, mañana son las pruebas de sonido, este resto de día lo tienen libre, descansen, aliméntense y no salgan del hotel. Tom, ¿me oíste? —ordenó, en dirección al chico afirmado sobre una de las paredes. Tenía la mirada fija en la mano de Bill, como acariciaba el brazo de la chica y esta parecía tan complacida con eso. Asintió sin prestar mucho atención.
Cuando la charla finalizó, tuvieron la autorización de irse a sus habitaciones.
Adrianna se despidió de los chicos dejando un beso en la mejilla de cada uno, a excepción de Tom, a este solo le dio un asentimiento de cabeza. Todavía no sabía en que posición estaban, las discusiones había disminuido, pero no los convertían en amigos, solo... compañeros de banda. Solo debían fingir una amistad fuera del hotel.
En cuanto cerró la puerta de su habitación el silencio se hizo presente. Y caminó de forma perezosa hacia la cama, no se preocupó de cambiarse la ropa, solo se metió entre las sábanas y en cuanto sus ojos se cerraron, un mensaje llegó a su teléfono. Gruñendo lo buscó entre sus bolsillos y cuando dio con él lo tomó para observar la pantalla. Sus ojos se abrieron a tope al leer el mensaje...
Su corazón se detuvo por un microsegundo.
"Espero te encuentres muy bien, y que esto no sea muy raro. Pero me he enterado de que ya comienzas la gira, así que solo quería desearte suerte. Disculpa la hora, no estoy consciente de la diferencia horaria. Jeremy :)"
Se sentó sobre la cama, mirando el mensaje con la boca abierta, procesando lo que estaba leyendo. Entonces una sonrisa se formó en su rostro. Luego frunció el ceño.
¿Cómo había conseguido el chico su número?
Había sido un lindo gesto por su parte, sorpresivo, pero lindo. Por supuesto que debía de contestarle algo, la pregunta era, ¿qué? No quería ser textualmente fría, o que el mensaje fuera un "Oh por Dios, me escribiste. Vamos a casarnos la próxima semana".
Optó por lo clásico, aquello que no demostraba demasiado su emoción, ni la sorpresa de que un repentino mensaje de aquel chico llegara a su buzón. ¿En serio estaba allí? Por las dudas volvió a leer, una y otra vez.
"Muchas gracias, le daré a los chicos tus saludos. Adri." Contestó, con una sonrisa orgullosa en su rostro.
La respuesta no tardó en llegar. Para ese entonces ella ya estaba desprendiendo el cuero de su mejilla interna.
"Claro, aunque en realidad, era más para ti que para ellos. Como sea, espero verte cuando vengas aquí."
Su sonrisa decayó lentamente. ¿Para ella nada más? ¿Qué había de los demás? Todos estaban a punto de comenzar la gira, no solo ella. Se encontraba en una situación que requería ser analizada por una persona experta, alguien que supiera que hacer en esos casos.
—¡Bill! —llamó a su amigo, corriendo fuera de la habitación.
El sueño había quedado en el olvido.
rookiefilm ★ 2O23
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro