Mañana
Era otro de esos días en que el sol metía su color arrellanándolo con una firme representación de calor.
Uno debía ser serio con su vida en tiempos de frío y hambruna. Por lo que no fue ni sería de extrañar que Lucien estuviera cocinando al son de un radio descarriado.
Unos cuantos tíos de farra aullaban sobre el fin del mundo...Y la ventana temblaba a veces de frío y otras de miedo, porque se asustaba fácilmente.
-Rayos, otra vez esos gritos no me han dejado dormir - Dijo en tono de abanico la compañera de Lucien. Llevaba un café sin vapor (o sea frío) en su mano, por lo que creerle tampoco.
En cuanto a las ocupaciones y lo que estaba haciendo Lucien. No había ni coexistía alguna preocupación ante su tranquilo asado de huevos. Es más, la calma era ingrata .
Ya con los alimentos y los platos listos. Decidieron sentarse ambos en la mesa, modestamente ochentera. Abandonada, como el desayuno aquel, que en cuanto a palabras ninguna...más que la de "gracias"
Lucien tenía doce años ya con frío. Un frío al sol, un frío al día y a la noche. Un frío que lo acompañaba desde que se bañaba, hasta que volvía a bañarse. De ahí que estaba tapado, aunque su ropa no lo dijese. Su compañera, en cambio, estaba finamente abrigada. Con una blusa blanca, al punto calada y unos pantalones grises. Tan deportivos como gastados.
- La verdad no me gusta ya este lugar- dijo Lucien
-Le daré dos días más para que se tranquilice - concordó Melissa
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro