Capítulo O8
Capítulo O8: Doble cara.
Cuando TaeHyung abrió los ojos, con lo primero que se encontró fue con Ikar. El gatito descansaba a su lado, con los ojos cerrados. TaeHyung esbozó una pequeña murga de felicidad, y para cuando vio el reloj en la pared, se puso de pie con tanta rapidez que no pudo evitar marearse.
Entendió que se había quedado dormido y que probablemente no habría nadie en casa. Miró la fecha en su celular, era exactamente el 14 de febrero, y daban apenas las 12:00 del día. Era bastante tarde, pero a comparación del calor que estaba sintiendo, parecía más bien que eran las 2:00 P.M.
— Aaah, estás despierto, TaeHyung.
El chico dio un salto en su lugar, girándose a ver a JungKook, quien entraba tranquilamente por la entrada principal. En sus manos llevaba algunas bolsas que parecían pesadas, pero antes de poder ayudarle, las dejó sobre la mesa. JungKook se acercó a él y por inercia llevó el dorsal de su mano a la frente del castaño.
— Ya no tienes fiebre.
— ¿Tenía fiebre?
— Al principio creí que estabas muerto. Te puse unos paños de agua sobre la frente. No sé por qué te enfermaste. BaekHyun dijo que antes te pasaba a menudo. Aaaah, pero compré unas bebidas para que estés mejor... En la tienda dijeron que eran electrolitos, o algo así. También traje medicamentos que son útiles.
JungKook desembolsó todo en la mesa del comedor, separándolo de otras cosas como yogures, helado, y gelatinas. Había hecho las compras en esos diez minutos que estuvo afuera, pues el refrigerafor estaba vacío y no había llevado nada al apartamento los últimos días.
— Gracias.
TaeHyung realmente no sabía qué más responder. Rara vez se enfermaba con tanta fuerza, al menos como para quedar dormido por horas. Por esas razones, jamás se sintió tan cuidado y protegido por nadie. Además, tenía dolor en la cabeza y eso no lo dejaba pensar con la suficiente fluidez.
JungKook le sonrió desde su lugar, pero podía notar esa incomodidad en él. De repente, recordó lo que tenía TaeHyung entre las manos cuando se despertó y lo vio.
— ¡Aaaah! Dejé tu álbum de fotos en tu habitación. No revisé nada, por si te lo preguntas. Y también los casetes en el reproductor, los guardé.
— Sí. Gracias.
— ¿No tienes hambre?
El castaño tocó su estómago y asintió un poco. Sin esperar mucho, caminó hasta la cocina, rebuscando qué comer. JungKook sabía que eso pasaría, así que preparó antes algo de fruta. Le arrimó el bowl con trozos picados.
— Deberías de comer fruta antes.
— Seguro. ¿Puedo tomar de aquí?
— Sí.
— Gracias.
JungKook no podía entender cómo es que una persona como él, tan valiente, independiente, y a la vez tímida y agradecida con cualquier pequeña acción, fuese en el pasado alguien tan... Deprimente. Y en la actualidad siguiese dando ese sentimiento de melancolía depresiva.
Recordaba aquellas finas palabras, aquellas claras y poco confusas palabras que BaekHyun le dijo: Sé que puede parecer que jamás ha cometido errores y que está simplemente bien, pero incluso antes de que todo el incidente con JaeHyun sucediera, TaeHyung estaba roto por dentro. Y eso lo hacía ser una persona de sentimientos muy vagos y tristes. Se sentía invisible. Y pensaba en terminar con su vida.
¿Qué puede suceder contigo para que desees terminar con tu vida?
JungKook se imaginaba al TaeHyung de antes y al TaeHyung de ahora, pretendiendo comparar algo que jamás conoció. Era difícil imaginarlo aún más triste, aún más cohibido. Incluso cuando TaeHyung le contestaba si algo no le parecía bien, incluso cuando discutía si las cosas no salían como quería... Incluso si TaeHyung gritase... No lucía intimidante. Ni seguro de sí mismo. Ni seguro de estar haciendo lo que él quería hacer. Más bien, lucía encerrado en una capa de lúgubre agonía. Esperando a que su príncipe anhelado llegara a rescatarlo. Era una lástima que alguien como él, tan capaz de todo, no quisiera intentar absolutamente nada por salir de aquel hoyo que muchos llamaban perdición.
— Si quieres, en la tarde podemos ir a comer al restaurante. Al parecer también va a ir Baek y... Lucas.
Él lo mira algo confundido, pero termina por entender a la perfección y asiente lentamente.
— Sí. Está bien.
Y de todas maneras... ¿Era posible arreglar un alma tan rota como esa?
"Incluso si él parece estar bien... No lo está. No sé si te has dado cuenta, pero él no sale. Hasta hace poco comenzó a comer más y a subir de peso, porque estaba anémico. Solo por eso. Su único motor es la universidad, y... Quiero suponer que yo también".
¿Era posible hacer que alguien tan falto de emoción en su vida se sintiera alguna vez satisfecho con las oportunidades maravillosas que ésta le ofrecía?
— ¿Te gustaría hacer otra cosa antes de ir a comer?
— No hay nada especial hoy.
Pero es que nunca lo había. Jamás quería hacer nada. Nada más que sentarse a ver televisión, sólo. O escuchar música sólo. ¿No es que necesitaba abrirse al mundo? ¿Por qué no tenía amigos en la escuela? JungKook suspiró en su lugar, sintiéndose incómodo con su propio cuerpo.
— Podemos... ¿No te gustaría jugar algo?
— No, no mucho.
"E incluso si lo intentas con todas tus fuerzas, él será inestable. Y te dirá que sí y parecerá que mejora, pero vuelve a caer. Siempre vuelve a caer. No importa cuánto tiempo lleve de pie... TaeHyung cae de nuevo al sentirse solo un momento en soledad".
Y si necesitabas a alguien que estuviera con él, ¿por qué de entre todos lo elegiste? A ese pelinegro que tenía el corazón medio enmendado, y cerrado ante todos. Que salía a trabajar y haría lo posible por evadir las situaciones más incómodas que pudiese pasar.
— TaeHyung, quiero que me acompañes a un lugar que es bastante especial para mí. ¿Puedes hacerme ese favor?
"Pero tengo una esperanza contigo, JungKook. Realmente, tengo puesta toda mi confianza sobre ti".
—... Está bien.
"Después de todo... Tú comprendes el dolor casi de la misma manera".
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