Te escribo porque estoy resignada, no me has traído nada bueno, todos te ven como la cosa más maravillosa del planeta cuando en realidad la decepción es lo que te caracteriza. Renuncio a sentirte, renuncio a pensarte, renuncio por completo a tenerte.

Renuncio, renuncio y renuncio.

Y te escribo está carta porque será la última vez que sabrás de mí.