Capítulo 18 - Última carta
—Estás más demente de lo que pensaba... —confesó Row después de escuchar a Nakai.
—Estoy abierto a mejores opciones —replicó Nakai, Dakota y Naz se mantenían silenciosos y escépticos, el plan del justiciero era algo que quizá funcionaría en circunstancias normales, pero no lo eran.
—Nakai nada es seguro con tu plan, si la más miserable parte sale mal, te podrían matar —explicó Row nerviosa, Nakai ante el comentario soltó una media sonrisa.
—Dime algún plan que no sea así —comentó.
—Ayudaré —dijo Dakota después de mucho esfuerzo para obligarse a decir palabra, Nakai y Row voltearon a verla, sorprendidos —. Y antes de que se nieguen, advierto que iré no importa lo que me digan —aseguró la chica de piel tostada y ojos verdes, Nakai la vio con una expresión seria, casi juzgándola.
—¿Crees que podrás hacerlo? —preguntó Nakai, sabiendo que las habilidades de Dakota serían más que una simple ayuda, sin embargo, Dakota observó sus manos, la duda se notaba en sus ojos, pero poco a poco fue sustituida por determinación.
—Haré lo que pueda, siento que es lo que debo hacer —aseguró ella, soltando un nuevo y más fuerte suspiro de frustración de Row.
—Ustedes dos se empiezan a parecer demasiado...
—Entonces yo también iré —dijo Naz, ahí si recibiendo una fuerte negación de Nakai —. ¿Dejarás a una jovencita ir, pero no a mí? Sabes que puedo pelear
—Sí, también sé que ella no sería capaz de matar a alguien, pero estoy casi seguro que tú en una mala situación lo harías sin dudar y eso es algo que no podemos hacer ahora —objetó Nakai, Naz abrió la boca para defenderse —. ¿O me aseguras que no mataras a nadie? Ninguna persona —preguntó, obligando a Naz a no hablar.
—¿Cómo aseguras que ella no lo hará en medio del miedo y la adrenalina? —preguntó su tío con duda en la confianza que Nakai ponía en su hermana de dieciséis años.
—Porque ella no es como nosotros —afirmó Nakai, Naz quedó en silencio, confirmando las palabras de Nakai.
Row volvió a suspirar con fuerza por tercera vez, entonces se acercó a su silla frente a los monitores, en ellos comenzaron a aparecer la vista de las cámaras más cercanas de los edificios de los 60-3, Row fue incapaz de acceder a las cámaras en el interior del lugar.
—Muy bien si quieres ir a lo Corazón Valiente contra estos desgraciados, al menos tendremos que buscar la manera de probar que tu no asesinaste a los 60-3 ni a Javier Cortez —explicó ella.
—Liaying Lau —dijo Nakai.
—¿De verdad crees que esa perra te dará lo que quieres?
—Si algo le importa a Lau es tener el control y vamos a desatar un maldito caos encima de ella —explicó el justiciero.
—Estás asumiendo muchas cosas aquí Kai —comentó Dakota.
—Conozco a estos malditos, la ventaja de pelear con ellos por tantos años es saber lo que les saca de quicio —se defendió Nakai —. Confíen en mi —les pidió, Row después de unos segundos de incertidumbre asintió, al igual que Dakota y Naz.
—Muy bien, repararé tu traje lo más rápido que pueda y quizá esté lista mentalmente para la estupidez que estamos a punto de hacer... aunque lo dudo —dijo la chica de cabello rulo antes de tomar la parte superior del traje de Renegado con un agujero en el abdomen.
—Kai... —escuchó la voz de su hermana y volteó, ella veía sus manos casi temblorosas —. Sé que dije que te ayudaría, pero la verdad es que no sé si soy capaz de controlar... lo que sea que es esto —dijo dudosa, Nakai entonces sostuvo sus manos.
—Hablemos un momento —dijo él, señalando a Forajida con su cabeza.
Ambos entraron al auto, Nakai en el asiento de conductor y ella en el de copiloto, su hermano comenzó a buscar algo debajo del asiento, Dakota no entendía que hacía, hasta que entonces sacó una pistola oculta.
—Menudo cliché —comentó Nakai con la pistola en manos, revisando el cargador y cargándola —. ¿Sabes cómo descubrí mis poderes?
—Sabes muy bien que no.
—Fue la noche que me fui, quizá no recuerdes que esos últimos meses había comida de sobra en la mesa, estábamos bastante bien —comenzó a contar.
—Algo, sání dijo que era porque papá se había metido en trabajos turbios.
—Bastante, estaba ayudando a traficantes a ocultar armas en la reserva de New River, él era un Ranger, era fácil para él saber dónde ocultarlas de las autoridades —explicó viendo a la nada, Dakota por alguna razón pudo sentir la profunda tristeza de Nakai —. Pero un día quiso hacer lo correcto...
—Esa noche —agregó ella, Nakai asintió.
—Yo lo seguí por alguna razón, llegaron las autoridades, él quedo en el fuego cruzado, al igual que yo —dijo Nakai, entonces tapó el cañón de la pistola con su mano y tiró del gatillo, Dakota no pudo evitar dar un pequeño salto por el estruendo del arma, segundos después mostró la palma de su mano manchada de pólvora y la bala abollada en el centro —. Claro que en ese momento mis poderes me salvaron.
—¿Y porque no volviste?
—...Los maté a todos —confesó, Dakota tragó saliva —. No podía ni verme al espejo después de eso, solo vi rojo entonces... policías o criminales, todos —Dakota quedó en silencio, no tenía idea que su hermano había pasado por algo así, colocó su mano en el hombro de él mostrando su apoyo.
—Ya no eres así.
—Eso espero... —dijo él, entonces volteó a verla y sujetando el arma con la mano izquierda, apuntó a su hermana —. Y espero que tu jamás lo seas —la piel de Dakota se erizó a la vez que se hundió en el asiento —. Cuando te apuntan con un arma usualmente se tienen dos pensamientos, salir de la línea de tiro o llegar al que está detrás de la pistola y sabrá Dios que le harás —explicó Nakai.
—Kai...
—Mantén en tu mente salir de la línea de tiro —ordenó Nakai —. No importa que esté detrás del arma, tu solo aléjate de la línea de tiro ¿Entendido? —preguntó él, Dakota asintió —. Los animales tenemos un instinto de pelear o huir, yo no tengo muchas razones para huir, pero tu primero huiras antes de pelear —Dakota volvió a asentir, Nakai sonrió retirando el arma y abriendo la puerta del auto —. Estaremos bien, además creo que puedes contar con tus poderes, tu pagaras los asientos —mencionó al salir.
Dakota entonces se percató de sus manos aferradas al asiento y las garras penetrando el cuero dejando arañazos profundos en ellos, al soltarse y relajar los músculos las garras se retrajeron, volvió a tensarlos y las garras volvieron a aparecer a su voluntad, sonrió.
Al ver a Nakai salir del auto, Naz se apresuró para confrontarlo, el anciano tenía la respiración pesada y las cuencas hundidas, Nakai podía ver el cansancio en los ojos del hombre.
—No puedes hacer esto solo —le dijo.
—No estoy solo —corrigió Nakai pasándolo de largo sin hacer contacto visual.
—No puedes confiar en ella en batalla, nunca ha peleado con alguien.
—Cuando la encontré escondiéndose de las pandillas estuvo dispuesta a apuñalarme con una lanza Corvyniana, tiene la pelea en su sangre —corrigió otra vez.
—¿Por qué estas siendo tan terco sobre esto? —preguntó Naz, Nakai suspiró y volvió a verlo.
—¿Crees que no lo veo? —preguntó con sarcasmo —. Estas agotado, parece que te fueras a desmayar aquí y ahora, no podrías manejarlo —afirmó Nakai, el rostro de Naz se llenó de frustración —. Viniste aquí para que te ayudemos a acabar con ese monstruo y lo haremos, un frente a la vez, esa carga ya no es solo tuya.
Naz mostró una profunda tristeza en su rostro, Nakai podía comprenderlo después de tanto tiempo solo peleando contra el Wendigo, pero después de acabar con las pandillas y su red de tráfico, ese monstruo ya no tendría escapatoria.
—Estaremos bien... —dijo Nakai, un silbido tras de ellos llamó su atención, Row se encontraba en su meja de trabajo, el traje de Renegado estaba en un maniquí y había terminado de arreglarlo, junto a ella Dakota tenía una lata de pintura blanca.
—¿Qué te parece? —preguntó Row, Nakai observó su traje, símbolos parecidos a sus tatuajes se apreciaban en el traje, junto con pintura de guerra en el rostro, sobresaltaba la garra de oso, hecha con pintura blanca en su pecho, ligeramente hacía la izquierda, Nakai sonrió y vio Dakota.
—Supongo que había que hacerlo oficial —comentó, Dakota sonriente asintió.
—Aunque lo hice para tener una excusa para pedir mi propio traje —dijo ella con ojos de súplica hacía Row.
—Supuse que lo dirías —dijo mientras caminaba a su propia habitación y volvía con un objeto cubierto con una manta —. Después de que hablamos reuní lo que sobró de la armadura alienígena, te sugiero no tentar a la suerte, no pruebes que tan resistente es a las balas —dijo descubriendo el maniquí, tenía puesto un traje negro con patrones rojos y naranja, mangas largas y dedos descubiertos, no tenía protección en el rostro, pero alrededor del cuello había pelaje color sal y pimienta, como una amenazante melena.
—...Espero que sea piel falsa —dijo Nakai.
—¿Qué clase de monstruo crees que soy? —se sintió insultada Row.
—Me encanta —susurró Dakota mientras palpaba el traje con una sonrisa.
—Quizá podamos pensar en un nombre para ti... ¿Bestia? —preguntó Row, recibiendo miradas fulminantes —. ¿No? ¿Podemos usarlo, legalmente?
Marco Cortez descansaba en una camilla especializada, varios doctores caminaban alrededor, removiendo sus extremidades dañadas y tratando las heridas, ni siquiera sus ojos inyectados de sangre ni sus venas hinchadas ocultaban la ira de su rostro.
—Asumiré que esto no fue provocado por el Renegado —comentó Nour el cual esperaba a un costado de la habitación.
—Ese bastardo es una mosca en la pared comparado con esto —contestó Marco —. Hay que hablar con Lau y mi papá, tengo un plan para resolver todos los problemas
—Oh... No lo sabes —comentó Nour, Marco lo observó con preocupación —. Tu padre... Renegado siguió el helicóptero después de la explosión, lo interceptó y... —hablaba mientras se acercaba a Marco con una tableta en mano, mostrando la grabación de las noticias del fallecimiento de su padre.
Marco observó la grabación su mandíbula se tensó con tanta fuerza que desde el agujero de su mejilla comenzó a brotar sangre y con su única mano arrojó el dispositivo destrozándolo contra la pared junto con un grito desgarrador, Nour observó sin reacción aparente, Marco se intentó sentar cuando uno de los médicos se lo impidió presionándolo contra la camilla, N.O.S lo sujeto del cuello y estrelló su cráneo contra la barandilla.
—¿Sabes cuánto pague por el personal? —preguntó Nour con sarcasmo.
—Ese bastardo... —maldijo con lágrimas brotando de su ojo natural mientras que el mejorado brotaba sangre.
—Deberían chequear eso, no deberías ser capaz de llorar desde ese ojo —comentó mientras se acercaba, dándole un pañuelo para limpiar la sangre de ese ojo —. Si tan solo hubieras cumplido tus ordenes... —dijo Nour, ahora presionando su dedo en una cortada del abdomen de N.O.S, el muchacho soltó un grito ahogado, golpeando la camilla —. Así que me vas a explicar cómo paso todo esto.
—El barco exploto... no es mi culpa —se defendió N.O.S
—Algo que jamás debió haber sucedido, tenías a la plaga de Renegado en frente, ¿Cómo explotó?
—Había alguien con él... —dijo —. Un viejo... No pelee con el otro.
—¿Sabes cuánto me arriesgue por ti? ¿Cuánto invertí? —preguntó sujetándolo de la barbilla —. Si no fuera por mi serías el equivalente a una maldita vaca lechera.
—Lo arreglaré...
—¿Cómo?
—La cosa que me hizo estas heridas, un monstruo —contestó —. También quiere al Renegado, quiere matarlo...
—Tenías mi curiosidad, ahora tienes mi atención —dijo Nour —. Cuéntame todo sobre esa... cosa
Nakai terminaba de colocarse el traje de Renegado, ajustando los guantes y a punto de colocarse el casco, cuando escuchó la puerta de la habitación de Row, primero salió ella y la siguió Dakota vistiendo su nuevo traje, el pelaje grisáceo alrededor del cuello cubría su rostro a los costados y nuca, su rostro poseía pintura de guerra como sání les había enseñado, desde sus pómulos hasta la frente estaban pintada de negro y a lo largo de su rostro líneas blancas como zarpazos destacaban.
—Los niños irán a su primer acto heroico juntos, déjenme tomarles una foto —se burló Row con un tono maternal, recibiendo el dedo medio de Renegado.
—Si salen ahora, no hay vuelta atrás —comentó Naz, Renegado sabía eso desde un inicio, por lo que desvió la mirada a su hermana, podía escuchar su respiración nerviosa.
—Nos protegeremos... —dijo Nakai, Dakota volteó a verlo y después de cerrar los ojos y respirar hondo, asintió.
—Estaré atenta a cualquier señal de comunicaciones, si alguno de estos idiotas recibe hasta la llamada de sus amantes, las escucharé —dijo Row, para después hacer una mueca —. Eso sonó mejor en mi cabeza
Nakai soltó una ligera risa junto antes de colocarse su casco, ahí todo rastro de humanidad desapareció, el siniestro rostro de Renegado ocupó su lugar, movió su cuello tronando sus vertebras.
—Adelante —dijo Renegado entrando en Forajida, Dakota lo acompaño en el asiento del copiloto.
Activaron el elevador y Forajida comenzó a moverse hacía la salida, por un segundo quedaron a oscuras, Dakota seguía respirando profundamente, con sus ojos cerrados, recordando ese sentimiento cundo se enfrentaron a Wendigo, esas palabras que le dieron el empuje que necesitaba.
"No estas indefensa" resonaron las palabras en su cabeza, por alguna razón la calmaron su corazón dejo de golpear bajo su pecho.
A punto de llegar a la salida, Renegado observó un segundo a su hermana, se le veía más serena, ella abrió sus ojos, mostrando sus ojos verdes los cuales ahora estaban mezclados con destellos amarillos, sus pupilas se habían encogido y ahora estaban ligeramente rasgadas.
—Acabemos con estos desgraciados —soltó ella en el momento que se abrieron las puertas, Renegado sonrió bajo la máscara y pisó el acelerador.
—Esa es mi línea.
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