Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

011

Hace un par de horas habíamos cenado y fui obligada a dormir, pero no lograba conciliar el sueño.

Quería ir a caminar un rato, hacer algo para poder dormir, pero no podía porque estaba entre dos mafiosas, las cuales me tenían abrazada.

Intenté safarme del agarre de ambas, lo cual estaba logrando a un paso muy corto.

— ¿A donde vas? — La voz de Samantha hace que me sobresalté.

— Me asustaste — Susurro y está suelta una risa ronca — No puedo dormir y quiero ir a caminar un poco, quizás así logré conciliar el sueño.

— Te acompaño — Dice sentándose.

No contradigo sus palabras, porque se que igual me acompañará, yo quiera o no.

Salimos de la habitación sin hacer ruido para no despertar a Vic, la cual dormía como un angel pero era el mismísimo diablo, y siento como Samy pone un abrigo en mis hombros.

— ¿Vamos a caminar por la orilla? — Me dice Samantha apuntando el mar antes de salir de la casa.

— Solo por la arena, no me gustan las grandes masas de agua — Le digo con una mueca.

— Mientras yo esté contigo, nada te pasará — Me asegura tomando mi mano.

Le sonrió levemente y asiento con la cabeza, salimos de la casa y caminamos hasta la orilla del mar.

— Se ve tan lindo — Murmuró viendo el mar por la noche.

La luna iluminaba todo nuestro alrededor y el chocar de las olas era relajado.

— Pensé que te daba miedo.

— El mar es hermoso para admirarlo, no para entrar en el — Le digo — Nisiquiera me gustan las piscinas.

— ¿Por qué?

— Me da ansiedad — Me limitó a contestar.

Siento como sus brazos rodean mi cintura y apoya su barbilla en mi hombro, descanso allí.

— ¿Como conociste a Victoria? — Pregunto.

— Nuestras familias eran amigas, desde antes de tener uso de razón nos conocemos — Me contesta — Nunca nos hemos separado, es uno de los amores de mi vida.

— ¿Uno? ¿Hay otro? — Le pregunto.

— Mejor no hablar de ello — Dice soltando un suspiro — ¿Alguna vez te haz enamorado?

— No — Hago una mueca — No se lo que es sentir amor, mi padre nunca demostró quererme ni una pizca, pase por muy malas experiencias amorosas, las cuales no pedí, siempre fue bajo amenaza o sin mi consentimiento.

— ¿Hablas de Martín?

— Y de Santome — Digo con asco — Lo conocí antes de conocer a Martín, fue en un bar en el que trabajaba con 17 años, lamente tanto haber pisado ese lugar, me tiraron como carne fresca a los brazos de Daniel, alli se canso de hacerme lo que quería. No lo volví a ver hasta que conocí a Martín, allí mi infierno se triplicó.

— Me hierve la sangre de solo escucharte a hablar de eso — Dice con enojo y acaricio sus brazos para relajarla — Te prometo que haré pagar a Santome todo lo que te hizo.

— ¿Y Martín?

— De el ya nos encargamos — Dice con satisfacción y la miro con confusión — No te preocupes por ese desperdicio de oxígeno, ya no te atormentará más nunca, eso te lo aseguro.

Asiento con una sonrisa y regreso mi vista al mar, personas como Martín merecen lo peor del mundo, no me da ni una pizca de lástima lo que sea que le hayan hecho.

— ¿Desde hace cuánto estás con Victoria? En plan relación, o lo que sea que tengan.

— Somos pareja, si — Contesta — Pero ninguna le pregunto a la otra, simplemente lo asumimos, desde muy pequeñas.

— ¿Y como funciona su relación? — Pregunto con curiosidad.

— Es como una relación abierta, pero hay cosas que debemos respetar, por supuesto — Me dice acariciando mi cintura — Podemos estar con quien queramos, pero si la otra no aprueba que estemos con esa persona, no debemos hacerlo — Me explica y deja un beso en mi hombro — Siempre estamos allí para la otra, por encima de cualquiera.

— Eso es lindo — Murmuró — Aunque yo no podría soportar que mi pareja esté con otra persona que no sea yo.

— Mhm — Murmura — ¿Estarías en una relación de tres?

— Eso es distinto, allí tendría a las dos personas para mí — Digo con obviedad — Pero no me gustaría compartirla con otra estúpida que no tenga nada que ver en mi vida.

Samy suelta una risita en mi oído, que me produce cosquillas por todo el cuerpo, y aprieta sus brazos en mi cintura.

— Me gusta tu manera de pensar — Me dice — Y me gusta que seas posesiva.

Mis mejillas se sonrojan e intento ignorar aquello — ¿Han compartido a otra chica así?

— ¿Así? — Pregunta confundida — ¿Así como?

— Así como a mi — Digo con obviedad.

La escucho bufar — No, nunca habíamos hecho nada así.

— ¿Y porque ahora sí? — Pregunto.

— Ya estás empezando a hacer muchas preguntas — Separa sus brazos de mi cintura y me da la vuelta — Mejor guarda silencio.

— Obligame — Le digo con picardía.

Está sonríe ladinamente y acerca sus labios a los míos, empezando a besarme con lentamente.

Sus manos sujetan mi cintura y de allí no las aparta, mas bien me apretaba contra ella. Mis manos suben a su cuello y la acercó más a mi.

Los besos de las dos mafiosas más peligrosas del mundo eran mi maldita droga, no podía resistirme a ellos.

Empezamos a sentir como unas pequeñas gotas empezaban a caer sobre nuestro cuerpo y sonrió contra sus labios.

— Está lloviendo, debemos entrar — Dice separándose de mi.

— Ay, no seas aburrida — Hago un puchero y pongo resistencia cuando intenta jalarme hacia adentro — Un poco de lluvia no te hará mal.

La lluvia cada vez era más fuerte y estaba empezando a empaparnos de pies a cabeza

— Nos podemos enfermar — Me dice jalando mi muñeca — Mara, te dije que vayamos adentro.

— Solo nos enfermariamos si tuviéramos las defensas bajas — Ruedo los ojos y me suelto de su agarre, levantando mi rostro para que la lluvia caiga en el.

Amaba la lluvia.

Jugar bajo está me hacía sentir libre.

Y muy pocas veces en mi vida me he sentido libre, aunque no recuerdo con mucha claridad mi infancia.

Escucho a Samy bufar y a los segundos soy levantada del suelo, provocando que suelte un grito de sorpresa.

— Samantha — Me quejo — Quiero disfrutar la lluvia, no me enfermare.

— Tu misma lo haz dicho, solo si tienes las defensas bajas te enfermas — Me dice entrando al porche de la casa — Y te recuerdo que tu tien...

Suelto un estornudo contra mi mano y maldigo mentalmente al ver la mirada de enojo de Samy sobre mi.

— Anemia — Completa una tercera voz — Ya te enfermaste, no sales de una enfermedad, y ya caes en otra.

Victoria me reprende mientras Samy me deja en el suelo, la platina pasa una toalla por mis hombros y hago un puchero.

— Pero me gusta jugar en la lluvia.

La mirada de las dos se ablanda e intento no sonreír, que fácil.

— Por lo menos espera a que te mejores de la anemia — Samy pasa la toalla por mi cabello — Vamos a la habitación, te darás un baño de agua caliente y luego te acostaras a dormir.

— ¿No puedo dormir de una vez? — Digo soltando un bostezo contra mi mano.

— No — Dice Vic — Te vas a bañar, eso te ayudará a no enfermarte tanto.

Suelto un bufido y sigo a las dos mafiosas las cuales me cuidan como si tuviera cinco años.

Ya estoy bastante grandecita.

— ¿Cómo que saliste ayer por la noche cuando estaba lloviendo? — Me regaña Sebastián mientras me atiende.

Ups.

— Salimos y aún no estaba lloviendo, la lluvia nos agarro desprevenidas — Me excuso.

— Si no hubiera sido por mi, te quedas toda la noche en la lluvia y te mueres de neumonia — Dice Samantha con seriedad y ruedo los ojos.

— Nadie te pregunto — Le digo y está me hecha una mala mirada.

— Te sacaré una muestra de sangre para analizarla — Me dice y me tenso.

— ¿Por qué? La gripe no sale en los análisis de sangre.

— Es por las dudas y el doctor soy yo — Me dice extendiendo su mano para que le dé mi brazo.

— Pero ya estoy harta de que siempre me saquen sangre — Me quejo.

— Mara — Dice Victoria con advertencia.

— No, no quiero — Me cruzo de brazos y me levanto, provocando que me dé un mareo.

Maldita anemia.

Pensé que ya te estaba superando.

— Mara, solo será un pinchazo y ya — Samantha me toma por el brazo y la aparto con rapidez.

Si dejaba que me sacarán sangre, volverían analizarla y sabrían que comparto sangre con Sebastian, que somos primos.

Y con lo que me dijo Osvaldo me tenía preocupada, ¿Y si me hacen algo cuando se enteren de la verdad? ¿Si buscan algún tipo de venganza?

— Ya dije que no quiero — Me alejo de ellos y me escabulló a las escaleras, empezando a subirlas.

— Déjenla — Escucho la voz de Samy a lo lejos — Dejémosla descansar un rato, cuando lleguemos de nuevo a nuestro destino, lo hacemos.

Me encierro en la habitación y hago una mueca al sentir molestia en mi cabeza, me estaba doliendo horrible.

Me recuesto en la cama y el dolor cada vez aumentaba, sentía que algo se clavaba en mi cabeza y el oxígeno me estaba faltando, como si estuviera debajo del agua.

*Flashback*

— Déjame — Intento empujar a la persona que intenta tomarme por los brazos — Te voy a matar.

— ¿Una mocosa de 15 años como tú? Lo dudo — Se burla.

— En mis manos hay más sangre que en las tuyas — Escupo con asco y me doy un golpe en sus partes íntimas.

Salgo corriendo cuando suelta su agarre en mi cuando cae al suelo adolorido.

Corro lo más rápido que mis piernas me permiten y escucho sus pasos acercarse a mi.

Llegó a una playa y miro a mi alrededor, todo estaba desolado, lo único que se escuchaban eran las olas.

— Te tengo, maldita — Me dice tomando mi cabello.

Muerdo mi lengua para no quejarme y le doy un puñetazo, el cual logra esquivar pero suelta mi cabello.

— No te haré nada si colaboras, Mara — Me dice con una sonrisa diabólica.

Me pongo en posición de defensa.

— No me llames así, ese no es mi nombre — Digo con los dientes apretados.

— Por supuesto que sí, eres Mara Vargas, hija de Stefano Vargas — Me dice acercándose a mi a paso lento.

Empiezo a retroceder y no lo pierdo de vista.

— Stefano Vargas no es mi padre y Mara Vargas no existe.

Este se abalanza sobre mi y lo esquivó, logrando que caí al suelo cuando meto mi pie entre los suyos.

Corro hacia el mar, aunque no fue lo más inteligente de todos, pero vea una balza abandonada a lo lejos, quizas eso me podria ayudar a escapar de sus garras y volver con mi familia.

El agua helada de la playa cala mis huesos pero nado hacia aquella esperanza.

Aunque se ve arruinada cuando siento unas manos tomar mis pies.

— Si no lo quisiste por las buenas, lo querrás por las malas.

Peleamos en el agua por algunos minutos, ninguno se daba por vencido, hasta que lamentablemente el tomó el control de la situación.

Sus manos estaban sobre mis hombros presionándome debajo del agua, ahogándome.

Podía escuchar como hablaba, pero su voz era cada vez más lejana mientras yo intenta luchar contra su agarre, lo cual era imposible.

Poco a poco fui perdiendo el conocimiento, cayendo en un agujero negro.

— Tu eres Mara Vargas, Morana Salvatore murió — Dice aquel maldito hombre, el cual género todas mis desgracias.

*Fin de flashback*

Abro los ojos de golpe y tomo una bocanada de aire con desespero, sentía que los pulmones me quemaban.

Sentía que me ahogaba, como en ese sueño.

¿O acaso era un recuerdo?

¿Que mierda fue eso? ¿Ese era mi padre?

¿Que significan estos sueños, o recuerdos?

¿Mi nombre no es Mara? ¿Y Stefano no es mi padre?

El dolor de cabeza solamente aumentaba cada vez que me hacía una nueva pregunta.

Sentía mi cuerpo entumecido y como si trituran mi cabeza en pedazos, el dolor era impresionante.

Sentí un liquido bajar por mi nariz y al llevar mi mano a esta, logro percibir como mis dedos están manchados de sangre.

Empiezo a entrar en pánico al ver la sangre y mi cuerpo cada vez perdía más fuerza, lo último que logre hacer con la poco fuerza que me quedaba fue pedir ayuda.

— ¡Vic! ¡Samy! — Logro gritar lo más fuerte que me permite mi cuerpo antes de desmayarme en la cama.

¿Acaso me iba a morir por una simple gripe?

Todo sería más sencillo si solo se tratará de una simple gripe.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro