Chaewon POV

El plan se había fijado para el día siguiente. Lo habíamos analizado, repasado, cambiando cosas, comprobando cosas, incluso hicimos un mapa del área exterior a partir de lo que Hyejoo había recordado. Todo estaba listo y ahora todo lo que teníamos que hacer era esperar y descansar. Jungeun ya estaba profundamente dormida en el sofá. Yo estaba en el suelo y Hyejoo en su dormitorio. Sin embargo, no podía dormir, no importaba cuánto lo intentara, simplemente no estaba sucediendo. Me quité la manta y un escalofrío me recorrió la espalda.

Me levanté tan silenciosamente como pude para no despertar a mi mejor amiga y me dirigí hacia la puerta principal. Cuando el sueño no lograba vencerme, el cielo nocturno siempre estaba ahí para sujetarme. Abrí la puerta y salí silenciosamente a la fría noche. Lo inesperado fue ver a nadie más que a Hyejoo tendida bajo el sedoso cielo oscuro mirando con nostalgia la noche sobre ella. Sin decir una palabra, me acosté a su lado y admiré la impresionante belleza del espacio.

"Realmente extrañas tu casa, ¿no?" Pregunté en voz baja mientras ponía mis manos detrás de mi cabeza.

"Sí." Ella admitió. "La extraño mucho."

Me quedé en silencio durante un rato mientras nos adentramos en lo desconocido. "¿Puedes ver tu planeta desde aquí?"

"Sí." Una pequeña sonrisa se extendió por sus labios mientras señalaba un pequeño planeta parpadeante sobre nosotras, "Está a unos 1300 billones de kilómetros de la Tierra en este momento".

"Eso es tan lejos." Observé con asombro el planeta que se veía tan pequeño desde donde estaba acostada. No podía imaginarme estar tan lejos de todos los que conocía y amaba, en un lugar tan diferente al que crecí conociendo.

"Sí, lo sé." Comentó con una mirada en mi dirección. "Solo quiero volver con mis padres, volver con mis amigos, volver a mi casa".

Nunca había pensado realmente en que Hyejoo tuviera amigos o familiares a los que extrañaba y eso provocó que una ola de culpa se apoderara de mí. "No te preocupes, Jungeun y yo estamos aquí para ayudarte en todo momento". Me volví y le di una gran sonrisa que hizo que Hyejoo se riera un poco.

"Gracias." Ella sonrió levemente y yo le devolví la sonrisa.

"No hay problema."

"Sabes, solía pensar que los humanos eran terribles". Ella frunció el ceño.

"¿Si?" Le dije quedándome de lado para mirarla.

"Sí, pero resulta que no todos ustedes son malos". También se volvió hacia mí.

"Jungeun puede ser rara, pero no es mala". Estuve de acuerdo.

"Y tú tampoco." Agregó Hyejoo.

"Creo que las dos necesitamos dormir", comencé a levantarme del suelo mientras trataba de ocultar el sonrojo que se deslizaba por mi rostro, "Jungeun es la única que está lo suficientemente relajada como para dormir un par de horas antes de que corramos hacia nuestra posible muerte". Le tendí la mano y ayudé a Hyejoo a levantarse.

"Ella es bastante extraña." Estuvo de acuerdo mientras nos dirigíamos de regreso a su casa.

Una vez que abrimos la puerta, fuimos recibidas con Jungeun medio levantada del sofá y medio sentada, con la manta sobre la cara. Sin embargo, estaba inconsciente.

"¿Deberíamos empujarla de vuelta al sofá?" Hyejoo preguntó en un susurro.

Casi dije que no, pero recordé que cuando se cayera se caería encima de mí y me asfixiaría como la última vez. "Mmm, sí, eso suena como una buena idea."

Nos costó moverla sin despertarla en el proceso, pero una vez que lo hicimos, Hyejoo y yo nos despedimos. Se dirigió a su habitación y yo me recosté en mi cobija. No tardé mucho en quedarme dormida. Sentí como si acabara de cerrar los ojos cuando Hyejoo comenzó a sacudirme para despertarme. Gemí y me di la vuelta, ya me dolía la cabeza.

"Vamos Chaewon, levanta tu perezoso trasero humano y luego ayúdame a despertar a Jungeun." Hyejoo exigió y me arrancó la cobija antes de que tuviera la oportunidad de agarrarla bien.

"Pero ella me va a dar una paliza". Dije y me senté aturdida, frotándome los ojos para quitarme el sueño.

"Mejor tú que yo." Hyejoo se encogió de hombros y yo la fulminé con la mirada, pero me levanté de todos modos.

"¡Jungeun, despierta tu trasero perezoso!" Sacudí sus hombros, ella ni siquiera se movió, "¡Jungeun!" La sacudí un poco más fuerte ganando un sonido extraño de su parte.

"Cállate, jota." Murmuró, todavía medio dormida.

"¡LEVANTATE!" Grité. Ella rodó sobre su costado y me empujó.

"No, Estrellita, apestas." Ella se burló.

"¡Voy a robar tu lanzador de papas si no te levantas en unos cinco segundos!" La amenacé y le saqué la almohada de debajo de la cabeza.

"¡No te atreverías!" Ella comentó mientras se sentaba.

"¡Lo haré si NO TE LEVANTAS!" Grité la última parte y la golpeé en la cabeza con la almohada.

"No. Tú. Simplemente. No lo harías." Ella estuvo encima mío en segundos. Arrancó la almohada de mis manos y la estrelló contra mi cara repetidamente.

"¡Está bien! ¡Está bien! Lo siento." Lloré y le quité la almohada de las manos.

"Más te vale." Ella me fulminó con la mirada, se apartó de mí y se dirigió al baño. "Voy a tomar una ducha."

Miré hacia arriba para ver a Hyejoo muriendo de risa a fuerza. "Te dije que me daría una paliza."

"Como dije antes, mejor tú que yo."