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Renacimiento

Parte II de Huevos para el Desayuno

06

Su mente se sentía ligera en un estado seminconsciente, su cuerpo flotando sobre suaves nubes esponjosas que acariciaban su piel y movían sus cabellos en ondas sin ningún ritmo establecido, no había alarma que fuera sonar y los astros se alinearon para que su pequeño bebé durmiera a pesar de los rayos de sol que comenzaban a traspasar las cortinas de tul azul.

Se movió, jalando el grueso edredón de plumas, abrazándolo fuertemente en una lucha por seguir dentro de su sueño sin importar la forma en que los dedos de los pies de Naruto dibujaban un ocho en la piel de su tobillo.

―Hmmn... ―se quejó, girando en la cama para alejarse del rubio, lo que la llevó a chocar con el otro ocupante.

―Deja dormir. ― chasqueó los dientes Sasuke, mucho más cansado que los otros dos, pues fue su turno de alimentar a Shinachiku por la madrugada.

―No es hora de dormir. ― dijo, inflando los cachetes en un gesto muy infantil. ―¿Saben lo extraño que es que los tres tengamos un día libre? ¡Deberíamos estar haciendo un día de campo o saliendo a algún lugar!

―Los días libres son para descansar, Naruto. ―bufó Sakura, abriendo un ojo verde para ver al enfadoso rubio.

―¡Se están convirtiendo en adultos aburridos! ―

―No todos tenemos un zorro por dentro que nos de toda esa maldita energía. ― gruñó el Uchiha, cubriéndose los ojos con el dorso del brazo y así evitar ver como Naruto hacia espavientos en un intento fallido de sacarlos de la cama.

―Ohh... la energía no era un problema ayer, Sasuke-teme. ―se burló Naruto. ― Y no tienes un zorro por dentro, pero a mi sí.

―Sigue diciendo estupideces y un zorro no será lo único que lleves dentro.

―¿Eso es una promesa? ―preguntó el Uzumaki con picardía.

―Lo que sea que vayan a hacer, no muevan mucho la cama, yo si quiero seguir durmiendo. ―pidió la pelirosa, dispuesta a seguir soñando.