Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

5. David - "Suicidio" (Primera parte)

PRESENTE

Aaron junta sus labios a los míos y el mundo se llena de color.

Sus manos masajean mi pelo; las mías recorren su espalda. Hace mucho que no teníamos un momento tan hermoso y pasional como este.

Nos hallamos en medio de un claro situado entre los bosques de las afueras del pueblo eterno, en donde la luna ilumina nuestros cuerpos desnudos y el césped acaricia nuestra piel mientras nos entregamos a la intimidad.

Aunada a toda la excitación que me provoca sentir su cuerpo junto al mío, siento una felicidad que hace años no tenía. Amo a este chico y, sobre todo, amo pasar los días junto a él, incluso si el futuro luce oscuro para ambos.

Alejo mis labios de su boca y los dirijo hacia su cuello, en donde succiono con un poco de fuerza. Él gime de placer y aumenta la intensidad de la situación en un cien por ciento.

—Espera —jadea—. Los comensales van a llegar.

Distancio mis labios por completo y me incorporo sobre un codo para verlo a la cara.

—¿Los comensales? —Frunzo el ceño y me río—. ¿De qué estás hablando, cariño?

Su expresión pasa de excitada a enloquecida.

—¡Los comensales van a llegar! —insiste, y se aleja de mí para ponerse de pie—. ¡Debes irte, David, o te matarán!

Me pongo de pie también.

—Aaron, ¿qué rayos te sucede? —demando—. ¿Acaso bebiste? Te he dicho mil veces que no bebas el alcohol de Eternidad, ya sabes que...

—Los comensales van a llegar —repite. Camina desnudo de un lado a otro—. Los comensales van a llegar...

Recojo mi ropa del césped, me la pongo lo más rápido que puedo y me aproximo a él.

—Aaron, creo que estás delirando. —Lo tomo de los hombros—. Ven, te llevaré al pueblo. Necesitas ver a un médico.

—¡No! —Aaron retrocede y se cae en el proceso—. ¡Aléjate de mí, David, o ellos te matarán!

—Hazle caso —dice alguien a nuestras espaldas—. Huye mientras puedas.

Me doy la vuelta y veo a Abraham Scott. La luz de luna hace que su rostro se vea más terrorífico que nunca.

—¿Qué mierda estás haciendo aquí? —le pregunto, alarmado. Me paro en frente de Aaron para protegerlo—. ¡Si te acercas a él, te romperé la cara! —le advierto a Scott.

Él ríe como respuesta a mi amenaza.

—Somos dos contra uno, David —dice Abraham entre risas—. Estás en una clara desventaja.

—¿Dos...?

Recibo un fuerte golpe en la cabeza, el cual me lanza de boca al suelo. El mundo parece temblar; todo a mi alrededor se difumina.

Con mucho esfuerzo, me doy la vuelta y aclaro mi visión hasta escrutar a Aaron de pie junto a mí. Ahora tiene una bata blanca ensangrentada y una roca en sus manos.

—Hazlo, hijo —ordena Scott.

Aaron se agacha junto a mí y me golpea con la roca hasta matarme.


* * *


Despierto agitado y con el pecho oprimido. "Solo fue una pesadilla" me repito. "Una horrible pesadilla que se sintió dolorosamente real".

Entro en órbita y miro a mi alrededor. La luna está en el cielo, pero no estoy en un claro cercano al pueblo eterno: me encuentro en medio de ruinas y escombros.

Sé por el agotamiento físico y mental que siento que esto no es una pesadilla, y la última frase que me dijo Abraham Scott antes de sedarme lo confirma:

"Espero que te siente bien vivir entre ruinas".

No hace falta recorrer los alrededores para saber que me encuentro en alguna ciudad destruida. El paisaje es sombrío, desolador y maloliente. Por dondequiera que miro hay restos humanos, cenizas, edificios cayéndose a pedazos y vestigios de lo que alguna vez fue una ciudad llena de vida. No sé en cuál de todas las urbes arkanas me encuentro, pero ¿qué sentido tiene intentar descubrirlo? ¿Para qué volver a Libertad si Aaron quiere matarme y mis amigos murieron por mi culpa?

Sí, mi culpa, porque yo los insté y presioné para buscar a Aaron. Fui yo quien les rogó que cometiéramos la estupidez de irrumpir por nuestra cuenta en un edificio secreto del gobierno sin siquiera saber qué rayos había dentro.

También soy culpable de lo que pasó con Aaron. De no haber insistido en la idea de volver a ver a mi familia, él estaría a salvo ahora, no en camino a convertirse en un gobernador de la nación. Todo lo negativo que está sucediendo es culpa mía. No merezco volver y rodearme de gente que me proteja; merezco morir solo en medio de ruinas y dolor.

Me pongo a caminar, aunque no tenga adónde ir. Los pocos civiles que hubieron de sobrevivir a la destrucción han de haber viajado a Libertad. Pasó más de un mes desde entonces; no debe quedar nadie aquí, y ni siquiera una planta podría crecer en este manto de cenizas y muerte.

Me caigo unas cuantas veces mientras recorro los escombros de concreto, metal y diversos elementos que conformaban la ciudad. En ciertas zonas hay montañas de ruinas, mientras que en otras es posible caminar. Veo decenas de cadáveres en los alrededores; el olor es tan insoportable que me veo obligado a vomitar y luego a cubrirme la boca y la nariz con mi playera.

No sé por qué estoy caminando si no tengo un destino. No puedo regresar a Libertad, no sintiendo esta culpa, y tampoco quiero ser encontrado por Aaron. Prefiero morir de hambre que morir en sus manos. ¿Qué pasaría si recobrara sus recuerdos, descubriera la verdad y se diera cuenta de que mató al hombre que amaba? Él no lo soportaría. Se sentiría tan culpable que nunca lo superaría. Si algo puedo hacer por él, es esconderme para siempre o suicidarme antes de que logre llegar hasta mí.

Nunca había pensado en el suicidio, pero creo que es la mejor opción. Ya no me queda nada. Mis padres me traicionaron, el amor de mi vida fue convertido en otra persona y los pocos amigos que me quedan no querrán volver a verme. Michael me odiará por lo que le sucedió a Ben, Alicia nunca me perdonará por la muerte de Max y estoy seguro de que los eternos, quienes querían mucho a Ibrahim, me despreciarán por haberlo incentivado a un rescate que no tenía ni pies ni cabeza.

Solo me queda mi hermano, a quien pongo en riesgo con cada respiración que hago. Soy un peligro andante para él. Volví a verlo solo una vez y ya lo expuse a un alto riesgo en manos de los protectores. Puede que mis padres sean unos malnacidos, pero él estará mucho mejor con ellos que conmigo.

Tengo que morir. Es la única solución a mi dolor y la única forma de pagar por todo lo que causé.

Busco algo con lo cual cumplir mi cometido y veo un edificio de gran altura que se ve un poco más intacto que los demás. Seguro se derrumbará si intento subir a él, pero quiero morir, así que no me importa.

Mi instinto suicida me da las energías suficientes para atravesar los escombros y restos en dirección al edificio. Entro en la construcción y todo es oscuridad, pero logro ver una escalera gracias a la escasa luz de luna que se filtra por las ventanas de cristales rotos. Subo cada escalera y piso con tal rapidez que apenas me doy cuenta de que llego hasta la azotea del que aparentemente es el único edificio que se mantiene en pie en toda la ciudad.

Me acerco al borde de la azotea para escudriñar los alrededores y mi dolor se ve incrementado. A pesar de la oscuridad de la noche, puedo notar que el paisaje es mucho más triste desde las alturas. El edificio en el que estoy no es el único en pie en los alrededores, pero tampoco hay los suficientes como para decir que la ciudad no fue una de las más afectadas por la destrucción.

A juzgar por las construcciones intactas a la vista, infiero que me encuentro en Andrómeda. No estoy tan lejos de Libertad como esperaba, y no sé qué sentir al respecto. Creí que Abraham me enviaría lo más lejos posible de la capital, no a una ciudad situada a solo unos kilómetros de distancia de donde se encuentra Aaron. Supongo que es una especie de tortura indirecta que me recuerda lo cerca pero lejos que estoy del chico que tanto amo.

El chico que amo y que ya no me ama.

Las lágrimas comienzan a caer por mi rostro. Ni siquiera me molesto en limpiarlas; dejaré de sentirlas en cuestión de minutos.

Me aproximo un poco más al borde y miro hacia abajo. Estoy lo suficientemente alto como para recibir un golpe mortal al impactar la superficie. Al menos moriré instantáneamente y sin tanto dolor físico, pero dudo que el dolor que siento por dentro vaya a desaparecer con la muerte.

No puedo creer lo que estoy a punto de hacer. Creí que mi vida acabaría en manos de alguien más, no de forma voluntaria. Siempre pensé que sería un protector o la vida quienes acabarían conmigo, no yo mismo.

Antes de lanzarme, me pongo a pensar en todos los momentos felices que pasé junto a mis amigos, mi hermano y Aaron. Pienso en cada risa que emití y escuché, en cada abrazo que me dieron y que di y en cada momento en el que sentí que era mínimamente feliz. Puede que la gente que amo supere mi pérdida, pero yo nunca los olvidaré. A donde sea que vaya tras la muerte, llevaré conmigo el recuerdo de cada una de las personas que ganaron un espacio en mi corazón, incluyendo a los que ya no están en este mundo.

Puede que al morir me reencuentre con Kora, Isabel, mis abuelos e incluso los familiares de Aaron, quienes se convirtieron en mi segunda familia tras su llegada a Amanecer. Tal vez la muerte no será tan terrible y, del otro lado, me reuniré con el antiguo Aaron y juntos pasaremos toda una eternidad sin volver a temerle al peligro o a la muerte.

Me paso mis últimas horas pensando en mis seres queridos y en los escasos momentos felices a lo largo de mis veintitrés años y, cuando decido que es momento del final, observo el horizonte por última vez. Ya ha amanecido; el cielo tiene un bello color anaranjado que me recuerda a cada ocaso y alba que contemplé junto a Aaron.

—Adiós, mi amor —pronuncio en voz alta y quebrada con la esperanza de que él pudiera sentir mi mensaje—. Te veré en otra vida, y te prometo que en esa sí te haré feliz.

Es la hora.

Debo hacerlo.

"Tú puedes, David" me digo a mí mismo.

"Hazlo por ellos".

"Hazlo por él".

"Hazlo por ti".

Al estar a punto de lanzarme, escucho una voz que clama mi nombre a la distancia y que me obliga a detenerme.

—¡David! —Oigo—. ¡David!

Reconozco la voz.

¿Acaso estoy imaginándolo? ¿Es esto otro sueño?

Él se acerca cada vez más.

—¡David! —grita otra vez.

Entonces me doy cuenta: es real. Está pasando.

Me bajo del borde de la azotea y regreso a las escaleras. Desciendo lo más rápido que puedo; casi me caigo en el proceso, pero logro llegar a la primera planta sin grandes dificultades. Tengo el corazón acelerado y la respiración agitada, y nada me importa salvo llegar hacia la persona que grita mi nombre y que acaba de salvarme del suicidio.

—¡Aquí! —grito entre lágrimas y jadeos—. ¡Aquí!

Atravieso las montañas de ruinas para seguir el origen de los gritos, y lo veo.

Ibrahim corre en mi dirección.

Las lágrimas caen con mayor intensidad mientras hago mi camino hacia él.

Una vez que nos alcanzamos, nos damos un abrazo tan fuerte que cada sentimiento suicida desaparece de momento.

—Es-estás vi-vivo —gimoteo sobre su hombro—. No... no puedo cre-creerlo.

—No te librarás tan fácilmente de mí, cara de culo —bromea, y estallo en risas de felicidad.

Me separo de él y descubro una gran sonrisa en su rostro. Nos miramos a los ojos y puedo sentir que toda la discordia del pasado ha quedado definitivamente atrás.

—Perdóname por esto —le pido—. Por mi culpa has acabado aquí.

—Oye, tranquilo. —Me da palmaditas suaves en la mejilla—. No me obligaste a nada; yo acepté ayudar en la búsqueda de Aaron y, aunque no lo creas, no me arrepiento. Sí, puede que hayamos acabado en medio de la mierda, pero al menos estamos juntos, ¿no? —Se ríe.

Logro reírme otra vez, pero me enserio al recordar lo que sucedió.

—Abraham Scott me dijo que Aaron te hirió hasta la muerte... —Examino a Ibrahim de la cabeza a los pies—. Pero te ves mejor que yo.

—¿Abraham Scott? —Ibrahim se estremece—. Vaya, era obvio que semejante comemierda estaría detrás de todo lo que pasó, y claramente es un mentiroso, porque Aaron no me hizo nada. Bueno, nada excepto golpearme en la garganta dejándome sin aire hasta desmayarme, pero eso es todo. —Se encoge de hombros.

—¿No te hicieron nada más después de eso? —pregunto. Él niega con la cabeza.

—Eso fue lo último que vi antes de despertar en medio de ruinas y buscarte.

Le cuento lo que sucedió conmigo y todo lo que me reveló Abraham Scott sobre el nuevo Aaron.

—¿Me estás tomando el puto pelo? —pregunta Ibrahim una vez que acabo—. ¿Aaron es el supuesto hijo de Scott y un futuro gobernador de la nación? ¡Santa mierda!

—Lo sé, es peor de lo que suena. —Agacho la mirada. La opresión en el pecho ha regresado.

—Tenemos que hacer algo, David. No podemos quedarnos de brazos cruzados.

—Y ¿qué sugieres? —Me río con tristeza—. Él no nos recuerda, Ibrahim. Bueno, lo hace, pero no de la forma en la que debería. Nos odia, y quiere acabar con nosotros. Lo peor que podríamos hacer sería ir tras él. Además, creo que tenemos algo más importante de lo que preocuparnos, como buscar a Ben y Max. Abraham me dijo que ellos fueron ejecutados, pero si mintió respecto a ti, también pudo mentir respecto a ellos.

¿Qué motivos pudo tener Abraham Scott para mentirme sobre la muerte de mis amigos? La verdad es que no se me ocurre nada, pero no es tiempo de preocuparse por ello. Necesito encontrar a los demás.

—Tienes razón —asiente Ibrahim—. Pues, ¡a mover nuestros culos, galán, que tenemos que encontrarlos!

No puedo evitar sonreír ante el entusiasmo de Ibrahim. Él irradia vida en cualquier lugar, incluso en medio de ruinas y cadáveres.

Nos disponemos a buscar a Ben y Max. Gritamos su nombre hasta raspar nuestras gargantas, pero no los encontramos por ninguna parte.

Recorremos la ciudad en ruinas por al menos una hora, y en ningún momento recibimos señales de vida de quienes buscamos. Comienzo a aterrarme. ¿Y si realmente fueron asesinados? ¿Qué será de Alicia y Michael una vez que confirmen que perdieron a dos de las personas que más quieren? Lo último que supe de Michael y Ben fue que estaban haciéndose muy cercanos. Tarde o temprano se convertirían en novios y, por mi causa, ya no será posible.

—¿Por qué estás llorando? —pregunta Ibrahim cuando nos ponemos a descansar sobre un enorme trozo de concreto.

—Ellos murieron por mi culpa —digo con la voz quebrada—. Todo es mi maldita culpa...

—Deja de culparte, joder. —Ibrahim pone los ojos en blanco—. ¿Ves en donde estamos? ¿Acaso tú tuviste la culpa de esta destrucción? ¿Tú tuviste la culpa de que ocurriera una maldita guerra que puso el mundo de cabeza y lo transformó por completo? ¿Tú tuviste la culpa de que surgiera un gobierno de mierda que mata a diestra y siniestra y le importa un pepino las vidas de quienes juran proteger? Nada de lo que sucede en este jodido país es culpa tuya, David. Los únicos culpables son quienes creen tener el derecho de jugar con nuestras vidas y pactar nuestros destinos sin siquiera preguntar nuestra opinión. Deja de culparte por los errores de otros.

Mi culpabilidad no disminuye ante sus palabras, pero sí que me siento mejor.

—¿Sabes? Te besaría si no estuviera tan perdidamente enamorado de Aaron —bromeo para subir los ánimos.

Él se ríe a viva voz.

—Créeme, un beso mío y te enamoras al instante —bromea en respuesta, y yo también me echo a reír—. Ya, en serio, tranquilo. No eres culpable de nada, y no des a Max y Ben por muertos todavía. El primero sobrevivió a un puto fierro atravesándole el estómago, y el segundo sobrevivió durante años en una cárcel de mala muerte. ¿Crees que Abraham Scott podría acabar con ellos? Apuesto mis pelotas a que se puso a temblar de miedo con tan solo verlos.

De entre todas las personas con las que podría haber acabado en medio de una ciudad en ruinas, me alegro de que haya sido Ibrahim el elegido. Nuestra relación nunca fue buena, pero ahora estoy dispuesto a convertirme en su amigo. Preferiría mil veces estar aquí con Aaron, pero Ibrahim no es un mal compañero después de todo.

—Eres mejor compañero de lo que... —Empiezo a decir, pero me detengo al escuchar un ruido cerca de nosotros—. ¿Oíste eso? —inquiero en voz baja.

Ibrahim lleva un dedo a sus labios para indicar silencio y se pone de pie para examinar los alrededores.

—Alguien nos espía —susurra, alarmado.

Acto seguido, se agacha y toma un fierro de entre los escombros para utilizarlo como arma. Yo lo imito y tomo un trozo de metal que perfectamente podría herir a una persona.

Quería morir hace minutos, pero ahora siento la necesidad de vivir y defenderme para proteger a Ibrahim y retribuirle por ponerlo en esta situación. Lo mínimo que podría hacer es intentar velar por su vida para compensar todos los pesares que le estoy provocando.

Ibrahim se acerca a un montículo de escombros, tras el cual provino el ruido de hace segundos. Casi tan sigiloso como una sombra, se aproxima corriendo a la parte trasera y oigo cómo alguien echa a correr.

—¡Vuelve aquí, rata! —grita Ibrahim mientras persigue a nuestro espía—. ¡Voy a acabar contigo!

Me pongo a correr tras él para perseguir a quien sea que haya estado vigilándonos. Puede que se trate de algún protector que revela información nuestra a Abraham Scott.

La sed de sangre motiva mis pasos en su búsqueda para vengar la transformación de Aaron. Tal vez, que me convierta en un monstruo sanguinario es justamente lo que Scott quiere de mí, pero no me importa. He perdido el juicio; todo en lo que puedo pensar es en venganza.

Ibrahim se detiene al perder la pista a nuestro espía, pero yo no dejo de correr en su búsqueda. El odio me está envenenando y quemando por dentro.

—¡Detente, David! —grita Ibrahim a mis espaldas. No le hago caso.

Veo una figura en movimiento entre un par de montículos de escombros situados a la distancia. Corro en su dirección. Logro alcanzar a la persona en cuestión y me lanzo sobre ella. Esta viste ropas sucias y desgarradas y lleva una capucha improvisada creada con una prenda tan mugrienta como las que viste.

Alzo mi fierro para golpearlo, pero me detengo al escuchar:

—¡No me mates, por favor! —ruega mi víctima con la voz claramente quebrada. Es una voz mucho más juvenil de lo que esperaba.

Me agacho para quitarle la capucha y descubro que no es más que un chico asustado e indefenso. Calculo que tiene unos diecisiete o dieciocho años.

Está muy sucio, pero puedo notar que tiene la piel pálida y el pelo rubio. Se pone a llorar; sus lágrimas se tiñen de café al caer por sus mejillas llenas de suciedad.

Vuelvo a mis cabales y me doy cuenta de lo que estuve a punto de hacer. Por poco iba a golpear a un chico menor que yo creyendo que era un protector. Aunque lo fuera, ¿me habría perdonado por matarlo a sangre fría por pura cuestión de venganza? ¿Habría podido seguir siendo el bueno de la historia después de acabar con la vida de una persona?

Lanzo el fierro lo más lejos que puedo y me aparto del chico sucio que tiembla como si estuviera frente a una bestia.

—Disculpa —digo, desesperado—. Yo... me volví loco, discúlpame, no voy a hacerte daño, lo juro...

El pobre chico lleva sus brazos a la cabeza cuando me aproximo nuevamente a él.

—Tranquilo, no soy malo —aseguro, pero no me lo creo—. No quiero herirte.

Él baja sus brazos y me mira a los ojos. Las lágrimas siguen cayendo por su rostro; no deja de tiritar de miedo.

—Así que nuestro espía no es más que un pobre chico aterrado —dice Ibrahim al alcanzarnos—. Tranquilo, vigilante, no vamos a hacerte daño.

—Es lo mismo que dijo ese par de hombres en el otro extremo de la ciudad —gimotea el chico—, ¡pero mentían! ¡Todos son malos!

Me sobresalto al darme cuenta de que el par de hombres que menciona el chico podría tratarse de Max y Ben.

El desconocido se pone de pie y echa a correr antes de que pueda preguntarle por dicho par de hombres.

—¡Vuelve aquí! —grita Ibrahim, y ambos corremos tras él.

A poco de empezar una nueva persecución, oímos disparos que nos obligan a detenernos.




* * * *




Es REAAAAAL, IBRAHIM ESTÁ VIVO. <3

#Ibravid es real prros, ahre.

Estoy muy feliz por finalmente haber publicado algo bonito :v ya era suficiente drama y sufrimiento. Veamos cuánto dura alv.

¡Muchas gracias por continuar esta historia! Su apoyo es el mundo entero para este humilde servidor. :3

Por cierto, ahora podrán encontrarme en Twitter. Ahí publicaré avances exclusivos, curiosidades de mis historias y cualquier pendejada que se me ocurra. Por si quieren seguirme, mi user es @matiasgonzalog. Allá los espero.

Nos vemos en el siguiente capítulo. Lo publicaré la próxima semana.


Grupo de Facebook: Lectores de Matt.

Instagram: matiasgonzalog.


Besoooossss —Matt.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro