Habían tenido una mañana llena de clases y deberes. Y eso que apenas habían comenzado el curso. Skyler estaba llena de estres, por los deberes, por sus planes con Tom, y por afrontar lo de su familia. Los cuatro Slytherin se encontraban caminando hacia el vestíbulo. Pero antes de que si quiera pudieran poner un pie en él. Escucharon a Draco, quién estaba sentado sobre un árbol y lo acompañaban Crabbe y Goyle. Al darse la vuelta pudieron observar que como era costumbre Draco estaba molestando al trío de oro.

-¡Weasley! ¡Eh, Weasley!-Gritó Draco, llamando la atención del pelirrojo, y no sólo de él, sino de todos los que se encontraban cerca de ahí. El rubio mostró el ejemplar del profeta-¡Escucha esto!

MÁS ERRORES EN EL MINISTERIO DE MAGIA.

Parece que los problemas del Ministerio de Magia no se acaban.

Escribe Rita Skeeter, nuestra enviada especial. Muy cuestionados ultimamente por la falta de seguridad evidenciada en los mundiales Quidditch, y aún incapaces de explicar la desaparición de una de sus brujas, los funcionarios del Ministerio se vieron inmersos ayer en otra situación embarazosa a causa de la actuación de Arnold Weasley, del Departamento Contra el Uso Incorrecto de los Objetos Muggles.

Draco levanto la vista hacia el pelirrojo.

-Ni siquiera pueden poner bien su nombre, Weasley, pero no es de extrañar tratándose de un don nadie ¿Verdad? -dijo burlón. El rubio al ver que todo mundo le prestaba atención, alzó de nuevo el ejemplar del profeta y continuó leyendo:

-Arnold Weasley, que hace dos años fue castigado por la posesión de un coche volador, se vio ayer envuelto en una pelea con varios guardadores de la ley muggle (llamados "Policías") a propósito de ciertos contenedores de basura muy agresivos. Parece que el Señor Weasley acudió en ayuda de Ojoloco Moody, el anciano ex auror que abandono el Ministerio cuando dejó de distinguir entre un apretón de manos y un intento de asesinato. No es extraño que, hubiendose personado en la muy protegida casa del Señor Moody, el Señor Weasley hallará que su dueño, una vez más había hecho saltar una falsa alarma. El señor Weasley no tuvo otro remedio que modificar varias memorias antes de escapar de la policía, pero se rehusó a explicar a El Profeta porque había comprometido al Ministerio en un incidente tan poco digno y con tantas posibilidades de resultar muy embarazoso-Leyó Draco- ¡Y viene una foto, Weasley! Una foto de tus padres a la puerta de su casa...¡Bueno, si esto se puede llamar casa! Ja! Tu madre tendría que perder un poco de peso ¿No crees?

Ron Weasley se encontraba tan furioso que hasta temblaba. Todo el mundo lo miraba.

-Métetelo por donde te quepa, Malfoy-Dijo Potter molesto-Vamonos, Ron.

-¡Ah, Potter! Tú has pasado el verano con ellos ¿Verdad?-Dijo Draco despectivo- Dime, ¿Su madre tiene el natural aspecto de cerdito, o es sólo la foto?

-¿Y te has fijado en tu madre, Malfoy?-Preguntó Hermione Granger- Esa expresión que tiene, como si estuviera oliendo mierda, ¿La tiene siempre, o sólo cuando estás tú cerca?

Eso sin duda había hecho enojar a Draco pero, no sólo a él sino también a cierta chica pelinegra.

-¿Cómo te atreves a hablar de Narcissa Malfoy?-Preguntó Skyler acercandose enojada, lentamente a Granger-No eres digna de hablar de ella, asquerosa sangre sucia.

Las personas que se encontraban cerca viendo el espectaculo, soltaron algunos suspiros de sorpresa e indignación.

-Al parecer tu nunca me haces caso y no escuchas mis advertencias-Dijo mirandola de manera penetrante.

-Él nos está molestando y esta hablando mal de la madre de Ron-Dijo Granger temerosa, la furia y la valentía que había sacado contra Draco, se esfumó al tener a Skyler parada frente a ella.

-No me interesa -Dijo- Te deje muy claro que no te metieras conmigo, o con mis amigos. Porque si no algo te pasaría...¿Recuerdas que era?

Hermione Granger estaba lo que le seguía de aterrada. Y estaba profundamente arrepentida de haber enfrentado a Draco Malfoy.

-Permiteme ayudar a recordartelo- Dijo la pelinegra mientras la rodeaba lentamente- Te dije que si te metías con mis amigos, te prendería en fuego, enfrente de todo el colegio...¡Y mira! que oportuna fuiste, justo estamos en medio del colegio, siendo observadas por todos, que mejor oportunidad ¿No crees?

-Skyler...Yo...me disculpare con Malfoy pero...-Dijo Granger entrecortadamente

-Oh, por supuesto que le pedirás disculpas-La interrumpió sonriendo-Pero antes, tienes que pagar.

-No, por favor, Skyler-Dijo Granger alarmada- Chicos ayudenme.

Harry Potter y Ron Weasley se intentaron acercar pero, había algo que les impedía el paso. Era como si estuviera una barrera invisible rodeando a Skyler y a Hermione Granger. Sólo cubriendolas a ellas. Evitando el paso a cualquier persona. Skyler inconcientemente la había creado. Sin embargo, se aprovechó de la situación.

-Ahora si no tienes escapatoria-Se rió. Pero dejo de hacerlo rápidamente, y centro su mirada furiosa en Granger. La pelinegra deseaba con todo su ser que la chica que tenía enfrente ardiera en llamas. Cerro sus ojos un momento, y los volvió a abrir cuando escuchó los terribles gritos de la sangre sucia y de todos los que estaban afuera observandolas. Los pies de Hermione Granger estaban prendidos en fuego, y como era normal las llamas se fueron expandiendo por su cuerpo, pero lentamente, eso hacía que su sufrimiento fuera mayor.

Skyler sólo admiraba las llamas que estaban en el cuerpo de la persona de enfrente. Ni siquiera se inmuto a los terribles gritos de sufrimiento de Granger.

-¡HERMIONE!-Gritaron alarmados Potter y Weasley, trataron de volver a acercarse pero no podían por la barrera. El pelirrojo estaba muy asustado y preocupado, levantó las manos y al sentir la barrera que le impedía el paso, golpeó con fuerza, como si eso fuera a romperla. Comenzó a golpearla más seguido y gritando a todo pulmón, pidiendo a Skyler que la dejará.

-¡SKYLER DEJALA!-Gritaban los dos integrantes restantes del trió de oro.

-¡Skyler!-Escuchó otra voz. Giró a ver quien era, Dumbledore se encontraba al lado de la barrera, junto con los demás profesores-¡Dejala por favor! ¡Apaga las llamas!

Skyler sólo lo observo neutra, con sus penetrantes ojos oscuros.

Impones tu ley, estás progresando, y ni siquiera el tiburón blanco sabra como frenarte.

Escuchó la voz, después de tanto tiempo.

Cede ahora antes sus plegarias, como muestra de piedad. Estó sólo ha sido una advertencia. Después se vendra el verdadero caos.

Skyler siguió viendo a Dumbledore y dijo con voz temerosa:-No sé cómo hacerlo. No sé como detenerlo. No he querido hacer eso.

-Dejame hacerlo, entonces-Dijo Dumbledore- Sé que no quisiste hacerlo, Skyler. Yo te creo. Sólo quita la barrera para poder pasar.

-No sé como quitarla-Dijo "asustada"

-Pideselo a tu mente-Dijo suave-Tal vez así funcione.

Como lo odio, pensó Skyler. Cerró sus ojos, y a los segundos los volvió a abrir. Dumbledore y los profesores ya habían podido pasar y llegaron hasta Hermione, el anciano apunto su varita rápidamente hacia ella y apagó el fuego. Granger cayó desmayada, con muchas quemaduras y el director ordenó a Potter y a Weasley que la llevarán a la enfermería lo más pronto posible. La tomaron en brazos y se dirigieron con rápidez hacia la enfermería.

Dumbledore se acerco a Skyler. La pelinegra pensó que la regañaría o la castigaría delante de todo el colegio pero, hizo algo que ella jámas se hubiera esperado y más bien que nadie se hubiera esperado. La abrazo.

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Oigan, hasta ahorita recorde que nunca mencione en ninguna de las temporadas que llevo, que La Oscuridad le brinda algunos poderes a Skyler. O sea, más bien le otorga el poder conforme a lo que ella desea.

Por ejemplo, aquí deseaba quemar a Hermione, entonces la oscuridad le otorgó el fuego.

Espero me haya explicado. Espero les guste el capítulo, gracias por leer❤

Kazel.