Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

29. El cementerio

Skyler comenzó a caminar. Los altísimos setos arrojaban en el camino sombras negras. Escuchó el silbato, eso quería decir que Potter y Diggory se estaban adentrando al laberinto.

— Orientame —le susurró a su varita, poniendola horizontalmente sobre la palma de la mano.

La varita giró y señaló hacia la derecha. Eso era el norte, y sabía que tenía que ir hacia el noroeste para llegar al centro del laberinto. La mejor opción era tomar la calle de la izquierda y girar a la derecha en cuanto pudiera.

Cuando giró a la derecha, observó que una criatura se acercaba a ella, específicamente un dementor. El frío se hizo presente.

Pensó en un momento feliz y sin necesidad de usar la varita exclamó:

—¡Expecto patronum!

La orca asesina fue directo hasta el dementor, ahuyentandolo. La pelinegra siguió caminando, pasaron unos diez minutos y no se había encontrado con otro obstaculo, solo con calles sin salida y algunas veces pasaba por donde mismo. Finalmente dió con una ruta distinta y comenzó a avanzar por ella. Luego dobló otra esquina, y se encontró ante un escreguto de cola explosiva. Era enorme, medía unos tres metros de largo, era lo más parecido a un escorpión gigante; tenía el aguijón curvado sobre la espalda, y su grueso caparazón brillaba a la luz de la varita de Skyler.

Skyler no quería complicarsela, por lo que simplemente lo miró y al instante el escreguto comenzo a incendiarse, pero no era un fuego común, era un fuego maligno.

La Slytherin tomó un camino a la izquierda y resultó ser un callejón sin salida, por lo que se devolvió. Llevaba unos minutos caminando a toda prisa, cuando oyó algo en la calle que iba a paralela suya que le hizo detenerse.

—¿¡Qué vas a hacer!? —escuchó gritar a Cedric Diggory— ¿Qué demonios pretendes hacer?

Y a continuación reconoció la inconfundible voz de Viktor Krum:

¡Crucio!

Al instante escuchó los desgarradores gritos de Diggory. Skyler rió, que placer le daba escuchar el sufrimiento de el hufflepuff. Sin importarle el bien estar del tejón, siguió caminando a zancadas por un recto y largo camino. Percibió que algo se movía, y la luz que emanaba de su varita, iluminó a aquella criatura. Un espécimen al que sólo había visto en una ilustración de el mounstruoso libro de los mounstruos. Era una esfinge: tenía el cuerpo se león, con grandes zarpas y una cola larga, amarillenta, que terminaba en un mechón castaño. La cabeza, sin embargo, era de mujer.

No parecía dispuesta a atacarla, pero aún así, se interpuso en su camino cerrandole el paso.

—Estás muy cerca de la meta. El camino más rápido es por aquí.

—Quitate del camino, entonces —dijo Skyler mirandola con superioridad.

—No —Respondió aquella criatura— No a menos que decifres mi enigma. Si aciertas a la primera, te dejaré pasar. Si te equivocas, te atacaré. Si te quedas callado, te dejaré marchar sin hacerte ningún daño.

— No perderé más mi tiempo contigo —le dijo la Slytherin. De las manos de Skyler salieron unas masas negras que iban en dirección a la esfinge. Aquella criatura miraba a aquellas masas, no sabía lo que eran, pero sabía que algo estaba mal, y antes de que la esfinge pudiera atacarla, las masas la inmovilizaron. Skyler con un movimiento de mano la mandó lejos quitandola del camino.

Avanzó un poco más y visualizó la copa de los tres magos sobre un pedestal a menos de cien metros de distancia. Skyler sonrío, había llegado al fin. Pero sabía que debía esperar a que Potter también llegará para tocar el traslador. Así que se ocultó detrás de un seto a esperar a que el niño que vivió apareciera. Depués de diez minutos escucho voces, asomó un poco la cabeza y pudo ver que Potter y Diggoy venían corriendo juntos. Salió de su escondite, al instante que ellos pasaron frente a ella, causando que chocaran entre sí y los tres cayeran al suelo.

—¡Skyler! ¿Estás bien? —preguntó Potter ayudandola a ponerse de pie.

—Sí lo estoy —dijo sacudiendose la ropa.

—Ahí esta la copa —Señaló el tejón— Vamos Harry, tomala tú.

—No, Hazlo tú Skyler, lo mereces más. Tienes muchos más puntos que nosotros —le dijo Harry Potter.

—¿Y si mejor los tres la tomamos al mismo tiempo? —Sugirió Skyler sonriendo— quedaríamos campeones, la copa se quedaría en hogwarts.

—Eso suena bien —sonrío Diggory cuando analizó la idea.

—Entonces, hay que tomarla los tres al mismo tiempos, a la de tres ¿Sí? —dijo Potter y los dos asintieron— ¡A la una...!

—¡A las dos...!

—¡Tres!

Los tres corrieron hacia la copa y la tocaron al mismo tiempo. Al instante sintieron una sacudida en el estómago. Después de unos segundos cayeron de bruces al suelo con la copa.

—¿Dónde estamos? —Preguntó Potter mirando alrededor.

—No lo sé —respondió Skyler fingiendo estar confundida. Los tres se levantaron del suelo.

Era evidente que estaban muy lejos de los terrenos del colegio. Se hallaban en un cementerio oscuro y descuidado de una pequeña iglesia, cuya silueta se podía ver tras un tejo grande que tenían a la derecha. A la izquierda se alzaba una colina. En la ladera de aquella colina se distinguía una casa antigua y magnífica.

—¿Alguien les dijo que la copa era un traslador? —Preguntó Diggory.

—Nadie —dijeron los dos al mismo tiempo.

—¿Será esto parte de la prueba? —preguntó esta vez Potter sacando la varita.

—No lo sé. Pero, ¿No sienten que algo malo pasará? —preguntó Cedric nervioso.

—No lo creo —dijo Skyler suavemente— O quizás sí.

—Alguien viene —advirtió Harry Potter.

Distinguieron una figura que se acercaba caminando derecho hacia ellos por entre las tumbas. Al parecer llevaba algo en brazos. Conforme aquella figura se acercaba más hacia ellos, percibieron que estaba encapuchado y que traía en brazos lo que parecía ser un bebé. La figura al fin se detuvó junto a una enorme lápida vertical de mármol, a dos metros de ellos. Repentinamente Harry Potter soltó un gemido de dolor y se tocó la cicatriz en su frente. La varita se le cayó de las mano y el cayó de rodillas por el dolor tan intenso que le causaba la cicatriz.

A lo lejos pudieron escuchar una tenebrosa y fría voz:

—Mata al otro.

La persona encapuchada apuntó su varita hacia ellos y soltó:

—¡Avada Kedavra!

Un rayo de luz verde voló por encima de Skyler y se impacto en el pecho de Cedric Diggory, causando que este cayera inerte al suelo. El Hufflepuff yacía sobre la hierba con las piernas y los brazos extendidos. Estaba muerto.

—¡Nooo Cedric! —exclamó Potter horrorizado mientras se colocaba al lado de Diggory.

—Eliminar a cualquiera que se interponga en el camino —susurró Skyler en voz baja sonriendo.

La persona encapuchada  levantó a Harry Potter del suelo y lo arrastraba hacia la lápida de mármol.  En la lápida tenía inscrito un nombre en letras grandes:

TOM RIDDLE

El Hombre de la capa hizo aparecer unas cuerdas que sujetaron al Gryffindor firmemente, atandolo a la lápida desde el cuello a los tobillos. Potter logró ver que aquel hombre no tenía un dedo en la mano, por lo que lo reconoció al instante.

—¡Tú! ¡Colagusano! —exclamó forcejeando. Pero colagusano le soltó un golpe— ¡Skyler haz algo! 

Colagusano giró rápidamente a ver a la adolescente y le apuntó con la varita:

¡Imperio!

Skyler con magia no verbal lo evadió. Pero fingió estar bajo aquella maldición. Ya que eso es lo que tenían planeado.

—¡Noooooo! —gritó Potter.

—Causale dolor —dijo Colagusano.

Skyler se acercó al niño que vivió.

¡Crucio! —le lanzó aquella maldición sin necesidad de usar la varita.

—¡AHHHHH! —Harry Potter se retorcía como podía mientras estaba atado en aquella lápida. Potter sentía un dolor muy intenso por todo su cuerpo, nunca había sufrido tanto dolor como el que estaba sufriendo en ese momento.

Skyler lo miró fijamente. Un aura oscura rodeo a Skyler y al instante unas masas negras salieron de las manos de la adolescente, aquellas masas se encaminaron a Potter y se metieron en su cabeza.

—¡AHHHHHHH! —Gritó Potter— ¡BASTAAAA!

Aparte del dolor que sentía en todo el cuerpo debido a aquella maldición. En su memoria aparecía la imagen de su padre y su madre muriendo por la maldición que les lanzó el señor Tenebroso. Pero esa imagen cambio, a sus padres llenos de sangre y gritando de dolor.

— ¡Ahhh! —soltaba su madre, mientras ella y su padre estaban de rodillas llenos de sangre.

—¡Todo esto es tu culpa Harry! —exclamó su padre mientras le escurría sangre del pecho.

—¡Si no hubieras nacido nada de esto nos hubiera pasado! —le gritó esta vez Lily Potter.

—¡Estamos muertos por tu culpa! —dijo su padre— Ojala hubieramos podido interrumpir el embarazo.

Eres un peligro, Harry. Un peligro para todos —le dijo su madre, y sangre escurría de su boca— Cualquiera que este cerca de ti muere. Solo mira a ese chico a tu lado, pobre chico, no tenía la culpa de nada era inocente. Pero gracias a ti está muerto.

¡No yo no quizé hacerlo! —Chilló Potter. Las lágrimas inundaban sus ojos— ¡Nooo!

Skyler rió macabramente, apuntó su mano derecha hacia el chico de gafas y aquellas másas negras salieron de la cabeza del chico, regresando al cuerpo de su dueña.

Una serpiente gigante se deslizaba por la hierba, rodeando la lápida a la que estaba atado el niño que vivió. Colagusano estaba empujando hacia la sepultura lo que parecía ser un caldero de piedra aparentemente lleno de agua. La criatura que estaba entre las mantas estaba removiendose, parecía querer liberarse. Colagusano hacía algo en el fondo del caldero con la varita.

De repente brotaron bajo el caldero unas llamas crepitantes. El líquido que contenía el caldero parecía calentarse muy rápidamente. La superficie comenzó no solo a borbotear, sino que también lanzaba chispas abrasadoras, como si estuviera ardiendo. El vapor se espesaba emborrando la siluesta de colagusano, que atendía el fuego.

—¡Date prisa! —exclamó aquella voz fría.

La entera superficie del agua relucía por las chispas.

—Ya esta listo, amo —Dijo Colagusano. Se acerco a aquellas mantas y tomo a lo que parecía ser un niño pequeño agachado, no tenía pelo, y la piel era de aspecto escamoso, los brazos y las piernas eran muy delgados y débiles; y la cara era plana y como de serpiente, con ojos rojos brillantes.

Colagusano dejó caer aquel cuerpo al caldero y al instante levantó la varita y habló con voz temblorosa:

—¡Hueso del padre, otorgado sin saberlo, renovarás a tu hijo!

La superficie de la sepultura se resquebrajó a los pies de Harry Potter. Vió que salía de debajo un fino chorro de polvo y caía suavemente en el caldero. La superficie del agua se agitó y lanzó un chisporroteo; arrojó chispas en todas direcciones, y se volvió de un azul vivido de aspecto ponzoñoso. En aquel momento, colagusano estaba lloriqueando. Saco del interior de su túnica una daga plateada, brillante, larga y de hoja delgada.

—¡Carne...del vasallo...voluntariamente ofrecida...revivirás a tu señor!

Extendió su mano derecha, la mano a la que le faltaba un dedo. Agarró la daga muy fuerte con la mano izquierda, y corto su mano derecha.

—Sa...sangre del enemigo...tomada por la fuerza...resucitarás al que odias...

Colagusano le dió la daga a Skyler y esta camino hasta Potter. Le levantó la manga de un brazo y con la daga le realizó un corte en la piel, lo que causo que el chico de gafas gimiera de dolor. La pelinegra caminó hasta el caldero y con cuidado echo la sangre ahí.

El caldero hervía a borbotones, salpicando en todas direcciones chispas de un brillo tan cegador que todo lo demás parecía de una negrura.

Nada sucedió.

Y entonces, de repente, se extinguieron las chispas que saltaban del caldero. Una enorme cantidad de vapor blanco surgió formando nubes espesas y lo envolvió todo. A través de la niebla, del interior del caldero se levantaba lentamente la oscura silueta de un hombre, alto y delgado como un esqueleto.

—Vísteme —ordenó a colagusano. Y este con la varita alzó la túnica negra y se la coloco a su amo.

El hombre delgado salió del caldero y miró fijamente a Skyler. Aquel hombre estaba más blanco que una calavera, con ojos de color rojo, y la nariz tan aplastada como la de una serpiente, con pequeñas rajas en ella en vez de orificios.

Lord Voldemort había vuelto.

—La nueva era ha comenzado —Soltó Skyler con una sonrisa macabra.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro