Especial época Navideña Renacer
AVISO: Leer este apartado NO cambia el transcurso de la historia ni los próximos sucesos. No necesario leer, pero si es recomendable.
Ariadna Miller
Estaba terminando de arreglarme, el vestido rojo que Mérida me había dado asentaba bien mi silueta... La pubertad poco a poco tocaba mi puerta y era inevitable ver los cambios en mi cuerpo.
Unos toques en la puerta me sacaron de mis pensamientos.
-Pase- doy permio para entrar.
-Vine para terminar de arreglarte cariño- me avisa Mérida. Dejando el maquillaje en la cama.
Esta vestido con un traje rojo, el cual deja ver un corset negro a la vista.
-¿Me vas a maquillar?- cuestiono sorprendida.
-Y peinar Prinzessin.
Emocionada me senté en la cama, al principio me molestaba que Meé me quisiera estar arreglando todo el tiempo. Pero luego lo comencé a sentir como una forma de consentirme y mimarme. Cosa que no desagrado en ningún sentido, a ella tambien le hace ilusión cada vez que estoy en sus manos.
No soy quien para quitar ese brillo de sus ojos
Al pasar los minutos, ella termina de maquillar mis labios y me perite verme al espejo.
A echo una trenzas a un costado de mi cabeza, haciendo que el resto de mi cabello caiga al otro lado. Mis mejillas tienen el perfecto tono de rosa, mis pestañas se ven largas y mis labios tienen un pequeño toque de color debido a la tinta.
-Me veo...
-Hermosa, mi niña- me abraza, no despego mis ojos del espejo -Tu siempre estas hermosa- me sonríe.
Salimos de la habitación, y al bajar las escaleras nos encontramos con Harry, quien nos espera a los pies del árbol. Al llegar junto a él, de manera inesperada me toma por debajo de los brazos y comienza a darme vueltas por los aires.
-Mírate, estas preciosa.
-Harry bájame- pido clemencia.
-¡Harry Hartmann si llegas a despeinarla te dejare clavo!- le advierte Mérida, haciendo que me baje.
-¿A quién dejaran hoy como a su padre?- dice mi madre, llegando con su vestido rojo, el cual acentúa cada curva, los tacones la hacían ver más alta, y su melena negra libre.
-Oye, no te burles de mi calvicie, Venus- le pide el hombre a su lado. Quien viste su típico traje negro, solo que ahora porta una corbata color bordó.
Escuchamos el grito de Steven -¡VUELVE AQUÍ JACOB!- podemos distinguir la mancha que pasa a nuestro lado por la velocidad, pero es detenido por nuestro padre quien lo toma por el cuello de su camisa.
Steven llega hasta nosotros agitado.
-De vuélvele la corbata a tu hermano Jake- le pide mi madre.
-Si señora- hace un saludo militar y le extiende el pedazo de tela Steven, quien de mala gana se lo quita.
-Igual no tiene sentido, no se ponerme esta porquería- se queja rendido.
-¿Te vas a dejar vencer por una corbata?- le pregunta nuestro padre arrebatándole la corbata negra que combina con la camisa roja.
-No se ponérmela, no entiendo porque tantos nudos.
-Este pedazo de tela hijo mío, le da elegancia a un hombre- comienza a amarrarla en su cuello, y al terminar de ajustarla, le dice -Es una prenda básica para todo caballero.
-¿Por qué crees que Jake nunca la usa?- suelta Harry, oculto mi cara para no reír y Mérida carraspea aguantando la risa.
-¡Yo soy un caballero!- se defiende, haciendo que mi madre ruede los ojos -Solo que siento que me asfixio cada que la uso.
-Todos sabemos lo caballeroso que eres Jacob, no les hagas caso a tus hermanos- mi madre lo toma del brazo y juntos se dirigen al comedor.
-Oye se supone que venias conmigo Roxan- los que quedamos reímos al ver como dejan plantado al rey de la sangre.
Papá había dado el día libre a todos, éramos nosotros siete en esta gran mansión, donde a pesar de ser muy grande para nosotros siete todo se sentía cálido, acogedor e increíble.
Ese era nuestro hogar
Tomamos asiento, y a mi madre ver como Alfons toma los cubiertos, esta los atrae hacia ella al otro extremo de la mesa, dejándolo con las manos vacías.
-Venus- se queja.
-Sabes lo que va primer, señor. No me ponga esa cara- ella ríe victoriosa al ver como a regaña dientes toma nuestras manos -Ahora ¿Quién dirá la oración hoy?
-Me toca a mí- anuncia Mérida.
<<Dios todo poderoso, Bendice este sagrado alimento, provee a cada casa en el mundo una cena como esta, que nadie pase frio ni sufra en estas épocas, Con tu presencia cuídanos y protégenos de todo mal. Amén.
-Amén- repetimos todos.
Mi madre transporta los tenedores robados hasta las manos de Alfons.
-¿Ves lo fácil que era?
🔹🔥🔹
Al marcar las 11 todos vamos al salón y nos sentamos con un chocolate caliente. Platicábamos de los entrenamientos de Steven, de mis lecturas actuales, de las aventuras de papá y Harry, de los casos de Jacob, de los tratados que hace Mérida.
-Ariadna- me llama mi madre -¿Por qué no buscas tu cámara para tomarnos una foto familiar?
Todos nos quedamos en silencio, observándola. Sin poder creer las palabras que salían de su boca.
-¿Hablas en serio?- pregunto Alfons, nadie podría creer lo que había dicho.
-¿Dije algo malo?
-Tu, Roxan, quieres una foto- suelta Jacob asimilando -Tu apenas y dejas que tus hijos se tomen fotos por los riesgo.
Mamá se levanta del sillón, acomodando y estirando la falda de su vestido.
-¿Quieren una foto?- asentimos -Tienes quince minutos para estar en el salón del trono, porque si no juro cambiare de opinión.
-¿Quién se cree usted para mandonear a mis hijos?- sonríe papá al ver su postura.
Ella sonríe retadora -La Dama y Señora de esta casa- se da la vuelta dirigiéndose al salón del trono.
-Ella tiene el poder padre- deja muy claro Steven provocando las risas de todos.
-Ya escucharon tenemos unos minutos para tomarnos la foto familiar, andando- una vez Mérida habla todos nos movemos.
Extiendo mis brazos hacia arriba y Harry me toma en los, con su rapidez me lleva a mi habitación y me ayuda a buscar todo lo necesario para la foto.
-Ten- le entrego la cámara.
Él la mira curioso, le da vueltas y vueltas en sus manos. Comienza a forzar el lente a ver que este da vueltas e inmediatamente se lo quito de las manos.
-¡Oye no hagas eso!- acomodo el lente y me cuelgo la cámara en el cuello.
-¿Tu usas eso?- señala mi cuello -En mis tiempos no tenía tantas cosas.
-En tus tiempos, Anciano. Tú lo has dicho- tomo el tripié -¿Nos vamos?
Vuelve a cargarme y otra vez con su rapidez nos trasladamos a la planta de abajo.
Jacob se acerca a ayudarme para instalar la cámara, mientras Mérida ayuda Steven a acomodar su camisa. Mi madre ve todo sonriente, ella sabe que su palabra es ley, lo que pida se hace.
Todos se colocan en sus lugares, y solo falta una persona.
Las pisadas del rey resuenan en el salón, el choque de los hielos en su trago tambien.
-¿Es en serio lo de la foto?- cuestiona al vernos a todos listos.
-Solo faltas tú- avisa mi madre, junto al trono.
-¿O no quieres aparecer?- pregunto.
Al dar el último sorbo a su bebida, dejándola de lado se dirige hacia el trono. Se sienta acomodando su traje y corbata.
-¿Estoy bien así cariño?- me interroga.
Reviso en la cámara cada detalle, la mandíbula levantada de Mérida, los puños cerrados de Harry, la posición de Steven y Jacob. Y me doy cuenta de cómo mi madre entrelaza su dedo meñique con el del rey, todos pasan desapercibido aquel detalle, pero yo al estar en mi posición no puedo hacerlo, y aquello me parece fascinante.
-Perfecto papá- decido callar y colocarme en mi posición -No olviden sonreír.
En unos segundos se toma las primeras fotos.
-¡Ahora una como payasos!- grita Jake. Todos volteamos a verlo solo para darnos cuenta que ha sacado la lengua y se ha metido un dedo en la nariz.
Todos comenzamos a reír. Las fotos se siguen tomando no paran, y la ultima es una con todos abrazando a papá.
-A ver, a ver- pide Mérida emocionada.
-Quedaron muy bien hija mía- recibo un beso en la frente de mi padre -Tienes mucho talento.
-Gracias papá.
No nos dimos cuenta de la hora, pero las 12 marcaron el reloj.
Todos nos dirigimos al patio donde Steven y Jacob se en cargaron de encender los fuegos artificiales.
La noche se ilumino con colores y alegría, recodaba mis antiguas navidades, donde solo éramos tres compartiendo la mesa, el frio y la soledad.
Estos definitivamente serían los mejores recuerdos de mi vida, una que a pesar de estar maldita parecía por fin tomar un nuevo rumbo.
Steven era feliz, papá hace poco le había dicho que lo apoyaría con lo de la universidad.
Mamá cada vez se veía mucho más feliz, había creado una hermosa amistad con Mérida y poco a poco creo que se está dando una oportunidad con Alfons.
Y yo... Creo que por fin he conseguido eso que siempre anhele, un hogar.
- Prinzessin- llama mi atención Harry.
-¿Si?
-Toma- me entrega un regalo, está envuelto en un papel rosado con un moño rojo -Feliz navidad, este es tu primer regalo. Hay pocos como este así que cuídalo mucho.
-¿Qué es?- digo sin abrirlo.
-Es un libro, sobre una leyenda no muy conocida en el mundo sobrenatural. Trata sobre un Rey y su gran amor- me explica -Sé que aún hay muchos libros en tu biblioteca que no has leído, pero este es único que en su clase, y pensé que tú, una chica única debería tener un libro único.
Lo abrazo -Muchísimas gracias Harry.
-Todo por ti Ariadna.
-Voy entrar por un poco de chocolate caliente- aviso a todos.
-En un momento te acompañamos, Flor- dice mi madre.
Camino hasta la cocina y tomo la taza más grande que encuentro sirviendo la mayor cantidad de chocolate. Me dirijo hasta la sala principal mientras abro mi regalo.
El rey, que no se arrodillo
Leo en la portada, la cual es simplemente negra con letras doradas.
-Hola.
Escucho, es una voz muy parecida a la mía, pero esta me causa escalofríos.
-Hola.
Esta se repite haciéndome voltear y buscar a mi alrededor.
-El espejo dulzura.
Dice esta vez indicándome dónde dirigirme.
Con cuidado voy llegando hacia mi reflejo, pero no me encuentro con lo que espero.
La taza cae a mi pies por lo que llega a mi ojos.
Mi rostro lleno de venas con lava, ojos naranjas, y cabello n llamas es lo único que puedo ver. Comienzo a tocarme la cara, pero no siento ese relieve y mucho menos el fuego que puedo ver.
¿Qué ven mis ojos?
-¿Ariadna estas bien?- la voz de mi madre llega a mis oídos obligándome a separar mis ojos del espejo. Ella eta acompañada de papá el cual se acerca ver que este bien.
-¡El espejo!- señalo -¡¿Pueden verlo?!- cuestiono.
-¿Qué cosa hija?- interroga papá.
Cuando vuelvo a voltearme ese reflejo monstruoso ya no está. Solo me encuentro con la imagen de mis padres y la mía, una normal, completamente normal.
-Yo...yo- tartamudeo.
-¿Cariño tienes sueño?- pregunta mamá.
-No yo, estoy bien- respondo -Venia distraída, y creí ver algo. Eso es todo.
-¿Estas segura, cariño?- se asegura mi padre que este bien.
-Mi chocolate se perdió- digo mirando el suelo.
-No te preocupes lo limpiare y te llevare otra taza, Flor- avisa mi madre.
-Ven- extiende Alfons su mano -Ya vamos a abrir los regalos.
Tomo su mano volviéndome a sentir segura.
Solo ignóralo Ari, es tu mente dándote una mala pasada...
Es solo eso
🔹🔹🔹
HOLA HOLA
FELIZ NAVIDAD
Y Feliz año nuevo
Un poco tarde el especial pero aquí está
Esto son de los momentos más felices que vivieron los Miller con los Hartmann y su última navidad
Un poco de alegría antes de un año caótico
Disfruten con sus seres queridos y recuerden amarlos, así como mis niños amaron a su padre...
Feliz navidad y Feliz año nuevo
Nos veremos pronto...
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