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🔥Capítulo 33🔥

Desahogarse

Luna

Habían pasado 2 semanas desde los descubrimientos de Kim, poco a poco nos iba informando acerca de los fénix y el ataque que harían al pueblo. Los entrenamientos nunca pararon, mejore mi agilidad, controle mi fuerza y también mi sed.

Ya casi un mes desde que pertenezco al mundo sobre natural, desde que soy un vampiro.

Estoy en mi cuarto escribiendo sobre el último partido de soccer el cual perdimos 4 a 3 contra la escuela del Sur. Fue un partido muy reñido la verdad.

Unos golpes en la puerta de mi cuarto me sacan desvían mi concentración.

-¿Cómo va el artículo?- pregunta mi padre.

Richard Sánchez, un hombre alto, con tez oscura, ojos color miel, un rastro de barba, con poco cabello, trabajador, amable, amoroso, carismático. Mi padre.

El decir que mi comunicación con mi padre era buena, seria mentir. Lo amo, me ama, lo necesito, me necesita. Pero nunca hemos sido los más comunicativos entre nosotros, siempre a estado muy enfocado en su trabajo y yo hasta hace poco me ocupaba de mis cosas y no morir por un ataque de asma.

Como cambian las cosas en tan poco tiempo

-Estoy a punto de terminarlo- respondo seca -Papá ¿Puedo ir a casa de Alexandra?

Alexandra está preparando una rutina ya que van a elegir a la nueva capitana de porristas y quiere que le demos el visto bueno Ari y yo.

-Si claro, cariño.

Se queda segundos mirando me sin decir nada, cosa que me pone los nervios de punta.

-¿Qué pasa papá?- pregunto cerrando la laptop.

-Es que te noto muy diferente- dice.

Aquello activa todas mis alarmas ¿Se habrá dado cuenta de alguna de mis actitudes nuevas?

-¿Diferente? ¿Diferente cómo?- cuestiono nerviosa.

-Bueno hace semanas no veo que uses tus lentes, sales mucho más que antes, las pocas veces que vi que hablaras con alguien era Alexa y ahora tienes más amigos, ¡Hasta vas de compras! ¡Tú no ibas a comprar ropa a menos de que lo necesitaras!- exclama.

-Sobre los lentes, es que compre unos lentes de contacto- miento.

Ya no los necesito

>>Sobre las salidas y los amigos... Bueno sabes que Ariadna, la chica que llego nueva al pueblo- le recuerdo -Nos llevamos muy bien.

-Sí, eso ya lo sé mi vida. Has hecho alguna pijamadas en su casa, y las veces que ha venido, ella ha sido muy agradable.

-Si ella y Alexa son las que me han sacado de mi zona de confort- confieso.

¿Me han sacado de mi zona de confort? Por supuesto.

Vampiros, hombres lobos, brujas, fénix. Solo falta un unicornio.

-Me gusta verte así, después de lo que sucedió con tu madre te cerraste y...

Lo interrumpo -No vayas por ahí papá, durante mucho tiempo no has querido hablar del tema. Ahora yo no lo quiero hablar- advierto.

-Lo se, y lo siento mucho Lu. Pero considero necesario charlar sobre tu madre...

-¿Y qué tenemos que hablar exactamente?- frunzo el ceño -Además te he dicho que no te refieras a esa mujer como mi madre, yo simplemente no tengo mamá.

-Bueno pero tenemos que hablar de ello, por más de 9 años te cerraste con las personas y te refugiaste entre estas paredes- comienza con el sermón -Y solo quiero saber que estas actuando así por gusto y no porque te sientes obligada demostrar algo.

-Papá si actuó así es porque quiero, ya estoy harta de cerrar me solo porque una mujer que no supo valorar lo que tenía y se fue.

Nos quedamos unos muy largos segundos en silencio, sé que quiere decir algo pero tiene miedo de mi reacción por algún motivo.

-¿Qué pasa?- rompo el silencio.

-Hace unos días recibí un mensaje... de Coral- confiesa.

Aquello me dejo atónita. 9 años, ¡9 años! Desde que se fue. Y la muy desgraciada se atreve a escribirle a mi padre.

Me levanto molesta de la cama, comienzo a dar vueltas por la habitación con sus ojos clavados en mí.

-¿Qué quiere esa mujer?- interrogo.

-Quiere hablar contigo- responde.

-¿Quiere hablar conmigo?- suelto una risa sin gracia -Esa mujer está loca si piensa que hablare con ella.

-Luna, yo pienso que es buena idea que hables con ella- admite mi papá.

-¿¡QUE!?- exclamo.

-No te digo que la aceptes en tu vida Luna, pero pienso que el hablar con ella te ayudara a avanzar y superar lo que paso. El perdonarla te dará paz, cariño.

-¿Perdonarla? ¿¡COMO SE PERDONA QUE TU SUPUESTA MADRE TE HALLA ABANDONADO, POR QUE ESTAS ENFERMA DE ASMA Y NO SABIA COMO LIDIAR CONTIGO!?- cuestiono.

-Hija...

-No papá- lo detengo -No puedo, ni quiero perdonarla. Ella me abandono cuando la necesitaba, ella no estuvo en mi primera menstruación o cuando me gusto un alguien por primera vez.

-Mi vida no quiero que sientas odio, eres joven y ese sentimiento solo te torturara.

Comienzo a recoger algunas cosas en una mochila. No quiero pelear con él, y sé que si me quedo solo le echare más leña al fuego. Cuelgo la mochila en mi hombro.

-¿A dónde vas?- pregunta.

-A casa de Alexa veo que esta conversación no nos llevara a ningún lado y no tengo ganas de pelear contigo- respondo, acercando me a él y dejando un beso en su mejilla.

-Luna no hemos terminado de hablar- me detiene.

Sé que insistirá así que uso mi último recurso, giro sobre mis pies y lo miro directo a los ojos -Vas a dejarme ir a casa de Alexa, no me detendrás y por hoy no volveremos tocar este tema- ordeno usando mi control mental sobre él.

Inmediatamente me deja ir sin poner peros.

Salgo de casa a paso apresurada y camino hasta casa de Alexa, todos vivimos en el mismo vecindario, yo soy la que vive más lejos pero eso no impide que en menos de diez minutos este en casa de mi amiga.

Toco la puerta he inmediatamente me abre el padre de Alexa. El Sr Dixon Roberts, el alguacil del pueblo.

-Hola Luna- me saluda con una sonrisa, invitándome a pasar.

-Hola alguacil- saludo entrando -¿Y Alexa?

-Esta con Ariadna en el patio, te estaban esperando- responde.

-Muchas gracias- digo dirigiendo me hacia donde me esperaban mis amigas.

Cuando salgo al patio encuentro a Ariadna, Alexandra y Alexander hablando estos están sentados en la mesa del porche.

-Hola- llamo su atención.

-Hola periodista- dice Ari y Alexa al unísono.

-¿Qué hacen?- pregunto sentando me al lado de Alexa.

-Contando le sobre nuestra niñez a Ariadna - responde Alex.

-Si según me cuentan, estos eran dos babosos de pelo dorado y revoltosos- dice Ari con una sonrisa.

-¿Babosos?- cuestiona Alex ofendido -Babosa será mi hermana, porque yo nunca me chupe el dedo.

-¡ALEXANDER!- le reclama su hermana.

-Tal vez no te chupaste el dedo, pero seguro eras un sapo- defiende Ariadna.

Alex se rasca la nuca y baja cabeza apenado. Desde que él le dijo a Noah que fue con él el primer beso de Ariadna le recordamos siempre que es un sapo.

-Miren que hora es- dice con nerviosismo viendo su reloj -Ya tengo que ir a ver a Noah- Ariadna se tensa de solo oír su nombre y todos lo notamos. Se recompone rápidamente, pero ya es demasiado tarde y Alexander suelta una pregunta -¿Quieres que le de algún recado Ariadna?

El tono de insinuación que uso no pasa desapercibido para Ari, quien lo toma de lo muñeca y lo jala un poco hacia ella -Alexander, Alexander ¿No te ibas?- su voz sale en un tipo de advertencia la cual asustaría a cualquiera.

Alexander asiente rápidamente y sale corriendo de nuestro campo de visión.

Nosotras nos reímos, sorprendentemente Alexa y yo nos hemos adaptado bien a la personalidad intimidante de Ariadna y ella a nuestras actitudes muy mundanas.

-Bueno ¿Qué es lo que quieres enseñarnos rubia?- pregunto.

-Quiero que me digan, que opinan de mi rutina- dice.

-¿Entonces que esperamos?- cuestiona Ari -Muéstranos de que estas hecha porrista.

La rubia se levanta de su silla, tomando los pompones de la mesa. Enciende su corneta y busca en su celular una canción, me entrega el teléfono.

-Cuando te diga presionas el play- me pide. Se coloca las manos en las caderas con los pompones, su rostro porta una sonrisa radiante -Ahora.

En la bocina comienza a sonar Sweet but psycho de Ava Max.

Ella comienza a mover sus caderas al ritmo de la música.

"Oh, she's sweet but psycho"

Sus manos con los pompones se unen a la fiesta, baila y hace un par de piruetas. Se mueve con seguridad, alegría y con un porte sensual.

Siempre he sentido un poco de envidia por la seguridad que porta, pero eso no impide que sea su amiga y a la vez me enorgullezca de ella.

Se mueve de un lado para el otro con ritmo y precisión, me gusta la coreografía que ha creado, pero creo que le hace falta algo, algo que impacte y destaque.

Termina con la típica pose de porrista y su gran sonrisa.

-¿Y qué les pareció?- cuestiona con nerviosismo.

-Me gustó mucho pero...-respondo.

-¿Pero?- insiste.

-Le falta algo- completa Ari -Necesita algo que la haga destacar al final.

-Exactamente- le doy la razón -Algo único.

-Ya sé que le agregare- avisa -Pero será sorpresa tendrán que esperar a verlo mañana.

Seguimos chalando un rato más, conociéndonos y comiendo algunos bocadillos que hace darme cuenta que necesito sangre.

-Chicas ¿podemos ir a casa de Ariadna?- cuestiono -Necesito alimento.

Yo así me refiero a la sangre.

-Por supuesto- contesta Ari.

Nos trasladamos al frente, bajamos las escaleras hacia el sótano y nos encontramos a Steven golpeando el saco de box sin camisa.

Alexandra

Cuando veo el torso y la espalda quedo en shock, no solo porque esta extraordinariamente bueno, si no por las cicatrices. Tiene varias estas desde su pecho hasta su estómago bajo en el cual se marca la V, la espalda también lleva cicatrices sin embargo la más destacable es una la cual le cruza todo el pecho, va desde su hombro derecho hasta el principio del estómago en la parte izquierda.

Se da cuenta de nuestra presencia, ya que ve como Luna toma una bolsa de sangre, rápidamente toma la camisa que está a su lado tapándose el pecho y dando se la vuelta, como si estuviera desnudo.

Nos ve a las tres, dedica una mala mirada a su hermana la cual no entiendo.

Sus ojos se encuentran con los míos. Esta... ¿Apenado?

Sin poder evitarlo bajo la mirada a una de las cicatrices que aun puedo ver y él lo nota, lo cual al parecer lo molesta ya que su expresión se vuelve fría. Sale de la habitación literalmente corriendo dejando nos a Luna y a mi desconcertadas.

-¿Por qué tanta tención?- le pregunta Luna a Ari.

-Digamos que no le gusta que lo vean sin camisa- responde.

-¿Por qué?- cuestiono -Si está buenísimo- murmuro para mí misma.

-Escuche eso- me señala Ari -Ojala el pensara igual.

-¿Es por las cicatrices?- curioseo y la misteriosa asiente.

-¿Por qué la cicatrices?- se une al interrogatorio la periodista.

-Es una historia que compartimos y no nos gusta hablar, él es el único que tiene derecho a compartir su versión- responde -Solo diré que estuvo a punto de perder la vida por esas marcas en su cuerpo.

El escuchar aquello me pone los pelos de punta, el pensar que él estuvo a punto de cruzar la línea entre la vida y la muerte me aterra ¿Un mundo en donde Steven Miller no exista?

Por alguna razón el imaginar ese mundo, solo lo veo gris sin color ni alegría, un mundo en donde la oscuridad gobernaría.

Sin darme cuenta ni pensar mucho en mis acciones, subo las escaleras con la única intensión de ver a Steven. Al estar enfrente de su puerta toco tres veces, pero no obtengo ninguna respuesta.

Abro poco a poco y asomo mi cabeza, lo veo parado enfrente de un espejo analizando su imagen sin la camiseta la cual sostiene en sus manos, la aprieta tanto que sus nudillos esta blancos.

Entro a la habitación y veo mi entorno, las paredes son blancas, tiene grandes ventanales que dan con la parte de enfrente de la casa, hay poster de súper héroes y tiene un gran escritorio con varios monitores y luces de colores.

Las ventanas dan vista directa mi cuarto.

Cuando me posiciona detrás de él, puede verme atreves del espejo y reacciona de la misma manera que en el sótano.

-¿No te enseñaron a tocar?- espeta enojado.

-Toque, no respondiste- digo.

-¿Tal vez porque no quiero ver a nadie?- cuestiona con sarcasmo.

-¿De qué son tus cicatrices?- pregunto sin rodeos.

-Eres la meca de la sutileza- responde sarcástico -¿Que te importa de que son mis cicatrices? No es tu problema.

-Anda vamos desahógate- lo animo.

-¿Desahogarme con qué? ¿Acaso te volviste loca?

-¿Por qué tienes inseguridad sobre tus cicatrices?- presiono.

Se nota que él tiene inseguridad sobre ello, aunque no es mi problema quiero ayudarlo, la forma en cómo se miró al espejo, como se juzgaba a el mismo. No me gustó nada.

-¡Yo no tengo inseguridades!- me levanta un poco la voz, mientras se pone la camisa y sin mirarme a la cara.

-¿Entonces me dejas tocarlas?- pregunto sabiendo la respuesta.

Es orgulloso y sé que dentro de él están saltando alarmas gritando "No".

Me penetra con su mirada y a pesar de que trata de calmarse, sus ojos están llenos de miedo.

Sin esperar aprobación le quito la camisa cosa la cual él no se resigna, él es muchísimo más alto que yo así que tiene que arquear la espalda hacia adelante para terminar de sacar la prenda.

Cuando lo tengo enfrente de mi con el torso desnudo siento como mis mejillas se sonrojan, pero no le hago caso y con mis dedos comienzo a delinear las pequeñas marcas. El tiembla ante mi tacto pero no se aparta, sigo trazando desde la más pequeña hasta la más grande.

A llegar a tocar la herida que le cruza todo el pecho se aparta y toma mi muñeca con fuerza lastimándome un poco, me aparto de su agarre.

-¿Te lastime?- cuestiona preocupado.

-No- miento frotando me la muñeca.

-Claro que te lastime- toma mi mano pero esta vez con delicadeza para ver la marca de sus dedos, he inmediatamente hace una mueca al ver como sus dedos quedaron rojos en mi piel -Sienta te.

Le hago caso y me siento en el borde de la cama mientras busca algo en su cómoda. Se acerca con un pequeño embace transparente, el cual deja ver un líquido viscoso de color verde.

Se sienta a mi lado y con delicadeza esparce la crema por mi muñeca -No quería lastimarte, lo siento mucho- se disculpa.

-Tranquilo, igual no tuve que presionarte- digo -Ni siquiera sé que me paso, solo me preocupe cuando te vi reaccionar de tal manera.

-Casi pierdo la vida el día que me hicieron esto- señala su torso sin soltar mi mano -Y no solo por el daño físico si no por el emocional- sin el notarlo comienza a trazar círculos en mi piel -Ese día pensé que la había perdido.

-¿Perder a quién?

-A Ariadna.

Steven

*Historia/Flasback*

Estábamos en Nueva Orleans, caminando por las calles y analizando el perímetro. Llevamos unas semanas en la ciudad y queríamos asegurarnos de todo fuera seguro.

Nueva Orleans y Nueva York nunca han sido territorios con líderes, más bien tienen un comité sobre natural. Así cualquier aquelarre, manada, clan u otro ser sobrenatural puede habitar en el sin estar invadiendo, pero necesita el permiso del comité.

Pero todo cambio de un momento a otro y nos convertimos en el blanco de unos vampiros. Ellos eran enviados del Aquelarre Oscuridad y ya que la ciudad era libre no podían venir ellas, así que mandaron quien hiciera el trabajo sucio.

-¡STEVEN!- su grito fue lo último que escuche antes de ver cómo le rompían el cuello.

Rojo fue todo lo que vi en ese momento, la ira se apodero de mí y muchos pagaron el precio de mi rabia.

Yo era una tormenta eléctrica que queria arrazar con todo en mi vida no había sentido tanta impotencia, tanta frustración, tantas ganas de destruir todo.

Todos los faros del Barrio Francés, comenzaron a temblar, las luces iban y venían.

-SUELTENLA- con mi grito se desataron corrientes de electricidad entre los postes de luz, gente comenzaba a correr, los gritos de los niños no llegaban a mis oídos.

Lo último que sentí, un golpe en mi nuca.

🔹🔥🔹

Escuchaba voces a los lejos, estas me devolvían poco a poco a la realidad.

Lo primero que sentí fue la mano de mi madre sosteniendo la mía. Su voz llego a mis oídos.

-Ustedes quieren devuelta a los niños y su líder, yo a mi hija, ayudemos no mutuamente- pide mi madre.

Se llevaron a Ariadna...

Pero también se llevaron a niños brujos y al líder del Aquelarre Magnun.

-Entiendan que nosotros tenemos que esperar a ver si dan alguna señal de vida- le dicen -En esta ciudad cualquiera puede habérselos llevado.

<<El joven estará bien aquí, se recuperara y muy pronto podrá ir con usted. Acompáñeme a hablar con el consejo.

Ella aún no había soltado mi mano, y yo aún no había abierto los ojos.

Sentí como se acercó a mí y poso un beso en mi frente.

-El pantano Steven, yo buscare ayuda- susurro antes de salir con el hombre.

Cuando estuve solo abrí los ojos para poder ubicarme, un poco desorientado logro levantarme de la camilla. Analizo mi entorno, era una habitación ante hechizos, las runas en las paredes me lo dejaban claro.

Tendría que usar mi inteligencia para salir.

Por la ventanilla de la puerta podía ver a dos guardias.

Debían entrar...

Con un golpe rompo el vidrio en la puerta, y con mi brazo ahorco al hombre. Su compañero lo salva de mi fuerza y abre la puerta.

-¿Qué DEMONIOS TE PASA...?- comienza a hablar pero no dejo que termine cuando le regalo el primer golpe en la cara. No lo dejo ni hablar ni reaccionar, lo golpeo con todas mis fuerzas, descargando el huracán de ira que hay en mi pecho. No me detengo hasta dejarlo inconsciente.

El otro trata de venir hacia mí pero rápidamente lo esquivo logrando salir de la habitación volviéndola a cerrar dejándolos adentro. -Impenetrabilis- regreso el cristal a su antiguo estado y antes de irme le saco el dedo de en medio a al muy pendejo que se empeña en romper la puerta.

Con sigilo busco un tele-transportador, hasta encontrarlo.

-Elektrisk energi- con un rayo aparto al hombre que protege mi via de escapa.

No puedo perderla, y no me importa a quien tenga que sacar de mi camino para recuperarla.

Tomo una de las armas que están en las paredes y recito las coordenadas del pantano.

Sé que estás ahí y yo voy por ti.

🔹🔥🔹

Mis zapatos están llenos de fango y el sudor cae por mi frente.

Las horas que he pasado caminando han sido infinitas, pero han valido la pena ahora que estoy enfrente de contenedores rodeados de vampiros y lobos.

Salgo de mi escondite y los gritos de algunos niños llegan a mí, mientras más me acerco más ensordecedor son.

Abro el primer contenedor buscando a Ari, pero solo están niños los libero y al que se ve más grande le doy instrucciones de cruzar el pantano. Así con los otros dos contenedores en los que no encuentro a mi hermana.

Pero para mí desgracias los que custodian se dieron cuenta de mi presencia.

-¿Quién eres tú?- pregunta el chupa sangre que se acerca. Me quedo en silencio, tomando mi navaja la cual no dudo en lanzarle al pecho directamente desintegrándolo al instante.

Esto alerta a sus compañeros, intento lánzales hechizos, pero los muy malditos están protegidos por collares de rubí.

Tengo que pelear con ellos.

No veo cuando el primero me lanza el primer golpe en el estómago dejándome sin aire, siento las garras de uno lobo clavarse en mi pecho rasgándome la piel. Un vampiro clava sus sucios colmillos en mi cuello.

No puedo evitar que me golpeen y me torturen.

-¡ESTE LUGAR VA ARDER!- un grito lleno de furia se escucha.

Ari...

Mis sentidos se activan y así como en el Barrio Fances veo rojo

Entre mis manos sostengo la cabeza del vampiro en mi cuello, jalo el collar de metal quitándoselo. Concentro toda mi energía y fuerza, logrando que su cabeza se achicharre entre mis manos debido a la electricidad que use.

Con el lobo enfrente de mi hago lo mismo, uso la cadena de plata que quedo entre mis dedos, para ahorcarlo hasta robar su aire vital.

Mi pecho se desangra y estoy seguro que mí me hace falta mucha sangre en el sistema.

Cuando salgo todos los contenedores están en llamas, niños corren hacia el pantano mientras yo con las pocas fuerzas que me quedan me arrastro por el lugar buscando a mi pequeña hermana.

No logro llegar muy lejos, apenas si puedo llegar hasta un árbol para recostarme.

Y ahora estoy aquí, arrastrando me por el suelo, llorando, golpeado. Ella puede estar muerta y no logre hacer nada.

¡NADA!

Mis ojos se cierran ya que no tengo ganas de seguir luchando.

<<Steven>>

Escucho la vos de mi hermana cuando era tan solo una niña.

<<No te atrevas a dejarme sola>>

Lo intente, no lo logre.

<<Tu eres lo único que necesito para ser feliz>>

Igual eres lo único que necesito.

<<Despierta>>

No quiero despertar y que no estés junto a mí.

<<Todavía estoy viva>>

¿Sí?

<< ¡Sí! Y estoy cerca >>

No puedo, no es verdad.

<< ¡STEVEN DESPIERTA! >>

Mis ojos se abren ya que paso de ser la voz de una niña para ser una voz mucho más oscura, más tenebrosa.

De repente la veo, trata de mantenerse de pie pero no lo consigue, así que se tira a mi lado, con la poca fuerza que me queda y quejándome del dolor, la recuesto en mi pecho.

-Estas aquí- dice sin aliento, abrazándome y llorando.

Recupero mi voz y hablo -¿Dónde más quieres que este?

Me sonríe con tristeza, he inmediatamente sus ojos grises llenos de lágrimas se cierran.

Veo que tiene la camisa desgarrada que toda la parte de la espalda, en la cual tiene heridas profundas.

¿Qué te hicieron hermanita?

Mis ojos vuelven a sentirse pesados, y lo último que logro ver y escuchar es la voz de mi madre llegando a nosotros.

*Fin de la Historia/Flashback*

-No te pienso contar como fue que Ariadna llego a mí- le digo a la rubia enfrente de mi -Pero esa fue la historia de cómo me hicieron esto- señalo mi torso.

-Steven yo...- no consigue las palabras.

-El dolor más grande esa noche fue pensar que la perdí y no hice nada para salvarla- confieso.

-¿La amas mucho verdad?- cuestiona.

-Sin ella mi vida no tiene sentido.

-Siento haberte presionado, es que Ariadna nos dijo que casi pierdes la vida a causa de esas heridas, y el pensar que pudiste haber muerto me... Me preocupo.

El corazón me empieza a latir a un ritmo preocupante, ella se acerca y deja un beso en mi mejilla que me hace cerrar los ojos y suspirar.

-No deberías avergonzarte, o repudiar esto- toca de nuevo la cicatriz más grande -Solo demuestran lo que eres, un guerrero... Además no te quitan el atractivo, te hacen ver sexy.

Ella no debería decir esas cosas así, hace que mi voluntad flaquee y luego solo pueda pensar en eso.

Sus palabras me sonrojan, así que no levanto la mirada cuando decide salir de la habitación, pero antes de cruzar el marco habla.

-Gracias por preocuparte y por el ungüento- agradece para salir de mi campo de visión.

Me dejo caer en la cama pensando en todo lo sucedido. ¿Me hizo desahogarme? Sí; ¿Me preocupe cuando vi mis dedos marcados en su piel? Si, lo que menos quiero es hacer le daño; ¿Me gusto su cercanía? Mierda sí, me encanto.

-¿Qué me estás haciendo enana?- murmuro para mí mismo.

🔹🔹🔹

HOLA, HOLA
CAPÍTULO 33

Luna, que tu vida allá cambiado no significa que puedes seguir huyendo de la realidad, solo recuerda que no estás sola. Y que eres más fuerte de lo que muchos piensan🥺

Un mundo gris, sin alegría... Para Alexa, ese es un mundo donde Steven Miller no existiera 😔❤️

Los que pensaban que Steven era de los que controlaban su furia y poder tiene razón... Pero toquen su debilidad, su punto sensible, su todo. Y verán el gran poder que guarda mi niño
No por nada Emily siempre dice que él es el más fuerte

Nos vemos pronto... Y prepárense para leer 🤗

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