🔥Capítulo 3🔥
La escuela
Ariadna
Son las 5:44am y mi despertador suena me levanto sin quejas, soy alguien que suele levantarse temprano así que no tengo problema con las alarmas, las clases empiezan a las 8 así que comienzo a alistar me.
Voy al baño tomo una ducha, me cepillo los dientes, seco mi pelo y salgo para elegir mi ropa. Elijo una camisa blanca, con unos pantalones negros un poco rasgados, unas botas con un poco tacón y mi chaqueta color vino, salgo de mi cuarto para desayunar. Sé que mi hermano no se ha despertado aun, no importa que haga gracias a él siempre llegamos tarde.
Bajo las escaleras y voy a la cocina, mamá ya está ahí con el desayuno listo -Buenos días- saludo, estaré molesta pero es mi madre, le debo respeto.
-Buenos días cariño- dice con una voz dulce -Cariño creo que deberíamos hablar de lo de...
-No, ayer dijimos lo que teníamos que decir- la interrumpo, ella abre la boca para decir algo pero la vuelvo a interrumpo -Steven no se ha levantado aun ya son la 7:15, voy a levantar lo.
Subo las escaleras y abro la puerta de la habitación del vago de Steven. Es tal como la recuerdo de niña, veo a mi hermano con la boca abierta babeando. Lo despierto y comienza a balbucear palabras.
-Steven llegaremos tarde a la escuela, ¡Despierta ya! - da un brinco de la cama que me hace retroceder.
-¿Qué hora es?- cuestiona sorprendido.
-Las 7:20 corre al baño yo te elijo la ropa- digo, el solo tiene cara de no saber qué hacer-¡CORRE!
Sale corriendo al baño, yo elijo su ropa; unos jeans, camisa gris y unos Converse, le dejo la ropa en la cama y vuelvo a la cocina. Termino de comer y tomo una manzana de la nevera porque sé que a Steven no le dará tiempo de comer.
Mi hermano baja las escaleras como un desquiciado, yo lo espero con las mochilas y la manzana en la puerta. Mi hermano me ve y me da un beso en la frente, antes de tomar mi mano y arrastrar me hacia afuera como un loco.
Gracias a Dios la escuela queda a dos cuadras de la casa. Mi hermano aprovecha comer su manzana en el camino mientras yo conecto mis audífonos en mi teléfono para escuchar mi lista de canciones, y la primera que suena es She wolf de David Guetta ft. Sia.
Al cabo de 10min llegamos a la escuela y mi hermano y yo nos tenemos que separar, voy rápido a la coordinación de 1ro y 2do de preparatoria, una señorita cabello castaño y corto, me recibe -Buenos días, soy Ariadna Miller- saludo cordialmente.
-Señorita Miller, me presento soy Jessica Evans, la estaba esperando para entregarle la lista con sus salones, y su horario- explica ella con un tono dulce, la analizo de arriba abajo.
Me entrega los papeles -Señorita Miller, si tiene algún problema con los profesores, alguna queja con algún alumno, tiene que acudir a mí- asiento con la cabeza -Ahora vamos, voy a acompañarla a su salón.
Llegamos a un salón, dentro de él hay mucho, pero mucho ruido. Jessica abre la puerta y lo primero que veo es un libro volando hacia mí. Logro atraparlo en seco con una mano.
-¿¡QUE ESTA PASANDO AQUÍ!?- grita Jessica. Todos los adolescentes se le quedan viendo con cara de miedo, cosa que crea en mi unas inmensas ganas de reír -¿El profesor Freites vuelve a llegar tarde?- todos asienten con la cabeza, ella se gira hacia a mí -Disculpa la bienvenida que te estamos dando, gritos, un profesor llegando tarde, libros volando.
-No se preocupe tengo buenos reflejos y no es lo más raro que me ha pasado- digo para que se tranquilice, y pongo el libro en la meza del profesor.
Siento ahora la mirada de los adolescentes en mí, algunos me miran con desagrado y otros con curiosidad. Yo como el tempano de hielo que puedo ser, les doy a todos y cada uno de ellos una mirada de indiferencia y seguridad.
-Bueno ya que el profesor llega tarde, ¡otra vez! Dejen me presentarles a su nueva compañera, Ariadna Miller- yo sin ganas sacudo una mano en forma de saludo -Trátenla bien, por favor. Ariadna toma asiento- veo un puesto al final de todo a la izquierda y me siento. Jessica se dirige hacia la puerta, pero antes de salir se voltea y dice -Cuando llegue el profesor por favor le dicen que pase por la coordinación- y se va.
Todos siguen con su mirada en mí fijándose en cada uno de mis movimientos, pero yo los ignoro completamente. Comienza el ruido y el desorden así que decido sacar mis audífonos para volver a escuchar música.
Mientras pasan los minutos, analizo mi entorno y compañeros. Al fondo a la derecha se posicionan los deportistas, las primeras filas los cerebritos, en el centro ese típico grupo hablador y bromista, y en los asientos a la izquierda los que están enfrente a mí, están vacíos a excepción de uno.
El primero de los asientos está ocupado por una chica de piel oscura, cabello castaño y con rizos a mi parecer envidiables, estando a sus espaldas puedo distinguir que usa lentes.
Una bola papel sale volando en dirección a la chica unos puestos enfrente de mí, choca con su cabeza, haciéndola voltear en dirección de quien lanzo el pedazo de papel. Yo también fijo mis ojos en la idiota, me saco mis audífonos para escuchar.
-¿Por qué eres tan rara?- exclama una rubia oxigenada -¿Acaso que tu madre te abandonara, te dejo estúpida?
Cuando estoy a punto de yo lanzarle un lápiz para que le atravesara la cabeza, una chica rubia pero natural, con ojos cafés, labios rosados, cejas un poco más oscuras que su cabello y bajita, se levanta de su puesto a la defensiva.
-¿Y a ti acaso tanto tinte te daño las neuronas?- cuestiona molesta la rubia natural. Esta se cambia de puesto y se sienta atrás de la chica de tés oscura de cual ahora puedo ver su rostro, sus ojos son de un tono chocolate, labios de un tono opaco y pestañas largas.
Para ser sincera las 2 son muy bonitas, y la rubia tiene carácter.
Después de 30 o 40min de espera llega un profesor. Aproximadamente tiene 44 años, su respiración esta agitada se podría decir que vino corriendo -Buenos días alumnos disculpen la demo...- el timbre lo interrumpe, y todos los alumnos salen tan apurados que hacen que se le caigan sus materiales.
Me levanto y lo ayudo a recoger sus cosas del suelo -Buenos días profesor- le doy sus carpetas y me dirijo hasta mi puesto para tomar mis cosas.
-Buenos días señorita...- me mira extrañado -Lo siento ¿cuál es su nombre? es la primera vez que la veo.
-Ariadna Miller, soy nueva llegue hoy.
-Siento tanto haber llegado tarde en su primer día señorita.
-No se preocupe- camino hacia la puerta pero me detengo recordando lo que pidió Valeria -Profesor, la Coordinadora Jessica pidió que le informara a usted que tiene que pasar por su oficina- el profesor pone cara de frustración.
-Gracias por informar me señorita y gracias por ayudar me a recoger.
-De nada, que tenga un buen día.
-Igualmente usted.
Después de unas cuantas clases llego la hora del almuerzo. Voy a la cafetería, tomo mi bandeja y comienzo hacer fila. Al llegar mi turno pido mi comida, es un sándwich de pollo se ve muy bueno a decir verdad.
Busco a mi hermano con la mirada y lo encuentro en una meza para 4 al lado de un ventanal.
-Hola perezoso- le digo.
-Hola hermanita- sacude mi pelo. Él sabe que odio que haga eso, pongo los ojos en blanco en frustración -¿Cómo te fue?- pregunta.
-En la primera clase el profesor no llego si no cuando sonó el timbre, y en las demás bien nada del otro mundo- hago una pausa para darle un mordisco a mi sándwich -¿Y a ti como te fue?
-Bien, cuando entre a la primera clase tres chicas se quedaron babeando por mí, y siguieron babeando en las otras clases. Los profesores muy aburridos y así.
-Claro Steven Miller no puede llegar a ningún lugar sin hacer babear a alguien- rio sarcástica.
-Que te puedo decir, es algo natural- mi hermano le agrega un poco de dramatismo a su frase y eso nos hace reír.
Unas cuantas risas después. Me doy cuenta que una chica, dos mesas más atrás está mirando a Steven. Es una chica muy linda, tiene un cabello castaño y ojos verdes -¿Que tanto vez?- me pregunta Steven con la boca llena de comida.
-Traga y después habla- lo regaño y le doy un pequeño golpe en la frente.
El traga -Okay ahora así ¿Qué tanto vez?
-Solo es que hay una chica, dos mesas más atrás esta embobada viéndote- le informo a mi hermano. Él se voltea disimulada mente y ve a la chica.
-Está muy linda ¿te importa...?
-¿Si te abandono para ir a ligar con ella?- termino la pregunta por él. El me da una mirada inocente -Ve, porque no importa lo que haga no te voy a convencer.
-Te amo mucho hermanita.
-Y yo a ti idiota.
Veo a mi hermano caminar hacia la chica, cuando de repente se abren las puertas de la cafetería de par en par. Lo que está a punto de suceder solo pasa en las películas, pero en serio se vio como si estuviéramos en una película
El equipo de soccer entra a la cafetería, con una miradas de somos los dueños del mundo, alaben nos, con ellos las porristas. Atrás de ellos vienen el otro equipo pero esta vez de béisbol con la misma expresión.
Y ahí es cuando mi corazón se detiene al ver quién era el capitán del equipo de béisbol.
Noah
Noah, cabello negro, ojos azules, piel blanca y un físico envidiable.
En resumen... Es un chico que salve una vez cundo teníamos 5 años, obviamente él no me recuerda, pero yo si a él.
¿Cómo lo reconozco si estaba tan pequeña?
No me siento orgullosa de decir esto y por algo solo vivirá en mi subconsciente toda mi vida, pero lo acose por redes sociales, solo use redes sociales para eso. Quería saber que él estuviera bien, que tuviera una vida plena y feliz.
Que el matar a ese hombre valiera la pena
Sin entender el por qué, siento mi corazón latir más rápido, mis manos comienzan a sudar, y muchas emociones las cuales no puedo explicar me invaden.
Siento mis ojos calientes y las puntas de mis dedos me piden que saque fuego, miro a mi hermano y el nota rápidamente la situación ya que él sabe todo de mí.
Se despide de la chica que ya le dio su número y todo, y viene hacia mí para tomar me del brazo sacar me de ahí.
Nos encerramos en un salón vacío en el que me da la posición Neiknis, es la que usa para tranquilizar mis sentidos y adormecerlos, él toma su teléfono llama a mamá y pone el alta voz.
-Mamá, Ariadna está teniendo un problema con los nervios- dice él.
-¿Ya le diste lo que te di de Neiknis?- responde mi madre al teléfono.
-Si- responde.
-Okay ya voy para allá, que haga respiraciones profundas y avisare en la dirección que los iré a buscar ¿okay?
-Si mamá- mi hermano cuelga la llamada, se sienta a mi lado -Mamá ya viene respira profundo ¿sí?, él no se dará cuenta de nada, ni se acercara a ti ¿okay?
<<Él se olvidó de ti, no te recuerda- agrega el tratando de calmar mis nervios.
Cierro los ojos para respirar profundo. Unos 15min más tarde suena el teléfono, es mamá para decirnos que está afuera.
Los pasillos están vacíos ya que todo el mundo está en clases, en la puerta principal está mi madre y la directora, actuó como si me doliera la barriga, mi mamá se despide de la directora para abrir me la puerta del auto. Entramos y mamá comienza conducir a casa. Cuando llegamos, me termino de calmar y esta vez no explota mi poder
-¿Se puede saber que te puso así?- cuestiona Roxan preocupada. Mi hermano y yo nos miramos tratando de buscar que decir ya que ella no sabe nada de Noah solo que yo lo salve.
-Mamá me puse así por los nervios de primer día- miento tratando de tranquilizarla.
-Para que estuvieras a punto de explotar no creo que allá sido eso solamente- dice mi madre.
-Fue por eso mamá, le fue mal en una clase y desde ahí comenzaron los nervios hasta ponerse así en la cafetería- se une a mi mentira Steven.
-¿A sí? ¿Qué te paso en clase?- cuestiona mamá sentándose enfrente de mi acariciando mi mejilla.
-Me caí frente de todos mientras me llamaban al pizarrón- hago una pausa para tomar aire -la miradas, los murmureos, me creo presión.
-Bueno ya paso no pienses en eso ¿sí?- pide mamá -¿Segura que ya estás bien?
-Si mamá no te preocupes.
-Mira ve a tu cuarto escucha música, eso te alegrara y te distraerá- dice Steve. Yo asiento con la cabeza, me levanto del sofá y subo las escaleras para ir a mi cuarto.
La escuela fue peor de lo que esperaba
🔹🔹🔹
¡Hola, hola!
Capítulo 3 😘
Sencillo este capítulo, pero les doy un pequeño vistazo a nuevos personajes.
Noah... Noah... ¿Quien eres en verdad?
Este hombre es una belleza de ojos azules 😍😍
Nos veremos pronto...
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