Sin perder el tiempo.

Noah

Al levantar la cabeza no podía creer a quien tenía en frente, tiene puestos uno shorts de jean claros, unos tenis negros, una camiseta de tirantes gris, por encima una camisa a cuadros en tonos azules y su cabello esa amarrado en una trenza.

El solo verla me hace sonreír.

-¿Me estas siguiendo Miller?- pregunto.

Ella bufa con diversión -Tengo mejores y más importantes cosas que hacer, Bryant.

-Entonces ¿Tendrás una buena razón para estar aquí?- cuestiono -Porque según yo tenía entendido, usted tiene llena su agenda hoy.

-Yo siempre tengo un motivo, inclusive para mis ataques de ira- trata de intimidar me, pero yo mismo comprobé que conmigo, no funciona -Usualmente salgo los viernes y tomo fotos- se explica -Hoy vine a tomar fotos aquí. Comencé a escuchar la melodía de la guitarra y la seguí hasta llegar a ti.

-Yo creo que es mentira y me estas siguiendo- bromeo.

Ella pone los ojos en blanco en -Bueno si tanto te molesta que este aquí ya me voy- dice dándome la espalda comenzando a caminar.

Me levanto rápido y voy hacia ella tomándola de la cintura y dándole la vuelta para que me vea -Yo no dije que me molestara tu presencia- expreso -Solo que pienso que me está mintiendo.

-No lo hago- niega -Si lo hiciera, te diría que estaba caminando por el bosque porque me perdí, y no tuviera una mochila llena de implementos para tomar fotos.

-Buen punto.

Ella sigue entre mis brazos, es alta pero no lo suficiente por ello necesita levantar un poco su cabeza. Baja su mirada a mi torso desnudo he inmediatamente se sonroja.

-¿No tienes una camisa que ponerte?- me pregunta.

Yo solo sonrió ante su reacción -¿Acaso nunca has visto el abdomen de un hombre?

-Eso no responde mi pregunta- espeta -Y si Noah, si he visto un hombre sin ropa- junto mis cejas.

¿A qué se refiere a hombre sin ropa? ¿Desnudo? ¿Semidesnudo? Debería ser más específica

-Olvide mi camisa de repuesto en casa- confieso.

-Eso me suena a mentira- levanta una ceja -No será que tu vienes aquí, con alguna chica y yo interrumpí.

-No sabía que tenías una mente perversa- me sorprendo.

Ella pone sus manos en mi pecho tratando de zafarse de mí, yo por otro lado refuerzo el agarre en su cintura pegándola más mí. Si ella de verdad quisiera liberarse de mis brazos ya lo hubiera hecho, y me hubiera pateado el trasero.

-¿Me tomaste una foto?- le pregunto. Ella asiente con la cabeza -Quiero esa foto- pido.

-No lo creo- responde -Yo la tome, es mía.

-¿Tengo que tomar una foto para recibirla?

-Correcto. Creo que debería irme, en casa me están...

La interrumpo -Quédate, aprovecha que estas aquí y quédate conmigo.

-No puedo llegar tarde a mi casa- me avisa.

-Yo te acompañare de ser necesario.

Le quito su mochila de los hombros, ella se da la vuelta hacia el lago y rebusco en su mochila. Encuentro una cámara instantánea.

En este momento Ariadna está viendo el lago. Aprovecho su distracción para tomar le una foto.

Clik clik

El sonido de la cámara hace que voltee hacia mí -¿Qué haces?

-Tomando una foto- contesto mientras saco la pequeña foto, que en este momento se ve negra. Ella camina hacia mi he intenta quitar me la foto, yo levanto brazo para que no pueda alcanzarla -Yo la tome, es mía.

Ella me toma de la mandíbula, la presiona con un poco de fuerza y la acerca mucho a su rostro -No me hagas enojar Noah, y dame esa foto- su tono es frío y odioso, y aunque usualmente no me gusta cuando lo usa, no me quejo por la cercanía de nuestras caras.

-Yo solo sigo tus reglas- le recuerdo.

-Nadie puede tener fotos mías, es por seguridad- me informa.

-Sales de espaldas, lo único que está expuesto en esa foto es lo bien que te quedan esos short.

Rueda los ojos, hace un último intento por tomarla, pero se la niego y termina por ceder a regaña dientes -Bien.

Ella se recuesta en el árbol en el que estaba, yo la imito y quedamos uno al lado del otro mirando hacia el lago. Sus cercanía me pone nervioso ya que lo único que quiero es tocarla, aunque sea un simple roce.

-Me sorprendió saber que tienes un hermano- admite -Aunque cuando lo vi supe que algo tenía que ver con ustedes. Todos los Bryant tienen esos ojos azules.

-Si bueno, con tal de que a ti te gusten mis ojos y todo yo- coqueteo -Soy feliz.

-¿Qué haces aquí?

-Digamos que este es mi lugar de paz.

-¿Cómo así?

-Bueno en los últimos años mi familia ha tenido algunos problemas- informo -No económicos, pero si personales.

-Algo me conto Alexa- suelta.

No me molesta que Alexa le haya dicho, la verdad hablar de eso me incomoda un poco y se que mi amiga uso las palabras adecuadas al expresar la situación.

-Mis padres cuando están en casa pelean todo el tiempo, y cuando ya no lo soporto más simplemente desaparezco un par de horas- explico lo más breve posible.

-Lamento oír eso.

-Mi padre es un desgraciado, sin moral y mi madre una mujer demasiado buena como para estar con un hombre así- eso si lo digo desde el fondo de mi corazón.

-Alexa me dijo que una vez tu madre trato de divorciarse, pero la amenazo- Asiento -Si alguna vez necesitan ayuda... Conozco un abogado excelente que nunca ha perdido un caso.

-¿Hablas en serio?- la miro riendo.

-Nunca he hablado más en serio, Noah- toca mi cabello sorprendiendo me, y parece también sorprenderla ya que rápidamente quita su mano.

Nos quedamos cara a cara sin decir ni una palabra, la detallo a la perfección. Decir que era hermosa quedaba corto...

Ella era un sueño

-¿Por qué no estas mojado?-cuestiona, tratando de buscar un tema de conversación.

-No me he metido al agua, aun- respondo -Primero toque un poco la guitarra.

-¿Entonces porque no tienes camisa?

-Hacía calor, pero si olvide mi camisa de repuesto antes de que me digas mentiroso.

Ella entrecierra sus ojos, pero al final me regala esa sonrisa que tanto me encanta y no le concede a cualquiera.

Esta chica me tiene loco.

En un repentino movimiento, comienzo a sacarle los zapatos. Ella solo ve la acción sorprendida y no pone impedimento alguno. Cuando termino de sacar sus zapatos, la levanto conmigo y le quito su camisa a cuadros, dejándola con la camiseta gris y el short.

La cargo como un costal de papas, y camino hacia el lago.

-¡Noah no te atrevas!- grita -¡Tuve que haberte pateado el trasero!

-Todavía puedes hacerlo- le hago saber entrado al lago.

-¡Desfiguraría tu linda cara!

-Corro el riesgo. Esta es mi venganza por haber rechazado salir conmigo- en ese momento la lanzo al lago.

-¡NOAH!- chilla cuando toca el agua helada.

Cuando sale a la superficie me dedica una mirada fría, que para ser sincero me da miedo, comienza acercar se a mí y yo me quedo estático en mi lugar.

Me va a patear el trasero, me va a hacer papilla, me va a partir la cara.

Cuando llega hasta mi trago grueso por lo nervios y el miedo. Pero poco a poco en su rostro se coloca una sonrisa, sus ojos grises brillan por la diversión y después suelta unas cuantas carcajadas.

-Tu cara fue la expresión viva del terror- se burla de mí.

-¡Pensé que ibas a matar me!- exclamo.

-Era una opción- confiesa -pero yo no mato por ridiculeces.

En ese momento ella comienza a tirarme agua, yo respondo con el mismo juego y así nos divertimos por un largo tiempo. Juegos y risas, esas dos palabras describían la situación.

Se lanzó sobre mí y logre atraparla, la sostengo en mis brazos mientras ella ríe.

Dios su risa no puede ser más hermosa porque sería pecado

Al salir, se desata en cabello dejándolo suelto, libre y mojado, esperamos a escurrir un poco ya que solo hay una toalla. Luego nos volvemos sentar en el suelo y comienzo a tocar la guitarra, ella tararea la melodía, su voz es dulce, suave, cautivadora y sobre todo para mí. Pasamos la tarde entre risas, sonrisitas y coqueteos de mi parte.

Se perfectamente que me quiere alejar, pero hay momentos en los que la alegría es más grande que el dolor profundo que tiene y me alegra ser parte de uno de esos momentos.

Ella toma su cámara y toma una foto de nosotros, después toma una fotos de nuestros pies descalzos, unas cuantas mías y al final de nuevo una de nosotros, que a diferencia de la primera recibo un tierno beso en la mejilla que me eriza la piel.

-¿No que no podían a ver fotos tuya?- pregunto.

-Si las tengo yo, no importa- responde.

Una vez su cabello se seca un poco, comienza a péinalo con un pequeño peine que toma de su bolso.

Yo la estoy viendo como la octava maravilla del mundo.

Porque para mí lo es.

-Noah- llama mi atención.

-¿Si? Miller.

Ella no me ve, tiene su mirada fija en el lago.

-Gracias- frunzo el ceño -Este es el momento más normal que he vivido, y aunque tal vez para ti que fuiste criado como un humano común y corriente es aburrido, para mí es todo lo que he querido.

Su voz se escucha sincera, sus palabras me remueven el estómago. Me gustaría abrazarla y decirle que todo va a estar bien, que estoy aquí, y que no hay forma que me aparten de su lado.

Pero ella no es de las chicas que necesiten escuchar palabras, ella necesita ver acciones. Y es lo que pienso demostrar.

-Me tengo que ir- avisa.

-Te acompaño- pido poniéndome la camisa.

-No es necesario.

-Yo también me voy así que no hay problema.

Nos terminamos de colocar nuestras prendas y guardar nuestras cosas. En el camino a su casa va comiéndose una barra de cereales, y cuando está a punto de dar el último bocado se la quitó y me lo como yo.

-¡OYE!- me grita.

-Tienes que compartir- la regaño.

-Si querías solo tenías que pedir.

Hace un puchero, que la hace ver completamente tierna. Me acerco a ella y la doy un beso rosando sus labios, la abrazo por los hombros y comienzo a caminar así con ella.

-¿Qué haces?

Yo me encojo de hombros, y sigo caminando hasta su casa, ella se pone cómoda en mis brazos apoyando su cabeza en mi pecho. Esa acción tierna me hace suspirar, me encanta tenerla así de cerca, sin que este a la defensiva, sin que se avergüence de que es. Me encantan esos momentos tiernos, aunque también me encanta ver su seguridad y que se comporte como la diosa guerrera que es.

Ella es una Diosa en todo el sentido de la palabra.

Cuando llegamos a su patio la bajo y caminamos hasta el porche. Ya se está poniendo el sol.

-Gracias de nuevo, por todo Noah.

-La próxima vez no me rachases una cita- le recuerdo.

-A mí nadie me dice que hacer... Además de mi madre- ríe.

Ella me vuelve a regalar una sonrisa ¿Tal vez la última del día? Porque me niego a que no me vuelva sonreír de esa manera. Se acerca y me da un beso en la mejilla.

-Nos vemos Bryant- susurra en mi oído.

¿Sabes qué?

Me niego que el día a su lado termine con un simple beso en la mejilla.

Antes de que acabe nuestra cercanía, la tomo por la cintura, roso mi nariz con la suya tentándola. Sus labios se entreabren haciendo que mi boca se seque, logro notar su piel se eriza.

-Todavía no se ha acabado, mi sueño- susurró a centímetros de sus labios.

Sin perder mi tiempo o darle la opción de que rompa alguna extremidad de mi cuerpo, la beso de una manera delicada.

¡DIOS MIO!

Sus labios son tan suaves, tan delicados, tan malditamente perfectos.

¿Así se siente el cielo o el infierno? Porque cualquiera de las dos opciones la acepto si significa que estos labios sean míos, para mi deleite y gozo.

La beso por unos segundos sin ninguna respuesta y pienso en soltarla, pero sus manos se aferran en dos puños en mi camiseta evitando que me aleje, ella me corresponde mi beso.

Es dulce, suave, tierno y siento como si mi mundo estuviera completo ahora que la bese. Siento como mis pulmones se van quedando sin aire, pero realmente no quiero acabar con esa experiencia. De alguna forma sé que este beso no va a cambiar mucho las cosas, esto no significa que sea mi novia ni nada por el estilo, y conociéndola con muy poco sé que tal vez se aleje después de esto. Pero no me importa, yo luchare por muchos besos más.

El beso se intensifica un poco, volviendo sé un poco apasionado, intenso, pero sin dejar lo tierno. Nos sorprendemos cuando sentimos que la hoguera a unos centímetros de distancia se enciende, haciéndonos acabar el beso.

¿Ella lo hizo?

Ver su respiración acelerada y sus ojos naranja me lo confirman, sé que es malo que se altere, pero no puedo evitar felicidad al saber que sus emociones son por mí. Poco a poco se va apagando el fuego de la hoguera al igual que sus ojos naranjas y regresa el gris usual, que brilla con picardía.

-Eso fue intenso- suelto.

Para mi sorpresa no trata de zafarse de mi agarre ni me golpea.

-Además de robarme mi barrita de cereal, me robas un beso Bryant- bromea, una de sus manos van a mi nuca, mientras se queda en mi pecho -Eso no es justo.

Tiene esa sonrisa y mirada de superioridad, que me gusta. Yo refuerzo más mi agarre en su cintura haciéndole saber que no he terminado.

-Tu puedes robar cualquier cosa de mi- le aviso -Porque será un placer para mi cobrártelo.

Ella hace presión en mi nuca haciendo que me incline hacia adelante, se pone de puntillas y antes de que nuestros labios vuelvan a rosarse, se abre la puerta de su casa.

-¿Qué significa esto?- reconozco la voz del hombre.

Ariadna vuelve a su posición inicial sin soltarse de mis brazos.

-¿Nunca puedes dejar de meter tu nariz donde nadie te llama?- le pregunta Ariadna a Harry.

Estúpido pelirrojo.

🔹🔹🔹

¡Hola, hola!
Capítulo 24 👩‍❤️‍💋‍👨
Creo que al final Noah y si obtuvo su cita 🤭
Amo la forma en la que Noah se expresa de Ariadna 💖
Mira Harry deja de ser metiche ya, no vez como es mi niña ¿Ahora cuando la va poder volver a besar?

Las fotos marcan un inicio, pero lo hecho hecho está y ya no abra retorno.
Lo dulce se acabó, si creían que esto eran un cuento de hadas... Se equivocaron.
Disfruten de cada uno de los personajes, de sus sonrisas y alegrías, de cada beso y abrazo
No saben cuándo será el último

Nos veremos pronto...