Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

32. Tranquilidad

La vida en Konoha cada vez se hacía más tranquila.

Con la buena administración que Hashirama llevaba de todo, la forma en la que se interesaba por hasta el más pequeño de los habitantes del lugar era extraordinaria.

El matrimonio Senju-Chiba estaba en un momento de estabilidad que sus cercanos no podían evitar notar, desde aquella noche en la que ambos jóvenes se unieron como uno mismo su relación había florecido en diversos aspectos.

Su vida íntima ya no era algo que les sonrojara o pusiera incómodos, simplemente lo veían como un complemento a lo ya compartido; el broche de oro a su amor y respeto por el otro.

Por otro lado el integrante más pequeño de la familia Senju estaba cerca de cumplir su primer año de vida, aquel precioso niño de castaños cabellos era una gran fuente de alegría para la pelirroja.

Justo aquella tarde, en una pequeña reunión Ren sostenía al pequeño Kotaro entre sus brazos. Quien sonriente jugaba con el colgante de la joven.

—Así que, ¿cómo va todo entre Tobirama y tú?–pregunto Mito tomando asiento al lado de su adorada prima, dejando bocadillos sobre la mesa del jardín.

—Oh, ya sabes. Lo regular.—respondió sonriente y Mito le miro con picardía, ganándose una risa.

—No te conocía de esa forma, pequeña.

—No es algo que se deba contar~

Ambas rieron y Ren liberó al pequeño Kotaro de sus brazos, quien ahora jugaba felizmente por el jardín de la casa Senju.

—¿Qué tal va todo con Hashirama-nii?–pregunto la chica con curiosidad tomando un bocadillo de la mesa.

—Oh, ya lo sabes.–habla la pelirroja encogiéndose de hombros–. Ambos han tenido mucho trabajo últimamente, pero Hashirama intenta estar la mayor parte del tiempo con Kotaro y conmigo, nos consciente demasiado.

La pelirroja madre se veía radiante y rebosante de alegría, Ren no pudo evitar sentir un poco de celos al observarla de aquella manera.

No era una sorpresa lo perdidamente enamorado que Hashirama se encontraba de Mito, y mucho menos el hecho de que su hijo era su más grande adoración y orgullo. Verdaderamente la pelirroja había encontrado a un excepcional hombre con el cual compartir su vida.

—Eso es asombroso, Mito. Me hace demasiado feliz observarte de esta forma, lo mereces.–le sonrió Ren tomando su mano.

—Nunca había sido más feliz que cuando Kotaro nació, y el tenerlo ahora corriendo por todos lados me vuelve loca.–pronunció con una sonrisa.

—Ser madre realmente te sienta bien, prima.

—¿Tú no lo has pensado?–pregunto la pelirroja–. Ya sabes, formar una familia. Tener un pequeño Tobirama corriendo por ahí...

Ren lo medito unos momentos, ¿ella quería una familia?

Por supuesto que sí, incluso Tobirama había mencionado una vez que si la paz estuviera de su lado le agradaría formar una familia con ella.

Una amplia sonrisa se extendió por el rostro de la pelinegra, tal vez ya era momento de formar aquella familia.

—Lo he pensado, y vaya que me gustaría tener a un pequeño o pequeña corriendo por ahí.–declaró ganándose una sonrisa tierna por parte de la mayor.

—Y bueno, ahora que sabes cómo es el proceso aquello lo facilita, ¿no es así?–comenzó a molestar la pelirroja codeando a la menor.

El rostro de Ren se tornó un tanto colorado ante las palabras de su prima.

—Ay no, ¡Kotaro deja a los peces!—la pelirroja se levanto corriendo en dirección a su pequeño hijo, quien metía sus pequeñas manitas al estanque e intentaba pescar a aquellos ejemplares de pez koi.

Ren soltó una estruendosa risa ante la escena frente a ella, Mito intentaba hacer que el pequeño pez soltara el dedo de su hijo, mientras el solo reía a carcajadas por las cosquillas que le provocaba la succión de la boca del acuático ser.

Su mente divago en aquello, ¿cómo sería tener un pequeño con Tobirama? ¿Sería este como su padre o más parecido a ella?

Su sonrisa seguía presente hasta que noto el plato vacío frente a ella, había acabado completamente con los bocadillos y sentía ansias de comer sin más.

Frunció el ceño y pensó en fresas. Su boca se hizo agua en el simple pensamiento de aquellas pequeñas y rojizas frutas, el cabello de su prima era tan rojo como una fresa.

—Ren, ¿me estás escuchando?–la chica negó con una sonrisa culpable.–Te decía que el calamar está listo.

El rostro de Ren se frunció ante la mención de aquel alimento, si bien sabían no era su favorito tampoco hacia mala cara a la comida, sobre todo si esta era cocinada por Mito. Las habilidades culinarias de la pelirroja eran exquisitas.

—Calamar...–a su mente vino el olor de aquella comida y no pudo evitar sentir náuseas incontrolables.

Mito la observo con el ceño fruncido cuando está corrió a devolver su estómago al otro extremo del jardín, sus ojos viajaron al plato y no pudo evitar sonreír.

—No debí comer todos los bocadillos...

Una pálida Ren regresaba a paso lento limpiando su boca con la manga de su kimono.

—¿Hace cuánto tiempo comes sin parar y te da nauseas la comida?–pregunto la mayor con la ceja alzada.

—Uh, unas semanas tal vez...

—Y tampoco te han llegado esos días del mes.

La pelinegra frunció el ceño ante aquella afirmación y su rostro se volvió a tornar pálido.

Su cara pasaba de asustada a emocionada en una fracción de segundo.

—Y-yo...

La pelirroja estalló en risas antes de que la chica pudiera terminar de siquiera recobrar su estado normal.

(...)

Aquella semana había sido de lo más pesada para Tobirama, su trabajo consumía la mayor parte de su tiempo y aquel viaje de una semana hacia la aldea del remolino para llevar aquel dichoso pergamino había sido exasperante.

Si bien el era un ninja muy rápido en aquellos días las pocas horas de sueño y las ganas de estar solamente al lado de su mujer le habían hecho realizar aquella misión con dejes de pereza.

Pero todo aquello por fin acababa, lo único que deseaba en aquel momento era entrar a casa, tomar una larga ducha y dormir al lado de su amada esposa.

—Estoy en casa...–anuncio dejando caer su gran abrigo en la entrada.

Sacó sus sandalias y camino quitándose el exceso de prendas mientras caminaba por la habitación, ya se encargaría al día siguiente de levantar aquello.

—¿Tobirama?–la voz de Ren sonaba adormilada, sin embargo se levanto como si su energía se hubiese renovado de solo ver a su esposo ahí.

—Estoy en casa.—anunció sonriendo mientras era abrazado fuertemente por la delicada chica.—Te extrañe.

—¡Tobirama!—respondió con emoción besándole cortamente en los labios.

—Vaya, estás muy emocionada hoy.

—Es que...—la sonrisa más grande que el joven jamás hubiera visto en el rostro de la de ojos bicolor se había hecho presente.—¡Te extrañamos mucho!

—¿Extrañamos?—pregunto confundido abrazando a la chica por la cintura.

—Si, extrañamos.—anunció y le beso cortamente—. Felicidades, Tobirama.

Él peliblanco no entendía de que iba aquello, ¿siquiera estaban cerca de su cumpleaños?

—¿Aún quieres una familia, no?–pregunto la chica con emoción.

—Siempre y cuando sea contigo.

—Felicidades, Tobirama, serás un gran padre.–le dijo para volverle a besar–. Estoy de un mes.

—U-un hijo...–su voz titubeo por un instante mientras observaba incrédulo a su mujer, quien asentía felizmente.—¡Tendremos un hijo!

La joven pareja se abrazaba fuertemente mientras con emoción compartían un sin fin de besos ante la nueva noticia. Ren podría jurar jamás haberle visto más emocionado en su vida.

Y en aquel momento, justo con la promesa de una nueva vida creciendo en el vientre de la única mujer a la que había amado, Tobirama comprendió que la tranquilidad que tanto había deseado por fin había llegado.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
¿Quién creen que ya regreso?7u7r
¿Qué onda que pez queridos lectores míos? ¿Cómo los ha tratado la vida estos últimos meses? ¿Me extrañaron?

Mi bloqueo poco a poco se está yendo y les he podido traer un material exclusivo y medianamente decente jsjs

¡Gracias por permanecer fieles a la historia!
Les amo <3

Ya saben, los leo en la sección de comentarios. Ahí pueden preguntar cositas e intentaré responder todo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro