Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

26. El dolor de un Uchiha

El tiempo pasaba rápido, eso debían admitirlos, un día estaban a punto de casarse y al otro ya estaban, después de algún tiempo, en el campo de batalla.

Ambos protegiéndose el uno al otro, espalda con espalda.

Pero como siempre fueron separados por enemigos; los Uchiha.

Lo usual, y a su vez rutinario, de cada pelea entre Senju's y Uchiha's estaba llevándose acabo en aquel campo de batalla.

Hashirama contra Madara.

Tobirama contra Izuna.

Hermanos mayores y menores peleando regiamente por su vida.

Tobirama estaba preocupado, aunque su mente se mantenía fría y concentrada en la lucha que llevaba acabo. Ren se encontraba en aquel campo de batalla, él sabía que era una chica fuerte y que si algo llegaba a pasar el era más que lo suficientemente fuerte para protegerla, sin embargo Izuna Uchiha estaba ahí. El mismo chico que fue su amigo por años; el mismo joven que asesinó a su padre.

—¿Cansado, Senju?—pregunto arqueando una ceja y empujando su katana contra la de Tobirama.

—Es lo que quisieras, Uchiha.

La respuesta fue seca, fría y con una mirada desafiante por parte del de ojos rubíes.

El forcejeo entre ambos era notable, su fuerza física le podía hacer frente a la del otro en aquella pelea.

—¡Tobirama cuidado!—el grito de su esposa resonó a la vez que la sentía posicionarse detrás de él.

La azabache, en aquel momento, se había percatado de aquella distracción que acontecía entre Hashirama y Madara, la cual el pelinegro intentaba tomar ventaja de.

Lo que pasó a continuación fue tan rápido que cuando los ojos de la chica se giraron en dirección a Tobirama lo único que pudo ver fue la espada de este atravesando al Uchiha menor.

—R-Ren... Lo siento mucho... No sabía quién era él ni quién eras tú...

Las palabras pronunciadas a rastras, débiles y arrepentidas que salieron de la boca de Izuna la hicieron abrir sus ojos con sorpresa.

—¡Izuna!—el grito desesperado de Madara resonó por el lugar atrayendo la atención de todos.

Acto seguido su cuerpo se encontraba al lado del de su hermano pequeño.

El no, todo menos el... Se rehusaba a perder a su único hermano. Sobre todo a Izuna, su hermano menor, su mayor orgullo y admiración. Él haría lo que fuera para proteger a aquel chiquillo y hacerlo feliz.

—Y-yo lo hago Izuna, te perdono.

Una sonrisa adolorida se formó en el rostro del joven azabache con aquellas palabras. Había obtenido lo que más le importaba en el mundo; el perdón de la chica que amaba.

Ambos Uchiha, seguidos por su clan, salieron de escena retirándose para llevar a casa y atender al menor.

—¿Estás bien?—pregunto Tobirama al ver a la chica pálida.

—Lo estoy, en serio lo estoy.—asintió abrazándolo de costado—. Él tenía la misma mirada que cuando éramos niños al pedirme perdón, yo en realidad necesitaba perdonarle.

Tobirama asintió abrazando de lado a la chica, era hora de volver a su hogar y ninguno tenía más que raspones y pequeñas cortadas, además de estar agotados, se habían librado de algo peor. Sin embargo la muerte de miembros del clan seguía presente en aquel campo de batalla.

(...)

—Izuna resiste, por favor.

La voz de Madara Uchiha en aquella habitación era lo único que se escuchaba en aquel lugar.

—Esta bien, Madara... Yo sabía que en algún momento esto llegaría a pasar—. Intentó consolarlo inútilmente su hermano menor.

El dolor de Madara se reflejaba en sus ojos, aunque para su suerte solo se encontraba con su pequeño hermano.

Junto a Izuna, quien ya hacia tendido en una cama, aquel ataque había sido mortal, inclusive el mismo Senju lucía un poco sorprendido de lo que había hecho. Sin embargo, el corazón de Madara estaba rompiéndose de a poco.

Su pequeño y amado hermano se encontraba convaleciente en aquella cama. Aquel a quien había visto, desde que se encontraba en las entrañas de su madre, crecer, a quien cuido cuando era un bebé y su compañero de juegos y batalla.

Se rehusaba a creerlo, él no podía perder a Izuna de tal forma.

—Madara... Onii-sama, debo pedirte algo—murmuró con voz débil.

—Yo... Yo haré lo que sea, Izuna.—su respuesta dolida, con aquellos ojos llenos de lágrimas pidiendo salir no lo dejaban pensar con claridad.

—Madara-niisan... Yo quiero que protejas a Ren, yo... Yo la amé demasiado, aún lo hago...

Una sonrisa se instaló en los labios del menor, mientras que los ojos de Madara se abrían.

—Izuna...—le desagradaba la idea de aquello; sin embargo no podía negarle nada a su pequeño hermano.

—También... Como mi último deseo y regalo para ti... Quiero que tomes mis ojos.

—¡No!—grito fuertemente el mayor—. No hables como si fueras a morir, tú vivirás y tendrás una vida larga y próspera.

—Madara, estoy muriendo.—dijo el menor—. Toma mis ojos para defenderte y mantenerme cerca por siempre... Mi Mangekyo esta desarrollado.

—¿Cuándo...?

—El día que la vi sufrir por lo que hice... Yo maté a su padre... Al hombre que ella más amaba...

Ambos entraron en un silencio, el cual se vio interrumpido por la tos de Izuna, la cual era acompañada por sangre.

—Es mi hora, Madara.—dijo sonriéndole—. Puedo sentirlo...

Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Madara inconscientemente, su dolor era notable por su pequeño hermano, quien aún moribundo seguía sonriendo.

—Izuna por favor, resiste un poco más...—sus sollozos suplicantes serían difíciles de ver por alguien, sin embargo el pidió privacidad para su única familia.— No me dejes solo... Por favor Izuna, tú no.

Las lágrimas y sollozos salían sin su consentimiento, se sentía tremendamente débil.

—Madara... Siempre te amare, onii-san.—le sonrió Izuna por última vez antes de que su respiración se detuviera por completo.

—¡Izuna!—el grito desgarrador que salió de su garganta mientras abrazaba y lloraba sobre el cuerpo de su hermano menor.

Aquel era el dolor de un Uchiha.

De un miembro del clan de los ojos rojizos, los cuales se modifican gracias al dolor; un dolor de un amor perdido.

Madara, siguiendo la última voluntad de su amado y adorado hermano menor transplanto el mismo sus ojos a los de el.

El dolor físico que aquello le provocó no era absolutamente nada comparado con el dolor sentimental que cargaba dentro de su alma.

Ese día, junto con Izuna, un pedazo de Madara murió, llevándose consigo al joven humanitario, bromista y amoroso que podía ser.

Ese día nacieron rumores sobre lo despiadado que Madara Uchiha podía ser, inventando que el tomo los ojos de su hermano asesinándolo por poder.

Rumores que lo hacían quedar como un monstruo... Y no como el joven que lloraba a mares amargamente aún abrazando el inerte cuerpo de su amado hermano menor.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

¡Hola!
En verdad disfrute escribir este capítulo, porque a mi punto de vista Madara era un hermano mayor ejemplar y lo único que siempre quiso fue proteger a su hermanito, tal como Hashirama, debía darle protagonismo a aquella relación.

Entre otras cosas, debo pedirles más tiempo para escribir el próximo capítulo, tengo una idea de lo que pasará en el pero necesito pasarme por los capítulos de Shippuden que tengan la historia de Madara y Hashirama (si alguien sabe el numero me ayudaría mucho).

Espero les haya gustado y me perdonen por hacerlas sufrir así ;-;<\3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro