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20. Discusión

—¿Ren-chan?—la voz de Hashirama sonaba del otro lado de la puerta.

Había pasado casi ya una semana desde la muerte de Ryu Chiba, Ren se había aislado completamente.
Recordaba que a su funeral había ido la honorable pelirroja Mito Uzumaki, la joven había insistido en ver a su pequeña prima, la cual seguía en shock, con sus ojos hinchados de tanto llorar y la mirada perdida.

Ambos Senju, al igual que la Uzumaki, estaban verdaderamente preocupados por ella, aunque Hashirama parecía haberse interesado en la pelirroja en aquel inusual encuentro, de lo que aún se sentía culpable y se avergonzaba.

—Ren-chan, voy a entrar, te traje la comida.—aviso antes de entrar en aquel lugar.

La habitación se veía tan triste como su dueña, la chica estaba recostada sobre el futon, al percatarse de la mirada del castaño sus ojos volvieron a cristalizarse, amenazando con dejar salir las lágrimas en cualquier momento.

—Hola pequeña, ¿te encuentras bien?–pregunto con una sonrisa triste, dejó la bandeja de comida sobre la pequeña mesa de la habitación y la chica tomó asiento—. Hemos estado preocupados por ti, Mito te envió cartas.

—L-lo siento.—la voz de Ren salía rasposa y cortada—. No quiero preocuparlos.

Su cabeza se agachó, aquellas escenas seguían torturándola de una forma indescriptible. Su padre siendo atravesado por una katana, su cuerpo inerte en el suelo, el asesino de sus padre. Izuna.

—Calma, nos preocupamos porque nos importas.—respondió el castaño sentándose a su lado—. Eres mi hermana menor, ¿no es así? Solo queremos verte feliz, aunque primero debemos dejarte afrontar tu dolor.

Mencionó y la chica comenzó a dejar escapar pequeñas y silenciosas lágrimas. El castaño la veía con ternura y preocupación; en el tiempo que llevaban viviendo bajo el mismo techo el la había comenzado a adorar con su vida, ella se convirtió de inmediato en la hermana menor que nunca tuvo. Su relación era fuerte y a la vez envidiable, su corazón no soportaba verla de aquella forma.

Sin embargo la comprendía.

—Gracias, Hashirama-nii—murmuró y se recompuso un poco—. ¿Y Tobirama-kun?

Aquella pregunta tomo por sorpresa al castaño. Si bien el había notado el cariño que fluía entre ambos jóvenes no esperaba que preguntara por su hermano.

—El...—suspiro pesadamente, ambos se quedaron en silencio—. Tobirama está furioso por lo acontecido y no poder haber hecho nada, y una parte de él no soporta verte así.

Aquello era totalmente cierto, su hermano menor estaba ahora más que nunca decidido a acabar con los Uchiha, en especial con Izuna. La forma en la que lo vio gritar desesperado por ayuda y tomar el cuerpo en shock de la chica en aquel momento fue algo que no hubiera esperado; Tobirama la sostenía entre sus brazos y acariciaba su cabello mientras besaba su frente reiteradas veces al verla sollozar y gemir de dolor ante la perdida.

—El en verdad está preocupado por ti...—le dijo dejando las palabras al aire, Hashirama podría apostar, y salir victorioso, al decir que lo que su hermano estaba empezando a sentir por aquella azabache era amor.

Sin embargo no le correspondía a él exactamente decirle aquello a la jovencita, solo esperaría a que eventualmente uno de los dos diera el primer paso.

Mientras tanto, en su propia habitación, Tobirama seguía enfadado y con un semblante serio evaluando la situación. Estaba más que decidido a acabar con aquel Uchiha desde que Ren soltó el primer grito, gritos que aún resonaban en su cabeza. Gritos de dolor y sufrimiento puro, aquello era horrible. Y si no bastaba con solo recordarlos también había podido escuchar uno que otro grito y sollozos a la media noche cuando Ren despertaba de una pesadilla.

Aquello solo le provocaba querer salir corriendo hasta donde se encontraba la chica y sostenerla entre sus brazos calmando sus miedos y consolándola hasta que todo aquel dolor pasara.

El solo quería mantenerla segura y feliz, y había notado que aquello no era simplemente por amistad.

—Tobirama, debemos hablar.—la repentina aparición de Butsuma Senju en su habitación lo hizo dejar de lado sus pensamientos, más no remover de su rostro aquella mirada fría y molesta.

—¿Si, padre?—pregunto con aquella voz sería y firme tan característica de el.

—Seré directo, la chica lleva viviendo con nosotros ya un buen tiempo y ahora, con la muerte de Ryu-san podría querer romper el compromiso.–mencionó haciendo que el menor frunciera el ceño, ¿no podía estarse refiriendo a eso, o si?

—¿A dónde quieres llegar con esto?—la voz de Tobirama sonó más seria de lo normal, sabía muy bien que rumbo tomaría aquella conversación y aquello no le hacía la más mínima gracia.

—Respeté la decisión de Ryu al dejar que su hija viviera y se adaptará a nosotros, a ti.

—No, no puedes hacerle eso.–mencionó enojado el albino.

—¡Claro que puedo y lo haré!–mencionó en un grito su padre—. No arriesgaré el futuro de los clanes por el capricho de la chiquilla, debería solo superar la muerte de Ryu-san y no seguir llorando por ahí. Incluso ustedes siendo niños superaron rápidamente a su madre.

—¡Nos golpeaste cuando derramamos una lágrima por ella!—grito fuera de sus casillas el peliblanco.

—Te guste o no lo harán, Tobirama.—pronunció serio Butsuma saliendo de la habitación.

—¡Padre no te atrevas!—grito el menor siguiéndolo furioso.

Las cosas se iban a complicar de ese momento en adelante.

Tanto la chica azabache como el castaño se encontraban uno frente al otro tomando el té por la insistencia de Hashirama en que la chica debía comer algo.

—¡No te atrevas a acercarte a ella!—aquel grito serio y fuerte resonó por la habitación siguiéndole a la puerta siendo abierta violentamente.

—¿Padre?—pregunto extrañado Hashirama al ver a ambos, padre e hijo, entrar tan abruptamente en la habitación de la chica.

—Ren, ya es momento que dejes de llorar y ser tan débil, debes cumplir con tu obligación.—respondió seco el líder Senju—. Después de tu cumpleaños y mayoría de edad te casarás con Tobirama, y no hay una excusa o motivo por el que no lo hagas. Aquello te traería la muerte.

Los ojos de la chica se abrieron de par en par, su cumpleaños número 18 estaba a solo dos semanas de distancia.

—¡¿Estás loco?!—le grito iracundo de Hashirama no se hizo esperar al momento.

—Esto no te incumbe, Hashirama.—pronunció serio el mayor.

—¡Eres la peor persona del mun...—su frase se quedó en el aire siguiéndole al sonido de un fuerte golpe.

Butsuma Senju había abofeteado a su primogénito.

—¡Hashirma-nii!—chillo la chica acercándose al castaño con semblante serio.

—Esta decidido y nadie podrá cambiarlo, al cumplir la mayoría de edad te desposaras con Tobirama.

Un puñetazo a la pared, los pasos acelerados de Hashirama saliendo y el ruido seco del cuerpo de Ren cayendo al suelo había sido todo lo que se escuchó en el momento que Butsuma Senju dejó la habitación.

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Me enoje escribiendo lo último, ya se nos vinieron los problemas:(

Espero les haya gustado, espero sus comentarios (me encanta responderlos:'v) y votos.

¡Hasta la próxima!
Los/as quiero❤️

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