13. Lazos
Desde que Tobirama le había obsequiado aquel ramo de flores a la chica su relación se había visto afectada en diferentes maneras.
Principalmente en el hecho de que Ren y el eran más abiertos entre sí, si bien Tobirama seguía siendo serio la chica podía hacerlo reír de vez en cuando. Ren, por su parte, se había mostrado más risueña y feliz, justo ahora le agradaba demasiado aquel joven.
—¿De esta forma está bien?
—No, déjame ayudarte.—las manos de la chica tomaron desde atrás el brazo del joven y comenzó a acomodarlo de forma adecuada.—Ahora las piernas, más separadas.
El joven obedecía cada una de las instrucciones de la chica y en menos de una semana había logrado mejorar notablemente su taijutsu.
—Gracias.
Dijo y comenzó a golpear aquel tronco. Mientras ella lo observaba, tal vez no sería tan malo.
–¡Ren! ¡Tobirama!—grito Hashirama llegando a su lado—. Deberían ir a comer algo, esta atardeciendo.
Ambos se vieron sorprendidos ante aquello, ¿de verdad habían pasado tanto tiempo entrenando? Por su parte el mayor los observaba divertido, podía notar a kilómetros que aquello chicos habían comenzado a formar un lazo, si bien el aún no estaba seguro de que.
—¡Claro!—respondió ella y salió corriendo del lugar.
—Así que...
Comenzó el mayor una vez que ambos chicos estaban solos.
—Así que nada, me agrada y entrenamos juntos. No hay nada más.
—¿Y aquel ramo de flores?
—Fue una promesa, tarde en cumplirla y me excedí un poco.
La risa del mayor resonó fuertemente convirtiéndose en carcajadas, las cuales el ceño fruncido del menor delataban no sabía de qué iba aquello.
(...)
La cena sin duda había estado bien y normal. Sin embargo Ren estaba preocupada, ella sabía muy bien que aquel joven, el cual se estaba convirtiendo en alguien importante para ella, debía volver al campo de batalla al día siguiente.
Odiaba la guerra y no podía evitar sentirse así. Aún no entendía él por qué de aquello pero sabía que se sentía preocupada.
Su decisión fue que el aire fresco ayudaría a sus nervios y a ir a dormir. Por lo cual tomo un albornoz y colocándolo sobre su fina bata de dormir salió de su habitación rumbo al patio.
El ruido fue audible en la habitación de Tobirama, la cual quedaba cerca de la suya, así que con curiosidad se levanto y la siguió hasta el patio, la chica se encontraba sentada en el porche de la casa con sus piernas colgando mientras observaba la luna.
—¿Qué haces despierta?—la voz del chico resonó, sin embargo ella no quería voltear a verlo.
—Pienso, supongo.
Sin más se sentó a su lado observándola, la luz brillante de la luna se reflejaba en su blanca piel, sus ojos bicolor brillaban de una forma extraña pero apacible a la vez y su cabello se veía igual que una noche sin luna, oscuro y misterioso.
—Sabes, Tobirama.—hablo llamando su atención—. No eres tan malo como creí que serias, supongo que en cierta forma he comenzado a tomarte cariño.
El muchacho la observo, se veía melancólica.
—Siempre que le tengo cariño a una persona esta debe ir al campo de batalla.—suspiro pesadamente pensando en su padre—. Mañana te irás y si te soy sincera estoy preocupada.
—¿Te preocupas por mí?–pronunció extrañado.
—Claro que lo hago—giro su mirada a verlo.—Tengo derecho a preocuparme por ti, Tobirama.
La luz de la luna remarcaba sus varoniles facciones, se notaba que aquel chico había dejado de ser un niño hacía tiempo, era guapo no lo negaba y su cabello era tan blanco como la luz de la luna, sin embargo aquellos rubíes que tenía por ojos lo hacían verse extrañamente atractivo.
—No deberías de hacerlo.
—Pero lo hago y no puedo evitar pensar en... En que...–su voz se vio rota un momento, él entendía a que se refería de primera mano. El también había perdido seres queridos.—Prométemelo.
—¿El que?
—Prométeme que te cuidaras y que regresaras con vida a mi.—sus ojos comenzaron a soltar lagrimas involuntariamente.
Por la mente del muchacho cruzó el pensamiento de que aún así de vulnerable se veía hermosa.
¿Por qué estaba pensando aquello?
—Lo prometo, Ren.
La chica hizo algo que él jamás se esperaría, se acercó a él y rodeó con sus brazos su torso y abrazo sus hombros escondiendo su rostro en el cuello del peliblanco.
Ren lo estaba abrazando y llorando, a él, a Tobirama.
—Yo...—la sorpresa del muchacho era imposible de ocultar, no sabía cómo reaccionar a aquello. Sin embargo de forma insegura rodeó la cintura de la chica apegándola a él.
Tal vez no era la posición más cómoda de ver, es decir, ella estaba de rodillas abrazándolo fuertemente y él intentaba corresponder incomodo, y en definitiva la posición no era cómoda.
—Lo prometo Ren, voy a volver con vida a ti.—le prometió en un susurro y ella solo se relajó en sus brazos.
El joven esperaba que su atrevimiento no fuera mucho pero en ese momento, y sin saber por qué se rehusaba a soltar a la chica. La levanto un poco y acomodo entre sus piernas, ella estaba abrazándolo aún, sus manos subieron al cabello del chico y lo acaricio a su gusto.
—Siento mucho mojar tu camiseta.—le susurró y el sonrió enternecido, las mejillas y nariz sonrojadas de la chica eran tremendamente adorables.
—No hay problema alguno.
—Tobirama... Hablo en serio al decir que eres importante para mí, y no por el hecho de que nuestros padres nos comprometieran. Eres mi amigo y te eh tomado cariño.
—Lo mismo digo, Ren. No me preocupo solo por el hecho de que seas mi prometida, también te he tomado cariño.
Las palabras del chico la dejaron callada, ambos estaban demasiado silenciosos, sin embargo Ren se encontraba sentada entre las piernas de Tobirama con su espalda pegada al pecho de este, su brazo rodeaba la cintura de la chica quien le brindaba suaves caricias y sin dirigirse otra palabra se quedaron ahí.
Quietos, abrazados y observando la luna.
Reforzando un lazo de cariño que había crecido entre ellos.
Un lazo que con el tiempo, incluso en ese momento en el que nació, sería muy difícil romper.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Les juro que me emocione escribiendo esto, en serio.
Tal vez a algunas o a alguien no les agrade ver a Tobirama como alguien suave, pero bueno es humano y tiene sentimientos además del odio por los Uchiha(?
Su seriedad esas si no se la quitare tan fácil, es como si marca personal y pues no. Solo quiero que vean que aunque sea serio y algo frío no lo es del todo, sobre todo ahora que empezó a sentir cariño por Ren, quien no es de su familia.
¡Estoy de cumpleaños mañana y estoy feliz!
¡Nos leemos a la próxima y espero les guste!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro